jueves, 16 de abril de 2020

De esto y lo otro en el mundo de la publicación actual

Hay muchas maneras de hacerse un espacio en el mundo de la publicación hoy en día.
La más utilizada por los escritores que no han logrado acceder a las editoriales regulares, es decir, que no son de autoedición o coedición, es publicar a través de las plataformas digitales, entre las que destaca Amazon.
De hecho, muchos de los escritores que actualmente publican por editoriales fueron captados de alguna plataforma digital. Pero como dicen, llegar no lo es todo. Lo importante es permanecer y progresar, lograr que los libros que han escrito se lean y por ende se vendan, que tampoco debería ser la meta final, sino la de convertirse en un buen escritor, porque es lo que deseamos todos, bueno, al menos yo.
¿Y cómo lograrlo?
Hay muchos buenos escritores que esperan a ser descubiertos, sea en Amazon o a través de libros autoeditados vendidos en algunas librerías. Algunos no hacen nada sino sentarse a esperar y ver pasar el tiempo, los días y los años. Otros deciden tomar la iniciativa y abren un blog de reseñas.
Entonces se ponen a la tarea de reseñar los libros de los amigos; todas las reseñas, sin excepción, son fantásticas, pensando que de esa manera los amigos escritores estarán agradecidos y actuarán en consecuencia.
Otros deciden lanzarse a youtubers con la misma idea, al cabo de un tiempo vemos que esos reseñadores y youtubers y aquellos que constantemente ponían comentarios positivos en nuestros libros lo hacían con la intención de publicar sus libros esperando tener reciprocidad.
Creo que no es la mejor forma de hacerse un campo, un espacio, un lugar en el mundo de la publicación. Si uno ayuda debe hacerlo porque desea, no porque espera un pago en forma de favor, comentarios, estrellitas en Amazon o ayuda en la promoción.  Cuando se ayuda debe hacerse porque realmente se desea, sin esperar nada a cambio.
Si voy a poner algunos de mis libros gratis jamás se me ocurriría pedir a cambio que me dejen comentarios. ¿Y si mi libro no les agrada? ¿Cómo serían esos comentarios?
Pedir comentarios a los amigos es ponerlos en un aprieto. No acostumbro a hacerlo porque prefiero que sus opiniones sean libres, de lo contrario nunca sabré si escribo bien o cometo fallos.
Si alguien me pide un libro se lo paso con gusto, porque sé que hay personas que no tienen acceso a compras en amazon o simplemente no tienen dinero para comprarlos. Pero no me atrevería a pedirle a cambio un comentario. Ni siquiera respondo con un "Ya me contarás".
En suma, ayudar a otros requiere espíritu de cooperación, y si uno lo hace de manera desinteresada no sentirá la frustración de no ser correspondido, porque no se espera nada a cambio. Y esto es para todos los ámbitos, no solo el de la escritura.
Ahora, no confundamos ayuda con obligación. No debemos sentirnos obligados a hacerlo, la ayuda tendría que producirnos satisfacción, de lo contrario sería una carga.  Así, a veces ayudamos a escritores que consideramos que valen la pena, pero si ellos no se ayudan a sí mismos, nosotros no podemos mover el mundo por ellos.
¿Leer a escritores amigos? Estoy de acuerdo. Siempre y cuando sus libros me gusten y me hagan pasar un buen rato, que es la finalidad de la lectura. Al menos en mi caso. Pero si debo leer un mamotreto que no me agrada, no lo haré y punto. Por más amigo que sea.  Tenemos libre albedrío, hagamos uso de él.
Para tener relativo éxito o hacernos un espacio en este mundo literario tan cambiante de hoy, debemos hacer un esfuerzo y dejar la comodidad. No todos tienen la suerte de los que son descubiertos mientras están en la fila del supermercado o esperando al autobús. Si no ponemos de nuestra parte, nadie lo hará por nosotros. Y si lo que deseamos es hacernos conocidos, hablemos de los libros de otros con honestidad.
No deseo que algunas personas se lo tomen como un ataque personal. Hay muchos blogs de reseñas que solo se dedican a reseñar, sin un motivo detrás, como el de hacerse de seguidores para que después compren sus libros. Y también hay muchos lectores que leen por puro placer y comentan porque lo desean, sin que exista una intención camuflada, comparten y recomiendan libros que les ha gustado, una actitud loable que agradezco muchísimo como escritora.
Suelo entrar a Twitter a publicitar mis libros y también los de otros escritores, pero no con la intención de que ellos a su vez lo hagan con los míos. Disfruto hacerlo. Pero a veces hay escritores desubicados que me envían un mensaje privado: "¿Qué te parece si tuiteas mi libro y yo hago lo mismo con el tuyo?" Generalmente lo hago, y espero que el solicitante cumpla, cuando no lo hace, dejo de ayudarlo. ¿Por qué? No porque espere una compensación o reciprocidad. Es porque considero que quien ofrece algo debe cumplirlo. Puedo hacerlo sin reciprocidad, no hay problema, pero entonces no prometas algo que no estás en capacidad de cumplir.
Generalmente estoy en Twitter para enterarme de noticias, y también porque me encanta recibir respuestas como: "Acabo de comprar tu libro" o "Me gustó mucho" o simplemente responder a personas que desean saludarme o desearme un buen día. Es increíble la cantidad de lectores que hay en Twitter. Una red social dinámica e inmediata. Me encanta.
Así que, amigos, a ponerse a trabajar si desean figurar. Y recuerden: nunca se olviden de dar las gracias cuando pidan un favor, una información, o lo que sea. No se imaginan la cantidad de correos y mensajes que recibo pidiéndome consejos e información y a cambio de mi respuesta no recibo un elemental: "gracias".

¡Hasta la próxima, amigos!

sábado, 4 de abril de 2020

¿Qué encontrarás en mis libros?

Cuando escribí mi primera novela allá por el año 2000 no es porque hubiera tenido el propósito de hacerlo, como ocurre cada vez que empezamos un año, en este caso, una nueva era. Fue algo simple: deseaba hacerlo para ver qué sucedía. Me gustaba escribir cartas. En papel, cuando el correo postal y después a través del correo electrónico, y a la gente le encantaba recibirlas, pero nunca me había planteado escribir novelas. Leía mucho, eso sí, pero ser lectora no te hace escritora.
Veinte años después no me arrepiento de haber escrito aquella primera novela, pues gracias a ella y a las personas amigas que la leyeron, sus opiniones, felicitaciones y lágrimas (porque mi novela las conmovió), me dieron el impulso para seguir escribiendo y aquí me tienen, veinte años después con diecinueve novelas. 
Estoy empezando la número veinte, y tal vez la termine dentro de unos meses, lo que daría un promedio de una novela por año.
En las entrevistas algunas veces me preguntan: ¿qué encontrarán los lectores en tus libros? y se me hace difícil responder, por la sencilla razón de que escribo de temas muy diferentes. Para aclarar: no me limito a un género. Puedo escribir novelas históricas como thrillers de intriga, suspenso o misterio, pero si me preguntasen: ¿cuáles son los temas de los que prefiero escribir?, diría que el de la intriga mezclada con historia.
Así, en La búsqueda narro la vida de un niño durante la invasión alemana a Polonia en la Segunda Guerra y su posterior desarrollo como adulto en América; en El legado doy a conocer a ese personaje misterioso llamado Erik Hanussen, consejero de Hitler y a su descendencia; en El cóndor de la pluma dorada novelo la historia del imperio incaico, refiriéndome a uno de los incas menos nombrados; Túpac Yupanqui, sus conquistas y amoríos; La última portada trata de una joven de la India que tiene el poder de actuar como una mujer y también como un hombre; en Dimitri Galunov un niño de inteligencia superior es encerrado en un psiquiátrico porque creen que quemó su casa con su familia dentro. La trilogía El manuscrito está envuelta en misterio, intriga y suspenso; en El rastreador me adentro en el terreno de los agentes de la CIA; en La lista Toni Montero es un ex presidiario que busca venganza (actualmente están escribiendo el guión para una serie televisiva, cosa que ocurrirá también con El pacto); El sustituto trata de un joven genio y un inválido, uno se hace pasar por el otro; En Dos caminos un destino la vida de dos amigos de la infancia corren paralelas hasta que llega el momento del reencuentro inesperado (Es una novela que todavía no ha salido al aire, exclusiva de Audible); en Hijo del pasado Daniel Kozlowski es rescatado de Auschwitz al final de la guerra por lo americanos y encerrado en un campo de refugiado en Karaolos, Chipre, logra salir de allí y emigra a Estados Unidos, y en la más reciente, que todavía no tiene título, me interno en la vida de un espía español durante la Guerra Fría.
Y como en todas las novelas, el amor no puede estar ausente aunque no siempre es el tema principal. Forma parte importante de ellas, pero no me esfuerzo por recrear escenas eróticas en las que se describe al detalle pasajes de alto contenido sexual. Creo que un buen lector sabrá comprender entre líneas lo que sucede durante el acto amoroso y no lo considero un recurso para hacer atractivas a mis novelas, me enfoco en la importancia de los personajes, en los diálogos naturales y obviamente en la trama en una historia que procuro sea original.
Sin apenas darme cuenta transcurrieron veinte años, y es porque la escritura absorbe de una manera que se pierde el sentido del tiempo. Hoy al ver hacia atrás no me arrepiento haber escrito mis primeras líneas, todo ha sido gratificante y maravilloso, y espero que siga siéndolo un tiempo más.
No enumeré todas mis novelas porque sería tedioso, pero dejo aquí el enlace a mi página de autor en Amazon: Author.to/BlancaMiosi

¡Hasta la próxima, amigos!