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Biblioteca Nacional del Perú |
No soñé con ser
escritora desde niña, como es frecuente entre la gente que escribe. Fui una
lectora empedernida. El hábito de la lectura lo tuve desde pequeña, y como
consecuencia de que mi madre no tenía dónde dejarme en vacaciones pues ella
trabajaba, transcurrían mis días de asueto en la Biblioteca Nacional.
Después de los cincuenta escribí mi
primera novela, y a partir de allí supe que tal vez había equivocado el camino
a lo largo de mi vida, pues escribir se me daba bastante bien.
Las novelas que
escribo no suelen tocar temas ordinarios, creo que debido a que siempre sentí
predilección por las novelas de aventuras. Mis autores favoritos fueron Emilio
Salgari, Stevenson, Alejandro Dumas… hubo un tiempo en el que como todos los de
mi época, prefería a Herman Hesse, Ouspenski y a Gurdjieff, luego me enfrasqué
en Nietzsche, quien por un tiempo me hizo ver el mundo al revés de como lo había
percibido, y luego vino el turno de Oriana Fallaci, Samuel Beckett, García Márquez,
Hemingway; para después con el tiempo decantarme por escritores como Morris
West, Jeffry Archer, Stephen King, Noah Gordon, Ken Follet… de manera que debo ser producto de una mezcla
de todos los autores mencionados.
Hasta hace muy
poco me resistía a autodenominarme «escritora»,
porque me parecía que para serlo había que tener méritos suficientes, pero la
gente que me rodea y aquella con la que frecuento en las redes sociales me
endilgaron el título, así que cada vez me parece más natural, aunque todavía
hoy siento cierto asombro cuando observo que personas que apenas han escrito un
esbozo de novela se autodenominan «escritores», en
sus páginas, o al final de un mail.
No todos
percibimos la escritura de igual manera. Para mí es una forma de evasión,
porque fue así como la sentí durante toda la vida. De ahí que los temas que
escoja sean extremadamente complicados aunque se lean con facilidad. En La búsqueda me atreví a internarme en la
vida de un hombre que decidió que fuese yo quien contara su historia, ¡y vaya
que valió la pena!
En El legado me introduje voluntariamente en el oscuro
mundo nazi, creé personajes de absoluta ficción y los mezclé con los reales en
un entorno histórico tan bien orquestado que valió para situarlo en el primer
lugar de la categoría Militar por más de dos años. En Dimitri Galunov fue la figura de un chiquillo que obedece
ciegamente a una voz en su cerebro el que da lugar a una novela que linda en lo
fantástico. En El cóndor de la plumadorada me empapé de mis ancestros y reivindiqué la historia del imperio
incaico, narrándola como se sucedieron los hechos, sin tomar partido. Una
epopeya que valió la pena contar.
En El manuscrito I El secreto, me atreví a
incursionar en el thriller, en la
novela de acción, y creo que no salí tan mal parada. Y en La últimaportada fue una hermafrodita la protagonista, transformé una diosa de la India en una modelo en
Londres. Por último reuní algunos de los
tantos cuentos que he escrito, en un libro llamado El piso de la calle Ryden y sumé una pequeña nouvelle: Octavia y Francesco: ¿Es posible que surja amor verdadero
entre un joven de veinte y una octogenaria?
No puedo decir
que mis novelas sean excelentes, pero sí sé que tocan temas extraordinarios y
originales. No me gustan las copias o los remakes;
creo que los que nos dedicamos a la escritura tenemos el deber de plasmar ideas
nuevas, entretenidas, y que al mismo tiempo sean instructivas, pues es la
manera como vi la lectura a lo largo de mi vida. Es a los lectores a quienes les toca decidir
si lo que escribo es bueno, malo o mediocre.
Estoy muy
satisfecha con mi incursión en Amazon, actualmente todas mis novelas están en
la lista del top 100 de los best sellers, y las que más se han destacado son La búsqueda, El legado, El manuscrito y últimamente
está entrando con fuerza El cóndor de la pluma dorada.
Pero de todas
ellas la que se lleva la palma es La búsqueda,
con 535 días en el top 100, 430 de ellos en el primer lugar continuado. Acabo de verla ahora y está en el segundo,
detrás de mi querida amiga Antonia J. Corrales.
Actualmente
estoy en plena creación de El manuscrito
II El coleccionista y tengo tres novelas más que verán la luz tal vez el próximo
año, que están por corregir.
La búsqueda saldrá para octubre en su versión en
inglés, y para finales de año en francés. La verdad, no me ha ido nada mal como
independiente.
Finalmente
acepto que me digan escritora sin ruborizarme, al menos es un avance. Tal vez
logre dejar una huella de mi paso por este mundo cuando me haya ido.
¡Hasta la próxima,
amigos!