Crisis Editorial y Oportunidades

Cuando empecé a investigar acerca de los componentes que conforman la crisis por la que atraviesa el mundo editorial, me encontré con datos provenientes de algunas personas que indirectamente trabajan para él. Así, hablé con un amigo que trabaja en la industria de las artes gráficas de España, en el sector que suministra las cuchillas. Sí, leyeron bien; si no fuese por las cuchillas no se podrían cortar los libros, las revistas y cualquier cosa que se imprima en papel; son las que se usan en las guillotinas, trilaterales, plegadoras; las hay desde máquinas muy pequeñas, como las que doblan, pliegan o hacen los triscados para rasgar el papel, hasta las de más de dos metros de alto, con una guillotina Polar 185. Esta industria es tan importante, que sin ella no existiría el libro tal cual lo conocemos, por ejemplo: no existirían los lomos fresados. Y sin las cuchillas de las máquinas de encuadernación, los libros no tendrían forma. Lo cierto es que los periódicos, revistas, libros, y todo lo que sea en papel pasa por una cuchilla. ¿Qué mejor lugar para enterarse de la cantidad de papel que se corta actualmente?

En España, el negocio de las artes gráficas es más o menos así: a) Libros: en torno al 30 % b) Revistas: en torno al 50 % c) Resto: publicidad escrita.

En estos tiempos la publicidad ha desaparecido, las revistas han caído y muchas de ellas cerrado, y los libros se han reducido en un 30 - 40 %. Se sabe de editoriales que han quebrado en España, pero no estoy autorizada para decir nombres. Todo este desbarajuste en el mundo editorial tuvo su origen en el 2008, consecuencia de la crisis económica global. Según mi fuente, se están imprimiendo casi el 50 % de libros que hace cuatro o cinco años.

¿Pero qué dicen los libreros?
Hasta hace poco se tenía la buena noticia de que el sector del libro cerró el ejercicio de 2009 con pérdidas moderadas y asumibles, en general. La mala noticia era que esas pérdidas estaban muy desigualmente repartidas y afectarían mucho más a unos que a otros. En la memoria está el dramático primer trimestre del 2009, cuando las librerías devolvían libros masivamente, hasta un 40% de los ejemplares puestos en el mercado.
Curiosamente, desde septiembre no ha habido un porcentaje de devoluciones destacable. Para explicarlo, hay quien dice que eso ocurre porque los libreros prefieren vender sus existencias antes de apostar por otras novedades, según la costumbre de los últimos años, que hacía que los libros estuviesen apenas un mes a la vista en las librerías. Otros dicen que influye el bajón de novedades. Los libreros recortan gastos como pueden y una de las formas es no coger tantas novedades porque tienen una caída de ventas entre el 5 y el 10%.

¿Quiénes salvan a las editoriales?
Como siempre, los escritores superventas, de ahí que las editoriales los mimen como a las niñas de sus ojos:
Stieg Larsson y Dan Brown salvaron a Planeta de cerrar en negativo. Fuentes del sector auguran al grupo de Lara un 3 % de crecimiento que sin esos autores se convertiría en un porcentaje negativo. A Alfaguara la salva la saga Crepúsculo, a Random House, Isabel Allende, Javier Cercas e Idelfonso Falcones. Autores como Henning Mankel y Haruki Murakami lo hacen con editoriales medianas, como Tusquets, pero las editoriales que no logran entre sus filas un descubrimiento o no consiguen fichar un gran escritor, se ven en problemas.
Aparte de los superventas, el resto de los autores vende muchos menos ejemplares. Aun los grandes como Dan Brown han bajado un 15 % sus ventas con respecto a temporadas anteriores. Y no hablo del Premio Planeta Ángeles Caso, que su libro Contra el viento vendió un 32 % menos que la semana de su salida al mercado.
Entre los autores más literarios, José Saramago registró un quinto discreto puesto con 5545 ejemplares y la caída de 28 % en las ventas en una semana
A este panorama se suma la salida al mercado norteamericano, ya de manera contundente, de los libros electrónicos, especialmente por Amazon, que los ofrece a precios de ganga y tiene estrategias claras en cuanto a las ventas de libros en esa modalidad. Y ya se sabe que las tendencias las fijan los americanos, tanto en libros como en cine.

¿Los perjudicados?
Varios. Principalmente los editores que son quienes arriesgan el dinero. De ahí que si en la época boyante del libro rechazaban los manuscritos que no cumplían con las mínimas normas de calidad, hoy lo hacen con mucha mayor razón, rechazando inclusive a autores ya publicados si ven que la obra no es lo suficientemente atractiva para el público, aunque esté muy bien escrita.

¿Los beneficiados?
Las editoriales andan a la caza de un autor que los saque a flote y puedan capear el temporal. Las crisis traen consigo oportunidades: es el momento de lanzarse al ruedo, y los escritores noveles o publicados que tengan una buena historia entre manos y que esté bien escrita, con seguridad serán aceptados, tal vez sea el nuevo Dan Brown, Ken Follet o el futuro Pérez Reverte. Y aquí es donde entran los scouts. Tras este inofensivo apelativo, que nos recuerda a los voluntariosos chicos de códigos de conducta moral intachables, se encuentra un espía del mundo de los libros, según las palabras de Bettina B. Schrewe, que trabaja desde Nueva York como scout (ojeadora) para diecisiete países; en España su cliente es Planeta.

El mayor capital de una empresa es, sin duda, la información, y en ese sentido los principales sellos editoriales del mundo han creado sus propios servicios de inteligencia, que puede hacer la gran diferencia entre triunfar o fracasar. Algunos de estos ojeadores cobran hasta doscientos mil dólares anuales. Pero no es un sector nuevo; existen desde hace veinte años, han ido ganando importancia, y los editores coinciden en que en la jungla que se ha convertido el sector, es difícil sobrevivir sin ellos. En España ya existen dos scouts; Aurelio Major es uno de ellos. «Somos espías», dice, «debemos enterarnos antes que nadie». La labor de los scouts consiste en detectar cuanto antes un libro o una tendencia. «Cuanto antes» quiere decir: cuando el manuscrito llega a un agente o a un sello editorial, y muchas veces se enteran al pasar por los receptores del texto.
«Un scout tiene que captar todas las informaciones que salen de un país, no solo los manuscritos importantes, sino también los cambios de tendencia o de dirección en una editorial», explica Cristina de Stefano, italiana afincada en París, antigua periodista y escritora. «Es un trabajo un poco secreto, en el que hay mucha competencia. Y esa es la razón por la que se están multiplicando: cada vez hay más información y menos tiempo para procesarla», agrega. Trabaja desde Francia para cinco países (en España para el grupo Santillana).
«Todo el mundo anda buscando un nuevo John Grisham y nosotros tenemos que ser los primeros en detectarlo. Como los reporteros, buscamos información que la gente no quiere dar, protegemos a nuestros clientes y necesitamos exclusivas», explica Aram Fox, scout neoyorquino que ojea para RBA.

Pescando en río revuelto
Como decía anteriormente, hay quienes siempre encuentran oportunidades en los momentos de crisis. Y no se hicieron esperar, durante el 2009 y lo que va del 2010, son más de cien los títulos relacionados con la crisis, a la par que la fila de sus compradores se alarga, a saber: La crisis Ninja y otros misterios, Leopoldo Abadía, Espasa; El informe Recarte 2009, de Alberto Recarte, Editorial La Esfera de los Libros; El hombre que cambió su casa por un tulipán, de Fernando Trías de Bes, Temas de hoy, 2009; El retorno de la economía de la depresión y la crisis actual, de Paul Krugman, Editorial Crítica; Crisis, mentiras y grandes oportunidades, de Carles Torrecilla y Jordi Basté, Planeta Empresa; Animal Spirits, de George Akerlof y Robert Shiller, Gestión 2000; pero el que se lleva la palma es El crash del 2010, de Santiago Niño Becerra, autor que pronosticaba que lo peor llegaría en el año indicado en el título, publicado por Los libros de lince.

Conclusiones
Desde el punto de vista de los escritores, el mundo editorial no es lo que parece. Después de investigar y de escribir este artículo, me asombra haber podido publicar, y que lo puedan hacer algunos de mis compañeros de foro y de blogs. Quiero creer que existe una parte romántica en todo esto, me gustaría pensar que las editoriales son lugares amables que desean brindarnos una oportunidad. Y tal vez sea así, pero no puedo negar que la competencia es feroz. El mundo editorial es duro, competitivo, una empresa que debe registrar ganancias y su objetivo consiste en descubrir al mejor autor. Un mundo apasionante del cual formo parte y me emociona, y aunque tal vez nunca llegue a ser una superventas, me satisface pertenecer a este conglomerado de pasiones.

B. Miosi

Fuentes:

Miguel Ángel Jiménez, (nuestro conocido Miguel) de http://blog.iespana.es/anapedraza

Revista Literaria Prosofagia 8

http://www.elpais.com/articulo/cultura/Scouts/sabuesos/libros/elpepicul/20081018elpepicul_1/Tes
Jesús García Calero, Inés Martín Rodrigo. ABC.es.04.12.2009

DeLibros (Enero 2010)

Know Square (Febrero 2010).

Comentarios

  1. Qué entrada tan interesante, Blanca. No tenía ni idea como tal de los Scout, me refiero a que no sabía que estaban "en nómina" secreta, je,je.. Aunque sí había oído hablar de algún otro caso, como el de un joven cuyo nombre no recuerdo que trabaja "detectando" nuevas novelas "boom" juveniles tipo Crepúsculo. Lo cierto es que tu meditación final es a la vez entrañable y desalentadora, lo cual dice mucho de este mundo editorial con el que nos ha tocado vivir. Quizá seamos muchos tratando de buscar un hueco, incluso demasiados, no sé. Quizá como digo, no haya tantas cosas tan importantes y tan interesantes qué contar... Lo cierto es que la competencia es feroz, y es difícil, muy difícil llegar a publicar en los tiempos que corren. Aunque si lo miramos bien, llevamos compitiendo desde que nacemos, la vida es una especie de carrera, y sólo uno llega "al óvulo", je, je... Pero en el camino pueden pasar muchas cosas, ¿no?
    Solo me queda felicitaros a todos los que, con este panorama, conseguís llegar a las librerías. Sois sin duda, los mejores, y lo digo con el corazón.
    Humildemente,
    Sergio.

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  2. Blanca, como siempre, una aportación completa e interesante. Me gustaría hacer una puntualización para que el personal no se desanime. Yo, sinceramente, creo que las cosas no están tan mal, tal vez por cómo me está yendo a mí (eso sí, con mucha paciencia y despacito - nunca más apropiada la expresión "despacito y buena letra").

    Toda crisis tiene siempre un lado bueno, como toda etapa próspera tiene sus puntos de oscuridad. Me explico: un autor consagrado como Antonio Gala, Pérez Reverte o Javier Marías cobra tal suma en concepto de adelanto que, en efecto, la editorial, apostando por él, arriesga mucho porque tiene que amortizar al autor (algunos cobran más de 60.000 euros de anticipo, aún con la obra sin escribir). También es cierto que estos personajes - que lo son - tienen un público fiel que no duda en adquirir sus obras apenas salen al mercado.

    Y esto hace precisamente que las editoriales, empujadas por la crisis, apuesten por buscar nuevos valores e indaguen. Incluso que ayuden a los autores no consagrados a mejorar sus escritos para hacerlos viables. Esto hace cinco años era impensable. Ahora es un hecho.

    Insisto en mi idea de que los momentos de mayor crisis lo son también de máximas oportunidades... ¡para todos! (editores y autores).

    Y no hay que pasar por alto el cambio que se ha producido en los gustos, preferencias y nivel cultural de la sociedad, los cuales imbrican directamente en las tendencias, ofertas y propuestas editoriales. Es decir, la eterna ley de la oferta y la demanda (bendita sea).

    Con respecto al gasto de papel, yo me estoy dando cuenta de que cada vez salen al mercado más libros con letra más pequeña, menos márgenes y, por lo tanto, menos páginas (=menos papel). A veces es clamoroso el esfuerzo por ahorrar, pero dice mucho de por dónde están metiendo la tijera, independientemente de que salgan ediciones de tiradas más cortas "por lo que pueda pasar" (pero creo que responde más a un miedo de que cierren librerías que a una realidad de que la gente lea menos: habría que comparar las ventas de las grandes superficies con la caída de los libreros de toda la vida). No sé, es una opinión...

    Besos

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  3. Un articulo muy interesante, Blanca.
    Despues de leerlo me asombro tanto como tú de haber tenido la posibilidad de publicar.
    Besos.

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  4. Si uno se detiene a mirar el mercado hay tanto de tanto que desorienta muy mucho. Me refiero a clases de libros, temáticas, forma de abordarlas, etc etc. Aunque reconozco que suelo mirar los libros en grandes hipermercados y tal vez sea justo por eso. Marea un poco revisar opciones, pero posibilidades las hay para todos los gustos, la verdad.

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  5. Hola Blanca:
    Tengos amigos que trabajan en el mundo del libro, concretamente imprimiendo las paginas, algunas veces hemos hablado de las tiradas de los grandes autores y esta claro que el mercado se mueve con cautela pero no por eso dejaremos de hacer algo que nos llena.
    ¿Es dificil publicar?. Desde luego no cabe la menor duda, pero mejor no obsesionarse y seguir disfrutando escribiendo.
    Si algun dia la campana suena es que he sido capaz de subir al campanario y hacer realidad mis sueños.
    En la vida lo importante no es llegar primero sino saber mantenerse en un hueco trabajando con ilucion, ayudando a las personas que vas encotrando en el camino, porque si un dia llega a lo alto no estes solo.

    Buenas noches amiga, interesante entrada.

    Tessa

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  6. Buen artículo, Blanca. Será cuestión de seguir manteniendo viva nuestra parte romántica, ¿no?

    Saludos,
    Alejando.

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  7. Un artículo muy interesante. Es curioso lo que se cuece entre bastidores, aunque me encanta que lo descubras para nosotros.
    Un beso.

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