HOJAS SECAS, por B. Miosi
Cuando el pasado se
convierte en tiempo ido,
cuando las hojas de los árboles
se convierten en rastros que
el viento lleva,
cuando lo que fue no volverá
porque solo existió una vez
y cada segundo es uno y no
hay más…
Es cuando siento que esta
vida mía fue,
y los segundos que
transcurren cada vez más deprisa
apenas puedo notarlos, y
añoro los destellos
en los que por segundos creí
ser feliz
y no lo fui.
La quietud no asoma. Siempre
existió.
El silencio en medio de la borrasca,
de los ruidos de la gente, no
los siento más.
Solo quietud. Paz. Tristeza.
Melancolía.
Me regodeo en mis recuerdos,
Masoquismo que alimenta
estos días mi alma
¿O la carcome?
Dicen nunca digas jamás.
Siempre digo: siempre y
nunca.
Porque siempre es para mí un
sueño
y nunca es una realidad.
Ambos conviven en mí.
Siempre.
Caramba, Blanca. Te has puesto lírica.
ResponderEliminarPoema lineal, pero cuajado. Íntimo.
"y añoro los destellos
en los que por segundos creí ser feliz
y no lo fui."
Saludos, amiga mía,
Rafael
Muchas gracias, Rafael. Es segmento es muy especial.
EliminarLas hojas secas caen de los árboles que erguidos y majestuosos dan nacimiento y cobijo a las nuevas. Las que cayeron son recuerdos vividos que permanecen. Las nuevas vivirán junto a nosotros y para ello debemos darles, y darnos, la oportunidad de que así sea. Disfrutándolas en lo posible. Sin mirar a otro lado. Ni siquiera a nuestro interior. Para que el pasado no sea tiempo ido sino luz del presente disfrutado. Antes de que el tiempo vuelva a convertirlas en recuerdo y quizá un día, a nosotros con ellas. Pero mientras, sigamos siendo árboles que disfrutan de todas las hojas que buscan, como gorrioncillos, las experiencias de la vida junto a ellos. Para convertir, el siempre y nunca, en una realidad y sueño a la vez que convivan, felizmente, en nosotros. Un beso muy grande y todo mi cariño, amiga!
ResponderEliminarAsí es Enrique, todo es un renacimiento, y es mejor vivir el presente, ojalá fuésemos árboles para poder dar cobijo, y tener tiempos de bonanza y de reposo.
EliminarUn beso!
Magnífico, Blanca, me has recordado a MIRÁNDOLA EN SILENCIO de
ResponderEliminarRafael Montesinos (poeta y estudioso de Bécquer):
[…]
Nos iremos un día,
dejando todo como está, dejándonos
entre adioses y besos y hastanuncas,
pues jamás volveremos a encontrarnos, jamás.
No esperes más regresos,
ni nostalgia, ni nada, ni hastasiempres,
ni volver a abrazarnos, ni dime
si te ha gustado el sueño que soñaste.
Este verso de Montesinos es precioso, no puedo compararme con él. No soy poeta, solo de vez en cuando habla mi alma.
EliminarGracias por leerme.
Oh, Blanca, qué bueno que nos sorprendas con poesía. Me encanta. Los sentimientos más profundos solo se pueden expresar así. Te felicito.
ResponderEliminarUn abrazo.
Será por eso que escribo muy poca poesía, pues siempre he pensado que cada poema desnuda el alma.
EliminarMuchas gracias!
A veces, en determinados momentos, nos hacen mucha falta los recuerdos. Aunque duelan.
ResponderEliminarUn beso, Blanca.
Vivimos de recuerdos, Mayte, lo que no debemos hacer es vivir para ellos. El presente es único y debemos aprovecharlo, después será tarde.
EliminarBesos, Mayte
Esa faceta no la conocía. Muy interesante :)
ResponderEliminarPara que veas que tu paisana tiene varias facetas, Dante!
EliminarBlanca, es un hermoso poema que te hace más visible.
ResponderEliminarSí, los recuerdos son hojas secas que crujen cuando las pisamos; pero ¿qué seríamos sin ellos?
Un abrazo.
Nada. No seríamos nada, pues cada recuerdo nos trae una experiencia.
EliminarPero tratemos de disfrutar más del presente, ¿no?
Un abrazo!
Yo creo con fuerza en el SIEMPRE mi querida Blanca. Un beso lleno de cariño para ti
ResponderEliminarEs un poema que habla de lo que se tiene y lo que se perdió, es muy bonito y profundo. El nunca y el siempre están más cerca de lo que se cree y se suceden en una rueda sin fin.
ResponderEliminarUn abrazo