EL EGOCENTRISMO SOLAPADO
Hoy voy a hablar de algo que desde hace tiempo tenía deseos de hacer. Se trata de los escritores (me refiero a los y las) que cuando dejan un comentario en algún post que uno publica, sea aquí, en Facebook, Instagram, Twitter o en cualquier otra red social, aprovechan para dejar una publicidad de su último libro o de lo que sintieron cuando lo estaban escribiendo, etc.
Definición de Egocéntrico
Un egocéntrico es aquel individuo que se cree que es el centro del mundo, y por caso, todo lo que hace y dice considera que debe ser objeto de atención del resto de las personas.
No sé si lo hacen por costumbre, porque tienen complejo yoísta o cualquier otra clase de experiencia totalizadora muy de boga en estos tiempos, pero déjenme decirles que eso cae muy mal. Hacerlo una vez, okeeey, lo entiendo, tal vez deseaba darme a conocer su última obra, pero hacerlo siempre, y cuando digo siempre, es algo consecutivo, tan es así que cuando veo quién ha dejado el comentario, ya sé que me encontraré con una publicidad de su propia cosecha, eso me parece falta de decoro, de decencia, de delicadeza, de vamos, de una mínima cuota de respeto por el prójimo.
Se supone que uno promociona un libro que desea dar a conocer o alguna carta de algún admirador de tus letras y eso se debe respetar. ¿Qué puede interesarme a mí o a los demás comentaristas que después de felicitarme diga que escribió un libro que se titula "Un muerto en la nevera"? Por decir algo.
No sé si esa persona leerá este blog; lo más seguro es que no lo haga, porque cuando se trata de sujetos (femeninas y masculinos) que padecen del síndrome de egocentrismo, creo que se limitará a aparecerse para darse autobombo en algún comentario de redes más accesibles y a la mano como Facebook o Twitter u otras, porque visitar el blog de una determinada persona requiere de un talento y empatía desinteresada que no todos tienen, mucho menos la persona egocéntrica que se dedica a dejarme mensajes autopublicitándose en los comentarios de mis anuncios.
Vaya, hoy es domingo y creo que no debería escribir con tanta intensidad, que los domingos son fiestas de guardar, días de ir a misa y confesar los pecados. Bueno en este caso, me estoy confesando, aunque el pecado sea de otro. Todo vale.
Y bien, amigos, eso ha sido todo por hoy. La descarga me ha producido apetito. Voy a almorzar.
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