El símbolo perdido, la saga millonaria
Leí El código Da Vinci, también Ángeles y Demonios, y ahora, siete años después del Código Da Vinci: El símbolo perdido. Confieso que la primera novela me causó una profunda impresión. Sé de muchos detractores de Dan Brown, y a ellos no quiero convencerlos de nada. Simplemente expongo mi opinión. Curiosamente, gran parte salen de las filas de los escritores noveles, según he podido comprobar en la infinidad de comentarios respecto de la obra de Brown; lo acusan principalmente de «pobre estilo literario», «diálogos pésimos», «personajes mal estructurados»… pero nada de esto parece hacer mella en la infinidad de lectores adictos a Dan Brown. Más de ochenta millones de libros vendidos no son una bagatela. Una oportunidad para los escritores que desean publicar, pues cuantos más escritores como él existan, las editoriales se arriesgarán a invertir en futuros escritores estrella. Según dicen: una editorial se sustenta en cuatro o cinco buenos escritores, que son los que financian al resto.
Sus dos primeras novelas ya fueron llevadas al cine y no dudo que igual ocurra con la tercera. Y quiero referirme a esta última que acabo de leer: El símbolo perdido. No hay duda de que Dan Brown se toma el tiempo necesario para documentarse y por supuesto, para escribir sus novelas, se percibe en ellas una ardua labor de investigación. Si con El código Da Vinci se despertó la curiosidad por visitar El Louvre, la pirámide de Cristal, y se iniciaron largos debates acerca de su teoría acerca del matrimonio de Jesús con María Magdalena, con El símbolo perdido veremos con toda seguridad filas de gente tratando de entrar al Capitolio de Washington para extasiarse con la pintura del interior de su cúpula, o visitar el obelisco egipcio más alto del mundo (170 metros) situado en la capital norteamericana, o entrar al Museo Smithsoniano y tratar de descubrir recovecos misteriosos, así como veremos agotarse la venta de lupas para observar con detenimiento los signos masónicos escritos en latín en los billetes de un dólar.
Con esto quiero decir que El símbolo perdido más que una novela de acción —que la hay, y mucha—, es una especie de enciclopedia esotérica, en la que se incluye una ciencia poco conocida como la noética; que no tiene nada que ver con Noé, como pensé al principio; con los rituales de la logia masónica, con la CIA, con la Biblia y con una serie de elementos que a los seguidores de las ciencias ocultas les va a encantar. No relataré ni haré una sinopsis de la novela, que en este momento es fácil encontrar en muchos sitios de Internet, lo que sí puedo decir es que está escrita de una manera cinematográfica; no sé si en este caso sea una cualidad, pero es lo que capté. Vueltas de tuerca que hacen que por momentos me haya sentido engañada como lectora, pero que al final se reivindican con una coherencia que es de agradecer. O tal vez también sea porque después de haber vistos dos películas con sus novelas, reconozca a Tom Hanks en lugar de al profesor Langdon. Sin embargo, me parece, y es una opinión subjetiva, que esta vez a Brown se le pasó la mano con datos, fechas, nombres y claves, en cantidades difíciles de digerir, que hizo que terminase las últimas páginas diciendo aquello que se repite varias veces en la novela: ¡Laus Deo!: ¡Alabado sea Dios!
Copio una pequeña parte de su estilo:
En la sala se hizo el más absoluto silencio. La estudiante de la asociación de mujeres parecía inquieta.
—¿Usted está en un culto?
Langdon asintió y bajó la voz, adoptando un tono conspiratorio.
—No se lo digan a nadie, pero en el día pagano del dios del sol Ra, me arrodillo a los pies de un antiguo instrumento de tortura, y consumo símbolos ritualísticos de sangre y carne.
La clase se mostró horrorizada.
Langdon se encogió de hombros.
—Y si a alguno de ustedes le apetece unirse, el próximo domingo puede venir a la capilla de Harvard, arrodillarse ante el crucifijo y recibir la sagrada comunión.
La clase siguió en silencio.
Langdon les guiñó un ojo.
—Abran sus mentes, amigos míos. Todos tememos lo que no comprendemos.
Lo que no se puede negar es que el estilo de Dan Brown atrapa. Tiene la particularidad de que al mismo tiempo que entretiene, deja la sensación de que se aprende algo, y ésta creo que es la clave de su éxito. Sin embargo, existe en sus novelas algo que pudiera ser discutible: sus finales. No hacen mérito al contenido de sus novelas. Siempre me dejan la sensación de que pudieran ser diferentes, menos simples, o quizá menos convenientes.
Sus dos primeras novelas ya fueron llevadas al cine y no dudo que igual ocurra con la tercera. Y quiero referirme a esta última que acabo de leer: El símbolo perdido. No hay duda de que Dan Brown se toma el tiempo necesario para documentarse y por supuesto, para escribir sus novelas, se percibe en ellas una ardua labor de investigación. Si con El código Da Vinci se despertó la curiosidad por visitar El Louvre, la pirámide de Cristal, y se iniciaron largos debates acerca de su teoría acerca del matrimonio de Jesús con María Magdalena, con El símbolo perdido veremos con toda seguridad filas de gente tratando de entrar al Capitolio de Washington para extasiarse con la pintura del interior de su cúpula, o visitar el obelisco egipcio más alto del mundo (170 metros) situado en la capital norteamericana, o entrar al Museo Smithsoniano y tratar de descubrir recovecos misteriosos, así como veremos agotarse la venta de lupas para observar con detenimiento los signos masónicos escritos en latín en los billetes de un dólar.
Con esto quiero decir que El símbolo perdido más que una novela de acción —que la hay, y mucha—, es una especie de enciclopedia esotérica, en la que se incluye una ciencia poco conocida como la noética; que no tiene nada que ver con Noé, como pensé al principio; con los rituales de la logia masónica, con la CIA, con la Biblia y con una serie de elementos que a los seguidores de las ciencias ocultas les va a encantar. No relataré ni haré una sinopsis de la novela, que en este momento es fácil encontrar en muchos sitios de Internet, lo que sí puedo decir es que está escrita de una manera cinematográfica; no sé si en este caso sea una cualidad, pero es lo que capté. Vueltas de tuerca que hacen que por momentos me haya sentido engañada como lectora, pero que al final se reivindican con una coherencia que es de agradecer. O tal vez también sea porque después de haber vistos dos películas con sus novelas, reconozca a Tom Hanks en lugar de al profesor Langdon. Sin embargo, me parece, y es una opinión subjetiva, que esta vez a Brown se le pasó la mano con datos, fechas, nombres y claves, en cantidades difíciles de digerir, que hizo que terminase las últimas páginas diciendo aquello que se repite varias veces en la novela: ¡Laus Deo!: ¡Alabado sea Dios!
Copio una pequeña parte de su estilo:
En la sala se hizo el más absoluto silencio. La estudiante de la asociación de mujeres parecía inquieta.
—¿Usted está en un culto?
Langdon asintió y bajó la voz, adoptando un tono conspiratorio.
—No se lo digan a nadie, pero en el día pagano del dios del sol Ra, me arrodillo a los pies de un antiguo instrumento de tortura, y consumo símbolos ritualísticos de sangre y carne.
La clase se mostró horrorizada.
Langdon se encogió de hombros.
—Y si a alguno de ustedes le apetece unirse, el próximo domingo puede venir a la capilla de Harvard, arrodillarse ante el crucifijo y recibir la sagrada comunión.
La clase siguió en silencio.
Langdon les guiñó un ojo.
—Abran sus mentes, amigos míos. Todos tememos lo que no comprendemos.
Lo que no se puede negar es que el estilo de Dan Brown atrapa. Tiene la particularidad de que al mismo tiempo que entretiene, deja la sensación de que se aprende algo, y ésta creo que es la clave de su éxito. Sin embargo, existe en sus novelas algo que pudiera ser discutible: sus finales. No hacen mérito al contenido de sus novelas. Siempre me dejan la sensación de que pudieran ser diferentes, menos simples, o quizá menos convenientes.
Dan Brown (1964- ), nació en Exeter, localidad del estado de New Hampshire (Estados Unidos), y se graduó en la Universidad de Amherst. Antes de comenzar su carrera como novelista, impartió clases de inglés en Exeter.
La fortaleza digital (1996)
Ángeles y demonios, 2000
La conspiración. 2001
El código Da Vinci, 2003
El símbolo perdido, 2010
Ángeles y demonios, 2000
La conspiración. 2001
El código Da Vinci, 2003
El símbolo perdido, 2010
B. Miosi
La verdad es que sigo con mi problema de tiempo para leer, pero tomo buena nota porque ya me apetecía mucho. Como dices si al final remata temas con coherencia eso se agradece mucho...no me suelen gustar nada los cabos sueltos. besos Blanca
ResponderEliminarTe invito a ver una reseña de queste libro: http://capitanquasar.blogspot.com/2009/11/el-codigo-best-seller-el-sibolo-perdido.html
ResponderEliminarBlanca, Tengo que confesar que también me leí los cuatro libros de Dan Brown, y que también me leeré el último. La verdad, no me parecen tan malos.
ResponderEliminar¡¡¡TE FELICITO POR LA NOTICIA DE LA ENTRADA ANTERIOR. SERÁ UNA GOZADA PARA TÍ, VER TU NOVELA EN LAS LIBRERÍAS!!!
Un beso
Blanca...
ResponderEliminarEs verdad que Dan Brown es el éxito en persona, eso seria tonto recurrirlo.
Yo, desde mi humilde opinión de lector, creo que podría ser mucho mas generoso a la hora de aplicar diálogos, critica esta que hago con solo haber leído dos obras de el ("La Fortaleza Digital", y como es obvio "El Código Da Vinci").
Y aun así, no se calificar esto como una critica.
Quizás si yo fuera su amigo, y en noches de platica saliera el tema, le diria: "Dan, podrías ser menos escueto en los diálogos de tus obras".
Jajajajajajaja !!!
Blanca, no creas que me volví loco, solo es que me apena haber observado en ambos libros la misma deficiencia.
Aun no compre "El símbolo perdido", es fácil adivinar que tendrá un éxito inconmensurable, el tema de la simbología vende mucho, y mas aun si viene de la mano de Brown que sabe manejar el suspenso magistralmente.
Blanca...
Te dejo el cariño sincero de siempre.
"Carlos Hugo Becerra"
Winnie:
ResponderEliminarTómatelo con calma, las novelas de él son para leerlas sin parar, lo que sí puedo decirte es que el final me desilusionó un pelín. Es una novela de acción, entretenida, y esta vez, algo alocada, para quien le guste las aventuras.
Besos!
Petrus;
ResponderEliminarPadé por tu site y creo que tienes toda la razón, es un análisis concienzudo y me parece acertado.
También creo que lectores hay para todos los gustos, por lo que prefiero no descalificarlos, el tiempo lo dirá, como dices tú.
Saludos,
Blanca
Mjesus, los best seller están construidos de tal manera que su fórmula está hecha para atrapar. Y creo que Dan Brown conoce muy bien el secreto. Lo ha sabido aplicar y yo he leído El código con verdadero interés.
ResponderEliminarUn beso, amiga!
Blanca
Hola Carlos! te debo un par de visitas!
ResponderEliminarDe acuerdo contigo, es un buen gran ventas, sus novelas tienen gancho, es cierto, y también es cierto que a sus seguidores parece que no les interesan mucho los diálogos. Según mi punto de vista, sus novelas son de acción, en eso se basa el arrastre que tienen.
Un abrazo, amigo, ya iré a ver a tus rusas con más detenimiento.
Ja, ja,
Blanca
Dan Brown es un novelista que sabe como contar una historia, en realidad he leído por ahí que el manipula la información y cambia los datos a su antojo. A mi no me importa mucho porque sus novelas no son enciclopedias, simplemente entretienen... Y mucho.
ResponderEliminarHe leído sus novelas más famosas y me gustaron mucho. Fortaleza Dígital, estuvo bien. Aunque se dice que retrato a Sevilla como una ciudad tercermundista, y eso molesto a muchos (lo leí en wikipedia).
En fin, pronto compraré ésta novela y veré que tal. Por otro lado, concuerdo contigo en cuanto a los finales. Nunca me gustan.
Saludos :)
Blanca, acabo de leer la entrada anterior.
ResponderEliminarFelicidades por el éxito de tu novela. Espero que algún día esta por Nicaragua. Me alegraría mucho leerla.
¡Que continuen las buenas noticias!
Bueno, a mí me desilusionó un poco la novela, pero no el autor, había leído anteriormente el libro histórico de donde sacó la información. "El enigma sagrado" y que menciona en su obra.
ResponderEliminarLa lectura de el Código es muy rápida, engancha porque quieres saber qué sucede en la siguiente página.
Yo lo recomendé a un montón de amigos y familiares, a unos les gustó más que a otros, pero eso es algo normal porque, para gustos los colores. ¿Verdad? Muy buena entrada Blanca.
Un beso.
Jajaja, me colé, yo hablaba de El código, esta última no la he leído. Sorry...;)
ResponderEliminarYa sólo el hecho de nombrar a Dan Brown no es símbolo perdido sino de éxito.
ResponderEliminarNo he leído nada suyo, pero desde mi modesto punto de vista, una persona que vende tanto no se puede considerar que sus novelas cojeen de alguna pata, más bien quiero argumentar que son formas diferentes de interpretar sus obras. Te puede gustar más o menos, pero pienso que cada escritor utiliza sus armas de la mejor manera posible; las armas de Brown son buenas y muy buenas, a sus ventas me remito... y eso creo que es así. A veces me pregunto, a esos que le critican, si no será el gusano de la envidia que los corroe.
También creo que los traductores tienen buena o mala culpa de los resultados; por poner un ejemplo, han llegado a mis oídos pésimos comentarios sobre el traductor de Ken Follett; no hace méritos al verdadero Follett (habrá quien piense lo contrario, por supuesto).
Un abrazo, Blanca.
Es curioso lo que dices de que a los escritores noveles no les gusta Dan Browm; supongo que es porque cuando empezamos somos mucho más puristas que el lector medio.
ResponderEliminarA mi no me gustó El Código y no he leido nada más, pero ésta la tengo y parece tener buena pinta.
Besos.
Yo leí el Código da Vinci porque un trabajador de la construcción me habló de él, flipando, ja,ja.. vamos que el tío estaba alucinando con los misterios que el Brown dejaba entrever en el libro. Lo leí pues por curiosidad, ya que me llamaba la atención que (estoy fue antes de hacerse famoso en España), creara tanto impacto en la gente. Ya casi he olvidado las sensaciones que me produjo, lo que interpreto como que, literariamente y emocionalmente, no me dejó huella. REconozco que se lee fácil, que es cinematográfico y que engancha. Es pues un excelente producto de consumo, sin entrar en rigurosidades históricas que a mí me dan un poco igual; lo que NO me gustó es algo que no sólo le ocurre a Brown, también a otros escritores de bestsellers: pues que no me creo a sus personajes protagonistas porque no me "llegan", no son profundos ni parecen tener sentimientos. Pero bueno, entretener, entretiene.
ResponderEliminarLos he leído todos menos este último, y creo que el ritmo narrativo es trepidante. Engancha, y tiene giros inesperados de esos que me encantan en las películas.
ResponderEliminarLa verdad es que me parece un buen escritor aunque opino que los temas de sus novelas son a veces demasiado similares. El que más me gustó fue Ángeles y Demonios con diferencia.
¡Un beso!
¡Hola Danny!
ResponderEliminarHay mucha controversia con D. Brown y sus novelas, cuando los escritores se vuelven famosos, siempre tienen detractores y admiradores, es normal.
Si se trata de pasar buenos ratos entretenidos El símbolo está bien, en cuanto a los finales... beuno, no me gustan! pero soy una en un millón, ja, ja,
Besos!
¡Y gracias por lo de mi novela! ojalá que llegase a Nicaragua, sería genial.
ResponderEliminarJa, ja, Arlette, yo también leí el Código. El enigma Sagrado lo leí antes. También leí El legado mesiánico de los mismos autores, y ciertamente, muchas ideas de esos dos libros fueron a parar al Código. Creo que Brown tiene la cualidad de juntar los datos adecuados para crear una historia.
ResponderEliminarEn eso es bueno.
Besos!
Blanca
Cierto, Mián,él éxito de un libro también depende los traductores, pero fíjate qué cntidad de libros en otros idiomas a vendido Dan, en este mundo cabemos todos, por fortuna, hay muchas corrientes literarias y estilo de escritores, él sabe lo que hace y vende bien, sus temas son generadores de polémica, creo que es parte de su éxito.
ResponderEliminarNo hablemos de buena o mala literatura, él gusta a mucha gente y eso es un hecho notorio.
Besos!
Blanca
Lola, lo digo tal vez porque desde que frecuento estos sitios de Internet he escuchado hablar a muchos escritores noveles, los famosos casi nunca aparecen por aquí. ¿Qué es lo que piensan ellos? no lo sé. Supongo que deben sentir mucha envidia por no poder llegar a tanta gente como lo hace Brown. Yo me considero una lectora promedio, y una escritora principiante. Así que aún puedo opinar de estas cosas en foros y blogs, je, je,
ResponderEliminarBesos!
Blanca
Fíjate Deusvolt, lo que tú dices es tan importante: en las novelas de Brown los personajes no dejan huella. Pero creo que es justamente porque sus temas contienen demasiada acción. No hay tiempo para reflexiones intropectivas ni nada de eso. Sin embargo, el hombre tiene un éxito sin precedentes. ¿Será que habrá que escribir así para hcer un best seller?
ResponderEliminarUn abrazo!
Blanca
Natts, los temas de sus novelas se rigen por un mismo patrón: acción, un misterio, un héroe, unos malos y siempre gana el bueno.
ResponderEliminarEsa fórmula es infalible. El asunto es saber presentar el paquete.
De todos sus libros creo que El código es el que más me gustó (bueno, he leído sólo tres)
Besos, Natts!
Blanca
Me atrapó el Código Da Vinci, aunque Ángeles y Demonios no tanto. Reconozco que Brown se documenta mucho a la hora de escribir. Respecto a la película, la primera me gustó, la segunda nada. De todas maneras me leeré "El Símbolo Perdido" porque me interesa el tema.
ResponderEliminarUn besito Blanca,
Cris
Igual a mí, Cristina, espero tus comentarios del S{imbolo, cuando los tengas.
ResponderEliminarBesos!
Blanca
Volvemos a la misma cuestión, ¿qué importa más: escribir escrupulosamente bien o conectar con el lector, que a fin de cuentas es el que paga en la mayoría de los casos el precio del libro? Yo no he leído este último, pero sí se lo he regalado a mi hermana, a quien le chifló El código da Vinci, y mi hermana lee muy poco, os lo aseguro... Así que Dan consigue atraparla, no seré yo quien le critique... En cuanto a los escritores noveles que critican mucho y son muy puristas, a mí no me miréis: yo crítico poco y me va lo comercial. Y no siento remordimientos por ello. Los escritores noveles son muy envidiosos a veces, sobre todo los de algunos foros... y algunos de talleres de "escritura creativa", que mientras escriben cien mil relatos raros y se diseccionan los escritos mutuamente, no escriben casi nada que sea vendible o rentable. Menos criticar a quien vende mucho... Y más trabajar para llegar a tomar el relevo de los grandes... Que por algo son grandes, digo yo. A mí Dan Brown me enganchó con El código... aunque desde luego, he leído cosas mejores.
ResponderEliminarBlanca, yo leí el Código da Vinci durante mi curso de Lectura Crítica, por tanto tengo confeccionado un gran estudio sobre la obra, el lenguaje utilizado, los personajes, la trama, etc. Decir que no me gustó sería mentir, pero decir que le encontré muchos defectos e inverosimilitudes es decir la verdad. Sabe finalizar muy bien cada capítulo, los acaba con un enigma que te obliga a no dejar la lectura. Es un tipo de literatura de masas, porque emplea elementos o personajes conocidos universalmente (Vaticano, Jesucristo, Da Vinci, el Louvre...) para darles la vuelta y romper los esquemas que todos conocemos. Comprendo que sus libros se vendan, además, fíjate la cantidad de "novelas satélites", como yo las llamo, que giraron después en torno al Código Da Vinci.
ResponderEliminarEn fin, que sinceramente no creo que lea El símbolo perdido. Mi cabeza ya está a punto de echar humo por otros motivos, no quiero calentármela más, jajaja.
Un beso, amiga.
Elizabeth Baker, veo que te cambiaste el nombre ¡ya van dos! Deusvolt también se cambió! ahora es Sergio G. Ros, lo cual me parece perfecto!
ResponderEliminarCómo no estar de acuerdo contigo, Eli, considero que muchas veces se juzga a algunos escritores exitosos por el tamaño de su fama. No diré si escribe bien o mal, no soy crítica, simplemente expongo mi parecer acerca de la percepción que tuve al leer la obra.
Cada escritor tiene su estilo, y hay que reconocer que Brown, tiene uno muy particular y efectivo!
Besos!
Blanca
Que interesantes lo que dices, Maribel, coincides en algunos puntos con un análisis cuyo enalece dejó Petro Angelorum.
ResponderEliminarLa forma que tiene Brown de crear interés de un capítulo a otro es un punto en el que también me había fijado, creo que podemos aprender algo de todo esto.
Un escritor de best seller no será el mejor escritor del mundo, pro tiene la fórmula para atrapar a sus lectores.
Muchas gracias por tu participación!
Besos!
Blanca
Yo sí he leído todas las obras de Dan Brown y estoy de acuerdo con vosotros en líneas generales.
ResponderEliminarSus tramas enganchan y tienen todos los elmentos atrayentes de los best-sellers, pero no dejan un gran poso. Los personajes no están muy logrados y los finales dejan bastante que desear.
A mí me gustó más "Ángeles y demonios" que "el código da Vinci", aunque la lío con el final (menos mal que en la peli cambiaron la escenita del helicóptero). El de la fortaleza digital creo que es el peor y "La conspiración" me gustó bastante.
El último ha sido más de lo mismo. Se habrá tirado más de 6 años documentándose (parece mejor esa parte a la hora de enfrentarse a la trama, será porque habla de su país y de cosas que conoce), pero sigue faltándole algo. Será otra película de éxito pero no termina de convencernos, por algo será. Y es cierto, su final tampoco es nada del otro mundo.
Pero bueno, ojalá alguno de nosotros llegara a terner su éxito algún día, je, je.
Saludos y feliz fin de semana.
Armando, paso tarde a responderte, y no puedo menos que darte la razón en lo que dices.
ResponderEliminarDan Brown es un escritor que tiene ideas magníficas, sabe contarlas, se documenta, en este caso, como dices, tal vez por tratarse de u país, con muchas menos fallas, y su manera de contar hace que se sienta urgencia por proseguir la lectura.
Sin embargo, sus finales son poco convincentes, y hay aspectos en la novela en los que sus personajes no logran calar, pues él se dedica más que nada a la parte recreativa de la acción.
Un abrazo, amigo!
Blanca
Winnie, siempre hay tiempo para leer... es una excusa pobre, muy pobre.
ResponderEliminarErnst Jünger se fue a la guerra cargado de libros, y leyó entre bomba y bomba. Puede que no sea aconsejable, pero desde leugo hay tiempo.
Yo espero que me pille la parca leyendo.
Leer a Brown me parece una pérdida de tiempo. Cuando sospechas -sólo sospechas- que te están engañando, me parece perder el tiempo. Y DB es más que una sospecha. Odio esa subliteratura edificada sobre un engaño aparentemente veraz. O es ficción o es historia, pero las dos cosas no.