Acerca de los libros que promociono en Twitter y de quienes exigen que ponga comentarios en Amazon
Debido al
escaso tiempo del que dispongo (imagino que sucede igual con todos) elijo los
libros que voy a leer casi con pinzas. Y, como todos, tengo mis autores
preferidos de siempre, también sigo leyendo libros didácticos porque no se
termina de aprender nunca, y de vez en cuando escojo libros de algunos autores
compañeros de letras, sea porque los bajé gratis a mi Kindle o porque los haya
comprado por solidaridad. Supongo que muchos hacen lo propio.
En
ocasiones, más de las que quisiera, me llegan manuscritos a través de mensajes
o de mi correo electrónico con notas solicitándome que lea esos trabajos y dé
mi opinión. Señores, no soy una editorial ni tengo personal que se dedique a esa tarea.
No es fácil
leer manuscritos de más de 250 páginas en formato A4 en el ordenador. Tampoco me es
fácil leer como antes, cuando era una simple lectora. Hoy en día los errores
saltan como si tuviesen luces de colores ante mis ojos, de manera que los voy
anotando, lo que equivale prácticamente a hacer una corrección. Y la verdad, es
un trabajo que toma gran parte del tiempo que puedo dedicarlo a corregir mis
propios libros, terminar los que tengo a medio escribir, o a promocionar mis
obras y las de los que me ayudan en Twitter.
Sin embargo
sigo recibiendo mensajes de personas desconocidas por mí, acerca de libros que
me envían sin yo haber solicitado, y en algunos casos la insistencia es tal,
que debo dejar de lado mis tareas urgentes para dedicar horas de mi necesario
descanso nocturno a leer libros que termino corrigiendo. Y lo ingrato de todo
este asunto es que sus autores apenas dan un desabrido: “gracias” y no
responden a un correo detallado con mi informe.
No es lo
mismo leer a amigos escritores con quienes intercambio trabajos, o leer algún
manuscrito que yo haya solicitado para ayudar a corregirlo con mis pocos
conocimientos. Son casos en los que
priva la amistad y algunos otros factores que no voy a divulgar aquí.
La
finalidad de este post es hacer del conocimiento de los que tengan a bien pasar
por este sitio, que preferiría no recibir manuscritos de personas ajenas a mi
entorno o que yo no haya solicitado, pues ni soy una editorial ni creo que mi
opinión sea tan valiosa. Así que he tomado la decisión de rechazar cualquier
trabajo que me llegue a menos que yo lo haya pedido como resultado de una amistad
previa.
El asunto
en Amazon también es peliagudo. Si esperan que lea sus obras y las glorifique, también
están equivocados, porque no puedo puntuar con cinco estrellas trabajos que no
las merecen, por más buenas personas que sean. Créanme, es preferible que no opine en Amazon,
pues tendría que poner en algunos casos una estrella y haría mucho mal al autor
tener esa puntuación de mi parte.
Últimamente he recibido mensajes demasiado insistentes en que coloque mi
opinión en esa plataforma, sin tomar en cuenta de que aparte del trabajo que
normalmente tengo, mi mente en estos
momentos no se encuentra en capacidad para ocuparme de poner estrellas en
Amazon, me refiero obviamente a los sucesos que están ocurriendo en Venezuela
que no son para nada ajenos a mi vida.
Bastante
tengo con entrar a Twitter y proseguir con mi ronda de promociones, tan necesarias
para mí como para algunos libros de las personas con las que colaboro Y QUE TAMBIÉN LO
HACEN CON LOS MÍOS, con quienes me siento en deuda.
Pero da la casualidad (o tal vez no sea tal casual), que los escritores
más exigentes para obtener resultados de lectura de mi parte son los que jamás
promocionan un libro mío. Por supuesto, después de leer el suyo, lo borro de mi
lista si no me ha gustado, pues acostumbro promocionar a casi todos, pero una
cosa es promocionar y otra muy diferente es RECOMENDAR. En el marketing intervienen muchos factores; un personaje puede promocionar una bebida
carbonatada, pero si en la vida real lo ven tomando una bebida de otra marca,
el aviso se convierte en un fraude, y hasta puede haber sanciones en el
contrato para este tipo de actuación.
Por eso
tengan en cuenta que, aunque muchos critiquen que yo promocione obras de todo
tipo, únicamente cuando coloco la palabra: RECOMIENDO, es porque el libro
merece la pena al menos en mi opinión ser leído, aunque contenga fallas ortográficas,
o algún que otro error, porque el contenido es realmente impresionante,
original y con un repaso podría ser aún mejor. Hay otros que ni con un repaso,
créanme. Pero
no por ello dejo de promocionarlos mientras no los haya leído, pero
una vez que los lea algunos querrían que simplemente les hubiera seguido
haciendo promoción en Twitter.
Espero no
haber ofendido la delicada sensibilidad de algunos autores, pero tenía que
decirlo.
¡Hasta la
próxima, amigos!
Blanca
Miosi
Espero que estés bien amiga mía, momentos difíciles que deseo pasen cuanto antes. Cuídate mucho. Un beso
ResponderEliminarYo hasta el momento estoy bien, María José, con las preocupaciones normales que cualquier persona podría tener en similares circunstancias, pero por suerte, no me ha sucedido nada, al menos por ahora.
EliminarUn beso
Contra el vicio de pedir, la virtud de no dar. Me parece una descortesía que alguien pida a alguien que "gratis et amore" regale su tiempo en actividades que en ocasiones resultan muy tediosas como la lectura de originales. Haces muy bien Blanca. Yo estoy en tu línea.
ResponderEliminarAsí es, José Luis, si es un amigo el que me lo pide, lo haría con mucho gusto, y sobre todo si es de los amigos que intercambia trabajos con uno, que ayuda a corregir y yo repaso sus textos, pero hay personas absolutamente ajenas que acostumbran pedir favores que yo nunca me hubiera atrevido, y se enfadan si no aceptas. Así como hay anónimos que entran a dejar en tu blog una serie de argumentos que probablemente en nigún otro lugar tendrían cabida. Hay de todo en este mundo de Internet.
Eliminar¡Ay, amiga! En cierta ocasión me escribió airado alguien que me reprochaba que no colgara su libro en Solo Indi porque, decía, "no era amigo suyo", y me decía que si tenía la dignidad de poner cosas de autores que no fueran conocidos míos. Le contesté de una manera simple: ¿Dónde se puede ver lo que tú haces por los demás? Desde luego, este tipo de elementos, no suelen mover un esparto por nadie, y suelen ser de de ese tipo de personas que te dan algo para que lo leas y confirmes el alto grado de estima que tienen de ellos mismos. Como se te ocurra indicarles alguna falta se enojan y comienzan a "engorrinar" sobre ti por las redes sociales.
ResponderEliminarLo mejor, silencio y, como decimos por España, hacerse el sueco.
Salud y fuerza, Venezuela!
Exacto. Hay mucho de esllos que pululan por las redes esperando que compren y lean sus libros sin hacer nada por los demás. Creaso erro. A una casa se entra con educación y cortesía. Al menos es lo que me enseñaron de pequeña.
Eliminar¡Gracias por tus saludos para esta Venezuela agobiada, Fran!
La sinceridad no debiera molestar a nadie Blanca (y de hecho no molesta ni importuna), son los de siempre los que se quejan y, a esos, como debes suponer, no hay que hacerles ni caso. En cuanto a "esos" que parecen que nunca han tenido abuela y no dejan de importunar enviando sus manuscritos u enlaces (inclusive siendo desconocidos para uno), mejor ignorarlos y ya se cansarán. Un enorme abrazo y sigue como hasta ahora y no cambies!!
ResponderEliminarEstoy al cien por cien contigo, Blanca. Me han llegado peticiones de lectura de manuscritos que he atendido sin problemas. Cuando he dado mi opinión (sincera opinión) no he recibido más que desaires y reproches. Justo esos "compañeros de letras" cuyas obras he analizado, son los que menos han compartido la,promoción de mis libros en facebook y Twitter. ¡Ay, el ego, que hace creer geniales escritores a simples juntaletras! Cuídate, Blanca. Espero que todo pase pronto. Un abrazo.
ResponderEliminarBien dicho, y bien hecho, Blanca. Haces bien en tomar esa resolución. Hay gente que se comporta en internet de manera distinta a como lo hace en la vida real. Creen que es un sitio donde se va a sacar tajada, a promocionar sus libros, y no dan ni las gracias, olvidando que tratan con personas de carne y hueso. La soberbia y la falta de autocrítica hacen el resto.
ResponderEliminarQué gran entrada...y como simple lectora, no puedo estar más de acuerdo contigo, Pedir cinco estrellas a los lectores sin que éste piense que se los merece, no está bien, y no es justo para futuros lectores. además de que pueden dejar la imagen de que no publican para hacer pasar un buen rato, sino para vender. Por suerte, creo que son una minoría y que la mayoría prefieren una opinión sincera antes que halagos vacíos.
ResponderEliminarEn cuanto a tu decisión de no leer más manuscritos, es muy loable y creo que todo el mundo lo debería entender y el que no, dos trabajos tiene.
Como he dicho al principio, una gran entrada ! Besos !