Destinatario, Cuento por B. Miosi
Y aquí estoy, sentada sobre la cama desarreglada por enésima vez el día de hoy. No me puedo quejar, el día ha sido bueno. Que escriba una carta decía el periódico; que escriba una carta y la envíe al concurso “Cartas de Amor”… ¿Yo? ¿Escribir ahora? No. Ha pasado el tiempo, y no en vano. Ya no puedo tomar la pluma entre los dedos y dejar que corra mi imaginación, como cuando escribía a mi amor. Ahora todo es diferente. Siento frío en el alma, si es que aún la tengo y no se ha escapado con tantos suspiros que debo fingir. Pero he de apurarme, la cama está deshecha y aún falta el último cliente.
Tengo un cuerpo sobre el mío, mientras mi mente vaga por los interminables recovecos del pasado desde que leí el maldito aviso en el diario. Sí. Te escribiré una carta, te la enviaré en pensamiento y te preguntaré por qué, si me amas tanto, dejaste que muriera mi vida. Por qué no me escuchaste cuando mi hijo era asesinado en mi vientre… por qué dejaste que yo amase a un desgraciado. Por qué me pusiste en el mundo. Te diré que no espero ya nada de ti, que sólo espero a que… Esta es la peor parte de todas, debo hacer tiempo hasta que termine de jadear como un ahogado en la orilla. No me puedo concentrar. «Bien, gracias, hasta nunca. Bien, bien, a mí también me gustó, adiós…».
Hoy iré frente al mar y respiraré aire fresco, miraré al cielo buscándote, exhalaré con fuerza y te enviaré mi carta. O tal vez te la lleve yo misma, O quizás encuentre a Alfonsina y le pida que lo haga por mí.
B. Miosi
Tengo un cuerpo sobre el mío, mientras mi mente vaga por los interminables recovecos del pasado desde que leí el maldito aviso en el diario. Sí. Te escribiré una carta, te la enviaré en pensamiento y te preguntaré por qué, si me amas tanto, dejaste que muriera mi vida. Por qué no me escuchaste cuando mi hijo era asesinado en mi vientre… por qué dejaste que yo amase a un desgraciado. Por qué me pusiste en el mundo. Te diré que no espero ya nada de ti, que sólo espero a que… Esta es la peor parte de todas, debo hacer tiempo hasta que termine de jadear como un ahogado en la orilla. No me puedo concentrar. «Bien, gracias, hasta nunca. Bien, bien, a mí también me gustó, adiós…».
Hoy iré frente al mar y respiraré aire fresco, miraré al cielo buscándote, exhalaré con fuerza y te enviaré mi carta. O tal vez te la lleve yo misma, O quizás encuentre a Alfonsina y le pida que lo haga por mí.
B. Miosi
Hola, Blanca.
ResponderEliminarCREO QUE CON ESE ESTADO DE ANIMO, ELLA MISMA SE LA LLEVARÁ, PERSONALMENTE, A DIOS.
Una bofetada tras otra, con un final a regusto amargo.
ResponderEliminar¡Qué bien escribes!
Excelente!! un beso
ResponderEliminarImpresionante cuento, blanca. Sin dramatismo pero sin concesiones. A veces la vida parece que sólo puede resolverse adentrándose en el mar. Un abrazo muy fuerte.
ResponderEliminarMe ha impresionado,parece tan real.
ResponderEliminarBesitos.
¡Ah! Antony, creo que ahora salió mejor, ¿no?
ResponderEliminarGracias por tu comentario!
Miguel: La vida suele ser así para algunas personas. ¿Nunca te has preguntado por qué a unos todo les sale bien, y a otro todo mal?
ResponderEliminarLa enseñanza desde el hogar es muy importante. Son los cimientos de lo que será tu vida.
Gracias, Winnie!
ResponderEliminarIsabel: Para llegar a esos extremos se debe contar con un poquito de valor. No creo en la cobardía de los suicidas.
Muchas gracias por pasar y dejar tu valiosa opinión!
Besos
¡Gracias Erika!
ResponderEliminarAmiga Blanca me gusto leer tu cuento ,en su contenido de letras y sentimientos es real como la vida misma de algunas mujeres que en su vida el amor les dio de lado y fingen el amor cobrando ,sin olvidar al amor de su vida...
ResponderEliminarBesos de MA para ti amiga.
Gracias mil por tu huella amiga y feliz fin de semana desde mi tierra granadina.
Realmente sobrecogedor, con una fuerza en los sentimientos expresados increíble. Y ese final con Alfonsina. Alfonsina y el mar.
ResponderEliminarUn gran cuento de B. Miosi.
Besos.
* A ver si leo las entradas de tus novelas y me pongo al día.
Esto no es un cuento, es una realidad más de muchas mujeres. Pero nunca sobra un recordatorio más.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Ma, por leer mi pequeño cuento, es como dices, tal cual.
ResponderEliminarBesos!
Blanca
Un honor que me leas, Maribel, sé que eres experta en micros, a mí me salen un poco más largos,...
ResponderEliminarSí, la mujer piensa con las entrañas, así de cruda ve su vida.
Besos!
Blanca
Hola, Celsa, muchas gracias por tus palabras, me encanta tu blog!
ResponderEliminarBesos!
Blanca