Escritor independiente: ¿Cuál es el precio de tus libros?
Cuando comencé a publicar en Amazon recuerdo que el principal problema consistía en no saber qué precio poner a mis libros. En el año 2011 todo era novedoso para muchos de nosotros y yo me dejaba llevar por los que tenían un poco más de experiencia. La consigna era dejarlos al precio mínimo permitido, es decir: a US$ 0.99 (en esa época solo existía la plataforma de Amazon USA), porque lo que nos interesaba era competir con precios bajos que era lo que se estilaba como escritores autopublicados.
Los publicados a través de editoriales siempre han tenido un precio más alto para los libros digitales y pensábamos que era la mejor manera de llamar la atención. La modalidad era nueva, apenas empezaban a venderse los lectores Kindles y los de habla hispana comenzaban a sumarse a la nueva tecnología, era un campo virgen en el que podíamos permitirnos aprender por ensayo y error.
Y la estrategia de precios bajos funcionaba. Yo tenía todos mis libros a precio mínimo y se vendían mucho. El tiempo fue el factor clave para la transformación de ese mercado que para muchos de nosotros había empezado como un experimento y poco a poco me di cuenta de que autopublicar en Amazon era el camino correcto. Esa convicción se fue afianzando al ver a algunos escritores amigos aceptar ofertas editoriales y abandonar el camino que habían logrado en Amazon. Autores que ocupaban los primeros lugares de las listas desaparecieron como por arte de magia. Entre ellos estaba yo, por suerte con solo dos de mis libros y por un tiempo limitado a tres años. No quise firmar por más. Había aprendido que los contratos editoriales se pueden negociar, no solo la duración, también la cantidad del adelanto y otros aspectos. Lo aprendí de mi agente literaria, una de las mejores de España.
Pero volviendo al asunto de los precios debo decir que aunque al inicio de mi aventura amazónica funcionó el precio mínimo, después fue un handicap. La lectura digital fue haciéndose más asidua. Cada vez más lectores tenían acceso a las compras de libros digitales y en Estados Unidos, mi mercado natural, gran parte de la población lectora prefiere leer en un Kindle o dispositivo similar. Al mismo tiempo aumentaba la oferta de libros publicados por escritores independientes; Amazon empezaba a saturarse de toda clase de literatura (alguna no muy digna de exhibirse en público), de manera que teníamos que diferenciarnos de alguna manera. Los que publicamos al comienzo ya teníamos cierta experiencia, y comprendimos que debíamos pulir nuestros libros. Publicar temas interesantes, no refritos de obras exitosas, aunque debo aclarar que nunca fui de esa tendencia. Debíamos cuidar nuestros textos, contratar correctores, maquetadores, encargar carátulas o portadas profesionales, ya no competíamos con escritores de editoriales únicamente por el precio sino también por la presentación, el contenido, la sinopsis, los comentarios, la promoción, los banners, las ofertas... Y eso me llevó a pensar que mis libros deberían de tener un precio más acorde a su calidad.
Hoy en día ninguno de mis libros tiene el precio mínimo. Y tengo la impresión de que los lectores evalúan la compra por el precio. si es demasiado económico lo ven barato. Es decir, de mala calidad. Si es muy alto se lo piensan dos veces y prefieren comprar a un autor consagrado, de manera que mantener un precio promedio de US$3.99 o US$ 4.99 es aceptable, y de cara al lector el libro adquiere adquiere un valor intrínseco.
También debo decir que tuvo que ver Amazon en esta decisión, pues desde hace unos años empezó a implementar una oferta flash: el Kindle Flash, en la que diariamente ofrecían ciertos títulos con un 80% de rebaja, y solo entraban en las ofertas los libros que estaban a un precio por arriba de US$2.99. Una manera de decirnos: "¡Hey! ¡Suban los precios de sus libros si quieren tener un Kindle Flash!"
Comprendí que no es lo mismo vender un libro a US$0.99 como precio de lista, que vender a ese mismo precio consecuencia de una oferta limitada, aunque también este aspecto tiene sus bemoles.
Hace poco en mayo puse en oferta mi novela "El legado", normalmente a US$ 4.99 y la rebajé a US$1.99 por algunos días. No tuvo mayor repercusión. Solo vendí ocho ebooks. Cuando retornó al precio habitual las ventas aumentaron. Creo que todo depende de quién haga la oferta. Y no se puede competir con Amazon, de eso no hay duda.
Así pues amigos, los induzco a que reflexionen acerca del precio de sus libros y tomen en cuenta el tiempo invertido, la calidad, el contenido, el coste de la corrección, maquetación y portada, al igual que deben de hacerlo las editoriales y pongan un precio que no se perciba como devaluado.
Esto es todo por hoy amigos, ¡hasta la próxima!
Los publicados a través de editoriales siempre han tenido un precio más alto para los libros digitales y pensábamos que era la mejor manera de llamar la atención. La modalidad era nueva, apenas empezaban a venderse los lectores Kindles y los de habla hispana comenzaban a sumarse a la nueva tecnología, era un campo virgen en el que podíamos permitirnos aprender por ensayo y error.
Y la estrategia de precios bajos funcionaba. Yo tenía todos mis libros a precio mínimo y se vendían mucho. El tiempo fue el factor clave para la transformación de ese mercado que para muchos de nosotros había empezado como un experimento y poco a poco me di cuenta de que autopublicar en Amazon era el camino correcto. Esa convicción se fue afianzando al ver a algunos escritores amigos aceptar ofertas editoriales y abandonar el camino que habían logrado en Amazon. Autores que ocupaban los primeros lugares de las listas desaparecieron como por arte de magia. Entre ellos estaba yo, por suerte con solo dos de mis libros y por un tiempo limitado a tres años. No quise firmar por más. Había aprendido que los contratos editoriales se pueden negociar, no solo la duración, también la cantidad del adelanto y otros aspectos. Lo aprendí de mi agente literaria, una de las mejores de España.
Pero volviendo al asunto de los precios debo decir que aunque al inicio de mi aventura amazónica funcionó el precio mínimo, después fue un handicap. La lectura digital fue haciéndose más asidua. Cada vez más lectores tenían acceso a las compras de libros digitales y en Estados Unidos, mi mercado natural, gran parte de la población lectora prefiere leer en un Kindle o dispositivo similar. Al mismo tiempo aumentaba la oferta de libros publicados por escritores independientes; Amazon empezaba a saturarse de toda clase de literatura (alguna no muy digna de exhibirse en público), de manera que teníamos que diferenciarnos de alguna manera. Los que publicamos al comienzo ya teníamos cierta experiencia, y comprendimos que debíamos pulir nuestros libros. Publicar temas interesantes, no refritos de obras exitosas, aunque debo aclarar que nunca fui de esa tendencia. Debíamos cuidar nuestros textos, contratar correctores, maquetadores, encargar carátulas o portadas profesionales, ya no competíamos con escritores de editoriales únicamente por el precio sino también por la presentación, el contenido, la sinopsis, los comentarios, la promoción, los banners, las ofertas... Y eso me llevó a pensar que mis libros deberían de tener un precio más acorde a su calidad.
Hoy en día ninguno de mis libros tiene el precio mínimo. Y tengo la impresión de que los lectores evalúan la compra por el precio. si es demasiado económico lo ven barato. Es decir, de mala calidad. Si es muy alto se lo piensan dos veces y prefieren comprar a un autor consagrado, de manera que mantener un precio promedio de US$3.99 o US$ 4.99 es aceptable, y de cara al lector el libro adquiere adquiere un valor intrínseco.
También debo decir que tuvo que ver Amazon en esta decisión, pues desde hace unos años empezó a implementar una oferta flash: el Kindle Flash, en la que diariamente ofrecían ciertos títulos con un 80% de rebaja, y solo entraban en las ofertas los libros que estaban a un precio por arriba de US$2.99. Una manera de decirnos: "¡Hey! ¡Suban los precios de sus libros si quieren tener un Kindle Flash!"
Comprendí que no es lo mismo vender un libro a US$0.99 como precio de lista, que vender a ese mismo precio consecuencia de una oferta limitada, aunque también este aspecto tiene sus bemoles.
Hace poco en mayo puse en oferta mi novela "El legado", normalmente a US$ 4.99 y la rebajé a US$1.99 por algunos días. No tuvo mayor repercusión. Solo vendí ocho ebooks. Cuando retornó al precio habitual las ventas aumentaron. Creo que todo depende de quién haga la oferta. Y no se puede competir con Amazon, de eso no hay duda.
Así pues amigos, los induzco a que reflexionen acerca del precio de sus libros y tomen en cuenta el tiempo invertido, la calidad, el contenido, el coste de la corrección, maquetación y portada, al igual que deben de hacerlo las editoriales y pongan un precio que no se perciba como devaluado.
Esto es todo por hoy amigos, ¡hasta la próxima!
Yo diria que tus libros estan baratos,algunos pueden competir con autores muy conocidos que los venden por encima de ese precio.Claro que el precio ayuda a las ventas y yo soy neofita en ese campo jajaja
ResponderEliminarGracias por la percepción que tienes de mis libros, Armo. Yo también pienso que los vendo demasiado económicos. :)
EliminarSupongo que es la estrategia adecuada, empezar con precios mínimos pero luego ir subiendo. Tú puedes hacerlo pero yo no puedo, así que me conformo con el precio mínimo. Eso sí, lo pongo en euros que ya es un poco más
ResponderEliminarTienes razón, al comienzo para captar lectores es bueno poner el precio mínimo, pero después es contraproducente.
Eliminarbuenos consejos... yo solo estoy tratando de maquetar uno, no tengo ninguna pretensión ja... solo espero que lo pueda realizar!! saludos...
ResponderEliminarLlegará el momento en que tendrás que decidir el precio, JLO.
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