PUNTA CANA 7 NOCHES de Jordi Díez
Venta: http://mybook.to/puntacana
Soy de las personas que consideran muy difícil comentar los libros escritos por los amigos, en especial si son cercanos, porque la amistad nubla la objetividad, pero no es el caso con mi querido amigo y colega Jordi Díez. Sé que al leer uno de sus libros me encontraré con una historia bien escrita, bien hilvanada y sobre todo muy interesante. De él he leído La virgen del sol, El péndulo de Dios, Anacaona, y algunos cuentos que tuve la suerte de bajarlos de Amazon cuando estuvieron a la venta, y nunca me ha defraudado. Ahora como última entrada del año dedicaré unas líneas a su más reciente novela: Punta Cana 7 noches, una novela de acción en la que Jordi Díez hace gala no solo de su buen hacer literario; también de un humor elegante e irónico.
He pasado un par de días sumergida en el thriller del inspector Guarionex. Un nombre estrafalario pero muy atrayente, también muy de acuerdo con el papel del personaje que encarna, el de un inspector de policía pobre pero honrado, un antihéroe repleto de defectos pero también con la inconmovible terquedad del hombre que persigue la justicia.
Me ha gustado la trama. El comienzo es estupendo, una pareja de españoles (“gringos”, como dicen en estas latitudes para todo el que sea blanco y no hable igual que ellos) y la mano de un muerto sobresaliendo de la arena después de haberle dado chancletazos sobre la toalla, qué bueno estuvo eso. La mano que sobresale lleva un anillo en uno de sus dedos, el cual dará una de las pistas más importantes.
A partir de la paliza dada por el guachimán del puticlub a Guarionex la cosa empieza a perfilarse como toda una artillería: pistas falsas, hebillas que conducen a un premio mayor, el sujeto muerto resulta que es un cura que tiene una hija a la que desea legar una fortuna; una proxeneta italiana quiere hacerse del resto de las joyas y un sacerdote con aspiraciones de Sherlock Holmes que aparece en los momentos más inesperados. La novela es ágil, por momentos me reí a carcajadas con descripciones como estas: “el mundo desapareció para el inspector hasta que expulsó la bocanada gastada de oxígeno”, o “picado por la viruela y flaco como la tenia de un perro callejero” y otras perlas como esas, y también interesante por la información que hace del bajo mundo, de la polución creada por la industria turística acompañada de toda clase de depravaciones, en un mundo dividido en dos: la de los turistas y la normal. La de los inmensamente ricos y la de los inmensamente pobres.
Una buena novela de acción, en la que un policía se enreda en una aventura que empieza con la mano del muerto (podría ser un buen título) “Punta Cana y la mano del muerto” y termina siendo una historia de acción que no da respiro, no a mí al menos.
Puesta en los zapatos de Guarionex, he recibido más palizas que piñata de pobre, pero él incólume, sigue sus instintos, lo que da lugar a la solución del misterio.
En resumen la novela es muy buena, engancha, y deja un buen sabor. Una delicia para estos días festivos.
¡Deseo a todos mis seguidores y lectores del blog un maravilloso fin de año y un enriquecedor Año 2020 en todos los sentidos!
¡Hasta el próximo año!
lunes, 30 de diciembre de 2019
martes, 10 de diciembre de 2019
"La casa de la mezquita", Kader Abdolah
"La casa de la mezquita", Kader Abdolah
Por recomendación de mis amigos Krina Ber y Heberto Gamero empecé a leer “La casa de la mezquita”. Al comienzo lo hice con cierto escepticismo porque las historias de Medio Oriente no me atraen, en especial porque sus ideas respecto del fanatismo que impregnan sus religiones no he logrado entenderlas. Sin embargo, esta novela me cautivó.
Supongo que la traducción tiene gran influencia, y asumo que es lo más cercana posible a la obra original, porque se lee en sus líneas el hacer y sentir de la gente de esas latitudes, su manera de ver la vida, de amar, sus costumbres, y en especial su odio.
En “La casa de la mezquita” cada personaje tiene un papel que jugar. Unos son buenos, otros extremadamente crueles, otros absolutamente ignorantes y algunos tan indiferentes y absurdos como ese ser deforme llamado Lagartija. A medida que pasaba las páginas me vi sumergida en un mundo diametralmente opuesto al mío y al mismo tiempo fue como si viera por una rendija la vida privada de “Las mil y una noches”.
Cada persona tiene una historia tras de sí, y cada historia tiene su motivo. Las abuelas, Lagartija, Jaljal, la historia de las hormigas, que es como empieza el libro, la llegada de los saltamontes, el siempre respetado Aga Yan, que permanece incólume a pesar de los cambios por los que atravesó Irán; para algunos positivos y para otros nefasto.
Las costumbres milenarias son imposibles de cambiar, al menos para las personas ignorantes, sencillas y creyentes como las que se reflejan en el libro. El mismo autor de origen iraní después de décadas de vivir en Holanda y recorrer mundo no ha dejado atrás ese mundo mitad mágico y mitad tenebroso que se desprende de sus palabras. Al mismo tiempo da a conocer los intríngulis que llevaron a la caída del Sha -espero yo- sin ningún matiz político, y me hizo reflexionar acerca de los países que rodean al que está en desgracia: no hay imperio que lo salve sino sus propias gentes, siempre y cuando dejen la profunda ignorancia de lado. Mientras existan adoradores que se inclinen al paso de la incultura, ignorancia y poder, siempre habrá países subyugados por los ambiciosos, no importa la religión que tengan.
Un libro que enseña, entretiene y deja una profunda reflexión sin tratar de inducir al lector a inclinarse a un lado o al otro con un lenguaje que deja reminiscencias del pasado del autor.
¡Hasta la vista, amigos!
lunes, 9 de diciembre de 2019
¿Eres de los que dicen que no vendes tus libros porque son pirateados?
Muchos
lectores, más de los que uno cree que existen, no tienen conciencia real de lo que es
el pirateo de libros. Lo digo porque en algunas ocasiones recibo correos de
lectores que me felicitan por mis libros, comentan, o hacen preguntan
relacionadas con la trama y me dicen sin ambages que han leído todos mis libros
descargados de algún sitio de Internet. Una de ellas fue una reseñadora o
youtuber que leyó "La búsqueda" y me señaló un error. Al yo buscarlo
en el libro que había subido a Amazon dicho error no figuraba, lo que me hizo
suponer que lo había descargado de manera ilegal en alguna plataforma de esas
que abundan. Efectivamente, me dijo que así había sido. Entonces le envié el
archivo original que fue el que leyó y comentó en youtube.
¿Qué
me dice esto? Que las personas que descargan libros no lo hacen por mortificar,
denigrar, empobrecer ni burlarse del autor, y no sienten vergüenza o cargo de conciencia al hacerlo. Hasta me he encontrado con amigas en alguna reunión que me dicen que se han descargado tal o cual libro, no precisamente de Amazon, y les ha encantado.
Simplemente
lo hacen porque es un hábito que les parece normal. Como casi todo en Internet se
puede descargar gratis, desde programas, imágenes, música y hasta series y películas que se pueden ver a
través de Youtube, piensan que también los libros pueden ser descargados sin
perjuicio para nadie.
Digo
todo esto porque leo con frecuencia que hay autores que se quejan de que sus
libros son descargados por "cientos de miles", y tienen la certeza de
que si no fuera por eso habrían vendido esos cientos de miles. La verdad es que
TODOS LOS AUTORES famosos o desconocidos padecemos de lo mismo, la diferencia
está en que unos lo pregonan y otros no. Yo la verdad, no sé si mi libro es
pirateado por cientos de miles, no acostumbro a visitar las páginas piratas, y
si así fuera, creo que me sentiría agradecida de que tanta gente estuviera
interesada en mis libros. Así y todo mis libros se siguen vendiendo en Amazon, y pienso
que los que acostumbran bajarlos gratis nunca me hubieran leído si no los
hubieran descargado de esa forma.
Por
otro lado, hay países en donde una tarjeta de crédito internacional es muy
difícil de obtener, no hay manera de que compren en Amazon. Y esta empresa no
acepta el pago por Paypal. Por eso existen páginas piratas que ganan dinero vendiendo libros pirateados que pueden comprar por ese método de pago o cualquier otro. Pero ese ya es otro cantar.
Lo que
no creo es que un libro deje de vender en Amazon porque sea pirateado por
millones. Es mi manera personal y realista de ver el asunto.
¡Hasta la próxima, amigos!
jueves, 7 de noviembre de 2019
Las mujeres que no salen en los libros, de Mercedes Gallego Moro
Situada en
los años de la dictadura franquista, Mercedes Gallego relata la lucha de una
mujer, Consuelo, hija de una madre de familia adinerada y de un padre de
profesión abogado, acomplejado por sus orígenes humildes, con ideas arcaicas
respecto al papel que deberían tener las mujeres en la sociedad, en este caso
específico la española.
Laura, por
otro lado, es la hija de una mujer que pasó las peores penalidades durante la
Guerra Civil Española; recorría las calles destrozadas por las bombas alemanas
e italianas que caían sobre Madrid, al lado de su madre mientras su padre
luchaba en esa guerra.
La novela
nos muestra dos caras de una moneda: la de una mujer de posición privilegiada
que lo arriesgó absolutamente todo por seguir sus convicciones y la de otra,
menos consciente de su importancia como mujer, que fue aprendiendo a valorarse,
pero sin ánimo de protagonismo, sin peroratas que aglutinan multitudes sino con
una actitud mesurada e inteligente que ayudaba a las mujeres que requerían sus
servicios.
El punto
focal de la historia se centra en el manejo que se hacían en los hospitales a
los que llegaban a dar a luz mujeres descarriadas, prostitutas o indigentes
cuyo neonatos se daban por muertos e iban a manos de familias que carecían de
hijos. No se habla de robo de órganos ni comercio de niños, es la cuestión
moral; probablemente muchas de esas madres a las que arrebataban sus niños
hubieran preferido que sus hijos tuvieran un mejor futuro del que ellas podían
darles, otras no lo aceptarían, pero Consuelo se convirtió en la abanderada de
la causa y luchó hasta el final exponiendo su seguridad, su vida y la de los
suyos en pos de un ideal contra un gobierno totalitario y una Iglesia
complaciente que amparaba el que los niños fuesen arrebatados a sus madres. No
solo eso: Los niños que por una u otra
razón durante la guerra fratricida perdieron a sus padres iban a parar a
hospicios católicos en donde no solo no recibían los cuidados necesarios, sino
que se abusaba de ellos.
Lo
interesante de la novela es que nos da dos visiones: la de la mujer adinerada
que se afilia al Partido Comunista para reivindicar los derechos de la mujer y
la de la que crece y se desarrolla como una mujer “normal” sometida a las
costumbres de la época, años 50-60 de una España en la que la legislación le
impide comportarse como una ciudadana libre, una situación que las mujeres en
su mayoría veían con normalidad, pues así habían sido criadas. No importaba si
trabajaban para mantener el hogar, seguían siendo personas de segunda
categoría. Lo que para unas era inadmisible, para otras era hasta beneficioso,
porque no tenían que perturbar sus ánimos. Sin embargo el comunismo no fue la
solución en el caso de Consuelo. El comunismo luchaba por sus propios intereses
y utilizaban la valentía y entrega de las mujeres sin darles la importancia que
merecían.
A la muerte
de un esposo que siempre la trató como una igual, Laura, en cambio, y en contra
de todo pronóstico, tuvo que enfrentarse no solo a la burocracia machista para
poder continuar con el negocio de su marido, sino a la habladuría de las demás
mujeres, quienes preferían ver a un hombre al frente de un comercio.
Es imposible
no tomar partido por una de ellas, inclusive por la madre de Consuelo, Leonor,
quien se convierte en un personaje clave en el transcurso de la historia. ¿Por
qué Consuelo lo arriesgó todo por una lucha en la que ni siquiera las mujeres a
las que ayudaba eran conscientes de lo que sucedía? Al comienzo uno puede
decir: “Porque era rica, culta, profesional y no tenía nada que perder”. Pero
en una España dictatorial si podía perder, y se arriesgó. Esta obra me ha hecho
reflexionar acerca del ser humano. No hablo de clases ni de géneros. Hablo del
ser humano per se: cada uno nace para
jugar un determinado papel en la historia de la humanidad. Unos lo arriesgan
todo por una causa mientras otros ven la causa y se solidarizan, pero desde su
trinchera. Unos van a la guerra voluntariamente y otros prefieren resguardarse.
La verdadera libertad consiste en hacer lo que uno desea, pero cuando es
obligado por las circunstancias se convierte en esclavitud aunque goce de
libertad. Es utópico, pero lo veo así, y la realidad es que todos somos
esclavos. Vivimos para que otros lo hagan. Trabajamos para que otros
sobrevivan. Y como lo hacemos de manera voluntaria, pensamos que somos libres.
La verdadera libertad no existe. Estamos obligados a seguir las normas que la
misma sociedad ha impuesto a través de las religiones o la política.
La dictadura
de Franco fue totalitaria, como todas, impuso su manera de pensar y propició la
crueldad con impunidad. El comunismo que lo combatía actuó igualmente con la
misma crueldad. En eso no había diferencias, como se resalta en la novela en
una discusión entre Consuelo y Laura.
No me gusta
el comunismo. Tampoco la dictadura, prefiero vivir una democracia que con sus
defectos, al menos me da la falsa percepción de libertad. ¿Vivimos en un
permanente engaño? Esa es la cuestión.
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domingo, 3 de noviembre de 2019
¿Qué clase de lector eres?
Durante estos años he aprendido que existen muchos tipos de lectores:
1. Los lectores amigables, (que no amigos) a los que les agrada dejar un comentario agradable aunque el libro no haya sido completamente de su agrado.
2. Los lectores amigos (generalmente escritores), ellos siempre dejarán comentarios positivos y generalmente de 5 estrellas porque piensan que todo en este asunto de la escritura es recíproco.
3. Los lectores que son escritores y dejan comentarios como condición de que también se les deje comentarios positivos.
4. Los lectores casuales, son los que no te conocen de nada y se topan con tu libro de casualidad, suelen ser muy honestos en sus comentarios.
5. Los lectores insatisfechos a los que les disgusta un personaje y desean que el escritor le cambie el carácter, cambie el final o le da consejos para mejorar la obra. (Yo diría que tendrían que ponerse a escribir, así leerían lo que a ellos les gusta).
6. Los lectores que se creen críticos literarios y opinan con rotundidad, generalmente de manera negativa, y desaniman a cualquier novato en estas lides.
7. Los lectores por compromiso. Son esas personas que conocemos y que se sienten obligadas a leer nuestros libros. (Confieso que nunca he dado a leer un libro mío a nadie si no me lo ha pedido).
8. Los lectores infelices. Son los que sienten placer en dejar comentarios hirientes, insultantes, y en ocasiones dirigidos no al libro que acaban de leer sino al escritor. Es lo que los hace felices y generalmente operan desde el anonimato.
9. Los lectores eruditos. Son los que van leyendo con Wikipedia a la mano y cuando encuentran algún error histórico, callejero, o licencia literaria corren a informar a Amazon para que nos llegue el aviso por correo para solucionar esos problemas. (Yo hago mucho caso de ellos, son los que llamo mis asesores históricos).
10. Los lectores analíticos, son pocos y hacen un trabajo brillante. A mí me encantan porque se nota que leen el libro con atención.
11. Los lectores didácticos, los que anotan los errores y te los pasan por privado. Es la ventaja de esta época en la que todos estamos interconectados.
12. Los lectores cultos, son los que solo leen a autores consagrados porque piensan que entre los autopublicados no hay nada bueno.
13. Los lectores antipáticos, son personas que te conocen en las redes sociales y les caes mal y se desquitan contigo poniendo pésimos comentarios en tus libros.
14. Los lectores insatisfechos, son aquellos que escribas lo que escribas siempre te pondrán una estrella porque nunca estarás a la altura de sus expectativas.
15. Los lectores fans, que leen todos los libros que publicas, que ya te conocen, dejan comentarios y con los que puedes contar siempre.
16. Los lectores fantasmas. Aquellos que dicen que leyeron tu libro pero que nunca comentan.
17. Creo que he mencionado a todos, si tienen alguno más sería magnífico que los recordasen.
¡Hasta la próxima, amigos!
domingo, 8 de septiembre de 2019
Escritor y lector: una simbiosis.
Escribir es un acto íntimo. Cuando escribo pierdo el pudor
natural que tengo de exhibir en público mis emociones porque traslado mis
sentimientos a los personajes de mis novelas. Son ellos los que hablan,
balbucean, dudan, sienten, aman, ríen u odian a través de mí. Por eso al
terminar de escribir una novela, por un tiempo me siento desamparada. Como si
me hubieran dejado sola, ya no tengo más personajes para proyectar mi manera de
ver el mundo de presentarse ante mí una circunstancia determinada.
No sé si sucede igual con otros escritores. Me preguntaba yo
en estos días si uno es capaz de
Al escribir El legado sucedió
algo diferente. A medida que conocía al protagonista, Erik Hanussen —porque el
autor va conociendo a sus personajes poco a poco a medida que transcurre la
novela—, empecé a sentir por él admiración mezclada con un sentimiento
fraternal. Tal vez como el padre que me hubiera gustado tener. Y ese sentimiento
duró hasta el final.
Con El cóndor de la pluma dorada, desarrollé una empatía profunda por Túpac Yupanqui, a quien
considero el personaje que da un peso fundamental a esa novela y a la historia
del imperio incaico. Amé el rostro que le di, su pequeña sonrisa, su gallardía
y valor, el amor reprimido que sintió toda la vida por Sumaq, quizá un reflejo
de lo que sentí alguna vez por un amor no correspondido. Sufrí y reí con él
durante la novela y esas emociones fueron perdurables a pesar de que falleció
relativamente joven, pero en el libro se siente su impronta a lo largo de la
historia.
El rastreador fue
para mí un nuevo tipo de personaje. Un héroe invencible, en el que deposité mi
confianza desde un comienzo y supe que no me defraudaría. Es curiosa la manera como el escritor vive
sus novelas. Al empezar ve a los personajes a través de una especie de niebla;
a medida que la historia avanza y delega en ellos más y más responsabilidades,
los llega a conocer nítidamente, hasta el punto de saber cómo van a reaccionar
ante diferentes circunstancias o con otros personajes. Escribir es vivir en un
mundo paralelo en el que uno se sumerge durante varias horas al día. A veces de
una manera tan intensa que por momentos no puede separar la realidad de la
fantasía.
Uno de mis personajes inolvidables fue Toni Montero, en La lista. Desesperación, impotencia e
indignación
Al escribir El sustituto me desdoblé en dos jóvenes. Uno más parecido a mí. Un poco
retraído, obsesionado por el orden y el colocar todo siempre exactamente en el
mismo lugar, uno que huye de las fiestas o aglomeraciones humanas, del ruido y
de las conversaciones insustanciales, y otro absolutamente opuesto, alguien a
quien tal vez me hubiera gustado parecerme más: encantador, exquisito, muy
alegre, despreocupado y seguro de su atractivo. Reconozco que fue una novela
que me llevó más meses de trabajo de lo acostumbrado, pero me siento satisfecha
con el resultado.
Y en Hijo del pasado
no me proyecté en el personaje principal, Daniel Kozlowski. Por algún motivo, a
medida que escribía lo veía muy parecido a mi fallecido marido. Sus dos
mujeres, Yvanna y Viveka me fueron un poco esquivas, pero logré entrar en sus
mentes y definitivamente me quedé con Yvanna. Porque un escritor también tiene
sus preferidos, ¿eh?, algunas veces
también sentimos antipatía por algunos.
No he mencionado aún a los personajes de mi trilogía El manuscrito. Y no lo hice porque daría
para un artículo completo. La trama complicada y la diversidad de participantes
hacen que sea difícil hacer un resumen, solo diré que Nicholas Blohm, Dante
Contini-Massera y Richard Raising, vivirán para siempre conmigo. Fueron los que
me impulsaron a escribir novelas de acción y aventura y entrar en el mundo
misterioso de lo que podría suceder si un buen día encontrase un Manuscrito.
He escrito más novelas, pero creo que en las que he
mencionado arriba se comprende de manera bastante cercana los sentimientos que
me unen a mis libros. No los considero “mis hijos”. Son simplemente mi obra,
una que un día cualquiera empecé a imaginar y que al escribirla dio vida a
personajes que vivirán siempre conmigo y, espero, tendrán espacio en algún lugar
en la memoria de mis lectores. No de todos, sería pedir demasiado. Pero sé de
algunos que han leído mis libros más de una vez y los comprendo, porque yo
también he leído varias veces una novela cuando me ha encantado, o he visto una
serie o una película muchas veces.
Entonces, ¿qué es la lectura? ¿Es acaso una droga? Tal vez
sea algo parecido, y puedo decir lo mismo de la escritura. La necesidad de
perderme en una nueva historia, encontrar a otros personajes, llevar a cabo un
nuevo drama, es una adicción. Y la tendré mientras sigan vagando en mi mente
historias y personajes que necesiten ser escuchados.
¡Hasta la próxima, amigos!
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Túpac Yupanqui.
viernes, 23 de agosto de 2019
Mi relación con Amazon
Después de diecisiete años de haber empezado a escribir, es
ahora cuando puedo ver los resultados con cierta lejanía, pues cuando uno
empieza está atiborrado, primero de ideas, luego de la necesidad
de aprender o
perfeccionarse, después del deseo de encontrar lugares en donde pueda codearse,
conocer o escribirse con otros escritores en una situación parecida a la de uno,
como participar en foros literarios, y por último en pensar cómo y dónde
publicar, y no da tiempo de autoexaminarse ni pararse a ver unos resultados que
todavía están lejanos.
Blanca Miosi |
Creo que todos o casi todos hemos pasado por lo mismo,
algunos hemos tenido la suerte de encontrar a la persona idónea que nos puso
los puntos sobre la íes y nos bajó de la nube para hacernos pisar tierra. Es lo
que sucedió conmigo y fue cuando caí en la cuenta que de escribir solo sabía
el abecedario, pero no me amilané y traté de aprender y captar todo lo que
me enseñaba esa persona como si fuera una esponja. Creo que el tiempo y el trabajo que puse
en ello me dieron la razón y también creo que es el motivo principal por el que
mis libros se leen.
Ya al tercer año de haber publicado por primera vez en una
editorial, y a un año de haberlo hecho en Amazon las cosas empezaron a cambiar.
Recuerdo que estando en Twitter se comunicó conmigo una editora que trabajaba
para el grupo Beyaz Balina para comprar los derechos de traducción al turco de
mi novela El manuscrito. Igualmente
en el 2013, siete años después de haber publicado La búsqueda, una editora francesa de la casa 2 Encres me
escribió un correo para comprar los derechos de traducción al francés de esa
novela. A partir de allí todas mis novelas son traducidas al francés, y Maud
Hillard se ha convertido no solo en la traductora de mis libros sino en mi agente y en una
gran amiga.
No he sido una persona que vaya detrás de las editoriales,
he tenido la suerte de publicar con facilidad e inclusive que dos de las
grandes se
interesaran en mis libros, pero después de publicar en Amazon no le
veo sentido a perder mis derechos por muchos años a cambio de una edición que
llegará a las librerías, sí, pero a la que no le darán el impulso que busca un
escritor y que en poco tiempo se perderá en las estanterías. No puedo decir lo
mismo de la editorial de Amazon, Amazon Publishing, Inc., la única con la
que actualmente publico mis libros y me consta que apoya con constantes
campañas a sus escritores. Igualmente, puedo decir de Amazon KDP
(autopublicación) ha resultado una poderosa aliada; de vez en cuando
promocionan mis libros, fui invitada por ellos a España y por tercer año
consecutivo solicitaron mi opinión como jurado del Premio Literario Amazon.
Maud Hillard |
Pero ¿cuál fue el detonante que significó un cambio en mi
incipiente carrera como escritora? Es indudable que fue Amazon. Y no tengo
reparos en decirlo, porque la considero mi mejor aliada. Fue a través de Amazon
como la editorial de Turquía supo de mis libros, al igual que la que
actualmente es mi agente para Francia, Maud Hillard. Maud compró La búsqueda y se la leía a su esposo día
a día, traduciéndola simultáneamente al francés. Le gustó tanto la novela que
decidió hablar conmigo. Fue en Amazon donde me encontró Ediciones B, y también
fue en Amazon donde dio conmigo Mauricio Navas Talero, productor y guionista
colombiano; leyó La lista y me escribió
un correo para que hablásemos por teléfono acerca de la posibilidad de llevarla
a la
pantalla chica. Consiguió firmar con la cadena RCN y será convertida en
audiovisual. Y actualmente escribo una novela que puedo decir es “a pedido” de
un importante agente español, para presentarla a una gran editorial, y que
conste que si la oferta no me interesa, con seguridad la publicaré en Amazon,
que es donde me encontró.
Mauricio Navas Talero |
También la firma Audible se acercó a mí para comprar los
derechos de todos mis libros para pasarlos a audiobook, y creo que de no haber
estado en Amazon no hubiera sucedido. Prácticamente todo se lo debo a esa
plataforma a la que muchos escritores le deben tanto, entre ellos personas que
conozco. También hay otros que hablan muy mal de Amazon, tal vez tengan sus
motivos, pero a mí me ha ido muy bien, me ha servido de trampolín para
proyectos que jamás se hubieran llevado a cabo si no hubiera publicado allí.
¿Pero acaso todo se lo debo achacar a la suerte? Me parece
que estaría siendo injusta conmigo misma si lo hago. Todas las oportunidades
que tocaron a mi puerta se las debo a que publiqué mis libros. Y lo hice en la
plataforma más conocida, pero si los libros hubieran sido malos, con seguridad
nada hubiera sucedido. Por tanto me debo un autoreconocimiento y dejar de lado
la falsa modestia con la que uno suele envolverse por pudor, por educación o
por inseguridad. Es claro que la inseguridad nunca me abandonará, pues gracias
a ella me esfuerzo en escribir cada vez mejor, pero admito que he escrito algunas
novelas muy buenas y estoy orgullosa de ellas. No todas lo son, vamos a estar
claros; también sé reconocer cuando las cosas no salen como me habría gustado,
pero no será por falta de interés o de empeño. A todos los escritores les debe
suceder algo parecido.
Es obvio, no me voy a comparar con escritores de la calidad
de los grandes como Leon Uris, por mencionar un gran nombre, cada uno sabe qué
lugar ocupa y sé que me encuentro en un término medio, me encanta que mis
novelas se lean y que lectores entusiastas me escriban diciéndome que
disfrutaron mis libros. Es el mejor apoyo que puedo recibir, entonces sé que mi
trabajo valió la pena.
¡Hasta la próxima, amigos!
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Mauricio Navas,
Premio Literario Amazon,
Traductora
miércoles, 14 de agosto de 2019
Entrevista a Blanca Miosi en Europa Press
La escritora Blanca Miosi:
"La novela histórica añade valor a lo que se cuenta"
Con motivo del Premio Literario Amazon 2019:
domingo, 21 de julio de 2019
jueves, 11 de julio de 2019
¿No te convence promocionar en Twitter?
Twitter es una red social que si se sabe utilizar resulta
sumamente útil para difundir noticias, promover nuestros libros, enterarnos de
los que ocurre en el mundo o con nuestros actores, series o
Esta plataforma amplió el número de caracteres que podían
escribirse de 140 a 280, lo que facilita la explicación o el enunciado de
cualquier noticia que deseemos dar a conocer.
¿Qué le funciona mejor a los escritores? Obviamente las
imágenes. Como en todo sitio, las imágenes atraen poderosamente la atención y,
por supuesto, no olvidarse del enlace. De lo contrario lo que deseamos publicitar
quedará allí como algo que se vio y se olvidó. Ahora todo se centra en la
accesibilidad. Cuantas más facilidades para encontrar el sitio, mejor.
En Twitter también se pueden formar grupos, en el caso de
escritores, se ponen de acuerdo para tuitear los avisos de los demás, de manera
que cada uno de esos avisos saldrá en Twitter no una, ni dos, ni tres veces,
sino todas las veces que los demás del grupo hagan RT. Yo prefiero publicar mis tweets personalmente.
He comprobado que los libros que pertenecen a esos grupos raramente ocupan los
primeros lugares en ventas, pese a que algunos tienen más de 20 o 30 RTs
diarios. Mis Tweets no son tan retuiteados como otros (tal vez porque piensan
que no lo necesito, o quién sabe por qué otros motivos) pero mis libros se
venden y se leen, lo que es más importante. Eso sí, en mi mercado natural, que
es el de amazon.com, un mercado que abarca los Estados Unidos y los países de
Sudamérica, excepto Brasil, que tiene su propia Amazon y el idioma es el
portugués.
A veces me encuentro a lectores desconocidos que me dejan
Mensajes Directos (MD) que es como se llama a los mensajes privados en Twitter,
diciéndome que leyeron mis novelas, otras veces me dejan comentarios
recomendando mis libros, la verdad, es muy satisfactorio encontrarse con estas
sorpresas. En ocasiones veo imágenes o fanarts
publicadas en mi time line (imágenes de
mis libros creadas por lectores u otros escritores) que son una verdadera
pasada.
Los que se quejan de no comprender Twitter es porque no se
han dado a la tarea de seguir a otros, de promocionar a otros, de elaborar
imágenes para otros para que de esta manera los tengan presentes y los
seguidores de estos otros vean también sus libros. Una buena idea es seguir a
los superventas, porque ellos tienen muchos seguidores que son lectores, que se
convertirán en potenciales lectores de nuestros libros. Repito: Si nos
limitamos a seguir a nuestro círculo de amigos, también reduciremos nuestro
potencial de ventas.
Dejar un comentario acerca de cualquier tema, hacer un RT o
dar un clic sobre el pequeño corazón que allí significa “Me gusta” hace la
diferencia. Las personas tienden a agradecer los gestos amables, y generalmente
son recíprocos. Claro, como en todas partes, también hay quienes solo se limitan
a dejarse promocionar. Cuando esto ocurre y veo que no hay interés de parte del
autor del libro que ayudo a promocionar, simplemente dejo de hacerlo, porque no
veo por qué gastar mi tiempo en algo que no le interesa al propio autor.
Gran parte de mis seguidores son de Estados Unidos. Los
norteamericanos son bastante más recíprocos que los latinos, y son inmediatos.
Empecé a seguirlos y a promover sus libros mucho antes de publicar mi primer
libro en inglés, “Waldek” (La búsqueda), de manera que cuando lo lancé ya tenía
seguidores que me ayudaron a promocionarlo, y me consta que muchos de ellos lo
compraron. Así mi novela logró llegar a 99 comentarios, algo muy difícil de
conseguir en el mercado angloparlante. Eran más comentarios, pero Amazon borró
unos tantos, no sé a cuenta de qué.
Cuando otros escritores me piden que ayude a promocionar sus
libros yo lo hago encantada, siempre y cuando vea que el autor también está
involucrado en el trabajo de promoción, de lo contrario dejo de hacerlo. La mayoría
de las veces actúo por reciprocidad, y no me limito a hacer RT sino a copiar
íntegro el aviso, incluyendo la imagen y tuitear por mi cuenta.
Algo que se debe tener presente son los horarios. Por aquí en América, cuando en España es mediodía, nosotros apenas estamos abriendo los
ojos; son seis horas de diferencia. De manera que los de España raramente me
verán a las 9 o 10 de la mañana. Yo empezaré a estar presente a partir del
mediodía, esto cuando tengo tiempo, claro. Mi mejor hora es por las tardes, a
partir de las 4 o 5 y de ahí en adelante, aunque no siempre puedo estar en
Twitter, debe ser el motivo de que mis libros se vendan más en América. Por eso
promociono libros de autores españoles por la mañana (para mí) y libros de
angloparlantes por las tardes.
Eso sí, mis libros que están en Alemania, Francia y Reino
Unido necesariamente los publicito primero, (en la mañana para mí, mediodía para
ellos) porque raramente están en Twitter demasiado tarde, no así los españoles,
que me consta que están presentes hasta altas horas de la noche.
Como ven, hay muchos aspectos a tomar en cuenta, pero una
vez que se adquiere el hábito resulta muy fácil. Y, créanme, cuando dejo de
estar presente en Twitter por varios días, se nota en las ventas.
¡Hasta la próxima, amigos!
lunes, 8 de julio de 2019
Aviso para los concursantes al Premio Literario Amazon 2019
Como miembro del jurado me veo en la necesidad de aclarar ciertos puntos a los escritores que me escriben para saber cómo se seleccionan las obras finalistas.
Según he dicho en entrevistas que he respondido al respecto, los cinco miembros del jurado no seleccionamos las obras finalistas. Es el patrocinador, en este caso, Amazon, el que hace la selección. ¿Basándose en qué parámetros? No lo sé, e ignoro si algún otro miembro del jurado lo sabe. Al igual que en todos los concursos, esa selección es secreta e inapelable (según bases de premios Planeta y Alfaguara) y supongo que el patrocinador está en su derecho de no aclarar en qué consiste la selección y cuáles son los parámetros para llevarla a cabo. En cambio, a favor de Amazon, debo decir que al menos ellos son honestos cuando ponen en las Bases: “El Patrocinador evaluará cada Libro en función de su viabilidad comercial, a su absoluta discreción, y elegirá a cinco finalistas”. Algo que los demás concursos no aclaran.
¿Qué haría yo si tuviera que elegir a los finalistas?
1. Me fijaría en el título.
2. Leería la sinopsis.
3. Las primeras páginas del libro me darán una idea de su calidad.
4. Creo que también me fijaría en el género para que cada año tenga oportunidad uno diferente.
1. Me fijaría en el título.
2. Leería la sinopsis.
3. Las primeras páginas del libro me darán una idea de su calidad.
4. Creo que también me fijaría en el género para que cada año tenga oportunidad uno diferente.
Lo extraordinario de este año es que cualquiera de los finalistas tendrá la oportunidad de competir con los finalistas tanto de este concurso como del resto de concursos de KDP de otros idiomas y serán valorados por un panel ejecutivo de Amazon Prime Video sobre su potencial para ser adaptados a una producción audiovisual basándose en diversos criterios como: creatividad, originalidad, singularidad narrativa y público potencial. (Creo que estos mismos criterios son los que se aplican a las obras escritas).
Los miembros del jurado no nos ponemos en contacto entre nosotros para dilucidar o elegir al ganador. Al menos no es mi caso. Por naturaleza soy discreta y prefiero no verme involucrada en dimes y diretes, de manera que mi opinión de los cinco libros finalistas que leo, solo la sabrá Amazon. Algún que otro escritor me escribirá (siempre hay quienes intentan enterarse cómo va el asunto) preguntándome al respecto, y mi respuesta puede ser complaciente, diplomática o alentadora, pero eso no garantiza que esté diciendo lo que realmente pienso, por eso, por favor, les suplico: no lo hagan.
¿Pienso que hay otras novelas que debieron ser seleccionadas como finalistas? Obvio que sí. Creo que hay muchas novelas que quedan fuera, pero cuando los participantes suman miles es inevitable que suceda.
¿Por qué Amazon decidió que mi nombre figurase entre los miembros del jurado? No lo sé exactamente. Así como tampoco sé el motivo por el que eligió a los demás. Solo puedo suponer que lo hizo porque tal vez consideren que soy buena lectora debido a la cantidad y género de novelas que leo. (Ellos deben llevar un récord de todo).
Amigos, deseo lo mejor para los participantes y tengan la seguridad, eso sí, de que la opinión que emitiré de las novelas finalistas será sincera. No me dejo llevar por amiguismos o por presiones.
Blanca Miosi
Blanca Miosi
jueves, 27 de junio de 2019
¿Qué es Ebrolis y por qué es importante para lectores y escritores?
Hace cuatro años recibí un correo de una página llamada
Ebrolis. El aviso despertó mi curiosidad porque se hablaba de libros y cuando
entré a la web me di con la sorpresa de que se trataba de recomendaciones de
libros escogidos según el género que yo eligiera a unos precios tentadores.
Desde entonces recibo la newsletter sin falta todas las semanas y en ocasiones he
visto libros míos ofertados, lo cual me produce una gran alegría. Tengo varios
grupos en Facebook, uno de ellos es de ebooks legales gratis, y suelo postear
los libros que Ebrolis ofrece de manera gratuita, así como también otros libros
que puedan ser de interés para mis seguidores a precios rebajados.
Creo que Ebrolis tiene una forma de negocio novedosa y
atractiva, porque solo sugiere la lectura del género que me agrada, lo cual es
un alivio como lectora, y como escritora encuentro la página como una gran
ayuda y complemento promocional más allá del que Amazon o yo misma puedo
ofrecer. Por ahora los libros que ofrecen
son de Amazon, Tagus, Apple, Google Play, Books, Barnes & Noble, Nook,
Kobo, Smashwords, pero tengo entendido que están ampliando su oferta a Ibooks y
tal vez a otras tiendas populares.
Con cuatro años de vida y 65.000 suscriptores veo a este
grupo de jóvenes emprendedores mucho futuro, porque, además, cada cierto tiempo
ofrecen un pack de libros que son toda una tentación por la forma en que se
pueden comprar: “Descarga gratis o paga lo que quieras por este pack de 18
libros” que pueden ser de misterio, ciencia-ficción, thrillers, fantasía,
histórica, o romántica, según sea el caso. ¿Quién puede resistirse a eso?
A los lectores les fascina, y a los escritores les conviene
que sus libros sean leídos aunque sea a un bajo costo, porque lector ganado es
lector que recomienda y que se puede volver un fan potencial.
Puedes darte de alta para recibir las recomendaciones de
Ebrolis AQUÍ y para autores/editoriales, tienen la
página www.ebrolis.com/autores.
¡Hasta la próxima, amigos!
lunes, 10 de junio de 2019
¡Finalmente! La presentación de la Trilogía EL MANUSCRITO
Finalmente tuve mi primera presentación de libros. ¡Y vaya
que la disfruté!
Sentada frente a un numeroso público formado en su mayoría
por personas dedicadas al mundo literario, me refiero a profesores de
literatura, ensayistas, poetas, dramaturgos, expertos en historia universal y
gente relacionada con la cultura, debo confesar que me sentí intimidada. Me
consolé pensando que muchos de los presentes eran amigos y dejarían pasar
cualquier tontería que yo dijese en relación con mis libros o el oficio de
escribir, algo que para mí es natural, aunque vine a descubrirlo con relativa
tardanza. Pero como dicen: “el tiempo de Dios es perfecto”. Es probable que si
hubiera empezado antes habría estado condenada al fracaso.
Yioyana Ahumada, la periodista y ahora amiga, se sentó a mi
izquierda en el pequeño sofá estilo Luis VI en donde antes había reposado mi
antecesor, Álvaro Pérez Capiello, un reconocido escritor venezolano autor de la
novela “Los dieciséis escalones”, porque fue una presentación por partida
doble. La seguridad de Yoyiana era
incuestionable, es profesora de periodismo en la Universidad Central de
Venezuela y reconocida en el ámbito cultural caraqueño; Lidia salas, la
promotora del evento, a quien estaré eternamente agradecida, fue la que
propició el que Ahumada fuera la encargada de la presentación de mi trilogía.
Como decía, Yoyiana se sentó a mi lado y su presencia imponente me dio cierta
seguridad, pues sentía que a su lado yo adquiría jerarquía. Sus palabras,
inesperadas para mí, fueron un baño a mi ego. Y cuando digo esto lo digo en
serio. Sé que en las presentaciones se suele poner en un alto sitial la obra
del autor, pero Yioyana habló de mí, de cómo ella me percibía después de la
entrevista que me hizo días antes. Luego habló de mi obra y es la parte que más
disfruté, pues escuchar a alguien de su talla decir que mis libros no se podían
dejar de leer, es el sueño de todo escritor. Se refirió a mí como un “fenómeno”,
en el buen sentido, obviamente, y que yo tomé como halago. ¿Por qué un fenómeno?
Tal vez porque no provengo del mundo literario y pese a ello mis libros se
venden y se leen en todo el mundo, algo impensable para cualquier escritor que
cumpla con todos los requisitos. Alabó mi condición de autopublicada y de cómo
llevaba esa insignia con orgullo y promocionaba mis obras y las de otros
escritores sin tapujos ni reticencias. Eso es cierto.
Maravillosa presentación, Yoyiana, fue toda una sorpresa. Después
hablé yo, y lo que llevaba preparado por escrito ya en ese momento no cumplía
con lo que deseaba expresar. Preferí improvisar tomando en cuenta sus palabras
y me lancé al ruedo. Supongo que dije algunas tonterías que espero perdonen,
pero eran las que el momento indicaba.
También agradezco de corazón a Mariela Mata Grossi,
profesora de la Universidad Católica Andrés Bello quien leyó la trilogía y tuvo
unas palabras de elogio para mi obra, y a Mireya Guerrero, auditora de
profesión y experta petrolera así como una aguda lectora. Habló de la trilogía
El manuscrito de una manera apasionada. Mi más profundo agradecimiento, sé que
ambas leyeron mis libros porque lo desearon, no tuve que imponerles nada, y eso
es muy valioso para mí. Como dije en la presentación: prefiero que otros hablen
de mí y de mis libros, hacerlo yo sería absurdo.
Desde aquí agradezco a Edgar Vidaurre Miranda, presidente
del Círculo de Escritores de Venezuela, a Carmen Cristina Wolf y muy especialmente
a Lidia Salas, y a todos los asistentes a un evento que siempre guardaré en mi
memoria.
¿Deseas ver la presentación? Aquí: https://youtu.be/76uAsIvJjNo
¿Deseas ver la presentación? Aquí: https://youtu.be/76uAsIvJjNo
La trilogía EL MANUSCRITO:
EL SECRETO http://viewbook.at/ElSecreto
EL COLECCIONISTA http://viewbook.at/Coleccionista
EL RETORNO http://viewbook.at/Elretorno
martes, 28 de mayo de 2019
¿Te preocupan los comentarios negativos?
J. D. Salinger, ante su obra "El guardián entre el centeno", uno de los escritores más enigmáticos del siglo XX. Le bastó una sola obra para ser idolatrado. |
Ser escritor es someterse al
escrutinio público. No solo de los lectores sino de las personas a las que un
escritor no les cae bien aunque no hayan leído una página de algún libro de su
autoría. Antes no existían las redes sociales y no enterarse de la opinión de
los lectores concedía cierta tranquilidad a cualquier escritor publicado.
Ignorar qué pensaban los lectores hacía la vida más sencilla de cualquier
escritor, quienes temían, eso sí, la opinión de los críticos literarios, capaces
de situar un libro en las estrellas o hundirlo en el olvido. Hoy en día con el
advenimiento de Internet y el acceso a las redes sociales es posible que la
opinión de los lectores llegue directamente al autor, antes un ser inaccesible,
impenetrable y en nuestra imaginación de lectores situado en algún lugar mágico
en el que se encerraba a crear sus obras, los imaginábamos como seres
tortuosos, con un cigarrillo entre los dedos o varias botellas de algún líquido
espirituoso vacías a su alrededor escribiendo día y noche. Se tejían en su
entorno una serie de leyendas que aupaban el misterio ya de por sí endilgado a
la dama en cuestión, como fue el caso de Agatha Christie o Amandine Aurore
Lucile Dupin, de seudónimo George Sands, la escritora francesa amante de
Chopin, o las leyendas misteriosas que se crearon alrededor de Edgar Allan Poe
y la vida de Oscar Wilde.
En la actualidad la idea que se
tiene de un escritor es absolutamente diferente. Son personas accesibles, en
muchos casos bastante normales, aunque también existen los que se crean un aura
de relativo misterio o de viajeros empedernidos o los que prefieren permanecer
ocultos al público y no tienen cuenta en ninguna red social, o escriben bajo
seudónimos —en algunos casos varios—, porque prefieren su intimidad o porque
temen que lo que escriben pueda marcarlos de alguna manera nefasta en su vida
cotidiana.
El asunto es que cualquier novela
que se publique o autopublique terminará vendiéndose en alguna plataforma
digital en donde se alienta al lector a dejar comentarios. Igual sucede en
sitios como Twitter, Instagram, Linkedin y en especial en Facebook, en los
grupos de lectores y escritores en donde gente que lee y también la que no lee opina
públicamente de la obra de cualquier escritor, trátese de García Márquez, Faulkner,
Hemingway, Proust, Cervantes, Coelho como también de cualquier escritor autopublicado.
Estoy segura de que a un Dan
Brown le importa menos una crítica negativa que a cualquier escritor
independiente por la sencilla razón de que los últimos están más expuestos y
son más frágiles. Pero no debe ser razón para rechazar cualquier crítica
negativa. Cada persona es un mundo, y acabo de ver en un hilo en Facebook con
más de trescientos comentarios que a unos les encantaba El Quijote, La divina comedia, Cien años de soledad y Las Uvas de la ira
mientras otros denostaban enérgicamente de ellas. Tenemos la suerte de que
exista tanta diversidad; unos dicen que Rayuela
es una maravilla y otros que no llegaron a la tercera página, mientras que El hombre de la rosa era odiado y amado
con igual intensidad por casi la misma cantidad de lectores. No se puede
complacer a todo el mundo. Así como existen diversidad de escritores la hay de
lectores. No podemos desanimarnos porque un lector deja un comentario negativo,
claro, los escritores preferiríamos que si es negativo fuese lo más delicado y
educado posible, pero los lectores simplemente escriben lo que piensan o lo que
sintieron al leer un libro así como nosotros pensamos y sentimos al escribirlo.
Cada escritor especulará que su
obra es mejor que la de cualquier otro, y se sentirá ofendido si alguien se
atreve a decir que su obra es un bodrio. Pero esa misma obra para otro lector
puede ser sublime. Comprobado en el debate al que me referí líneas arriba en el
que escritores famosos sufrieron el escarnio público de sus obras más
galardonadas. Así como hay escritores incultos, necios, soeces, ignorantes,
cretinos, tercos, obtusos, fanáticos religiosos, ateos, sabios, científicos,
brillantes, genios, aventureros, misteriosos…, también hay lectores incultos,
necios, soeces, ignorantes, cretinos, tercos, obtusos, fanáticos religiosos,
ateos, sabios, científicos, brillantes, genios, aventureros, misteriosos… No debería
preocuparnos la diversidad en los comentarios sino el contenido de nuestro
libro. Contra la opinión pública no podemos hacer nada. Está fuera de nuestro
alcance, enfoquémonos en lo que sí podemos cambiar.
miércoles, 15 de mayo de 2019
Atila, el azote de Dios, de William Dietrich - Reseña
Atila, el azote de Dios, de William Dietrich, un escritor norteamericano, historiador, periodista, y ganador del Premio Pulitzer.
Me llamó la atención el título: Atila. ¿Quién no ha escuchado: «Cuando las hordas de Atila pasaban, nunca más volvía a crecer la yerba», o algunos refranes refiriéndose al aludido, la mayoría de las veces de manera despectiva, o en el mejor de los casos como ejemplo de destrucción? La curiosidad que este personaje me despertaba me llevó a tomar el libro de la estantería, y ahora, después de llegar a la última página sé que no me ha defraudado.
La época del rey de los hunos, Atila, se establece en 449 d. C., en las postrimerías del Imperio romano, dividido en el Imperio romano de Occidente, gobernado por Valentiniano III, y en el Imperio romano de Oriente, cuya cabeza principal era Teodocio II, quien gobernaba desde la ciudad de Constantinopla.
Atila poseía el ejército más numeroso para su época; no todos eran hunos: estaba conformado por sus aliados bárbaros: ostrogodos, gépidos, rugianos, escirios, turingios, vándalos (pueblos bárbaros procedentes de Escandinavia), refugiados bagaudas de la Galia, y guerreros de más allá del Báltico. Arrasaban con todo lo que encontraran a su paso. Pero Atila quería apoderarse de Roma. Ustedes saben que en la historia de Roma siempre existieron las componendas, las luchas intestinas por el poder, y ese fue uno de los motivos que desencadenaron esta parte de la historia. La hermana del emperador Valentiniano, Honoria, envió un emisario a Atila para que la rescatase de la prisión a la que la había sometido su hermano. El rey de los hunos sería emperador de Roma si acababa con el ejército romano y se casaba con ella. ¿Cómo resistirse ante semejante oferta? Así pues, las hordas de Atila empezaban a acercarse a Occidente cuando el general Aecio, considerado por algunos historiadores como el «Último de los Romanos», logra reunir a los pueblos bárbaros (que también los había del otro lado) y convence a Teodorico, el rey de los visigodos, para unírsele, sabiendo que si lo hacía, las demás tribus que permanecían neutrales, también lo harían.
El ejército conformado por los romanos resultó pues, en una pléyade de aliados de toda índole, casi tan parecida a las que formaban las hordas de Atila, con la diferencia de cierta disciplina remanente, inculcada a través de los siglos. Se libra entonces una de las batallas más impresionantes de la historia: la del Pueblo del Alba, como llamaba Atila a su ejército, contra las legiones de Roma, reforzadas por los alanos, francos, borgoñones, olibriones (veteranos romanos), astrogodos, francos sálicos, sajones del norte, armoricanos , arqueros sármatas, honderos sirios y africanos, y los visigodos, unos de los combatientes más rudos y temibles, en una confrontación bélica que se llamó «La batalla de las naciones».
El que Atila lograra cohesionar a los aliados de Roma resulta paradójico, pues el ejército disciplinado e invencible; las famosas legiones romanas, se encontraban en franca decadencia, y por sí solas hubiesen sido incapaces de contener las ansias de poder del rey de los hunos. En el 451 d. C., en la Batalla de las Naciones, o la batalla de los Campos Cataláunicos como se la recuerda hoy en día, que, según los historiadores se cree, ocurrió en las inmediaciones de la actual Troyes, en el nordeste de Francia, finalmente salieron vencedores los romanos. Sin embargo, otro hecho paradójico como resultado de esta victoria, es que el general Aecio, fue acusado por su emperador de dejar escapar a Atila.
¿Cuáles serían sus motivos? Sin Atila, el ejército romano no tendría razón de seguir existiendo, ya que cada vez era más costoso su mantenimiento en un decadente Imperio romano. Valentiniano III asesinó al Último de los Romanos, como agradecimiento de haber salvado Roma de los hunos.
Atila se retiró con sus huestes a Oriente, para al año siguiente invadir el norte de Italia con un diezmado ejército, en un intento de recuperar su maltrecha reputación, sin embargo, fue vencido por la peste y las hambrunas que asolaban la región. Muere un año después, en el 453 a. C., según la leyenda: ahogado en su propia sangre, debido a una hemorragia nasal mientras dormía en estado de embriaguez, la noche de bodas con su nueva esposa. Pero esto forma parte del anecdotario popular, pues al no poseer escritura, son muchos los detalles perdidos.
La historia que ha llegado hasta nosotros es la que cuenta la parte romana. Y es lo más relevante de la novela, pues William Dietrich ha sabido recrear los momentos históricos de los verdaderos protagonistas, cubriendo los grandes huecos con escenas lógicas, que bien pudieron suceder en los escenarios reales.
Atila, el azote de Dios, no es un libro de historia, es una novela con datos verídicos, con una trama interesante que se desenvuelve en un argumento apasionante.
William Dietrich es autor de El muro de Adriano, otra gran obra que pienso leer apenas la encuentre. Otras obras: El Reich de hielo, Las pirámides de Napoléon.
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