La trilogía Millenium y Mario Vargas Llosa
Y bien, amigos, empezando el año, este día quiero dedicarlo a los diferentes puntos de vista a la hora de leer una novela. Siempre he comparado la lectura de un libro con la apreciación de una pintura. El arte es subjetivo, y es poco probable que dos personas vean lo mismo al mirar un cuadro, pues cada una se dejará llevar por su experiencia, sus recuerdos, sus sabores, sus olores, su forma de ver la vida.
La novela, un género tan apasionante, en el que la mayoría de los escritores dejamos parte de nuestras experiencias; porque es difícil describir sensaciones o sentimientos que no se hayan experimentado, y esto no quiere decir que narremos partes de nuestra existencia, ojo, lo que hacemos es apelar a ese banco de datos que contiene en cantidades prodigiosas nuestro cerebro; la novela, repito, es como una obra de arte. Unos pintan o dibujan, otros escriben. Y el lector, obviamente lee. Al comprar un libro escoge el tema con el que se siente más predispuesto a pasar unos días, o unas horas. Y cuando llega a la última página decidirá si valió o no la pena, y si está dispuesto a leer más obras del mismo autor.
Hace unos días me encontré con la reseña que hace Mario Vargas Llosa a la trilogía Millennium. He leído algunas opiniones, algunas desde un punto de vista técnico, otras, vista de la manera como se manejó la historia, todas válidas, y en la de Vargas Llosa encontré un aspecto muy importante que algunos de nosotros pasamos por alto en nuestro afán de perfeccionismo. Les dejo los extractos que me parecieron más resaltantes:
«Comencé a leer novelas a los 10 años y ahora tengo 73. En todo ese tiempo debo haber leído centenares, acaso millares de novelas, releído un buen número de ellas y algunas, además, las he estudiado y enseñado. Sin jactancia puedo decir que toda esta experiencia me ha hecho capaz de saber cuándo una novela es buena, mala o pésima y, también, que ella ha envenenado a menudo mi placer de lector al hacerme descubrir a poco de comenzar una novela sus costuras, incoherencias, fallas en los puntos de vista, la invención del narrador y del tiempo, todo aquello que el lector inocente (el "lector-hembra" lo llamaba Cortázar para escándalo de las feministas) no percibe, lo que le permite disfrutar más y mejor que el lector-crítico de la ilusión narrativa.
¿A qué viene este preámbulo? A que acabo de pasar unas semanas, con todas mis defensas críticas de lector arrasadas por la fuerza ciclónica de una historia, leyendo los tres voluminosos tomos de Millennium, unas 2.100 páginas, la trilogía de Stieg Larsson, con la felicidad y la excitación febril con que de niño y adolescente leí la serie de Dumas sobre los mosqueteros o las novelas de Dickens y de Victor Hugo, preguntándome a cada vuelta de página "¿Y ahora qué, qué va a pasar?" y demorando la lectura por la angustia premonitoria de saber que aquella historia se iba a terminar pronto sumiéndome en la orfandad. ¿Qué mejor prueba que la novela es el género impuro por excelencia, el que nunca alcanzará la perfección que puede llegar a tener la poesía? Por eso es posible que una novela sea formalmente imperfecta, y, al mismo tiempo, excepcional. Comprendo que a millones de lectores en el mundo entero les haya ocurrido, les esté ocurriendo y les vaya a ocurrir lo mismo que a mí y sólo deploro que su autor, ese infortunado escribidor sueco, Stieg Larsson, se muriera antes de saber la fantástica hazaña narrativa que había realizado.
Repito, sin ninguna vergüenza: fantástica. La novela no está bien escrita (o acaso en la traducción el abuso de jerga madrileña en boca de los personajes suecos suena algo falsa) y su estructura es con frecuencia defectuosa, pero no importa nada, porque el vigor persuasivo de su argumento es tan poderoso y sus personajes tan nítidos, inesperados y hechiceros que el lector pasa por alto las deficiencias técnicas, engolosinado, dichoso, asustado y excitado con los percances, las intrigas, las audacias, las maldades y grandezas que a cada paso dan cuenta de una vida intensa, chisporroteante de aventuras y sorpresas, en la que, pese a la presencia sobrecogedora y ubicua del mal, el bien terminará siempre por triunfar.La novelista de historias policiales Donna Leon calumnió a Millennium afirmando que en ella sólo hay maldad e injusticia. ¡Vaya disparate! Por el contrario, la trilogía se encuadra de manera rectilínea en la más antigua tradición literaria occidental, la del justiciero, la del Amadís, el Tirante y el Quijote, es decir, la de aquellos personajes civiles que, en vista del fracaso de las instituciones para frenar los abusos y crueldades de la sociedad, se echan sobre los hombros la responsabilidad de deshacer los entuertos y castigar a los malvados...»
Amigos, no he leído la trilogía, de manera que no puedo aportar mi opinión acerca de la obra, la intención de esta entrada era puntualizar en un aspecto que en nuestro afán de utilizar las técnicas depuradas de la narrativa dejamos de lado: la historia. Me refiero al tema. Si un argumento es lo suficientemente interesante, a veces se pasan por alto algunas estructuras defectuosas, porque lo que interesa es seguir leyendo. Por supuesto, no quiero decir que por ese motivo dejemos de fijarnos en los errores, pero ante una opinión así de un escritor consagrado como Mario Vargas Llosa, creo que merece la pena pensarlo.
En estos días estoy leyendo El símbolo perdido, de Dan Brown. Seiscientas páginas de datos, símbolos, acción, y todo a lo que nos tiene acostumbrados. Hasta el momento estoy disfrutando de la novela y quiero leerla despacio. También he empezado a escribir una nueva novela que aún no tiene título, y me he dado con la sorpresa de que algunas de las ideas que tenía ya escritas, las contiene El símbolo perdido. Tendré que cambiarlas, pues no quiero que se me acuse de plagio...
Para los que deseen leer el artículo completo, les dejo el enlace. Vale la pena.
Fuente: EL PAÍS, SL, 2009. © Mario Vargas Llosa, 2009
La novela, un género tan apasionante, en el que la mayoría de los escritores dejamos parte de nuestras experiencias; porque es difícil describir sensaciones o sentimientos que no se hayan experimentado, y esto no quiere decir que narremos partes de nuestra existencia, ojo, lo que hacemos es apelar a ese banco de datos que contiene en cantidades prodigiosas nuestro cerebro; la novela, repito, es como una obra de arte. Unos pintan o dibujan, otros escriben. Y el lector, obviamente lee. Al comprar un libro escoge el tema con el que se siente más predispuesto a pasar unos días, o unas horas. Y cuando llega a la última página decidirá si valió o no la pena, y si está dispuesto a leer más obras del mismo autor.
Hace unos días me encontré con la reseña que hace Mario Vargas Llosa a la trilogía Millennium. He leído algunas opiniones, algunas desde un punto de vista técnico, otras, vista de la manera como se manejó la historia, todas válidas, y en la de Vargas Llosa encontré un aspecto muy importante que algunos de nosotros pasamos por alto en nuestro afán de perfeccionismo. Les dejo los extractos que me parecieron más resaltantes:
«Comencé a leer novelas a los 10 años y ahora tengo 73. En todo ese tiempo debo haber leído centenares, acaso millares de novelas, releído un buen número de ellas y algunas, además, las he estudiado y enseñado. Sin jactancia puedo decir que toda esta experiencia me ha hecho capaz de saber cuándo una novela es buena, mala o pésima y, también, que ella ha envenenado a menudo mi placer de lector al hacerme descubrir a poco de comenzar una novela sus costuras, incoherencias, fallas en los puntos de vista, la invención del narrador y del tiempo, todo aquello que el lector inocente (el "lector-hembra" lo llamaba Cortázar para escándalo de las feministas) no percibe, lo que le permite disfrutar más y mejor que el lector-crítico de la ilusión narrativa.
¿A qué viene este preámbulo? A que acabo de pasar unas semanas, con todas mis defensas críticas de lector arrasadas por la fuerza ciclónica de una historia, leyendo los tres voluminosos tomos de Millennium, unas 2.100 páginas, la trilogía de Stieg Larsson, con la felicidad y la excitación febril con que de niño y adolescente leí la serie de Dumas sobre los mosqueteros o las novelas de Dickens y de Victor Hugo, preguntándome a cada vuelta de página "¿Y ahora qué, qué va a pasar?" y demorando la lectura por la angustia premonitoria de saber que aquella historia se iba a terminar pronto sumiéndome en la orfandad. ¿Qué mejor prueba que la novela es el género impuro por excelencia, el que nunca alcanzará la perfección que puede llegar a tener la poesía? Por eso es posible que una novela sea formalmente imperfecta, y, al mismo tiempo, excepcional. Comprendo que a millones de lectores en el mundo entero les haya ocurrido, les esté ocurriendo y les vaya a ocurrir lo mismo que a mí y sólo deploro que su autor, ese infortunado escribidor sueco, Stieg Larsson, se muriera antes de saber la fantástica hazaña narrativa que había realizado.
Repito, sin ninguna vergüenza: fantástica. La novela no está bien escrita (o acaso en la traducción el abuso de jerga madrileña en boca de los personajes suecos suena algo falsa) y su estructura es con frecuencia defectuosa, pero no importa nada, porque el vigor persuasivo de su argumento es tan poderoso y sus personajes tan nítidos, inesperados y hechiceros que el lector pasa por alto las deficiencias técnicas, engolosinado, dichoso, asustado y excitado con los percances, las intrigas, las audacias, las maldades y grandezas que a cada paso dan cuenta de una vida intensa, chisporroteante de aventuras y sorpresas, en la que, pese a la presencia sobrecogedora y ubicua del mal, el bien terminará siempre por triunfar.La novelista de historias policiales Donna Leon calumnió a Millennium afirmando que en ella sólo hay maldad e injusticia. ¡Vaya disparate! Por el contrario, la trilogía se encuadra de manera rectilínea en la más antigua tradición literaria occidental, la del justiciero, la del Amadís, el Tirante y el Quijote, es decir, la de aquellos personajes civiles que, en vista del fracaso de las instituciones para frenar los abusos y crueldades de la sociedad, se echan sobre los hombros la responsabilidad de deshacer los entuertos y castigar a los malvados...»
Amigos, no he leído la trilogía, de manera que no puedo aportar mi opinión acerca de la obra, la intención de esta entrada era puntualizar en un aspecto que en nuestro afán de utilizar las técnicas depuradas de la narrativa dejamos de lado: la historia. Me refiero al tema. Si un argumento es lo suficientemente interesante, a veces se pasan por alto algunas estructuras defectuosas, porque lo que interesa es seguir leyendo. Por supuesto, no quiero decir que por ese motivo dejemos de fijarnos en los errores, pero ante una opinión así de un escritor consagrado como Mario Vargas Llosa, creo que merece la pena pensarlo.
En estos días estoy leyendo El símbolo perdido, de Dan Brown. Seiscientas páginas de datos, símbolos, acción, y todo a lo que nos tiene acostumbrados. Hasta el momento estoy disfrutando de la novela y quiero leerla despacio. También he empezado a escribir una nueva novela que aún no tiene título, y me he dado con la sorpresa de que algunas de las ideas que tenía ya escritas, las contiene El símbolo perdido. Tendré que cambiarlas, pues no quiero que se me acuse de plagio...
Para los que deseen leer el artículo completo, les dejo el enlace. Vale la pena.
Fuente: EL PAÍS, SL, 2009. © Mario Vargas Llosa, 2009
Desde luego no se puede obviar algo como la opinión de Vargas Llosa...A mi me encanta y creo además que es acertadísima. Oye ¿ya estas con otra novela? ¡qué bueno! Un beso Blanca
ResponderEliminarHola Blanca, es curioso pero a mí me ha ocurrido como a ti, tengo una novela iniciada, bastante avanzada, y hace poco he leído un libro de Anna Galvada "El Consuelo" que, para mi sorpresa, tiene bastantes coincidencias argumentales con mi novela. A fin de cuentas los temas siempre son los mismos, la diferencia está en la forma de escribirlos, no cambies demasiado tu novela, lo has escrito tú.
ResponderEliminarGracias por tus comentarios en mi blog.
Un abrazo
Interesante entrada. Yo tampoco he leído la trilogía Millenium pero pienso que miles de personas no pueden estar equivocadas. No quiero decir con esto que la novela lo merezca, sin embargo, tiene que tener ese “algo” que arrastra a masas a leerla o a pasar el libro de unos a otros sin que la novela llegue a ver el fondo de un cajón (mi mujer los dos primeros de la saga se los bebió, como se suele decir). Obviamente hay que diferenciar el tipo de lector, los que hacen grandes a los bestseller no precisan tramas perfectas ni milimétricamente elaboradas sin tacha, sino una historia que les entretenga y enganche hasta llegar a la última página sin más. Si bien, el “otro lector”, todo aquel que quiere deleitarse con un buen libro inclina su placer más allá de estas montañas sugerentes que serán sin ninguna duda, las más vendidas.
ResponderEliminarVaya “causalidad” la tuya con el Símbolo perdido ¿no? A mí me ha ocurrido a veces con algún nombre o escenario o situación de alguna de mis novelas ante la que no podemos hacer nada. Y siempre pienso lo mismo: ese alma gemela que advirtió lo mismo que yo, pero... cuando las circunstancias se cruzan pueden ocurrir cosas así... pensamientos afines, dispares en el tiempo. ¿Y cuántas que no han pasado por nuestra vista que podrían asemejarse a cosas que se nos ocurrió escribir y que jamás llegaremos a descubrir?; que también las hay, seguro.
Te deseo buenas musas en la obra que estás articulando.
Un Beso, Blanca.
Tiene razón este hombre. Hay cosas que pueden perdonarse por una buena causa, aunque como dices eso no significa que tengamos que bajar la guardia al escribir.
ResponderEliminarYa comenté mi opinión sobre la trilogía. La verdad es que del primer libro puedo decir que me parece muy bien escrito. En los otros dos le doy la razón a Vargas Llosa: no sé siquiera si eran buenos o malos (sobre todo el segundo, el que más disfruté) porque la trama me tenía absorbida. Bueno, poddría concretar y decir que hubo algunas cuestiones muy molestas en el tercero, pero sí es cierto que el afán por saber cómo continuaba la historia me convertía en una lectora un poco miope.
Muy interesante, Blanca.
¡Un beso!
Sí, Winnie! estoy empezando una novela, ya les diré algo más cuando la tenga un poquito avanzada...
ResponderEliminarBesos!
Felisa, a mí tambien no es la primera vez que me sucede, a veces cuando ni siquiera he puesto un dedo en el teclado, y tengo la idea germinando en mi cerebro, me encuentro con que ya hay una película o una novela con el tema, creo que es la memoria colectiva o algo de eso, je, je,
ResponderEliminarBesos!
Blanca
Mián, es lo que ocurre con los bestsellers, tienen algo, "un-no-sé-qué" que hace miles de personas procuren leerla. Tal vez los lectores busquen simple entretenimiento, (confieso que muchas de las novelas que leo tienen esa finalidad) y formas una complicidad con el escritor a sabiendas que no te convence del todo, pero ahí vas.
ResponderEliminarLo del símbolo perdido, cierto, mi novela se basaba en la logia masónica, pero es como demasiado evidente, así que he empezado de nuevo y ahora ha dado un cambio radical. Claro, siempre quedan los secretos, la resolución de algún enigma, pero no lo hago porque estén de moda, es que sinceramente, me fascinan los enigmas y el misterio.
Gracias Mián!
Besos!
Blanca
Natts, yo leí tu artículo, muy completo y detallado de cada una de las novelas de la trilogía. Justamente por ello me causó curiosidad, pues siendo una novela tan leída, quise saber ¿por qué? ¿por qué? ¿por qué? y me encontré con este escritor al que admiro no solo por sus obras sino por su posición frente a la política.
ResponderEliminarMe llamó la atención que un escritor tan exigente, pasara por alto errores, que él admite que los tiene, en favor de una historia atrapante. "Algo muy bueno debe tener esa trilogía", me dije. Y se me ocurrió escribir la entrada.
Creo que es para animar a los principiantes a escribir historias excepcionales, ¿no?
Besos!
Blanca
Hola, Blanca. Fantástica entrada, amiga. Lo que dice Vargas Llosa es, simplemente, magnífico. ¿Por qué? Pues porque la perfección es en sí misma contradictoria con el arte, con la creación. Evidentemente, como bien comentaste, no se trata de que tiremos nuestras correcciones por la borda, se trata de no obsesionarnos con la formalidad, con la técnica, porque esa obsesión sólo restará poder a la creación, a la intuición.
ResponderEliminarPersonalmente prefiero ser un escritor leído y que guste a la gente que un escritor puramente formal o estético. ¿Sabes? El otro día empecé a leer el libro que dicen es el mejor de S. King: Apocalipsis, y caí en la cuenta de que este autor no se caracteriza por una "prosa bella", no, de hecho si tratas de rescatar párrafos realmente hermosos es difícil conseguirlo. Pero, ¿a dónde quiero llegar? Pues que para mí, King es un grandísimo escritor, con un estilo propio, que engancha y que crea personajes maravillosos, verdaderos, duditativos, con lados luminosos y oscuros.
Me ha gustado mucho la entrada, amiga, mía, casi que casi me has inspirado para una en mi blog, ya veremos.
Un abrazo y mucha suerte con esa novela en ciernes.
Estoy absolutamente de acuerdo con la opinión de Vargas llosa. La mayoría de lectores no son literatos, no escudriñan la estructura de una frase ni tratan de desmontar lingüísticamente un relato. Sólo buscan, buscamos, una entretenida historia que nos haga vibrar de emociones.
ResponderEliminarNo basta con que una composición musical sea correcta, ha de transmitir un mensaje. Lo mismo pasa con la literatura. Antes leería una buenísima historia con "pequeños" fallos ortográficos, gramaticales, que una novela que no aportara mucho más que bonitas palabras encadenadas en una estructura perfecta.
Saludos!
Nelo
No he leído la saga y no puedo opinar, pero todas las críticas que voy leyendo comparten la opinión de Vargas Llosa de su imperfección estilística. Pero si su argumento engancha, es suficiente para que la gente "común" lea sin exigir demasiado (aunque muchos digan que les cuesta engancharse al principio). La cuestión es que la gente lea ¿o no?
ResponderEliminarSiento lo de tu argumento con ideas similares...a muchos nos ha pasado y luego hay que retocar y cambiar. De todos modos, tú tienes tu estilo personal, y a un mismo tema, le darás un enfoque diferente al de otro autor, así que tranquila.
Yo estoy de acuerdo con argas Llosa. Por supuesto que la novela tiene fallos. Pero, ¿cuál no la tiene? Además, no puede compararse con novelas que no sean del mismo género (más best seller que negro) y, dentro de ese género, es de las mejores que he leído por una razón muy simple: DIVIERTE.
ResponderEliminarY, creo (que aparte de una obvia corrección, lingüística, estilística, argumental, ortográfica etc... que están por descontadas) el entretenimiento, la diversión y el placer que puedan producir deberían ser los primeros puntos para valorar novelas de este género, ya que, en mi opinión, es el objetivo por el que fueron creadas.
Hola blanca, me gustaría compartir contigo la valoración que le hago a un libro:
ResponderEliminarQue el argumento enganche, que entretenga, que emocione, que el vocabulario no sea muy rebuscado y que tenga una buena estructura lingüística. Si una vez leído el libro, se ha cumplido algunos de los tres primeros puntos o los tres, el libro me ha gustado, independientemente si tiene pequeños fallos gramaticales, cuestión que paso por alto.
Esta semana he terminado de leer el Símbolo perdido. Está muy bien documentado y engancha desde la primera hoja. No te comento nada más sobre este libro, pero estoy segura de que te gustará.
En cuanto a la trilogía del milenium, a mi marido le ha gustado mucho, está deseando de que me la lea, lo hare cuando me acabe Un mundo sin fin de Ken Follett.
le he dado al botón de enviar sin haberme despedido.
ResponderEliminarUn beso Blanca.
Hola Blanca, yo leí la trilogía el mes pasado y llevaba unos meses tratando de decidirme a hacerlo porque soy de los que lo que empiezan lo acaban y empezar el primer volumen suponía acabar el tercero. Así que me decidí y en ningún momento me arrepentí, tan sólo de haberlo demorado tanto. La opinión de Vargas Llosa constituye una sabia lección sobre lo que hoy en día tenemos a nuestra disposción, como lectores y como escritores. Estoy de acuerdo en lo que dice y apoyas al cien por cien. Cuando leo una novela tengo dos maneras de hacerlo, según sea el caso. Una, sin detenerme en los detalles de estructura, composición, etc... y otra, menos frecuente, analizando los posibles errores que pueda detectar en la trama, ortografía, etc... Sin embargo, prefiero la primera, pues me permite alcanzar con mayor acierto mi objetivo principal al leer que es absorber todo lo que la obra pueda darme y disfrutarla, sobre todo disfrutarla. Así que también estoy muy de acuerdo con la opinión de Deusvolt.
ResponderEliminarAdemás tengo que hacer un apunte al margen de lo referido a las novelas de Stieg Larsson y la opinión de Vargas Llosa y es que tu prosa es inspiradora y, si por algo en especial me gusta pasar por aquí, es por esa razón. Consigues imbuír una energía que a veces no consigo reunir y me son palabras las que viertes sobre nosotros muy alentadoras e iluminadoras. Gracias por lo que nos ofreces, que no es poco. Besos y abrazos.
Claro, Nelo, la inmensa mayoría de lectores no compra libros con la idea de instruirse. Lo principal es pasar buenos ratos de distracción leyendo un libro. Y si mediante su lctura se aprende algo, ya es un valor añadido. Pero si sólo entretiene, el deseo principal está complacido.
ResponderEliminarMuchas gracias por pasar, Nelo,
Así es Martikka, lo importante es que la gente lea. Tal vez suceda como con nosotros, que a fuerza de leer empiecen buscar obras que les de algo más que simple diversión, pero mientras existan libros como Millennium y otros similares, no debemos olvidar que la lectura es en gran parte una forma de evadir la realidad que a veces puede ser muy dura.
ResponderEliminarBesos!
Fernando, diste en el clavo. Los escritores a veces nos olvidamos que en nuestros inicios leíamos para divertirnos. Tal vez sería bueno regresar a esa etapa, en que la lectura era más una diversión que una postura filosófica.
ResponderEliminarAbrazos!
Hola María, bienvenida!
ResponderEliminarLa valoración que demos a una novela depende de algunos factores que parece que los escritores de best sellers le han encontrado el punto. No es casual que sus libros se vendan mucho, ni tampioco creo que se deba a una extraordinaria campaña publicitaria. Es el libro en sí, el tema, la historia, y la forma de contarla, la que cuenta.
Ya terminé El símbolo secreto, y hablaré de la novela en mi próxima entrada.
Muchas gracias por tu opinión, María,
Un abrazo,
Blanca
Víctor, que palabras tan cariñosas, muchas gracias por tener tan buen concepto de mi persona, pero tú sabes que yo al igual que muchos de ustedes también soy una aprendiz, aunque haya publicado dos novelas, por eso cuando leo comentarios como el de Vargas Llosa, pienso que es necesario darlos a conocer.
ResponderEliminarAlgunas veces nos dejamos llevar por exceso de tecnicismos, y perdemos de vista la diversión y el placer que significa escribir una historia para entretener a los demás; en ello entra en juego nuestro inmenso ego, pues deseamos hacer una obre cumbre, cuando lo que los lectores piden es un libro que los entretenga en el más puro y simple sentido de la palabra.
Gracias por pasar y dejar tu participación, amigo Víctor, siempre es un placer leerte.
Besos,
Blanca
Buena entrada, Blanca! Para tener en cuenta.
ResponderEliminar¿De qué sirve una estructura limpia si no consigue conmovernos? ¿O, parafraseando a Sábato, si luego de leída la novela, nos deja igual que antes, como si no lo hubiéramos hecho?
Un abrazo,
Alejandro.
Qué interesante esta entrada, Blanca. Yo tampoco he leído la trilogía pero he oído de todo, principalmente en negativo, parece ser que la salva un personaje femenino, según dicen está muy bien trazado, tiene fuerza, gancho y enamora al lector.
ResponderEliminarDe la reseña de Vargas Llosa me quedo con esta gran verdad:
"... es posible que una novela sea formalmente imperfecta, y, al mismo tiempo, excepcional".
No lo olvidemos. Es una aseveración rotunda.
Un beso.
¡Hola Blanca!
ResponderEliminarYo creo que lo que dices es de cajón. Lo primero que hay que hacer es alejarse del "egocentrismo", para poder disfrutar o descubrir mejor lo que tenemos delante.
Creo que no se puede decir nada sobre el artículo de Vargas Llosa.
¡Un placer visitarte Blanca!
MIGUEL
Alejandro:
ResponderEliminarMejor no lo podría haber explicado:
"¿De qué sirve una estructura limpia si no consigue conmovernos? ¿O, parafraseando a Sábato, si luego de leída la novela, nos deja igual que antes, como si no lo hubiéramos hecho?"
¡Grcias por tu opinión!
Blanca
Maribel: Respeto mucho las opiniones de Vargas Llosa, me parece un escritor del que se puede aprender mucho, es un buen comentarista y un crítico literario reconocido. Por todo ello, su visión es enriquecedora.
ResponderEliminarA mí también me gustó la parte que mencionas.
Besos!
Blanca
Miguel:
ResponderEliminarA veces el egocentrismo hace que perdamos el enfoque del motivo por el cual escribimos, y creo que el motivo principal es porque deseamos contar historias. En el camino perdemos de vista el motivo para buscar la inmortalidad.
Besos!
Blanca
Jajaja, me parece divertido lo que cuenta Vargas Llosa... Eso lo he dicho yo un millón de veces a amigos y conocidos: que lo importante es que la historia te atrape desde la primera página y te haga sentir. Pero claro, como lo dice Vargas Llosa, va a misa. Y ahora que nos ha indultado a aquellos que no escribimos bien pero sabemos captar al lector sencillo, que no es filólogo, ni catedrático, ni profesor de universidad (ni falta que hace) y no va a hacerle una "autopsia" a nuestro texto, pues podemos vivir felices, ¿no? Lo ha dicho Vargas Llosa. Ah, qué tranquilidad, ¡ya puedo dormir esta noche sin sentirme culpable porque lo único que pretendo como escritora es entretener al lector!
ResponderEliminarUna entrada muy interesante, Blanca.Y además veo que tu blog ha cambiado de look, está muy guapo y rejuvenecido, jeje.
ResponderEliminarA lo que vamos:
Yo no comparto el entusiasmo general por Millenium (incluido el de Vargas Llosa);lei la primera entrega y algunas partes me aburrieron; tengo la segunda en la estantería, y ahí está...No digo que no esté bien escrita ni que no sea buena, será que a mi no me va el este género.
En cuanto a Cortazar, acabo de tacharlo de mi lista de ídolos; ¿como se puede decir semejante sandez y quedarse tan a gusto?
Y el eterno dilema de si es mas importante la historia o la calidad literaria...Creo que a estas alturas todos sabemos que para escribir un best seller han de utilizarse determinados ingredientes y listo, o sea, para vender; pero un/a escrit@r disfruta escribiendo, por lo que, en principio, escribirá lo que le apetezca y de la mejor manera de que sea capaz. Asi que no creo que lo uno o lo otro sean mejor ni peor, dependerá de los fines que se persigan.
Hoy me he enrollado mucho, es que me has provocado con este post, jeje.
Lo que ha dicho Vargas Llosa es el reflejo de lo que hemos dicho nosotros tantas veces. Lo difícil Julia, es encontrar una buena historia. Eso sí es difícil. Estoy segura de que las editoriales buscan los mismo, buenas historias, de ahí que haya tanta cantidad de escritores que reciban rechazos.
ResponderEliminarMe imagino que la editorial que publicó a Larson supo que era una magnífica saga desde que empezó a leerla, pese a que en general se encuentran reacios a publicar obras extremadamente largas. Y no porque Vargas LLosa se los haya recomendado.
El asunto es el término medio. Como siempre. Una buena historia con la menor cantidad de fallas posible para que te tomen en cuenta.
Gracias por el piropo a mi blog, Lola, lo tengo así desde noviembre!!!!, ja, ja, lo que he cambiado es la página de comentarios.
ResponderEliminarPues sí, hija, por eso decía en mi entrada que dos personas no ven el mismo cuadro de la misma manera. La lectura es subjetiva, como los gustos, como todo. Hay escritores que son insignia, y sin embargo a mí no me terminan de gustar, por más famosos que sean. No he leído Millennium, no sé todavía si lo haré y tampoco sé si me gustará. Lo que he rescatado de Vargas Llosa no es que la novela sea buena o mala, es su forma de enfocar el asunto: si la historia es buena, sea esta Millenium o no, se leerá con agrado, y parece que son miles de personas a la que les agrada, y que el lector común y corriente no anda buscando nada más que entretenerse, lo cual parece que algunos escritores han olvidado. Somo parte de la industria de la diversión.
Blanca,
ResponderEliminarQuiero contarte que tengo en mis manos tu libro "El Legado. La hija de Hitler"! Sí, ya se consigue en Buenos Aires!!
En unos días lo empezaré a leer, :-).
Un abrazo,
Alejandro.
¡Queéééé´! Esta sí que es una noticia enooorme de principios de año!
ResponderEliminarMuchas gracias por traerla, Alejandro!
Y también muchas gracias por comprar mi libro!
Besos!
Blanca
Estoy emocionada.
Vamos a unirnos al debate, que esto está interesante, je, je.
ResponderEliminarYo sí he leído la saga completa de Millenium y os puedo asegurar que me ha encantado. Es cierto que las primeras 200 páginas pueden sobrar de sus dos primeras obras y que en la última da una cantidad de detalles, y nos muestra una multitud de personajes que pueden hacernos perder un poco. Pero no importa.
La trama te engancha de una manera brutal. Los personajes, con sus cosas buenas y no tan buenas, son fantásticos. Y además, no cuesta ponerse del lado de la heroína, mientras le suceden los más variopintos sucesos.
el segundo libro me lo leí en un fin de semana, no os digo más. Y es el que más me gustó. También he visto las dos peliculas, pero es complicado pasar a pantalla grande novelas tan complejas. Me quedo mejor con la primera película, ya veremos que tal la última.
De todos modos, en el trasfondo del purismo literario y los best-sellers siempre hay un poco de todo. Del primer libro de Ruiz Zafón se vendieron millones de ejemplares por su calidad y el boca a oreja. Pero del segundo, que no me gustó, creo que el marketing fue el que dió el primer pistoletazo, sin que luego haya tenido el mismo éxito que su antecesor.
Lo difícil es encontrar una buena historia, que enganche y además que esté muy bien escrita. Siempre habrá detractores y seguidores de todo lo leído, por supuesto. Pero para eso están los gustos de cada uno.
Sobre el último de Dan Brown esperaré a tu entrada, Blanca. Yo me lo llevé en mi viaje a Italia y es cierto que me enganchó, se lee muy bien y todas esas cosas. Pero creo que es más de lo mismo y me decepcionó hasta cierto punto, sobre todo el final...
Saludos y feliz fin de semana a todos.
Mi querida amiga,
ResponderEliminarYa extrañaba escribir comentarios en uno de mis Blogs favoritos.
Lo que comentas sobre el punto de vista, es absolutamente cierto; cada lector absorberá el contenido bajo su sistema preestablecido de creencias y vivencias.
Espero que la trilogía Millenium, la distribuyan en Estados Unidos para poder leerla y experimentar ese viaje que tantos lectores comentan.
Hace 5 meses comenté en mi Blog sobre la importancia de la historia: «cuando una novela llega, toca, genera interés o polémica, despierta la imaginación, imparte una enseñanza, propaga dudas, nutre las emociones o plantea una solución a las necesidades del lector, ese libro, comienza a destacarse entre los demás y genera una revolución en las ventas, convirtiéndolo automáticamente en un best seller. Si ese mismo título, transciende las barreras de lo establecido y toca las fibras más profundas del ser humano, las personas propagarán la voz y desearán compartir la misma experiencia con los demás. Ese libro, se convertirá en un fenómeno cultural mundial—como sucedió con la saga de J.K. Rowling: Harry Potter»
No te preocupes por el parecido argumental de tu historia con la novela: “El Símbolo Perdido” (te daré mi comentario sobre ella cuando publiques el artículo) simplemente dale otro giro narrativo o cambia el género.
Un beso,
Daniel DC
Pues si es lo que dígo, Armando, por ejemplo, Natts leyó la trilogía y dijo que el primer libro era el que más le había gutado, y que el segundo el que menos, si no me equivoco. Y tú al contrario. La lectura siempre va a depender de la subjetividad del lector, de sus experiencias, de sus gustos, en fin, pero cuando un libro es atractivo, es reconocible por la mayoría.
ResponderEliminarEl símbolo perdido... veré si hoy subo la entrada.
Besos, Armando, y gracias por tu aporte.
Daniel!! vi tu mensaje ayer pero iba de salida y no pude contestar! Me alegra tenerte de vuelta, hacías falta por estos lares.
ResponderEliminar¿No consigues la trilogía Millennium de EU? eso sí es raro, verdad? con lo rápidop que se mueven las editoriales cuando se trata de un bestseller, pero fíjaete:
Te cuento que El legado ya está en algunos países de Latinoamerica, según me dijeron en la editorial,
o sea, en cambio yo... ja, ja, ja, ya quisiera que mi novela se convirtiera en bestseller!
Gracias por pasar, Daniel,
Besos!
Blanca
Hola!
ResponderEliminarYo empece a leer el primer libro y acabe leyendo el segundo. En ningun momento me he arrempentido de leerlos ahora me queda el tercero.
La opinion de un gran escritor como es Vargas Llosa merece todo mi respecto. Los ibros de la saga Millenium para mi llevan un mensaje a las mujeres desgraciadamente maltratadas. En ellos se refleja el drama que viven algunas de esas mujeres.
Cuando empeze a leer el primer tomo le encontre algunas similitudes con el libro "Roseanna" del matrimonio Maj Sjöwall y Per Walhöö (casados, entre 1965 y 1975 escriberon jutos diez novelas de misterios en las que crearon a Martin Beck).
Esta obra goza del reconocimiento de ser un obra maestra de la literatura policiaca.
Besos,
Nuria
Hola Blanca:
ResponderEliminarPerdón por las faltas de ortografia, esta claro que las prisas son malas consejeras.
Besos Nuria.
No he leído la trilogía Millenium. He escuchado tantas opiniones malas como buenas, con lo que no he terminado de decidirme. Ahora lo haré. Tu entrada y los comentarios de Vargas Llosa han conseguido despertar mi curiosidad.
ResponderEliminarVoy a terminar creyendo que lo de encontrar similitudes con algo que ni siquiera has comenzado a escribir, es normal. También a mí me ha pasado, pero no he cambiado ni un ápice de la historia. Simplemente me he alejado totalmente de “eso” que se parece a lo que yo estoy madurando, para que no influya en mi obra. Además, como bien dice Felisa Moreno, todo está inventado. Solo cambian —afortunadamente— las formas de entretejerlo y narrarlo. Cada cual tenemos nuestra propia voz, nuestro tono, nuestra dulzura o nuestra acidez.
Un abrazo, y gracias por esta estupenda entrada.
Nuria, cada vez me dan más ganas de leerlo para decidir por mí misma si me gusta o no. Lo que yo digo es ¿por qué se vende tanto? algo habrá de tener.
ResponderEliminarNo he leído nada de Maj Sjöwall y Per Walhöö, será motivo para anotarlos.
¡Gracias por tu aporte!
Besos,
Blanca
Me alegra que te haya gustado la entrada, Ibirika, siempre es bueno saber la opinión de los entendidos, sobre todo cuando dan sus razones, porque eso de reseñar o criticar simplemente por hacerlo, no me parece justo para un autor.
ResponderEliminarComo dicen: nada ha nuevo en la vida, y los temas de los libros se repiten en una infinita variedad de formas. El asunto es que cuando son temas tan sobresalientes como la masonería que ya están trtados hasta la saciedad en una novela de un escritor tan leído con Brown, da un poco de cobardía. Prefiero pasar y hacer algo diferente, eso sí, un enigma de por medio, que es lo que deseo escribir ahora.
Gracias por pasar, Ibirika!
Besos,
Blanca
Blanca,
ResponderEliminarEncontré la trilogía Millenium; sólo que para el mercado americano, le cambiaron el nombre.
En español está el primer volumen: «Los hombres que no amaban a las mujeres»
El segundo volumen: «La chica que soñaba con un cerillo y un galón de gasolina» sale a la venta el 16 de febrero.
En inglés, están los primeros dos tomos: «The Girl with the Dragon Tattoo» y «The Girl who Played with Fire»
El tercer volumen sale a la venta el 25 de mayo, bajo el nombre: «The Girl who Kicked the Hornet’s Nest»
Tengo que decidirme por el idioma de lectura ya que la versión original de la trilogía, está escrita en sueco.
Un beso,
Daniel DC
Blanca, siempre es muy grato y esclarecedor leer tus comentarios sobre libros. No he leído Millenium pero la crítica de Vargas Llosa y tu escrito me han motivado a leerla.
ResponderEliminarLo que comentas acerca de tu último libro sucede a menudo, las ideas no siempre son únicas y,tambien, a veces uno ocupa, sin darse cuenta, una fracción o un vago recuerdo de algo leído o visto en el cine.
Cariños,
Venator
Muy interesante tu entrada, Blanca. Hace poco hemos debatido sobre el autor comercial y el autor literario, mi opinion es que hay una línea intermedia en la que se puede escribir con una técnica algo defectuosa o estructura errónea pero tener una gran historia y contarla muy bien. Yo aporté el ejemplo de "La sombra del viento" de R.Zafón, para apoyar ese estadio intermedio y no todo el mundo estuvo de acuerdo. El lector es un rey con su opinión y su libro. Desde el punto de un autor-crítco conocedor de la técnica y recursos narrativos los libros se ven de otro modo, se perciben esos fallos que a un lector pasan desapercibidos. Sin embargo, pienso que lo más importante es que la historia nos tenga pegados al libro esperando en cada vuelta de página el desenlace inesperado.
ResponderEliminarLa trilogia todavía no ha caido en mis manos, vamos poco a poco...
Besos
Daniel, creo que vas a tener que leerlo en sueco!, ja, ja, ja,
ResponderEliminarMe alegra que hayas conseguido Millennium, ya nos contarás qué te ha parecido!
Muchas gracias por pasar por aquí, amigo,
Blanca
Venator, después que la leas me cuentas, ja, ja, veamos cuál es tu visión de la novela.
ResponderEliminarLo de las ideas, es cierto, el asunto es enfocarlas de manera original.
Besos!
Blanca
Marien:
ResponderEliminarLa Sombra del viento es otra novela que leeré dentro de poco, quiero hacerlo antes de emitir alguna opinión al respecto.
Hay muchas opiniones divergentes, prefiero comprobarlo por mí misma.
Pero lo que sí es cierto es que un punto intermedio es valido, tanto para publicar como para entretener.
Besos,
Blanca
Una interesantísima entrada, Blanca, yo tampoco he leído ninguno de los tres libros, más que nada porque no tengo tiempo.
ResponderEliminarHay que estar abierto a una buena historia. Si los personajes tienen alma,la historia emocionará al lector, aunque queden cabos sueltos, aunque haya incongruencias, aunque no sea todo perfecto. ¿Y cómo se da alma a los personajes? ¡Ah!
Quizás vendiendo un poquito de la nuestra a Mefistófeles...
Un saludo
Ja, ja, Blas, vendiendo nuestra alma... eso está muy bueno, quién sabe si sea el secreto!
ResponderEliminarGracias por participar!
Besos,
Blanca