lunes, 17 de noviembre de 2008

El único deseo


Escondido en mi lugar secreto veo pasar a la cocinera. Una gorda que siempre murmura algo, lo que sea. Y cuando no lo hace es porque está masticando. La cocina es un sitio acogedor, el fogón de carbón casi siempre encendido, con cacerolas a rebosar de comida. Desde arriba lo veo todo y ellos no pueden verme pese a que las rejillas están bajas, yo en cambio, observo sin preocuparme que alguien me pille, aquí arriba está oscuro, y de no ser por alguna rata que de vez en cuando camina sobre mi espalda todo sería perfecto.

El jardinero se sienta y espera a que la cocinera le sirva su ración de sopa. Viene cada dos días y pone cara de carnero degollado cuando la mucama merodea por la cocina. Ella siempre usa unos escotes que dejan medios pechos fuera y suele agacharse frente al jardinero para mostrarle cualquier cosa. A la gorda que cocina no le gusta las miradas que ellos se dan, es una mujer amargada, pero no se puede negar que su comida huele bien. Y a mí me trata mejor que los demás. Es la única que de vez en cuando me dice: cada día estás más guapo, cariño. Sin embargo yo casi siempre prefiero pasar inadvertido. Mi madre, a quien nunca conocí, me dejó al cuidado de la señora de la casa, pero nadie me cuida, en realidad lo hago yo solo, excepto cuando la cocinera se preocupa por mantenerme limpio. Me gusta pasear por los recovecos interminables de este caserón que contiene lugares que estoy seguro, los dueños jamás han pisado. Mi lugar preferido es el agujero que da al cuarto de las niñas. La mayor, de dieciséis años, es preciosa, y ya no es tan niña, por lo menos yo no la veo así cuando se desviste. Sus senos se parecen a los de la mucama, y su cabello suelto le da la apariencia de la virgen. Y cuando se baña... ¡ah qué espectáculo grandioso! Llenan una enorme tina con agua caliente y ella se sumerge como una ninfa de esos cuentos que encontré la otra vez en la enorme biblioteca. Yo la puedo ver por la rendija de aire que da al baño. La mucama que la ayuda enjabonarse pasea por su cuerpo la espuma y la niña se deja hacer cerrando los ojos. Me parece que ella disfruta de esas caricias, cómo quisiera ser yo quien la enjabonase, creo que es una tarea más dada a un varón que a otra dama. Lo que vi la semana pasada hizo que el bulto de mi entrepierna se pusiera más duro que nunca. La mucama le acarició febrilmente sus partes bajas mientras la niña gemía, creo que ya no la estaba aseando, y lo que veo ahora es inaudito. Le está besando los senos.

No puedo seguir mirando. Siento que el miembro me empieza a latir punzante y no puedo evitar lanzar un agónico gemido. Espero que no me hayan escuchado. Mi pantalón está húmedo, mojado. La niña Isabel se me ha metido entre ceja y ceja y no puedo vivir sin pensar en ella. Si no fuese porque en la misma habitación duerme su hermana menor ya habría entrado de noche en su cuarto. Ella no sabría que soy yo, no me vería en la oscuridad, sólo sentiría mis caricias y mi deseo de amarla, y la haría feliz, no podría decirle cuánto la amo porque nunca pude hablar, pero sí le haría lo que le hace la mucama y que a ella parece gustarle tanto. Jamás se daría cuenta que soy yo, procuraría que no tocase mi cuerpo deforme y mi rostro caído de un lado, y esta maldita joroba por donde les gusta jugar a las ratas como si fuese una montaña rusa. La amo. La amo con toda mi alma, sólo deseo que sea feliz. Mañana es mi cumpleaños, pero será otro año en el que sólo la cocinera regañona se acordará de mí. Me preparará un pequeño pastel que compartiremos en la cocina, y habrá esta vez catorce velitas. Hace ya muchos años ella me prometió que se enderezaría mi espalda y mi cara dejaría de ser una masa informe que lleva mi mejilla izquierda cada vez más abajo. Dice que estoy mejorando de aspecto, pero yo creo que sólo son sus deseos. Pero lo que haré mañana cuando apague las velas de mi pastel de cumpleaños es lo que hizo la niña Isabel en el suyo la última vez: pidió un deseo y dijo que se había cumplido. Yo pediré el mío: Quiero convertirme en un apuesto príncipe para que ella se enamore de mí. Estoy seguro de que mi deseo será cumplido. Lo sé.

B. Miosi

20 comentarios:

  1. precioso relato, y tierno deseo, me ha gustado mucho

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  2. precioso relato, bien contado como acostumbras, me ha gustado.

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  3. Blanca, me ha gustado la forma cómo has tratado una historia simple, desde la perspectiva de un niño, y le has impreso una fuerte emocionalidad, tanto física como amorosa.

    Te felicito, pues se ve que puedes escribir de cualquier tema y hacerlo atractivo, lo que no es nada fácil, por cierto.

    Besos,
    Venator

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  4. No sé por qué me salió como anónimo, pero mi deseo era ratificarte que la mezcla de la líbido juvenil y la de la cocinera aparece muy sutil, a pesar de que describes un poco más las acciones de la mujer y la reacción de los niños.

    Es un texto elegante que no cae jamás en lo evidente, ya que se vislumbran emociones y sensaciones, que no podrían captarse si no te refirieras a lo que ellos experimentan.

    Besos,
    Venator

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  5. Querida amiga,

    Que alegría saber que posees un blog donde irradias toda tu creatividad.

    Los post y comentarios, son herramientas que nos benefician a todos los que estamos en esta hermosa y titánica tarea de la escritura.

    Un beso desde Miami y saludos a todos los amigos del blog.

    Daniel De Cordova

    PD: Blanca, tienes una pagina de fans en Facebook.

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  6. Arwen: Gracias por pasar y leer mi cuento, me alegro que te haya gustado.

    Diego: ¡Un gusto tenerte por aquí!
    ¡gracias!

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  7. Venator: Tu lectura a mis cuentos tienen siempre una particularidad: un punto de vista diferente.
    Muchas gracias por tus mensajes, amigo, y espero que no te pierdas!

    Besos,
    Blanca

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  8. Daniel de Córdoba, mi director de cine favorito, ¡Qué sorpresa!
    Querido amigo, ya he dicho que la Internet es mágica, mira que dar con mi blog...
    Estoy de acuerdo contigo, es una herramienta muy útil.

    ¿Tengo fans en Facebook? ¡Vaya! ¡Es muy bueno saberlo! pensé que los únicos fans que tenía estaban en mi familia.

    Besos y saludos!
    Blanca

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  9. Juraría que ayer comenté tu relato...no sé que ha pasado.
    Bueno, te decía que me había gustado mucho, es duro y enternecedor a la vez. Consigues que le tomemos cariño al desdichado protagonista.

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  10. ¡Gracias Lola! sí, el protagonista es tierno, a mí también me lo parece.

    Besos!

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  11. Uf, Blanca, qué bonito. Las descripciones son magníficas, casi podemos ver a través de los ojos del niño, tiene una importante carga emocional y también sensual. Es un gran relato. Te felicito.
    Abrazos.

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  12. Pues viniendo de ti, es un honor, Maribel.

    Muchas gracias!
    Besos,
    Blanca

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  13. Esa perspectiva puesta en el ojo escrutador del niño es interesante, porque ve lo que no debe y eso lo lleva a imaginar una vida improbable o imposible. Muy bien escrito, tanto en lo dicho como en los silencios. Un abrazo.

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  14. Hola, Blanca. Vine a agradecerte tus palabras de apoyo ante el proyecto educativo de los cuentos versionados infantiles. Hay que hacer lo que sea para que los niños y las niñas escriban.
    En otro momento volveré a leer tu relato, me gusta hacerlo sin prisas.
    Saludos.
    Conchi

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  15. Me ha encantado tu relato, Blanca. Vemos a través de tus palabras las mismas imágenes que ese pobre muchacho sufre en silencio. Y nos metemos en su piel, sufriendo con él. Dando a la vez un toque agridulce, pero muy tierno, describiendo las debilidades humanas. Realmente sobresaliente. Gracias por regalarnos estos bellos momentos.

    Saludos

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  16. Gracias Diego, sí, es la mirada de un niño, y también es el deseo de ver cumplidos sus anhelos.

    Conchi, querida amiga, este relato ya lo habías leído en el foro, muchas gracias por tus palabras,

    Besos,

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  17. Hola Armando, me encanta que hayas leído el cuento, y que te haya gustado, muchas gracias por tu comentario,
    Besos,

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  18. Creo que cada vez estás escribiendo mejor. Tus relatos tienen mucha fantasía y al lector (cosa nada fácil) no le cuesta nada entrar en tu historia. Desde la primera línea hasta la última.

    Una vez más, te lo repito. Disfruto mucho entrando en tu blog.

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  19. Pablo, no sabes cuánto me satisface leerte ese comentario. Trato de que mi blog sea un lugar agradable e interesante, y tu disfrute es el mío.

    Saludos!

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