El escritor (Cuento corto)
Eusebio nunca consideró primordial tener amigos, prefería llevar una vida solitaria, no obstante haber estado casado algo más de veinte años. Sin embargo, pese a vivir acompañado, aprendió a resguardar sus sentimientos, y el silencio vino a ocupar el significativo lenguaje mudo que a él y a su mujer los convertía en cómplices. Después empezó a reinar la indiferencia. No precisaban de gestos ni palabras pues no había nada que decirse. Lo que al principio les pareció un mundo fantástico, con el tiempo se convirtió en una lenta agonía. Las noches apasionadas se cubrieron de tedio, las risas se trocaron en muecas amargas, las carencias que al principio los había unido, se convirtieron en el motivo principal de los reproches, al punto de no importar si él miraba las piernas de la vecina de enfrente, o el trasero de la joven universitaria que bajaba con ellos en el ascensor todas las mañanas. Lo importante era cuánto dinero traía cada quincena. Él retrasaba su regreso a casa. El comedor se...


