Oscar Wilde, humano, antes que escritor
Oscar Fingal O’Flahertie Willes Wide, nació a mediados del siglo XIX. Fue el máximo representante de la tendencia esteticista inglesa, que en esencia consiste en el culto a la belleza. La revolución industrial llevó a Inglaterra a la par que la civilización mecánica, a una existencia miserable. ¿Por qué digo esto? Porque debido a ella en el espacio de cincuenta años el pueblo inglés se vio reducido a un trabajo esclavizante al tiempo que la clase burguesa, práctica y utilitaria, ávida de dinero y de poder político, se elevaba: Nuevos ricos que aún no tenían el gusto formado, se mandaban fabricar obras de arte y objetos carentes de belleza. Aparecieron entonces jóvenes que frente a la fealdad reinante, se refugiaron en el culto a la belleza, llegando a odiar incluso a su propio país y a su propia época.
A esta corriente perteneció Oscar Wilde. Desde muy joven sintió afición por las extravagancias, aunque su madre parece ser la iniciadora de sus gustos infantiles, pues acostumbraba vestirlo de niña durante su niñez, aceptando un comportamiento acorde a su vestimenta, claro. Tal vez haya sido el inicio de su homosexualidad, la que se manifestó a lo largo de su vida y que lo llevó a prisión y trabajos forzados por un período de dos años, demandado por el padre del joven lord Alfred Douglas, de 21 años. Wilde contaba entonces 38. Acabó destrozado moral y físicamente, su domicilio fue saqueado, se perdieron sus manuscritos, sus obras se retiraron de los carteles, se prohibió la venta de sus libros y terminó su brillante carrera literaria.
Me estoy refiriendo a la vida privada de Oscar Wilde porque está íntimamente ligada a su obra como escritor. En su obra hace referencia constante al hedonismo, el cual formaba parte intrínseca de su vida, y al culto a la belleza. Su primer libro fue publicado cuando tenía 27 años: Poemas de Oscar Wilde. Sin embargo, un tema que se repite en sus obras es la paradoja, así como la extrema ironía. Y después de haber leído su biografía no puedo dejar de reconocer que también su inteligencia formaba parte del triángulo que lo llevó a la fama como rompedor de moldes de su época. Ganó premios y becas de estudio, recorrió los Estados Unidos dictando conferencias acerca del esteticismo que tan bien representaba con sus modelos originales, y su desmesurada extravagancia.
Wilde consideraba que solo el placer merecía que se le consagrase una teoría, y que la vida de los sentidos estaba indisolublemente ligada a la de la inteligencia. Afirmaba que «nada puede curar el alma más que los sentidos, como nada podría curar los sentidos mejor que el alma», tal como pone en boca de Lord Henry en su famosa novela El retrato de Dorian Gray.
Otra de sus frases célebres: «En literatura no existirán libros morales o inmorales, sino simplemente libros bien o mal escritos»
Acabo de leer la única novela que escribió: El retrato de Dorian Gray. Y estoy completamente de acuerdo. Es una obra donde se refleja la maldad y la perversión, uno se puede imaginar a partir de un lenguaje estéticamente bello e imágenes diáfanas y bien logradas, cada acción llevada a cabo por Dorian Gray, y sin embargo no hay una sola línea, ni una sola palabra que transgreda lo que en aquella época se cuidaba con hipócrita esmero: la moral. Me asombra enterarme que el libro causó enorme revuelo por los conceptos que irónicamente supo exponer de manera brillante. No existe sexo explícito, no hay referencia a alguna caricia más allá de un beso juvenil del bello Dorian a la jovencita Sibila, en una relación de amor platónico que la lleva a al suicidio. El libro está impregnado de frases brillantes y de momentos diabólicamente bien camuflados. También he notado su misoginismo en casi toda su obra, por ejemplo, en esta parte, cuando Lord Henry, una especie de Mefistófeles, dice:
—No se volverá a casar nunca, Lady Narborough —interrumpió Lord Henry—. Ha sido usted demasiado feliz antes. Cuando una mujer se vuelve a casar es porque detestaba a su primer marido. Cuando un hombre se vuelve a casar es porque adoraba a su primera esposa. Las mujeres prueban suerte. Los hombres arriesgan la suya.
Y su particular modo de ver la belleza femenina, y la fina ironía con la que sabía envolver sus diálogos:
—¿Es bonita?
—Se comporta como si lo fuese. Muchas americanas lo hacen así. Es el secreto de su encanto.
—¿Por qué esas americanas no se quedan en su país? Nos están diciendo siempre que aquello es el paraíso de las mujeres.
—Y lo es. Esa es la razón por la cual, como Eva, tienen tan enorme impaciencia por salir de él.
Oscar Wilde murió a la edad de 48 años en París, donde vivió el resto de sus días execrado por la mayoría de los literatos ingleses de su época, bajo el nombre de Sebastián Melmoth. Hoy sus restos reposan en la Abadía de Westminster, al lado de los de William Shakespeare, Isaac Newton y Charles Darwin. Este último también atacado duramente por su famosa teoría de la evolución planteada en su libro El origen de las especies.
Algunas de sus frases famosas:
Experiencia es el nombre que cada uno da a sus propios errores.
¿Qué es un cínico? Una persona que conoce el precio de todo y el valor de nada.
Su obra teatral de más éxito: La importancia de llamarse Ernesto.
Cuentos: El crimen de lord Arthur Saville, El modelo millonario, El fantasma de Canterville, La esfinge sin secreto, El retrato de mister W. H., El príncipe feliz, El amigo fiel, El gigante egoísta, El famoso cohete, El ruiseñor y la rosa, El joven rey, El cumpleaños de la infanta, el pescador y su alma, el niño astro.
Cuentos apócrifos: La piel de naranja, Old Bishop’s, Ego te Absolvo. (Aparecieron en una revista americana con el nombre de Wilde después de su muerte, y no se ha encontrado bibliografía alguna)
B. Miosi
A esta corriente perteneció Oscar Wilde. Desde muy joven sintió afición por las extravagancias, aunque su madre parece ser la iniciadora de sus gustos infantiles, pues acostumbraba vestirlo de niña durante su niñez, aceptando un comportamiento acorde a su vestimenta, claro. Tal vez haya sido el inicio de su homosexualidad, la que se manifestó a lo largo de su vida y que lo llevó a prisión y trabajos forzados por un período de dos años, demandado por el padre del joven lord Alfred Douglas, de 21 años. Wilde contaba entonces 38. Acabó destrozado moral y físicamente, su domicilio fue saqueado, se perdieron sus manuscritos, sus obras se retiraron de los carteles, se prohibió la venta de sus libros y terminó su brillante carrera literaria.
Me estoy refiriendo a la vida privada de Oscar Wilde porque está íntimamente ligada a su obra como escritor. En su obra hace referencia constante al hedonismo, el cual formaba parte intrínseca de su vida, y al culto a la belleza. Su primer libro fue publicado cuando tenía 27 años: Poemas de Oscar Wilde. Sin embargo, un tema que se repite en sus obras es la paradoja, así como la extrema ironía. Y después de haber leído su biografía no puedo dejar de reconocer que también su inteligencia formaba parte del triángulo que lo llevó a la fama como rompedor de moldes de su época. Ganó premios y becas de estudio, recorrió los Estados Unidos dictando conferencias acerca del esteticismo que tan bien representaba con sus modelos originales, y su desmesurada extravagancia.
Wilde consideraba que solo el placer merecía que se le consagrase una teoría, y que la vida de los sentidos estaba indisolublemente ligada a la de la inteligencia. Afirmaba que «nada puede curar el alma más que los sentidos, como nada podría curar los sentidos mejor que el alma», tal como pone en boca de Lord Henry en su famosa novela El retrato de Dorian Gray.
Otra de sus frases célebres: «En literatura no existirán libros morales o inmorales, sino simplemente libros bien o mal escritos»
Acabo de leer la única novela que escribió: El retrato de Dorian Gray. Y estoy completamente de acuerdo. Es una obra donde se refleja la maldad y la perversión, uno se puede imaginar a partir de un lenguaje estéticamente bello e imágenes diáfanas y bien logradas, cada acción llevada a cabo por Dorian Gray, y sin embargo no hay una sola línea, ni una sola palabra que transgreda lo que en aquella época se cuidaba con hipócrita esmero: la moral. Me asombra enterarme que el libro causó enorme revuelo por los conceptos que irónicamente supo exponer de manera brillante. No existe sexo explícito, no hay referencia a alguna caricia más allá de un beso juvenil del bello Dorian a la jovencita Sibila, en una relación de amor platónico que la lleva a al suicidio. El libro está impregnado de frases brillantes y de momentos diabólicamente bien camuflados. También he notado su misoginismo en casi toda su obra, por ejemplo, en esta parte, cuando Lord Henry, una especie de Mefistófeles, dice:
—No se volverá a casar nunca, Lady Narborough —interrumpió Lord Henry—. Ha sido usted demasiado feliz antes. Cuando una mujer se vuelve a casar es porque detestaba a su primer marido. Cuando un hombre se vuelve a casar es porque adoraba a su primera esposa. Las mujeres prueban suerte. Los hombres arriesgan la suya.
Y su particular modo de ver la belleza femenina, y la fina ironía con la que sabía envolver sus diálogos:
—¿Es bonita?
—Se comporta como si lo fuese. Muchas americanas lo hacen así. Es el secreto de su encanto.
—¿Por qué esas americanas no se quedan en su país? Nos están diciendo siempre que aquello es el paraíso de las mujeres.
—Y lo es. Esa es la razón por la cual, como Eva, tienen tan enorme impaciencia por salir de él.
Oscar Wilde murió a la edad de 48 años en París, donde vivió el resto de sus días execrado por la mayoría de los literatos ingleses de su época, bajo el nombre de Sebastián Melmoth. Hoy sus restos reposan en la Abadía de Westminster, al lado de los de William Shakespeare, Isaac Newton y Charles Darwin. Este último también atacado duramente por su famosa teoría de la evolución planteada en su libro El origen de las especies.
Algunas de sus frases famosas:
Experiencia es el nombre que cada uno da a sus propios errores.
¿Qué es un cínico? Una persona que conoce el precio de todo y el valor de nada.
Su obra teatral de más éxito: La importancia de llamarse Ernesto.
Cuentos: El crimen de lord Arthur Saville, El modelo millonario, El fantasma de Canterville, La esfinge sin secreto, El retrato de mister W. H., El príncipe feliz, El amigo fiel, El gigante egoísta, El famoso cohete, El ruiseñor y la rosa, El joven rey, El cumpleaños de la infanta, el pescador y su alma, el niño astro.
Cuentos apócrifos: La piel de naranja, Old Bishop’s, Ego te Absolvo. (Aparecieron en una revista americana con el nombre de Wilde después de su muerte, y no se ha encontrado bibliografía alguna)
B. Miosi
En números romanos, 19 se escribe así XIX.
ResponderEliminarA good man (Un hombre bueno).
Muchas gracias, hombre bueno, por notificarme el "dedazo",
ResponderEliminarUn gran saludo,
Blanca
Es un escritor que siempre me ha llamado la atención...Creo que se han escrito muchísimos libros acerca de él...Su vida no debió de ser nada fácil....Gracias por acercarnoslo un poco más. besos
ResponderEliminarUff, el gran Oscar Wilde... Lo estoy estudiando ahora a propósito de estudiar la literatura irlandesa. Lo que más me ha gustado siempre de Wilde son sus comedias de teatro... Nadie las escribe como él; su fino e irónico humor es inigualable. Y sí, de acuerdo contigo, La importancia de llamarse Ernesto es la más exitosa, aunque El abanico de Lady Windermere no le anda a la zaga; reconozco que disfruté más con la primera. Es estupendo que nos hayas puesto este post, pues con tantos autores superventas que hay en la actualidad, a veces nos olvidamos de los clásicos INOLVIDABLES. Un saludo y un beso muy fuerte. Siempre me quedo pendiente de leer sus poemas...
ResponderEliminarNo he leído la novela, pero me han dado unas ganas enormes de hacerlo.
ResponderEliminarMe encantó el post, con él conocemos un poco más la vida desconocida del escritor.
Es extraño, o casual, pero casi todos los escritores " inmortales ", han soportado una vida desgraciada.
Un beso
No, Winnie, de hecho su esposa lo abandonó. Sus hijos nunca más quisieron saber de él, y el hombre causante de su desgracia escribió un libro hablando barbaridades de él.
ResponderEliminarBesos!
Hola Julia, Oscar Wilde más que un escritor fue un innovador, un "antisistema", valiente, y muy inteligente. Su obra literaria fue poca, si lo comparamos con otros escritores, pero lo que dejó fue muy bueno.
ResponderEliminarBesos!
Así es, MJesus, hay algo de trágico en la inmortalidad. En vida son desgraciados, y después de muertos, adorados.
ResponderEliminarMuchas gracias por visitarme, amiga,
Besos!
Óscar Wilde es uno de mis escritores preferidos y quizá una de las razones por las que me decidí a estudiar filología inglesa.
ResponderEliminarLa primera obra de teatro que vi representada fue "La importancia de llamarse Ernesto" y es curioso que fuera la última en la que participé, haciendo el papel de John Worthington.
Es que no puedo evitarlo, me encanta Wilde, su fina ironía y esa inteligencia elegante que se intuye desde detrás de cada una de sus líneas, como si tuviera muy claro que él estaba un escalón por encima de todos sus contemporáneos.
Te recomiendo "Balada en la cárcel de Reading".
Un abrazo, Blanca!
Interesante entrada, Blanca. Y muy buena la comparación de Lord Henry con Mefistófeles.
ResponderEliminarGracias por compartirlo.
Un abrazo,
Alejandro.
Oscar Wilde; una de las máximas representaciones de la literatura británico-irlandesa.
ResponderEliminarA finales de los 90, leí El Retrato de Dorian Gray. Mantiene la estética en la prosa y su estructura narrativa es impecable. Lamentablemente para Wilde, la crítica de su época consideró la novela como un elemento perturbador para la mente del lector.
Buena crónica querida amiga.
Un beso,
Daniel DC
Buena entrada.
ResponderEliminarCuando leí De profundis, la carta que escribió desde la carcel en la que lo encerraron, uno se empapa del dolor de ese hombre traicionado por su amante, por su familia y por el mundo de la cultura que se supone debía comprenderle. Mala época la victoriana para intentar ser libre. Que siglos después se le entierre junto a poetas y dramaturgos, la verdad, me sabe a tierra. Demasiado nos hemos acostumbrado a encumbrar cadáveres de artistas después de verles sufrir en vida. En fin.
Un abrazo.
¡Hola Blanca!
ResponderEliminarGracias por el post. Es una clase magistral.
¡Un beso!
MIGUEL
Hemos coincidido en hablar de este personaje genial. Uno de mis autores favoritos.
ResponderEliminarBesos.
Me quedo con el Retrato de Dohrian Grey y la búsqueda de la eterna juventud, buen post Blanca.
ResponderEliminarMe ha gustado much la entrada, Blanca. He descubierto gracias a ti algunos datos que desconocía de la biografía de este insigne autor. Tendré que poner su novela en la lista de futuras lecturas...
ResponderEliminarUn abrazo.
A mí me encantó El retrato de Dorian Gray, me parece una obra maestra. Está muy bien reflejada la vida ociosa de la alta sociedad inglesa (que se pasaban los días de fiesta en fiesta y de cena en cena), pero por otra parte, como sólo ellos tenían acceso a la cultura, sus reuniones resultaban de lo más interesantes. El libro, como dices, está plagado de frases magistrales, y ese culto exagerado a la belleza, ese poder de la estética, esas insinuaciones homosexuales (que las hay) lo convierten en un obra, en cierto modo, provocadora. Me encantó y me encanta esta entrada dedicada a Wilde.
ResponderEliminarBesos.
Hola Blanca,
ResponderEliminarEl Retrato de Dorian Gray fue una obra que leí en clase de inglés y creo que es una de las que más he disfrutado y me han gustado. Muchas gracias por compartir esta magnífica entrada con nosotros.
besos
¡Qué sorpresa, Fernando! actor de teatro, y justamente de una obra de Wilde, tan laureada y reconocida en todo el mundo! Me hubiera gustado vere haciendo el papel de John Worthington.
ResponderEliminarVoy a buscar la obra que me recomiendas, es de las pocas que no están en el grueso tomo que he leído.
Gracias por tu visita,
Besos!
Así es, Alejandro, Lord Henry era el mefisto que inoculó en la mente del jovencito Dorian las primeras inquietudes. Creo que en nuestras vidas siempre encontraremos a alguna persona que despierte interrogantes, y cuyas respuestas no siempre serán las mejores para uno.
ResponderEliminarGracias por comentar, Alejandro!
Besos!
Lola: Ya me parecía que había leído algo ¿en tu blog? de Wilde, ¡Es tan interesante!
ResponderEliminarBesos!
Xavier: El retrato de Dorian Gray es toda una lección de vida. En adición, está escrita de una manera elegante, irónica y muy sutil.
ResponderEliminarA mí también me encanta.
No te arrepentirás, Armando, es una novela tan conocida que puedes descargarla de Internet, se puede aprender mucho de Wilde.
ResponderEliminarBesos!
Sí, Maribel, es una obra provocadora, cada frase, cada pensamiento que está vertido en la novela tiene un motivo, y tienes razón, también es un reflejo de la época, de su pensamiento y de las diferencias sociales.
ResponderEliminarUn beso, amiga,
Esa novela no debería faltar en la biblioteca, yo vi la película y también me gustó, pero claro, en la novela el motivo se vislumbra mejor.
ResponderEliminarBesos, Cristina!
Excelente entrada, Blanca.
ResponderEliminarQué bueno regresar a tu blog después de un tiempo (sabés, volví a desaparecer de la blogosfera...) y encontrar una lectura de esta calidad.
Realmente ha sido un gusto leer un texto como este; digamos que lo único que me impide salir a comprar la obra de Wilde es que ya la tengo, jejejeje.
Besos!
Esther
Hola Blanca, gracias por visitar mi blog. Eres la primera compañera de editorial que conozco y me ha soprendido tu mensaje. Incluyo un enlace a tu novela desde mi página. Parece muy interesante, y ya buscaré un hueco para leerla. Un beso.
ResponderEliminar¡Gracias Esther!
ResponderEliminarYa te extrañaba, pero un pajarito me dijo que estás inmersa entre otras cosas en el quito número de Prosofagia...
Muchas gracias por pasar, y me alegra que tengas a Wilde.
Besos
Hola Rafael, la sorprendida soy yo de encontrar tu mensaje, muchas gracias por visitarme. Haré lo mismo con tu novela, ya tienes reservado un espacio en este blog!
ResponderEliminarBesos!
Buff.. que casi no llego... Ha sido una entrada maravillosa, Blanca. Recuérdame cuando sea famoso que seas tú quien escribas mi biografía..XD. Eso sí, algo menos dramática, por favor. La verdad es que tengo pendiente "el retrato de Dorian..." pero reconozco la bella prosa de Wilde, sin lugar a dudas.
ResponderEliminarEs curioso cómo defendieron el culto a la belleza en medio de una sociedad gris y mecanizada, en cierta forma fue la primera generación de metrosexuales, ¿no?
En fin, lo dicho, me ha encantado la entrada.
Un beso.
Hola Blanca: soy Loli, la mujer de Rafael Abalos. He estado viendo tu blog, tu nuevo libro, que me parece muy interesante, y un articulo que tienes sobre Oscar Wilde. Que casualidad, pues soy coordinadora de unos clubes de lectura y precisamente estamos leyendo a este autor, los cuentos. Genial, es el placer de leer. Les hablaré de tu artículo al grupo de lectura y de "El legado". Encantada de conocerte. Un beso.
ResponderEliminarLoli.
Miguel: Un besote! Y gracias por pasar.
ResponderEliminarDeusvolt: por supuesto que trataré tus libros con el mismo cuidado que se merecen. Espero que muy pronto!
Y tienes razón! parece que fue la primera generación de metrosexuales, ja, ja,
Besos!
Loli: Muchísimas gracias por visitarme, es un honor tenerte aquí, y ser recomendada para los clubes de lectura del que eres coordinadora, ¡vaya!
ResponderEliminarUn abrazo, amiga,
Blanca
Hola querida Blanca!!!
ResponderEliminarQué historia de vida tan difícil.
Nos cuesta entender la mente cerrada del siglo XIX porque, por suerte, somos de esta era.
Un gran escritor, que tuvo que morir para que lo reconocieran y descansar sus restos al lado de grandes como William Shakespeare, Isaac Newton y Charles Darwin.
Es lo que, casi siempre, ocurre. En vida no se valora, pero muerto se lo respeta.
Un beso x 3 para vos!!!!
El retrato de Dorian Gray me ha parecido siempre una auténtica obra maestra. A veces pienso que no está considerado a la altura de la metamorfosis de kafka, o de la peste de Camus, por poner dos ejemplos, simplemente porque su autor era homosexual, lo cual no es sino otra de las grandes injusticias cometidas con autores literarios.
ResponderEliminarMuy buena entrada, Blanca, como todas las tuyas.
Que buena reseña hiciste Blanca! muy interesante tu artículo!!!
ResponderEliminarNeuronas en Fuga: Fue una época en que todos pensaban pero nadie se atrevía. Los pocos que lo hicieron corrieron con la suerte de Oscar Wilde. Tienes, razón, es una suerte haber nacido después, aunque no te creas, la libertad de pensamiento empieza a ser coartada en muchos países.
ResponderEliminarBesos!
Blanca
Félix: ¡Qué agradable que hayas vuelto por el blog!, te doy la razón, sin embargo la homosexualidad ha formado parte intrínseca de muchos de los grandes genios de las artes de todos los tiempos. Solo que hay épocas más o menos hipócritas.
ResponderEliminarBesos!
¡Gracias Carla!
ResponderEliminarhola Blanquita!
ResponderEliminarOscar Wilde es mi escritor favorito, como escritor y como persona. Su mujer lo abandonó pero por los ruegos de él al respecto, para que pudieran ella y los niños, reestablecer su vida en la normalidad de la sociedad de la época, que tan duramente les dio la espalda y les hizo la vida imposible.
Me gusta todo lo que ha escrito. In Profundis es lo más desgarrador que he podido leer en mi vida. Es leer en el alma directamente.
Sus obras de teatro, divertidísimas.
Pero si hay algo que he leido más de cien veces son sus cuentos. Esos que escribió para sus hijos, y con los que les explicaba cosas de su torturada persona como en el cuento de El gigante egoísta.
El príncipe felíz es mi cuento favorito. No sé ni las lágrimas que he derramado leyendo la amistad entre una estatua y una golondrina de Egipto. ¡Jo!, es lo más lindo que hay en el mundo.
****Ah! y sus chaquetas de terciopelo, no tienen precio!
(No creo que fuera misógino, cuando leo sus frases como la de "a las mujeres no hay que comprenderlas, sino amarlas", me da la sensación de que simplemente está dando una vuelta de más. Una manifestación de su admiración al alma femenina, y no degradándola o subestimándola. Es cierto que mucha gente le critica, que dicen que fue una mala persona, pero ya ves, a mí el corazón me dice que fue alguien muy muy bueno. Nadie que escriba así, y que sea un abanderado de "el arte por el arte", sin afán de lucrarse, no puede ser malo de ninguna manera)
besos!
pepsi
Qué precioso comentario, Pepsi!
ResponderEliminarHas dicho todo lo que me faltó decir a mí. Especialmente lo de sus chaquetas de terciopleo, es que el hombre era todo un dandy.
Sus cuentos! claro que son buenísimos y el Príncipe feliz es uno de los mejores que he leído. El hombre tenía estilo, tenía fuerza y tenía corazón.
Besos, linda,
Blanca
Qué tal Blanca. Me ha encantado tu blog y la semblanza que haces sobre Oscar Wilde.
ResponderEliminar¿Sabes? Tengo una duda sobre sus cuentos particularmente en el de: Ego te absolvo. ¿Cuándo apareció en la revista americana que mencionas? ¿Sabes el nombre de la revista? Bueno, ya son dos dudas... jajaja. Es que aquí en México Ego te absolvo aparece como propio de Wilde y no parece haber ninguna duda al respecto. Aunque yo tengo las mías.
Te felicito por tu Blog y por tu nueva novela.
Un saludo muy afectuoso desde México