domingo, 25 de enero de 2015

¿Qué hace especial a una novela?

Aunque algunos auguran la decadencia del auge de la publicación independiente creo que son opiniones parcializadas. Me parece que como ocurre con todo, después de tres años de su puesta en marcha, empieza la selección natural (haciendo apología a la teoría de Darwin), en este caso empezamos a comprender mejor de qué va el asunto.

Esto no quiere decir que los que tengan más amigos vendan, como pensaban muchos al comenzar la aventura. Ni tampoco los que tengan novelas excelentes. Todo depende de las tendencias literarias de los lectores. Ni siquiera de las tendencias creadas por las grandes editoriales. Son los gustos de la sociedad en la que estamos inmersos los que dictaminarán qué libros irán hacia arriba y cuáles hacia abajo.

Los gustos literarios dependen del entorno, no es lo mismo vender en España que en Estados Unidos o en Sudamérica. El lector, como todo ser humano tiene preferencias y es el resultado de una serie de factores que rodea su existencia, por eso no es muy recomendable imitar a los grandes Best Sellers, porque los diferentes mercados no responderán igual. Lo mejor es ser originales y si desean incursionar en territorio extranjero amoldarse a la perspectiva desde donde ellos ven el mundo, que no es lo mismo que imitar o copiar los temas de moda en ese lugar. Es situarse en escena.

También hemos aprendido que no todo lo que publicamos se venderá al mismo ritmo que alguna de nuestras novelas de más éxito. Eso de "Tú lo tienes fácil, porque has publicado muchas novelas", no es del todo cierto. Yo tengo once y de ellas cuatro son las que más se venden.

No puedo quejarme por haber incursionado en Amazon. Lo hice porque como algunos saben, rechazaron mi novela El manuscrito I El secreto. Sin embargo no me desanimé, tenía fe en el tema de mi novela, aunque no tanto en su calidad, pues era la primera vez que sufría un rechazo. La reescribí, le agregué escenas, profundicé algunos personajes y me decidí a publicarla en Amazon, en donde tenía La búsqueda y El legado (ya publicadas por editoriales pero con los derechos digitales libres) sin mayor esperanza de ventas estaban en el foso, en tres meses tuve siete ventas, tres de ellas de amigos, y una mía. 

El manuscrito tuvo un comportamiento diferente. En menos de un mes se situó en la lista de los más vendidos y llegó arriba. En España se abrió la tienda Amazon y ocurrió lo mismo. Ediciones B, la primera editorial en tener claro que el asunto de los libros digitales era el futuro contactó directamente con cinco autores independientes de los cuales yo formaba parte, y firmamos para la edición digital y la de papel. Pero el principal efecto fue que los lectores de El manuscrito se fijaron en mis otros libros y empezaron a comprar La búsqueda, mi primera novela escrita con decencia. Fue con la que aprendí gracias a mi querido maestro Fernando Hidalgo quien con infinita paciencia y diplomacia resaltaba sus errores. Errores que yo era incapaz de ver pues no sabía qué había escrito bien o mal. Esa novela fue la primera que publiqué en una editorial después de seis meses de corrección. Pero no funcionaba en Amazon,

¿Qué es lo que hizo que El manuscrito sí lo hiciera? No lo sé. Suerte. Oportunidad. Tema. Tendencia. Para ser sincera lo ignoro. Poco tiempo después una editorial de Turquía compró los derechos de traducción al turco. AmazonCrossing se interesó por los derechos al inglés pero ya estaba en plena traducción con la empresa que tradujo La búsqueda.

WALDEK, The boy who defied the Nazis había sido traducida por ARS Linguapor mi cuenta al ver los buenos resultados en español: más de un año en el primer lugar de los más vendidos en Amazon USA, e hice bien, ha tenido aceptación, más de la que yo esperaba, está en dos listas de bestesellers; Historical y Holocaust.

Y The Manuscript I The Secret ya está traducida por ARS Lingua  y publicada en Amazon.

¿Qué tiene El manuscrito I El secreto? Creo que más que nada originalidad. Tal vez sea el motivo por el que interese tanto. AmazonCrossing volvió a comunicarse conmigo esta vez desde Alemania, interesada en traducirla a ese idioma. Así que si las cosas van como están programadas el lanzamiento será en octubre. Estoy realmente emocionada, es un mercado muy interesante, tengo allí lectores en español, ¡y ahora saldrá una de mis novelas en alemán!

Pero eso no es todo. El fenómeno de La búsqueda sigue. Este enero me enteré en Twitter que hubo una discusión del tema de la novela en una librería en un club de lectores de Nueva York:

Algo inesperado, pues ni siquiera era seguidora de la persona que lo anunciaba.

Y otra noticia que merece la pena que resalte es que La búsqueda formará parte de las imágenes y textos del libro escolar del 9°, que editará en abril de este año la Editorial Santillana SAS Colombia, según me comunicó los primeros días de enero la documentalista de esa empresa

Estoy pasando por momentos realmente sorprendentes, maravillosos, debidos a estas dos novelas, pero antes que nada gracias a que me esforcé para que estuvieran bien escritas.

Tal vez no sea la mejor escritora que exista, solo tengo la suerte de escribir libros diferentes, no me sumo a las tendencias, pero eso sí: trato de situarme en el contexto del mercado que me interesa vender. Quizá sea el motivo de que mis novelas se vendan tanto en Estados Unidos, donde existe enorme cantidad de hispanohablantes viviendo inmersos en la cultura anglosajona.

Es probable que deduzcan  que escribo pensando en el marketing, y no es así. Toda la vida he leído a escritores norteamericanos, más que a españoles o a sudamericanos y, según parece, somos el resultado de lo que consumimos, lo cual no es aplicable solo a los alimentos, también a las costumbres, lecturas, películas...

No sé qué me depare el futuro, estoy viviendo un presente que jamás imaginé cuando puse por primera vez el dedo en una tecla para escribir una novela. Y este presente lo quiero disfrutar al máximo porque no se repetirá. 

¡Hasta la próxima, amigos!

miércoles, 14 de enero de 2015

¿Para qué uso Facebook?

Estamos ya a 14 de enero del 2015, y es la primera entrada del año que hago en este, mi querido blog. ¿De qué hablaré esta vez?

Esta vez le toca el turno a Facebook.

Cuando vi que todos mis amigos bloggeros se estaban pasando a Facebook me entró una especie de pánico porque no estaba acostumbrada a interactuar en otros portales que no fuesen foros literarios o mi blog. Así que abrí mi cuenta y dejé pasar unos meses hasta que me animé.  Ni siquiera sabía de qué hablar, no conocía a nadie ni sabía ir de visita a los muros o perfiles. Miren nada más qué poca imaginación la mía. Así que empecé poniendo fotos de mis libros y a hablar de ellos, como si a alguien pudiera importarle. Pero era lo que mejor conocía y mamá siempre me dijo que no hablara de algo que no sabía, consejo que he seguido a rajatabla hasta que de pronto se despertó en mi el ansia de hablar de todo y con todos, porque al parecer estamos en una época en la cual es fácil enterarse yendo a Google.

Facebook no resultó tan antipático, para empezar no me gustaba el formato, pero ya me acostumbré y ahora no le presto atención. Con el paso del tiempo tengo una mejor idea de la utilidad de ese sitio y he llegado a ciertas conclusiones.

Facebook es un sitio ideal para las personas que deseen contactar con amistades lejanas o perdidas en el tiempo, familiares o amigas del colegio, de aquellos tiempos que ya no volverán.

Pero creo que la mayor utilidad de Facebook es que permite exhibir la parte de la vida de una persona, la que se desea que sea expuesta al público. Fotos de cuando era joven; yo prefiero poner las de un par de años para acá porque de joven era y un fiasco y cuando se es mayor eso ya no importa. Un cumpleaños, regalos que te dieron, viajes, todo lo que parezca que es bueno ventilar. Por supuesto, hay quienes lo usan para demostrar lo contrario hacia determinadas personas.

La mayoría se atreve a dar al "Me gusta" y nada más. Con eso basta y sobra, claro que las empresas tecnológicas con ese "Me gusta" hacen y deshacen a su antojo porque todo va a parar a un programa especializado en el que dejamos de ser seres anónimos y delatamos hasta nuestras costumbres más íntimas.

Los que piensan que Facebook es el escaparate de una librería para vender libros, están equivocados. Es más fácil vender allí perfumes, ropa, zapatos, antigüedades, coches y toda clase de artículos siempre y cuando estén exhibidos en imágenes. A la gente le gusta ver y comprar, es algo inevitable que nace con el ser humano como si formara parte de nuestro ADN.

Pero de ahí a comprar libros hay una gran diferencia. En primer lugar porque hay que leerlos, es decir, enterarse de qué se trata, y luego si la persona tomó nota, lo cual es muy dudoso, lo comprará cuando vaya a una librería. Y seguramente apenas vea la mesa de novedades ya olvidó el título que tenía anotado. Pero la tecnología nos ha facilitado las cosas, ¡ahora se pueden  comprar libros estando frente a la pantalla! sin embargo siempre está aquello de que "debo enterarme primero de qué se trata" y sobreviene una pereza...

Así que los que se la pasan divulgando las bondades de sus libros con imágenes extraordinarias y palabras grandilocuentes... me temo que no venderán mucho. Los veo a diario, uno tras otro, y hasta yo, que tengo un Kindle, y puedo hacer clic y tenerlo en un segundo siento cierto rechazo.  Compré muchos al comienzo, cuando estrenaba mi lector electrónico, pero la mayoría de esos libros han quedado por la mitad, no porque el Kindle sea dificultoso de usar, es lo más simple del mundo. Es por el contenido.  Sin embargo también tuve la suerte de encontrar escritores estupendos de los cuales no solo disfruté la lectura; también aprendí mucho.

Hay algo que sí funciona en Facebook y lo uso con relativa frecuencia: Dar noticias.

¿A qué me refiero?

Si soy escritora, la mayoría de mis "amistades" ya lo saben y no tengo que decirles cada día que compren mi libro. Lo que hago es dar noticias acerca de ellos o de lo que sucede con mis novelas. Publico las entrevistas que me hacen o la novela que acaba de lanzar algún escritor amigo, alguna buena nueva de alguien que está triunfando, o las reseñas que hacen los lectores de mis novelas o comento la que acabo de leer.

También si estoy escribiendo alguna nueva, o la portada para pedir alguna opinión. Noticias relacionadas con el mundo editorial y literario y ese tipo de cosas que a cualquiera que esté en esto de la escritura podría interesar. A veces me apetece poner la imagen de mi novela bandera "La búsqueda", que sigue incombustible en los primeros lugares y merece que se conozca aunque la mayoría de mis amigos la haya leído, porque pienso que se alegrarán al saberlo. O algún banner que he aprendido a hacer para Twitter porque me divierte.

Tengo once libros publicados, algunos amigos escritores muchos más, lo sé, pero si tuviera que promocionarlos en Facebook invadiría los grupos que tengo y también mi muro, y no es la idea. Hay un lugar para cada cosa y ese es Twitter, más efectivo, no se acumulan las noticias, es dinámico, y a diario entra gente nueva no solo para decirte que pongas un "Me gusta" en su página como sucede en Facebook. Allí me entero de todo, inclusive de las colas en tal o cual sitio en Caracas para comprar leche, detergente o azúcar, que es lo que más escasea. Por suerte no he tenido que hacer ninguna todavía, pero ya llegará el momento.

Facebook es una verdadera red social, en la que se conversa, se hacen amigos (y enemigos), se entera uno de política, quién está enfermo, quién cumple años o quién falleció. La idea es fantástica y me encanta, pero hay días en que me saturo porque pierdo mucho tiempo que podría dedicarlo a escribir. Y ya bastante tengo con Twitter.

Facebook me ha regalado unos amigos increíbles, que de otra manera jamás hubiera conocido, por eso es tan adictivo, porque nos comunicamos. ¡Con la falta que hace!

Y bueno, ya es suficiente por hoy. Seguiré escribiendo El rastreador que está en su punto cumbre y cómo no, visitando Facebook, pero con la mesura de los últimos tiempos.

¡Hasta la próxima, amigos!