viernes, 1 de mayo de 2015

¿Cuál es el secreto del éxito de un libro?

Si alguien pudiera responder a esta pregunta, sin duda se haría millonario. Ni las editoriales, ni los agentes literarios, ni los mismos escritores lo saben. Tal vez sean los lectores quienes puedan darnos una idea más cercana, pero tampoco sus respuestas garantizan la clave.

Conozco escritores que escriben como los dioses; en algunas oportunidades los he nombrado,sin embargo, no son los autores que más venden, según las listas de Amazon o de cualquier otra plataforma.

Entonces, si no es el talento lo que hace que una novela se convierta en un bestseller, ¿cuál es el ingrediente?

Después de pensarlo he llegado a la conclusión de que no es suficiente saber escribir bien. Tampoco es demasiado importante que el autor cometa fallas ortográficas o gramaticales; he leído libros que las tienen por montones y venden mucho, pese a muchos comentarios al respecto. Algunos escritores no tienen la menor idea del estilo, y eso no parece importar a su gran masa de lectores, ¿por qué? Porque se centran en la historia, y porque los lectores no necesariamente saben de ortografía ni de reglas gramaticales.

Una novela sin una historia que apasione no calará en el lector. Puede estar escrita con corrección, haber pasado por la criba editorial, incluso, pero si no tiene una trama que atrape al lector, quien es el destinatario final, simplemente no pasará de ser un libro bien escrito.

Lo importante entonces es encontrar una buena historia, no obstante, esto no garantizará el éxito del libro, a menos que sea un tema que interese a la mayoría de lectores. Y en este aspecto creo que muchos escritores ya han dado con la veta de oro: la novela romántica que incluya escenas eróticas explícitas.

Pero aquí viene otra vertiente al respecto: No todas las novelas románticas eróticas llegan a situarse entre las preferidas de los lectores. Hay algunas que están bastante bien escritas además de ser eróticas y no han tenido éxito. ¿La causa? El tema. Si el tema no es claro, o si se trata de algo que para la mayoría de lectores(as) de novela romántica es un tabú o sale de las normas conocidas, será leído con cierta displicencia, tal es el caso de aquellos que tratan tabúes como el incesto. Pero dentro de la trama de incestos también hay sub-tramas como las relaciones amorosas, no solo incestuosas, entre una madre y su hijo. Hay una autora que escribe bajo seudónimo, excelente persona y buena escritora; en  sus obras hay una dosis fuerte de erotismo, pero según sus propias palabras, no ha logrado despegar como cabría esperar al ser una literatura que no se encuentra dentro de los parámetros de los consumidores de erotismo. Me parece que es políticamente "más aceptable" que el incesto sea cometido por el padre, y a ser posible, que no sea consensuado. si lo es pierde el ingrediente de "prohibido" que hace que se dispare la imaginación del morbo.

Creo que para escribir con éxito novelas románticas se requiere de una historia en donde el hombre sea muy macho, la dama muy hembra, un desengaño amoroso, un rescate, una versión moderna de la Cenicienta, mucho fragor en la cama, e inevitablemente un final feliz. Estos ingredientes se pueden combinar hasta el infinito, pues forman parte del imaginario colectivo. ¿A quién no le gusta una pareja espectacular? ¿Quién no desearía hacer perder la cabeza a un millonario? ¿Qué mujer no quisiera poseer una belleza irresistible? ¿Qué hombre no quisiera ser valiente, buen mozo y un héroe en la cama?

Si se cuenta una ingenua historia de amor con un final feliz, la mayoría de lectores sentirán que las escenas de erotismo explícito que se narra en ellas están escritas "con estilo", "elegancia", o que son "humanas" y que por lo tanto, pueden solazarse en ellas y sentir placer al leerlas sin sentir culpa.

El sentimiento de culpa tan arraigado en la mentalidad femenina, es inconsciente. La mayoría, por no decir todas, negarán que lo tienen, sin embargo está ahí, presente. En unas en menor o mayor grado. Es lo que la sociedad y la crianza vino arrastrando a lo largo de la historia. La liberación femenina tiene pocos años, unos cincuenta a lo sumo, lo que llevado a cifras universales es un suspiro en términos de tiempo. Podría ser la respuesta al sentimiento de placer que sienten algunas mujeres al ser castigadas al tener sexo, una especie de violación consensuada en la que ellas fingen no estar de acuerdo y su negación provoca la
excitación de ambas partes.

También hay hombres a los que les agrada ser castigados, lo que exacerba sus deseos, y supongo que también debe de  haber mucha literatura al respecto.

La literatura erótica no es una moda. Ha existido desde hace mucho tiempo; autores que se consideran de culto la han escrito, pero hoy con el uso de Internet y la autopublicación se ha masificado. Hay muchas escritoras que escriben bajo seudónimo escenas que haría sonrojar a la autora de 50 sombras y son consumidas por lectoras voraces de este tipo de literatura.

Lo que queda para los escritores que no nos especializamos en literatura erótica es inventar historias excepcionales, tarea bastante difícil en la época actual en la que casi todo se ha dicho, pero será el tipo de literatura que marcará la diferencia entre una escritura fácil y complaciente y otra más elaborada, que deje huella.

¡Hasta la próxima. amigos!

4 comentarios:

  1. Ti marin de do pingüé.... cúcara mácara títere fue... Es más fácil sacarse la lotería, que acertar con una buena historia o con una que "masivamente" guste.. y no es nuevo, pues tradicionalmente hemos conocido escritores que no son precisamente sus obras más conocidas las mejores, e incluso con premios Nobel. ¿Qué hacer?. Aunque no soy precisamente dada a creer en la suerte, si pienso que al menos en el masificado AMAZON algo como eso es necesario para que una obra destaque, sea cual fuere el género, y digo destaque, no que "me guste", o "guste" simplemente, pues ahí ya entra lo enteramente personal. Aunque todos escribimos con la esperanza y la expectativa de ser leídos, creo que debemos tratar -al menos- de no pensar tanto en las ventas--aunque sigamos dale que dale con Twitter--, sino en el placer que nos da escribir, tomando en cuenta que, aunque parezcamos muchos, somos solo una "Brizna de paja en el viento", entre los 7 mil millones de pobladores de este sufrido mundo. Asi que de algún modo, el tener ese don maravilloso de poder escribir más de 1000 palabras seguidas con algun significdo o interés para alguien, si no va a bastarnos, al menos si nos podrá permitir decirnos: "Bueno, soy capaz de hacer que UNA persona se detenga a leer lo que escribo, y encontrarle algun sentido, utilidad, motivo de reflexión, o incluso, enseñanza", y que ello nos de un airecillo de satisfacción y que aunque sea por un momento, -pues no hay que tomarse demasiado en serio-, anime a nuestro ego, cuando tal vez más necesitados estamos.

    Abrazos.

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    1. Olvidé poner el "factor suerte" dentro de los requisitos, Adelfa. Por otro lado creo que no te falta razón al decir que es importante para un escritor escribir, lo hacemos porque nos nace, nos gusta, y lo seguiremos haciendo aunque nadie nos lea, ¡¡pero que maravilla cuando te leen y encima les gusta!!

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  2. A mi (ingenuo) entender, Blanca, creo que se debe en gran medida a la poca calidad del lector. La gente no quiere problemas, prefiere hamburguesas a comida casera elaborada y buena de toda la vida. LOs lectores consumen lo que le venden, no eligen lo que les gusta. Si no hay grandes lectores no habrá grandes novelas reconocidas.

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    1. Probablemente haya libros que tienen su target de lectores, Rafael, pero la mayoría de lectores lee lo que les gusta. No creo que alguien lea obligado. Otra cosa es que esa mayoría prefiera cierto tipo de libro.
      No me gusta descalificar a los lectores, así como tampoco me gusta que me descalifiquen como escritora por el hecho de que lo que escribo no le guste a cierto tipo de lector. Hay libros que a mí en particular no me parecen interesantes, pero no todos deben tener mis preferencias. Tampoco me creo a pie de juntillas cuando dicen que escribo muy bien o que mi libro es el mejor que han leído. Creo que los escritores debemos conservar la cordura y la objetividad con nosotros mismos.

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