De la responsabilidad del escritor


Antes de dedicarme casi a tiempo completo a dar el último repaso a mi novela, leí Control Total, escrita por David Baldacci. Fue publicada en 1997, cuando las redes de la información no habían llegado a ser lo que hoy son: una vorágine que cuando se sabe utilizar para fines criminales, puede servir para casi cualquier fechoría.
Control total tiene un ritmo endiablado desde las primeras páginas; un avión se precipita a tierra como consecuencia de un sabotaje. En él viajaba el presidente de la Reserva Federal. Ciento setenta personas más mueren junto a él, carbonizadas. El motivo: un sucio juego de espionaje de secretos informáticos, cuyos alcances amenazan transformar la red en la que actualmente nos movemos en un arma de doble filo. En realidad, ya lo es; cada vez que accedemos a Internet vamos dejando un rastro que jamás será borrado. Si una persona decide hacernos la vida imposible lo único que debe hacer es entrar a nuestro correo electrónico, y hasta a nuestros archivos personales. Nunca hemos sido tan vulnerables como ahora, y sin embargo muchos de nosotros consideramos la red una herramienta ya imprescindible.
Pero me estoy alejando del tema de esta entrada, en realidad lo que me llamó la atención de la novela mencionada, fue la última página, la nota del autor, dice así:


El avión presentado en las páginas precedentes, el Mariner L800, es ficticio, aunque algunos de los datos indicados en el libro se basan en verdaderos aviones comerciales. Sabiendo eso, los entusiastas de los aviones no tardarán en señalar que el sabotaje del vuelo 3223 está lejos de ser verídico. Los «errores» descritos fueron totalmente intencionados. Mi objetivo al escribir este libro no ha sido el de preparar un manual de instrucciones para causar daño a las personas.
En otro párrafo continúa:

A medida que los ordenadores de todo el mundo queden vinculados a una red global, se corre el riesgo, que aumenta proporcionalmente, de que una sola persona pueda llegar a ejercer algún día el control total sobre ciertos aspectos importantes de nuestras vidas. Y, como se pregunta Lee Sawyer en la novela: «¿Qué pasará si el tipo es malo?»
Siempre me he preguntado si lo que escribimos tiene alguna repercusión en el lector, más allá de lo que significa la lectura como pasatiempo. Recuerdo que cuando leí por primera vez a Hermann Hesse quedé tan impresionada que empecé a ver el mundo de manera diferente. Creía a pie de juntillas que todo era producto de una ilusión, y que mi realidad, la que yo había dado por hecho desde que tenía uso de razón, era un invento de mis sentidos. ¿Cuántos libros habremos leído que nos han hecho reflexionar, creer en algo en lo que antes no reparábamos, o en pensar que tal vez exista algo más que el mundo que nos rodea? Al fin y al cabo el conocimiento proviene de los libros, tenemos una reverencia casi atávica por ellos, y hasta antes de que comenzara a escribir, yo particularmente, creía muchas de las teorías que en ellos se exhibían. ¿Acaso en algún momento no nos hemos parado a reflexionar profundamente sobre nuestro papel en la sociedad, después de leer «1984» de George Orwell? ¿O como consecuencia de El capital, de Marx, el planeta se conmovió en sus cimientos?

Creo que todos los escritores tienen una gran responsabilidad por las ideas que exponen en sus escritos, ensayos, y por supuesto, en sus novelas. El público ha sido influenciable desde siempre, recordemos a Orson Welles cuando hizo salir de sus casas a miles de personas, al relatar por radio un pasaje de La guerra de los mundos, de H. G. Wells, y en esta época en la que parece que ya nos hemos saturado de todo, siguen existiendo seguidores de sectas de las más disparatadas creencias. Es como si la gente deseara creer en algo. No podemos contar con el sentido común de las personas, pues en realidad, son muy pocas las que lo tienen, y no lo digo en sentido peyorativo, yo misma me considero una persona con muy poco sentido común, si no fuese así, jamás habría empezado a escribir novelas, pues no existe nada más lejos del sentido común que pasarse horas tras horas argumentando situaciones que sabemos que son irreales, para que los demás piensen que sí lo son; y por otro lado, están los lectores desean creer que lo que leen es cierto a sabiendas de que es una ficción, es más: si encuentran alguna muestra, por más ligera que sea de que lo que están leyendo no los ha engañado lo suficientemente, se sienten defraudados. Pero existe el peligro que dentro de la miríada de escritores, haya unos cuantos cuyos argumentos, por ejemplo, convenza a buena parte de la población de que la Guerra Santa es sagrada y obligatoria, y que autoinmolarse los llevará directamente al paraíso, ¿no correríamos entonces el riesgo todos de ser objeto de atentados terroristas?
Existe un libro llamado: La anatomía de la brujería, por Peter Haining. En él se describen los rituales seguidos por las sectas satánicas, adoradores de la magia blanca, costumbres y rituales demoníacos, con un despliegue de información espeluznante. Me pregunto cuántos de los asesinos en serie que existen actualmente habrán tomado ideas de este libro. ¿Y qué me dicen de la Biblia? sus millones de seguidores en todo el mundo creen firmemente que es la palabra de Dios.

Ahora, díganme ustedes: ¿Es o no es una gran responsabilidad ser escritor?

B. Miosi

Comentarios

  1. Bonita entrada, Blanca

    Personalmente creo que uno escribe más o menos como es. Yo creo que escribir no es una responsabilidad. Es mucho más responsable el que lee e interpreta lo que otros han escrito. También depende de la finalidad con la que escriba cada uno. Hay quien redacta la vida ciñéndola a la pluma y quien usa la pluma para desahogar su alma. Quizás los escritores sean personas normales y corrientes a quienes el silencio les engorda tanto la lengua que tienen que sacar lo que llevan dentro enfrentándose desnudos a una hoja en blanco. Lo importante es disfrutar y ser feliz con lo que uno escribe. Porque cuando uno es feliz hasta los lunes caen en domingo.

    ResponderEliminar
  2. Estoy de acuerdo con Francisco. A todos nos sueltan en la vida sin manual de instrucciones. Unos son más sensatos y otros menos. Pero los que no lo son, son por contra influenciables. Yo también escribo novela. Pero mis escritos son ficción aunque se basen en experiencias personales. Si un tipo comete una locura por haber leído algo mío creo que no me consideraría responsable. No sé, de todas formas es difícil. Lo que es cierto es que tu entrada hace reflexionar. Un saludo.

    ResponderEliminar
  3. Blanca yo creo sin ninguna duda que el ser humano se empapa de todo. De lo que lee, de lo que ve, de lo que oye....sin duda es escritor que es "leido" por masas ejerce una influencia notable (en mi opinión) al igual que lamentablemente el relato constante de desgracias, y asesinatos y violencia...en neuestra sociedad lleva a la copia para muchos.
    Un beso

    ResponderEliminar
  4. Interesante pregunta. Un escritor es un artista,no es en muchos casos alguien con mayores intenciones que las estéticas. Los textos pueden invitar a refexionar y mirar de otra manera además de entretener. Sin embargo, no puede uno andar haciendose responsable del mundo entero o de la manera en que algun trastornado pueda interpretar una obra. Interpretaciones siempre habrá de las más variadas, algunas más inesperadas que otras. Creo que la cuestión no pasa simplemente por los ecritores, sino por el nivel de responsabilidad que tienen todos los miembros de una sociedad.

    ResponderEliminar
  5. No me resisto

    Contestando a los compañeros. Si uno (como yo) escribe sobre un tema tan violento como el circo romano (la novela que pronto se publicará en España) no puede sentirse responsable de que surjan imitadores que quieran reproducir las barbaridades que uno cuenta. Yo creo que todos sabemos distinguir entre el bien y el mal y tenemos - por fortuna - el libre albedrío de dirimir qué es lícito o no lícito hacer. Personalmente me niego a escribir - en mi caso, novela histórica - con miedo a que pueda haber alguien que quiera imitar las cosas que lee. A veces hasta cerrar la boca produce bostezos. A mí lo que veo en los telediarios aquí en Irlanda o en TVE a través del satélite no me animan en absoluto a cometer atrocidades. Quizá todos seamos sospechosos de algún crimen, unos porque lo cometimos, otros porque lo estamos a la espera de dar con nuestra víctima y la mayoría porque hemos concebido la manera. Los que quieren hacer daño no necesitan el asesoramiento de un escritor para hacer daño. No sé si me explico.

    Besos y abrazos a todos.

    Frankie

    ResponderEliminar
  6. Hola Blanca:
    Creo que los escritores somos personas con un afán de explorar, investigar el mundo que nos rodea. Yo no me sentiría responsable de que alguien hiciera una locura después de leer un libro mío. Me apuntare el libro de David Baldacci, después de leer tus comentarios debe de ser muy interesantes su lectura.

    Besos,
    Tessa

    ResponderEliminar
  7. Francisco, no estoy diciendo que debamos ser responsables con lo que escribamos. Cada uno es libre de decir lo que siente o de crear una obra como mejor le parezca, pero la nota del autor de la novela que leí me hizo pensar.
    Yo también pienso que escribir es un gran disfrute.

    ResponderEliminar
  8. ¿Verdad que es difícil, Paco? hasta dónde llega la responsabilidad de uno y la irresponsabilidad del lector...

    Gracias por opinar.

    ResponderEliminar
  9. Winnie:

    Como dices, es indudable que se ejerce cierta influencia en las masas, recuerdo las filas de los que iban a la Pirámide de Cristal frente al Louvre para buscar quién sabe qué...

    Creo que el asunto está en que se confía en el criterio de los lectores.

    Besos,

    ResponderEliminar
  10. Jorge Fenix:

    Creo que has dado en el clavo. El nivel de responsabilidad que tienen todos los miembros de una sociedad. El asunto es que tendremos que seguir confiando en ese nivel que supuestamente deberíamos tener.

    Gracias por participar y ¡bienvenido!

    ResponderEliminar
  11. Francisco:

    ¿Te imaginas a la gente saliendo en masa después de leer tu circo romano con sus atrocidades? ja, ja,
    Claro que yo tampoco pienso que debamos restringirnos de contar la historia por miedo al efecto que pueda causar una obra.

    Pero pienso que en cierta forma sí influimos en cierto tipo de personas, de eso no me quedan dudas. ¿La solución? no es fácil, es más, diría que es imposible, a no ser que seamos abducidos, también en masa, je, je,

    ResponderEliminar
  12. Tessa, pienso que lo ideal sería la formación empezando desde niños, si formamos a nuestros niños con bases sólidas, difícilmente se dejarán influir por las barbaridades que puedan leer. Se debe dejar bien claro que una cosa es ficción y otra, realidad.

    Si lees el libro te será imposible detenerte hasta llegar al final.

    Besos!

    ResponderEliminar
  13. Qué entrada más buena, Blanca. Me ha llegado al alma. Yo en estos casos creo que ser lector es tener una gran responsabilidad. Mi trabajo es mentir de una manera tan real que el lector se atrape con la historia. Su responsabilidad es separar ficción de realidad y ser consecuente con su ética. Es un tema muy bueno que da para mucho. Ante un libro, uno siempre deber tener criterio, a veces dejarse llevar y descubrir mundos nuevos, y otras ponerle freno y dejarlo en la memoria.
    Besos!

    ResponderEliminar
  14. Ah… No creo que el autor sea responsable por el desequilibrio mental del lector. No puede, el autor, hacerse responsable por todo el resto del mundo.
    Eso no implica que el autor no sea responsable por lo que escribe. Claro que lo es, siempre y en todo lo que escribe. No creo que se pueda argüir que una persona asume responsabilidades al tomar un trabajo, o al casarse, o al elegir una carrera, y en cambio no tiene responsabilidades cuando escribe.
    Las responsabilidades del lector no anulan las del autor.
    Es el autor el que elige el tema sobre el cual escribe y es él el que elige qué enfoque le da. Él decide qué dicen y hacen sus personajes, y en qué contexto. El autor es el creador absoluto de su mundo de ficción; como demiurgo, no puede evadir la responsabilidad de serlo, y esa responsabilidad no puede transferírsela al lector: es suya. Él decide si hablará de la amistad, y si habla de la amistad, si lo hará como de un bien positivo o negativo; él decide si su libro tratará de la violencia, y si trata de la violencia, desde qué angulo será observada esa violencia; él decide de qué forma sus personajes observarán al mundo y cómo transmitirán ese "observar al mundo". No hay literatura aséptica. Ni siquiera una noticia periodística es aséptica.

    Y Hesse, a esto, lo sabía. Como lo sabía Orwell. Una de las razones por las que su literatura trascendió fue esa: que sabían muy bien qué escribían y por qué lo escribían.

    Un abrazo,
    Esther

    Una acotación: en todo lo anterior, cuando me refiero a "escribir", me refiero a "escribir y dar a conocer a otros lo escrito".

    ResponderEliminar
  15. Muy cierto, Blanca. Todo lo que se escribe, aún no quede más que colgado en la red, puede llegar a tener una repercusión que ni siquiera alcanzamos a imaginar y algún escritor que otro (veáse Stephen King) ha llegado a arrepentirse de alguna de sus obras precisamente por lo que originó. En cualquier caso, son cosas que se escapan a nuestro control pues la psique humana es tan compleja que cada cual interpreta la palabra de una manera totalmente diferente y las consecuencias de una lectura aparentemente inofensiva pueden ser devastadoras. Supongo que es un peso con el que habemos de cargar. Pero que eso no permita que dejes de escribir. Besos y un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  16. Guillem, asumes con valentía decir que es una gran responsabilidad ser escritor. No todos aceptan ese peso, pues podría ir en contra de sus intereses, y creo que podría contarme entre ellos.
    Creo que Baldacci, el autor de Control total, asumió su responsabilidad y fue el motivo que lo llevó a poner esa nota de autor.

    Un abrazo,

    ResponderEliminar
  17. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  18. Querido Víctor, ni se te ocurra que voy a dejar de escribir!!
    Sólo quise hacer esta reflexión porque cfomo dije, me llamó la atención la nota de autor de la novela que leí. Tal vez deberíamos ponerla todos.

    Los mensajes de tus cuentos son tan positivos, Víctor, que cualquiera que los lea quedará insuflado de optimismo.

    Besos!
    Blanca

    ResponderEliminar
  19. Suprimí la entrada anterior porque cometí un error.

    Esther:
    Es claro que el autor no es responsable de que algunos lectores sean desequilibrados, pero no podemos negar, como lo señalas, que un autor influye en sus lectores en la medida en que sea reconocido en el mundo intelectual. Tal vez una Blanca Miosi no influya en nada, excepto en pasar un buen rato de distracción, o uno muy malo, (para quienes no les guste lo que escribo) pero en definitiva pienso que cuando se escribe de temas sangrientos o terribles, trascendentes, se debería cuidar el motivo, ¿está justificada para la trama, tal despliegue de violencia, por ejemplo? Hay muchas películas que muestran extrema violencia, tanta, que creo que ya nos hemos hecho inmunes al sufrimiento o a la desgracia ajena.

    Hay autores, en cambio que nos hacen reflexionar, nos enriquecen y nos hacen pensar, superarnos, en fin, creo que este debate no acabaría nunca, y me parece que ambas partes tienen razón.

    Besos, amiga, y gracias por tu visita
    Blanca

    ResponderEliminar
  20. Pues siento insistir, pero si nos tuviésemos que sentir culpables o responsables, AMERICAN PSYCHO jamás se habría publicado. A mí no me da vergüenza devolver un libro cuando me parece una birria o regalarlo cuando simplemente no me gusta. Bastante tenemos los escritores - bueno, los que se sientan escritores, con saber dónde va una "misérrima coma" en una frase subordinada. No señalo a nadie, pero LA PIEL DEL TAMBOR, del adadémico Pérez Reverte es un ejemplo de lo que os digo... ¡y tan campante en la RAE! Me pregunto si se habrá leído el libro... Yo lo regalé y quedé fetén tras sufrirlo. Perdonadme que insista: cada cual que escriba como quiera, lo que le haga feliz y disfrute... si se lo compran... ¡perfecto!... si gusta... ¡óptimo! Pero ni siquiera en éste último caso se garantiza ni la calidad ni que el posible lector pueda ser un frikie que tome malas ideas de lo que ha leído de uno. Volviendo a American Psycho, yo después de leerla, no me fuí a una ferretería para juguetear con mis hamsters... sigo creyendo que todos sabemos cuál es la diferencia entre el bien y el mal.

    ResponderEliminar
  21. Excelente artículo querida amiga y coincido contigo en el cuidado que se debe tener con la transmisión del pensamiento a través de las palabras.

    Mi intención como autor, será siempre ayudar y enriquecer espiritualmente a las personas mientras les proveo entretenimiento.

    Un beso,

    Daniel DC

    ResponderEliminar
  22. El escritor, como personaje que busca atrapar al lector, inevitablemente lo va a influenciar (sea del modo que sea, igual le aburrimos). Es inevitable. En algunos relatos, yo mismo he tratado de forzar ese "poder" de persuasión (en el caso de relatos de denuncia social). Creo que como autores debemos tener presente que nuestra obra puede afectar a los lectores. Escribir con esta premisa en la cabeza no tiene por qué restringir nuestra creatividad: uno puede escribir de las terribles atrocidades cometidas por los nazis en los campos de concentración, pero si deja claro que esa aberración es odiosa, no hay problema. A mí me gusta ser realista, mostrar con crudeza lo que es crudo. La guerra, por ejemplo, es odiosa, mostrémosla tal cual sin temor a que alguien quiera imitarla (no es nuestra intención). La interpretación del lector estará acorde con su carácter: si la descripción de un asesinato anima a alguien a cometer un crimen, es porque ese lector es malvado de por sí. En resumen, debemos controlar un poco la moralidad de lo que escribimos (no se puede hacer apología de actos delictivos o amorales), pero sin suavizar la realidad.
    Apasionante tema, Blanca. Muchos besos.

    ResponderEliminar
  23. Excelente tema el que sacas a colación, Blanca.
    Particularmente creo que el autor tiene una parte de responsabilidad con lo que escribe. El propio Stephen King lo ha comentado varias veces; y copio una parte de un texto publicado hace tiempo "Algo así ocurrió con una obra de King, “Rabia” (Ed. Debolsillo), que narra cómo un joven perturbado decide secuestrar una escuela a punta de pistola. A principios de los 90, hubo una “oleada” de estudiantes que habían llevado a cabo un secuestro similar al que se describe en el libro. Lo peor de todo es que la mayoría de los imputados aseguraban haber leído la novela “Rabia”, que originalmente se publicó con el pseudónimo de Richard Bachman.

    Así, King hizo retirar de todas las librerías del mundo la novela, y en un comunicado anunció que se arrepentía mucho de haber escrito dicha novela por las consecuencias que había provocado."

    Creo que escribir no es algo gratuito. No se trata de ser moralistas ni nada de eso. Ahora bien, tampoco podemos ser hipócritas y pensar que lo que se vierte no puede tener consecuencias. No obstante no creo en los libros como una fuente moral, ni como libros dogmáticos, ni siquiera creo que de un libro pueda extrapolarse específicamente un significado de "vida", sin embargo, pienso que un libro puede generar fuertes dudas, sacudir conciencias, y remover actitudes.
    Que me lo digan a mí que acabo de terminar las Partículas elementales, de Michel Houllebecq y me he quedado cao.
    Un abrazo,
    SErgio.

    ResponderEliminar
  24. Para mí el escritor no tiene ninguna responsabilidad sobre lo que escribe, es su creación, su obra, y es imposible hacerse responsable de las infinitas interpretaciones que le puede dar el lector.
    Sin ir más lejos, con tu novela he leído comentarios que nada tiene que ver la interpretación que le da cada uno al contenido de la misma.

    Un párrafo aparte me merecen los libros de autoayuda. En ese casó sí el escritor es responsable de lo que escribe.

    Muy interesante y apasionante tu planteo. El libro que presentás ya lo estoy agendando!

    BESOTES HERMOSA Y BUEN FINDE!

    ResponderEliminar
  25. Una gran entrada, Blanca. Escribo por puro placer mío, pero a veces pienso lo mismo: si mis libros influirán en las personas, para bien o para mal. Quiero creer que para bien, porque en mis libros, aunque ocurran sucesos trágicos quiero transmitir una única cosa: esperanza. No somos robots; podemos cambiar a mejor. Podemos aprender de nuestros errores, y sólo hay una cosa irreversible. Todo lo demás puede arreglarse.

    Así que sí, deseo que mis libros influyan en los que los lean, positivamente.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  26. Vaya un tema, cuanto menos, peliagudo. Y todos los comentarios son bastante acertados. No sé si a la hora de echarnos a escribir ande merodeando en nuestras cabezas esta cuestión que abordas, y ya no digo merodeando, sino enjuiciando un “qué podría pasar” con los puntos que manipule el escrito. Pero de lo que no hay duda es el resultado que puede llegar a alcanzar una vez leído, totalmente inesperado pra bien o para mal. Quizá por este motivo seamos portadores indirectos de intenciones que en mentes débiles o con desarreglos pueden a llegar a obtener un resultado catastrofista, en el peor de los casos.
    Recuerdo el estreno de la película Superman. Hubo noticias de niños que murieron por arrojarse al vacío intentando imitar a su héroe. No creo que el autor esperara jamás un resultado semejante.
    En fin, muy buena entrada, Blanca, que nos hace reflexionar y tomar conciencia antes de ponernos a escribir.

    Gracias por todo, amiga.
    Besos,
    Mián Ros

    ResponderEliminar
  27. Considero que el mal no esta en la información o en los libros, en este caso; sino en la falta de conciencia crítica de los lectores.

    Saludos :)

    ResponderEliminar
  28. Una entrada super interesante, Blanca, que nos hace reflexionar. Y unos comentarios certeros, con los que básicamente estoy de acuerdo.

    No me he planteado nunca influir con mis escritos en nadie, aparte de que nunca he sido publicado. Escribo porque me gusta, porque me sale de dentro y, no voy a negarlo, porque me gusta ser leído. Y creo que no deberíamos sentirnos responsables de que algún lector cometa una barbaridad o cambie su vida por algo que haya leído en una novela.

    Entiendo la postura de Stephen King, tuvo que ser duro pensar que esas atrocidades eran cometidas por jóvenes lectores de sus obras, aunque lo de retirar las obras me parece muy fuerte. Lei hace tiempo una obra de Tom Clancy en el que un kamikaze japonés, en un supuesto conflicto entre una facción de su país y Estados Unidos, estrellaba su avión en el Capitolio durante la investidura del nuevo presidente, matando a casi toda la plana mayor. Desafortunadamente sabemos lo que ocurrió con aviones el 11S, pero no sé si el creador de Jack Ryan se sintió muy culpable.

    Si alguien lee mi primera novela no creo que suceda nada extraño, pero la segunda es sobre un sangriento asesino en serie. No puedo pensar en que nadie vaya a utilizar eso para hacer el mal, porque si no me sería imposible volver a dormir en la vida. El lector tiene libre albedrío y los escritores no pueden hacerse responsables de los actos de miles de personas que, puede ocurrir en algunos casos, decidan ejecutar actos totalmente arbitrarios. La culpa en ese caso sería del lector, no del autor de la obra.

    Un asunto peliagudo, desde luego. Y que esperemos no afecte para mal a ninguno de nosotros.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  29. Pssss....! Veo que el tema ha desatado polémica.
    Para los que escribimos es muy cómodo decir que no somos responsables de las ideas que vertemos en nuestras novelas, cierto es que dependerá del criterio del lector, cómo reaccione, pero también habrá unos cuantos que podrían tomarse en serio aquellas ideas que tanto trabajo nos ha costado delinear para hacer creíble una obra.
    Este fin de semana vi un capítulo de CSI, en él, una chica enseñaba la manera de quitar los broches de seguridad que se le ponen a las prendas en las tiendas de ropa para poder robárselas. ¿Cuánta gente habrá que tomará la idea para hacer lo mismo?
    Supongamos que el tema es un poco más escabroso, algo como el incesto, tratado de manera natural, ¿no estaríamos dando pauta para que algunos consideren que es natural sentir atracción por sus hijos/as?
    En la literatura griega se han tocado mucho estos temas, tenemos a Electra, a Edipo, y la historia de Roma tiene pasajes en los que no sé si como leyenda o en efecto, así sucedió, Nerón tuvo relaciones con su madre. Me pregunto: ¿influirá esto en la actitud sexual de la gente?
    Se han puesto ejemplos de lo que ocurrió con un libro de S. King, y también con la película Superman. Confieso que desde niña yo me leía todos los tebeos de mi super héroe favorito, pero siempre supe que era un ser de ficción, es decir, que solo existía en los cómics, (tenía yo 8 años más o menos) y jamás se me hubiese ocurrido lanzarme por la ventana, menos aún sabiendo que yo no tenía superpoderes, obvio.
    Creo que nuestra responsabilidad podría limitarse en los casos en que se escribe por ejemplo de cómo fabricar una bomba, como en el caso de la novela que leí, Poder total, él describe las situaciones pero no dice exactamente cómo pudieron hacer explotar un avión.

    Muchas gracias por todas las respuestas, estoy segura de que cada uno de nosotros hemos repensado este asunto, y algo hemos ganado con la reflexión.

    Un abrazo!
    Blanca

    ResponderEliminar
  30. ay Blanca

    Voy a hacer pública una confesión porque creo que viene al caso.

    Hace muchísimos años yo daba clases particulares de inglés, alemán e italiano. Tuve una alumna de 15 años que se encaprichó conmigo. Yo tenía como 22 o así. La chica era preciosa... ¡pero una niña - al menos por dentro, por fuera era un bellezón!
    el caso es que se me insinuó - de manera tan harto explícita que obviaré - y uno, como no es de piedra, pues tuvo sus dudas sobre sí mismo. Decidí entonces leer LOLITA de Nabokov (mucho más explícito que la peli que hizo Kubrick y más similar a la que mucho después protagonizara uno de mis actores favoritos). Bueno, al tema: leí LOLITA y no me influyó ni mucho menos para caer "en la fácil tentación que en bandeja se me ofrecía". Al contrario: me sirvió para comprobar qué no iba con mi naturaleza. Quien lo supo opinó después: unos me dijeron "tonto" y otros "listo". Pero no fuí ninguna de las dos cosas: simplemente fuí yo mismo. Lo que quiero decir es que el que tenga cierta tendencia a hacer lo que todos sabemos que no se debe hacer... pues lo hará. Pero de ello insisto en pensar, creer y esperar, que jamás Nabokov o el autor de American Psycho o Stephen King (que comentaba el compañero) puedan "animarme" o "darme alas" para hacer lo que en el fondo sé que no está bien... y además no me gusta.
    Somos humanos, no estamos hechos de madera, pero todos (hasta los terroristas) sabemos qué está bien y qué es maldad, perversidad, vicio... como lo queramos llamar. Afortunadamente creo que el arte es libre, por muchas hojas de parra que los papas le pusiesen a las estatuas grecolatinas en el Renacimiento. No sé si me explico.
    Obviamente incluso cuando un autor toca un tema "delicado" lo que desea transmitir es una reacción en el lector. Pero si el lector se lo toma al pie de la letra y decide imitar a sabiendas de lo que está imitando... es problema suyo y en ello llevará la penitencia. Incluso el código penal exonera sólo - y parcialmente - de su culpa a los que no saben distinguir entre el bien y el mal. Yo creo que desde la niñez lo sabemos diferenciar. Quiero - necesito - pensar que es así. De lo contrario la Humanidad está peor que mal. ¿O no?

    ResponderEliminar
  31. En cualquier caso enhorabuenapor la entrada porque has sacado a colación un tema que nos ha hecho reflexionar a todos y, además, nos ha puesto de acuerdo en uno u otro sentido. Supongo que de eso se trata. Ya sabes que no me gustan los blogs enfocados como foros, pero en este caso merecía la pena y ha sido un verdadero acto de introspección el que nos has creado. Yo sigo en la misma postura, pero me gustaría ponerme en el lugar de autores de verdad, de los que venden, de los que influyen, de los que transmiten. Quizás más de uno se plantea en serio lo que va a esribir en base a las consecuencias que puede provocar. Espero que no (desde mi punto de vista, siempre)

    Besotes

    Rick

    ResponderEliminar
  32. Blanca,

    Me parece que la responsabilidad del escritor es dar lo mejor de sí, intentar ser auténtico.

    El resto, la influencia del libro en el lector, es inevitable (si no hubiera influencia el libro quedaría probablemente en el olvido), pero es el lector quien responde por sus actos.

    Caso contrario, ¿cómo haríamos para encarnar (al igual que hacen los actores) en personajes de alta o baja moral? Si Dostoyevski se hubiera detenido en estas cosas, quizá hoy no tendríamos "Los hermanos Karamazov", ni "Crimen o castigo".

    Un abrazo,
    Ale.

    ResponderEliminar
  33. Francisco:

    Pues te felicito por ser tan íntegro. Creo que muy pocos se hubiesen resistido a aquella "Lolita". Hay casos de casos, ¿eh? cierto que no es necesario que a la gente con tendencia asesina le haga falta leer un libro determinado para salir corriendo a cometer asesinatos, pero sí pienso que los libros marcan pautas en nuestra vida. Sin ir más lejos: muchos de los que actualmente escribimos fuimos "tocados por algún libro en particular". ¿Por qué pensar que únicamente las influencias positivas son las que tomamos de ellos? igual podría ocurrir con las negativas, pero por supuesto, aceptarlo coartaría nuestro derecho a escribir y expresarnos libremente.
    De todos modos, esta discusión ha clarificado un poco nuestras posiciiones, y la conclusión sería que somos poco propensos a dejarnos influir por los libros, porque la gran mayoría tiene claro qué es lo bueno y qué es lo malo, aunque se diga por ahí que aquello del mal y el bien es relativo, sé cuándo estoy actuando bien y cuándo mal.

    Muchas gracias por tu participación Franky.

    Abrazos,
    Blanca

    ResponderEliminar
  34. Alejandro,

    Tienes toda la razón, si no fuese por autores como los que has mencionado, nos hubiésemos perdido grandes obras. El asunto es que en Crimen y castigo, por ejemplo, el personaje principal comete el asesinato y a lo largo de la obra dicho acto se convertirá en el punto focal de su vida, quiere decir que nos deja un mensaje claro y contundente. En pocas palabras hasta el mismo título es ya de por sí un aviso.
    Me refiero a obras en la que se ensalsa la maldad per sé, es decir hay libros en los que sin venir a cuento se describen situaciones extremadamente descarnadas, donde la maldad no tiene un objetivo claro, en donde la acción de los personajes está por encima del bien y del mal, y sin un argumento que lo justifique un padre puede copular con su hija bajo el manto protector de la madre, por decir algo, (que lo he leído) o un hermano acostumbra tener sexo con su hermana y todo esto sin una justificación que respalde tal actuación tan antinatural. Creo que son casos a los que se les podría sacar un enorme argumento, una gran trama, trasdendente, sin lugar a dudas, pero cuando esos actos barbáricos forman parte del relleno de la novela uno se pregunta si realmente se pensó en ello al escribirlo y en la influencia que pueda tener de caer en manos de personas con poco criterio.

    Un abrazo, amigo, y gracias por participar!
    Blanca

    ResponderEliminar
  35. Lamento pasar tarde a dejar mi comentario, pero me pica le lengua y no me puedo contener. Creo que el escritor sí tiene responsabilidad. No que sea responsable de los actos que cometen los lectores irresponsables pero sí de lo que escribe. A través del tiempo hemos sabido que la escritura es una fuente poderosa de influencia y manipulación, (Por algo se han prohibido algunos textos) ahora superada por la radio, la televisión y la Internet. Recordemos el tema central de El nombre de la rosa de Humberto Eco. El hombre, por naturaleza, es influenciable, de lo contrario hoy no existieran las mas diversas culturas y creencias y la lectura es un modo de inculcarla (tenemos la Biblia, por ejemplo, un libro con miles de interpretaciones). “Lee para que aprenda, lee para que te cultives, lee para que…” eso lo hemos escuchado en miles de ocasiones.

    En el caso de los novelistas, alguien dijo por ahí que la novela es una obra artística, estética, como cualquier otra obra, pero todos sabemos que mas allá de esa belleza hay algo más que se quiere decir, hay un tema, hay un trasfondo, hay un argumento, hay una historia camuflada detrás de una ficción. Hay tantas finalidades de un texto como escritores. Hay escritores que sólo escriben con sentimiento lo que tienen dentro, otros escriben denuncias otros creencias otros inventan, pero hay otros que pretenden moldear a sus lectores como Cohelo, Herman Hesse, entre otros. Cuántos no hemos leído de joven, El principito o La cabaña del Tío Tom ¿Qué sentimos? Tal vez no nos indujo a hacer nada pero alguna marca quedó. También está el caso resiente de El código de Da Vinci, esto ha creado molestias en las comunidades religiosas y ha puesto a pensar a mucha gente e incluso, a rebuscar esa posible verdad acerca del Jesús que nos enseñaron. ¿Por qué hay que admitir que un texto sea escrito para influenciar positivamente pero no para influenciar de manera negativa? Creo que hay que aceptar las dos caras de la moneda y los escritores tienen que seguir escribiendo y los lectores tienen el libre albedrío.

    ResponderEliminar
  36. Un cordial saludo, chama. Charlete

    ResponderEliminar
  37. Bueno, bueno, bueno, usted que tiene la suerte de ser escritora y publicar y se cuestiona si la gente se toma en serio lo escrito...... Creo que es absurdo llegar a esa conclusión, máxime cuando se tiene la capacidad de crear historias y plasmarlas en letra impresa. Por supuesto que hay muchísima personas que son manipulables, pero son más perceptibles de la palabra oida que de la escrita. Usted puede escribir un decálogo sobre la más aberrantes formas de asesinar a los seres humanos y si, puede que algun lector se vea influenciado por su libro y emplee las maneras que usted describe, pero usted no es la culpable de que esa persona sea una asesina, ya que uno no se hace de la noche a la mañana o llevado por la lectura de tal libro o la visión de tal película asesino. Son muchos los factores que han llevado a esa persona a ser lo que es, entre ellos los genéticos, los ambientales y los didácticos. Justificar que creó el avión a partir de la ficción para que no se acusara al escritor de influenciar al terrorismo es una bobada. De tantísimos millones de personas como habemos en el mundo, el pensar que una idea es original es de insensatos. Todo está ideado, solo que lo vamos explicando a nuestra manera. He leido su entrada de "la catedral del mar" y es verdad que es un buen libro, pero la temática ya estaba abordada y los personajes ya existian de sobra en otros libros. Solo ha cambiado su punto de vista y los matices, creando otra perspectiva y por ende otro libro. ¿Usted cree por ejemplo que la idea de estrellar unos aviones contra las torres gemelas sólo se le ocurrio a Bin Laden? Eso existia en la mente de muchísimos escritores, de hecho se ha escrito mucho sobre el asunto y se han estrellado previamente aviones contra otros edificios. Como ya le he dicho, todo está escrito, solo cambia la forma de narrarlo. Hágase un flaco favor y no se justifique en los libros, pues aparte de innecesario, seguro que sus lectores son lo suficientemente inteligentes para discernir de lo que es ficción de lo que es realidad.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares