¿Eres el reflejo de lo que escribes?
Cuando era lectora y ni siquiera había cruzado por mi mente la idea de escribir una novela, me preguntaba: ¿qué sentirían los escritores cuando los lectores se introducían por horas en lo que ellos habían plasmado en sus libros? Me imaginaba que sentirían la sensación de un zumbido dentro de sus cerebros, o algo por el estilo, sobre todo si eran superventas.
Hoy, después de catorce años de escribir sé que no es así. No existe una conexión invisible entre el lector y el autor, aquella idea romántica que yo tenía de una especie de vinculación mental sé que es imposible. Existe, sí, una conexión bastante fuerte entre el lector y la obra que el autor escribió. Puedo decirlo por experiencia. Cuando leo un libro y me engancha y cala en lo profundo de mí ser puedo pasar días pensando en el protagonista, aun después de haber terminado de leerlo. Es lo que supongo sucede con todos los buenos libros.
Hoy en Facebook publiqué una pregunta que hizo una amiga lectora, María José Feria, en Google+:
Pero volviendo a lo que iba: No es verdad que todos los escritores utilicen las novelas como una especie de psicoanálisis en el que vuelquen sus frustraciones, carencias o experiencias propias. Así como no tenemos mentes criminales ni somos la esencia de la madre Teresa de Calcuta, nuestras historias reflejan solo lo que nuestras mentes imaginan que podría ocurrir en determinadas circunstancias.
En lo personal prefiero no dejar trazos de mí en lo que escribo. Jamás llevé un diario, creo que porque tenía tendencia a ocultarlo todo, a guardarlo todo, a hablar lo menos posible para pasar inadvertida.Tampoco pienso algún día hacer una autobiografía, porque no quisiera involucrar a otras personas que necesariamente tendrían que estar en ella. Y créanme, hay pasajes muy oscuros de mi vida. Demasiado tenebrosos como para que algún día pueda la luz llegar a iluminarlos.
Es todo lo que pienso decir de mi niñez y adolescencia. Mientras tanto prefiero alejarme con mis libros y sus personajes lo más posible de mí propia existencia. De eso se trata la labor de un escritor. De crear de la nada y hacer que los lectores piensen que es un evento que sí ocurrió. Como lectora que soy lo percibo así, y es como deseo que me recuerden mis lectores. "La mujer que escribía historias de hombres que gustaban a las mujeres". Como cierta vez Marlene Moleon explicó sabiamente en una sola frase en un artículo de Eriginal Books.
Es todo por hoy, amigos,
¡Hasta la próxima!
Hoy, después de catorce años de escribir sé que no es así. No existe una conexión invisible entre el lector y el autor, aquella idea romántica que yo tenía de una especie de vinculación mental sé que es imposible. Existe, sí, una conexión bastante fuerte entre el lector y la obra que el autor escribió. Puedo decirlo por experiencia. Cuando leo un libro y me engancha y cala en lo profundo de mí ser puedo pasar días pensando en el protagonista, aun después de haber terminado de leerlo. Es lo que supongo sucede con todos los buenos libros.
Hoy en Facebook publiqué una pregunta que hizo una amiga lectora, María José Feria, en Google+:
"A veces, abres un libro y estás mirando la radiografía de su autor; a veces..."Tal cual, con los puntos suspensivos y todo. ¡Ah... esos puntos! Sugieren mucho más que un etcétera. Mucho más. Por eso debemos tener tanto cuidado al usarlos en la narrativa, su exceso puede convertir un texto en algo ilegible.
Pero volviendo a lo que iba: No es verdad que todos los escritores utilicen las novelas como una especie de psicoanálisis en el que vuelquen sus frustraciones, carencias o experiencias propias. Así como no tenemos mentes criminales ni somos la esencia de la madre Teresa de Calcuta, nuestras historias reflejan solo lo que nuestras mentes imaginan que podría ocurrir en determinadas circunstancias.
Una novela tiene dos mundos: el del que la escribe y el del que la lee. |
Es todo lo que pienso decir de mi niñez y adolescencia. Mientras tanto prefiero alejarme con mis libros y sus personajes lo más posible de mí propia existencia. De eso se trata la labor de un escritor. De crear de la nada y hacer que los lectores piensen que es un evento que sí ocurrió. Como lectora que soy lo percibo así, y es como deseo que me recuerden mis lectores. "La mujer que escribía historias de hombres que gustaban a las mujeres". Como cierta vez Marlene Moleon explicó sabiamente en una sola frase en un artículo de Eriginal Books.
Es todo por hoy, amigos,
¡Hasta la próxima!
Si. El lector se vincula a la obra y la obra es producto del autor. Eso es todo. La obra es el puente.
ResponderEliminary en cuanto a no escribir de ti misma...Te entiendo, con nuestros personajes tenemos suficiente
Muchas gracias por tu participación, Alí. Nosotros no somos tan buenos personajes como los que inventamos.
EliminarPues Blanquita yo como lectora definitavemente creo el vínculo con los personajes de lo libros... y son churros mas. jajaja. Pero no sé si me equivoque creo que nosotros colocamos algo de nosotros en nuestro trabajo en el escritor no sé si algo en sus personajes por más minúsculo que fuera no sé la sinceridad, el romantisismo o alguna frase o algún tipo de comportamiento, pero siempre se cuela algo no??? Es posible que me equivoque es lo que imagino porque cuando uno hace algo con pasión siempre hay algo de nosotros en ello... Definitivamente estoy en desacuerdo que ustedes sean un reflejo de lo que escriben porque imagínate tendría que imaginar a mis escritores de criminales, vampíros, psicópatas, etc... y sé que no lo son.
ResponderEliminarSi escribiéramos a nuestros personajes como sentimos o somos nosotros, la novela parecería un coro cantado por una sola persona.
EliminarMe gusto tu reportaje Blanca pues creo que muchos lectores piensan eso , y estan muy lejos de ser verdad se que pueden basarse en un hecho o suceso real , pero ahí a decir que el /la escritor/a sea el reflejo de lo que escribe no es cierto , considero que el escritor es un artista pero en letras pienso que es una virtud. Todos podemos ser creativos, tener imaginación pero no todos tenemos la capacidad de palmarlo en una hoja y menos hacer un libro . Asi que blanca eres tremenda mujer gracias por el reportaje siempre digo que no me canso en leerte eres clara, directa y concisa besos bella
ResponderEliminarHas captado la situación tal como es, Olimar. A menos de que el escritor lo desee expresamente y escriba acerca de su vida, sus experiencias o una autobiografía, las novelas son producto de nuestra imaginación. Lo cual considero mucho más valioso que solo contar lo que se ha vivido.
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