Lola Mariné: Una Gata sobre el tejado
Conocer a
una mujer como Lola Mariné es todo un privilegio. Esta vez
no solo miraré su agradable rostro de ojos enigmáticos que muestra en la
pantalla. No. Hoy estamos en su casa, en un acogedor rincón
con un precioso ventanal que invita a conocer el centro de Barcelona a fondo y
rodeadas por plantas naturales. Y mientras los gatos nos miran con sus aires de
indiferencia (Lluna y Jimmy), yo trato de averiguar el color exacto de los ojos
de mi anfitriona. No son verdes. Me parecen azules con un tono de gris, aunque no podría jurarlo. Miles de preguntas
inundan mi mente, venía preparada con una hoja escrita, pero se quedó en alguna
parte y no la encuentro. Tendré que
improvisar.
—Dime,
Lola, qué siente una actriz cuando escribe, ¿actúas cada personaje?
—Bueno, en estos momentos me siento más escritora que
actriz, pero mi experiencia como actriz me sirve ahora para meterme en la piel
de cada personaje, y claro que los actúo: repito los diálogos en voz alta,
gesticulo, río, lloro. La verdad es que observarme mientras escribo es todo un
espectáculo, ¡jajaja!
—¿Cómo fue
tu formación actoral?, fuiste a alguna academia, seguiste algún método…
Cuéntame como fueron esos inicios.
—Empecé en un grupo de teatro amateur en Barcelona en el
que también participaba mi madre. Mi hermano, que también era actor y bailarín,
me invitó a visitarlo en Madrid mientras él estaba trabajando en un teatro y aquel
ambiente me deslumbró. Conocí a actores famosos que hasta entonces solo había
visto en la televisión, y todo el mundo me preguntaba si yo también era actriz.
Cuando volví a casa lo primero que le dije a mi madre fue que me iba a Madrid
para ser actriz; a la semana siguiente estaba allí con el dinero que había
conseguido vendiendo mi moto. Hice varios cursos de teatro, me empapé del
método Stanislavsky y empecé a conseguir pequeños papeles.
—¿Hubo
algún papel que dejó marca en tu vida?
—Los papeles que más me impactaron fueron los que vi
interpretar a otras actrices, los que leí, los que soñaba encarnar: Ana
Karenina, Yerma, La gata sobre el tejado de cinc, Un tranvía llamado deseo… los
personajes femeninos de Chejov, de Tenesse Williams. Pero yo era joven y sin
experiencia y el mundo de la farándula no es más fácil que el de las letras.
Será que me gustan los retos.
—¿Qué
piensas del amor? ¿Crees en los amores a primera vista?
—Creo en el amor a primera vista igual que creo en la
amistad a primera vista. Es un feeling,
una conexión que se establece entre dos personas más allá de la razón, y la
intuición no suele fallar. Que dure toda la vida o un tiempo determinado es una
consecuencia de la evolución personal y las circunstancias, que no siempre nos
llevan por el mismo camino. En las distintas etapas de nuestra vida podemos
necesitar cosas diferentes.
—¿Consideras
indispensable vivir en pareja?
—No todo el mundo está hecho para vivir en pareja. Hay
personas, como la Elena, de Nunca fuimos
a Katmandú, que tienen claro que están mejor solas. La vida en pareja es el
ideal que nos han vendido siempre, pero no es indispensable, a veces, ni
siquiera es lo más conveniente. Cada cual debe encontrar su propia manera de
vivir, no hay opciones mejores ni peores.
—Y ahora,
pasando al terreno literario, ¿cómo fue esa transición hacia la escritura?
—He escrito durante toda mi vida. Creo que lo primero que
escribí siendo muy niña fue una poesía que le dediqué a mi madre. A los catorce
años tuve la osadía de escribir una novela, a los dieciséis envié otra a un
concurso y me la devolvieron con una amable carta de agradecimiento, ¡jajaja!.
Siempre he escrito: relatos, poesía, teatro. Soñaba con retirarme algún día a
una casita en la playa y dedicarme a escribir, pero estaba demasiado ocupada
con otras cosas. Hasta que tras mi regreso a Barcelona, en una reunión con
antiguas compañeras del colegio, varias de ellas me recordaron que yo era “la
escritora” del cole. Entonces fue cuando me planteé empezar a escribir
seriamente. De eso hace ahora cuatro años.
—He leído
tus cuentos, realmente excelentes, todos tienen un toque humano, sensible,
además de estar muy bien escritos, ¿tuviste que tomar algún curso o taller de
literatura antes de escribir tu novela Nunca
fuimos a Katmandú? ¿De dónde te viene esa vena de escritora? ¿De tu vida?
¿De tu experiencia? Lo que he leído de
la novela me ha parecido sencillamente genial.
Lola
me mira y sonríe, se acomoda en el sofá
y Lluna al lado de ella hace exactamente lo mismo. Me preparo para escuchar una
explicación, que intuyo, es muy interesante.
—Si te digo la verdad, los cursos los hice después de
haber escrito y entregado a la Agencia de Sandra Bruna Nunca fuimos a Katmandú, y me sirvieron para corroborar lo que ya había
hecho de una forma intuitiva. No quisiera que esto sonara pretencioso, pero
creo que como en cualquier expresión artística, el artista nace, no se hace;
después se puede formar, ayudarse con la técnica y aprender de la experiencia
de otros, pero si no tiene dentro esa semilla de creatividad, esa cualidad
especial, nadie podrá dársela; aprenderá la teoría, incluso a escribir
correctamente, pero nada más.
¿De donde me viene la vena de escritora? Supongo que de la necesidad de
expresarme, de sacar lo que llevo dentro, y de haber disfrutado durante toda mi
vida de la compañía de los libros y la palabra escrita.
—¿Piensas
que para escribir se necesita haber «vivido»? sin embargo, hay escritores
sumamente jóvenes, tal es el caso de Rafael Martín Masot, por ejemplo, miembro
del portal El Recreo, sitio donde nos conocimos…
—Siempre me ha sorprendido y admirado que personas tan
jóvenes como Rafa sean capaces de escribir tan bien. Creo que en este oficio la
experiencia es un grado, y también la serenidad que proporciona la edad. Yo no
me veo hace treinta años pasándome horas encerrada ejerciendo
una labor tan solitaria y concentrada como la de desarrollar una
historia; tampoco habría sabido qué contar ni cómo; tenía que vivir, gozar,
sufrir y amar para poder contarlo. Claro que mis novelas son muy de
sentimientos. Quizá otros géneros requieran más de la imaginación e inventiva
que caracteriza a los jóvenes.
—¿En qué te
inspiraste para escribir Nunca fuimos a Katmandú?
—En las mujeres que veía a mi alrededor, en recuerdos de
la Barcelona de mi adolescencia, en esos sueños que se nos quedaron por el
camino, en la idea de que las historias de mujeres que han superado la
cincuentena (cincuentañeras, las llamo yo) pueden ser tan interesantes como las
de las veinteañeras o treintañeras que están tan en boga. En el deseo de
ensalzar la figura de una mujer que sigue siendo joven, atractiva, que tiene
ilusión y ganas de vivir y además la
ventaja de la experiencia, que sabe lo que quiere y se siente segura de sí
misma.
—¿Disfrutas
en las presentaciones?
—Ahí sí que me sale mi vena de actriz, jajaja. Me siento
en mi salsa. Disfruto hablando de mi novela, transmitiendo esa filosofía de
vida que se refleja en ella. Me encanta esa conexión, esa complicidad que se
establece con el público y que acaba muchas veces en un coloquio desenfadado y
divertido, como si estuviéramos en una reunión informal charlando de nuestras cosas.
—Ya sabemos
la crisis por la que atraviesa el mundo editorial, y sin embargo, tu agente
Sandra Bruna, apostó por ti, Viceversa aceptó la novela y ahora está en todos
lados, ¿Por qué, supones tú escogieron el tema de tu novela?
—El women fiction,
el chick lit, y en general, la literatura escrita por mujeres y que cuenta
historias de mujeres está de moda, siempre hay hueco para una novela de esas
características y un público interesado en leerla. No quisiera crear polémica,
pero parece ser que las mujeres leemos más que los hombres y nos gusta vernos
reflejadas en las historias que nos cuentan. Y los profesionales del mundo
editorial eso lo saben muy bien y detectan enseguida qué novelas pueden interesar a los lectores.
Debo decir, no obstante, que
muchos hombres han leído Nunca fuimos a
Katmandú y también les ha gustado mucho.
—¿Qué ha
sido lo mejor que te ha sucedido desde que empezaste a publicar?
— Todo lo que me ha pasado desde que Nunca fuimos a Katmandú llegó a la Agencia de Sandra Bruna ha
sido maravilloso. Primero, que aceptaran representarme, después, que la novela
le interesase a Viceversa, ver el libro en las librerías es el summun para un escritor, la aceptación
que ha tenido y sigue teniendo entre los lectores, el continuo feed-back que recibo a través de emails y comentarios, poder dedicarme
solo a escribir y “llevar vida” de escritora es un sueño hecho realidad. No
puedo destacar un hecho en particular, esta novela ha cambiado mi vida y no ha
dejado de darme satisfacciones. Y siguen sucediendo cosas, no pasa un solo día
que no tenga un nuevo motivo para sentirme feliz.
—Por una de
las entradas en tu blog, me he enterado de que ya tienes otra novela en
ciernes, ¿podrías adelantar un poquito de qué se trata?
—Bueno, todavía estoy muy centrada en Nunca fuimos a Katmandú y no me gusta adelantar acontecimientos,
pero te voy a dar una primicia, jeje, es la primera vez que hablo de ello: mi
nueva novela se titula Habana Jazz Club,
y cuenta la historia de una cantante de jazz cubana y sus vicisitudes desde que
viene al mundo en La Habana, recién estrenada la revolución, las circunstancias
la llevan hasta Madrid y recala por fin
en Barcelona.
—Existen
miles de blogs de escritores, muchos de ellos con verdaderas ansias de
escribir. Algunos lo hacen realmente
bien, pero no han tenido la oportunidad de ser aceptados por agentes o
editoriales. ¿Tienes alguna idea del
porqué sucede eso? ¿Te atreverías a dar un consejo sincero a los que tienen las
expectativas de publicar algún día?
—Creo que la era tecnológica que estamos viviendo ha
propiciado que mucha gente se anime a escribir y hay infinidad de escritores
con talento, pero ni Agencias ni Editoriales pueden absorber todo el material
que se les ofrece, y menos en un momento de crisis como este. A veces da la
impresión de que hay tantos escritores como lectores. Los profesionales del
medio tienen que afinar mucho aún a costa de verse obligados a rechazar obras
que en otras circunstancias hubieran tenido mejor suerte.
Por eso, yo les diría a quienes sueñan con publicar algún día, que no se
desanimen, que a lo mejor no es el momento para ellos pero que si creen en su
obra algún día lo conseguirán. Que sigan escribiendo y aprendiendo, que sigan
luchando. Al fin y al cabo, escribimos porque no podemos vivir sin hacerlo, y
eso nadie nos lo podrá quitar jamás.
—Dime,
Lola, cómo es el día de una escritora como tú. ¿Eres metódica? ¿Sigues algún
horario? —Lola lanza una mirada traviesa y cambia de posición, me fijo en sus leggins y la camiseta escotada. Definitivamente es una mujer con sex appeal. Se me ocurre preguntarle
algo al respecto— ¿Te consideras una mujer atractiva? ¿Tu novela se basa en
alguna experiencia o sentimiento personal?
—Bueno, Blanca, vamos por partes que me has colado un
montón de preguntas en una, jajaja. Mi día a día yo lo definiría como relajado,
nunca en mi vida había gozado de una sensación de tranquilidad como la que
disfruto ahora. Nada ni nadie me atosiga, voy a mi ritmo pero trato de
organizarme y escribir todos los días, generalmente por las mañanas; tampoco
pasa un solo día sin que lea al menos unas páginas de un libro. El resto del
tiempo lo dedico a vivir, a aprender, a absorber la vida a mí alrededor y
anotar ideas.
¿Si me considero atractiva? Bueno, cuando se llega a cierta edad la
belleza empieza a estar más por dentro que por fuera, jajaja. Lo que sí puedo
decirte es que me gusto mucho más a mi misma que cuando no era más que una niña
bonita sin mucho que ofrecer. Pero siempre he sido coqueta y me gusta cuidarme
y dar una imagen lo más grata posible. Otra ventaja de la edad es que aprendes
a sacarte partido, a resaltar tus cualidades y minimizar tus defectos.
En cuanto a la novela, más que vivencias personales hay sentimientos de
los que he tirado para ver hasta donde llevaban a los personajes, alguna
anécdota como semilla de una situación determinada, filosofías personales
puestas en boca de uno u otro personaje. Pero a saber qué es verdad y qué es
mentira. Creo que todos los escritores ponemos cosas nuestras en lo que
escribimos, aunque solo sea nuestra personal percepción del mundo.
—Ay, Lola,
tus respuestas son toda una lección de vida… Estoy segura de que tus fans bloggeros disfrutarán con tus secretos.
Te dejo vía libre para que les dediques unas palabras, las que tú quieras.
—Lo único que puedo decirles es que nada de lo que estoy
viviendo ahora hubiera sido posible sin ellos, sin su apoyo, sin su estímulo,
sin ese cariño que traspasa los bits de esta pequeña pantalla. Un GRACIAS muy
grande a tod@s y espero seguir contando con ell@s por mucho tiempo.
—Muchísimas
gracias, Lola, por recibirme en tu casa, ha sido una conversación inteligente,
muy interesante y el lugar, encantador.
—Yo también he disfrutado mucho con tus preguntas, Blanca. Sabes hurgar en el alma de los demás para que se abra para ti. Muchas gracias.
Para saber
más de Lola Mariné y su obra:
Blog
personal: http://gatosporlostejados.blogspot.com
Blog de la
novela: http://nuncafuimosakatmandu.blogspot.com
Perfil de
facebook: http://www.facebook.com/lola.marine
Página de
la novela en facebook: http://www.facebook.com/pages/Nunca-fuimos-a-Katmandu/173196462705196
Editorial
Viceversa: http://www.editorialviceversa.com/files/index.php
Agencia
Literaria Sandra Bruna: http://www.sandrabruna.com/
Adiciona: http://www.ediciona.com/dir_ficha.php
Blanca y Lola dos escritoras y una magnífica entrevista. GRACIAS Un beso a las 2
ResponderEliminarAsí es: LA EXPERIENCIA ES UN GRADO, este sería el subtítulo que pondría de la entrevista.
ResponderEliminarEstupenda sintonía entre Lola y tú. Enhorabuena a ambas.
Besos,
Mián Ros
Muy interesante, he disfrutado con la entrevista, y sobre todo con la faceta de actriz de Lola, porque en la de escritora ya la conocemos más.
ResponderEliminarFelicidades y abrazos a ambas.
Una entrevista muy amena y orginal, que se sale de los tópicos y que muestra por ambas partes serenidad y profundidad, y amor hacia la vida. Genial. Besos a las dos.
ResponderEliminarMuy buena entrevista, Blanca, asi me he acercado un poco mas para conocer y entender a esta escritora que admiro, tanto como a ti. Gracias por esta entrega y muchas felicidades a las dos por lograrlo.
ResponderEliminarAbrazos
Gracias, Blanca. Fue una entrevista estupenda y disfruté mucho respondiendo a preguntas diferentes y profundas.
ResponderEliminarBesos.
¡Me ha gustado mucho la entrevista Blanca!
ResponderEliminarDos grandes escritoras, sin duda.
Por cierto Lola, ya tengo tu libro.
¡Un besazo!
Muy buena la entrevista.Lei tu novela" La hija de Hitler", y me gusto mucho. Un saludo.
ResponderEliminarMuchas gracias por acercarnos un poco más a Lola.
ResponderEliminarUn beso
No es por quitar méritos, ni mucho menos, pero no resulta complicado hacerle una entrevista a Lola. Lo cuenta todo sin tapujos, con detalles y disfrutando de todo lo que dice.
ResponderEliminarMuy bien sonsacados todos esos secretillos, incluso el título de la nueva novela. Toda una señora primicia.
Enhorabuena a Blanca y a Lola o viceversa (jeje, que gracioso soy)
Un beso a las dos y enhorabuena a Viceversa.
Winnie, me contenta mucho que te haya gustado la entrevista.
ResponderEliminarMián: Buen subtítulo, tienes razón, y te digo algo: Lola sintoniza con todo el mundo, es increíble.
Maribel,
ResponderEliminarLa parte actoral de Lola me tenía intrigada, y también la personal, así que sacié mi curiosidad. Si disfrutaste la entrevista, me doy por satisfecha.
Gracias!
Eso, Sergio, por ambas partes serenidad y profundidad, ¡cómo me gustó eso!
ResponderEliminarEspero que a Lola también.
Besos!
Aquí estamos, Vicsabelle, Lola y Blanca, aunque este es el momento de Lola Mariné, y Nunca fuimos a Katmandú, que pronto leeré completo.
ResponderEliminarBesos y muchas gracias por pasar!
Blanca
Lola, yo quería entrevistarte desde antes de la publicación de tu novela, pero varios motivos lo impidieron. Esta vez me dí el gusto y creo que tus lectores no salieron defraudados al conocer más de ti.
ResponderEliminarMuchos besos y gracias,
Blanca
Miguel Ángel: Gracias por pasar y sé que la novela te va a gustar.
ResponderEliminarMontse: Tienes un blog precioso. Muchas gracias por leer mi novela.
Gracias a ambos!
Blanca
Hola Cantares, la entrevista fue todo un gustazo, me alegra que la hayas disfrutado.
ResponderEliminarBesos!
Jopsep Capsir:
ResponderEliminarEntrevistar a una mujer inteligente no es ningún problema, Josep. Me ha gustado tu juego de palabras: Viceversa.
Abrazos,
Blanca
Amigas Blanca y Lola mis felicitaciones a las dos por la entrevista y las respuestas.
ResponderEliminarUn placer grato visitar y leer tu blog amigo.
Abrazos de MA para las dos desde Granada.
Muy buena entrevista. Qué lindo que dos mujeres talentosas se encuentren de este modo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Fantástica entrevista, Blanca!! Te has colado en casa de Lola para regalarnos una charla de lo más interesante entre ambas.
ResponderEliminarMis felicitaciones también a Lola, me ha gustado mucho saber más de ella a través de las certeras preguntas.
Un abrazo para las dos.
Una entrevista muy amena, donde se siente ese lazo entre entrevistador y entrevistado. Enhorabuena a ambas, y de paso conocí otra escritura, a la cual no tengo el gusto de haber leído, pero lo haré. Creo que saber escoger el título de una obra, ya es una buena llave para entrar a verla, y estas llaves me parecieron golosas.
ResponderEliminarBesos a ambas.
Blanca, me olvidé decirte que comenté tu entrevista y puse un enlace en el blog de la novela: http://nuncafuimosakatmandu.blogspot.com.
ResponderEliminarBesos
Grcias, Ma, las respuestas están buenísimas, ¿no?
ResponderEliminarBesos!
Dondelohabredejado, bienvenida al blog, gracias por lo de mujeres talentosas, en lo que a mí concierne, Lola se lleva el premio.
Un abrazo!
Así es Armando, Lola me abrió las puertas de su casa y la pasamos genial.
ResponderEliminarMimosa: Mi casa es tu casa, regresa cuando quieras, la entrevistada fue la clave. Lola es muy especial.
Gracias por sus comentarios!
Besos,
Blanca
Ya voy para allá, Lolita, eso no me lo pierdo, ja, ja,
ResponderEliminarBesos!
Blanca
Blanca, felicidades, nos dejas entrever las maneras y afciones de Lola Mariné
ResponderEliminarAbrazos gatunos.
Sergio Astorga
Gracias, Sergio, como te habrás dado cuenta Lola sabe responder secretos: dice solo lo que debe. Lo demás, es imaginación tuya, ja, ja,
ResponderEliminarBlanca