TENDENCIAS LITERARIAS
Con los avances informáticos y la facilidad de obtener datos que brinda la Internet, hoy en día es muy fácil ser escritor. Aunque no por el hecho de escribir, todo el que lo haga, necesariamente lo sea.
El asunto se complica cuando la persona siente el deseo íntimo de plasmar en palabras escritas lo que desearía que leyera todo el mundo, porque vamos a estar claros, se parte de la premisa de que se desea ser leído. Surgen entonces las complicaciones, porque no se trata simplemente de escribir, contratar una editorial y publicar. No. Una vez que se ha logrado autopublicar, la mayoría de los escritores desean pasar a otro estadio, empiezan a ser conscientes de que no es suficiente, es una cuestión de amor propio, orgullo personal, superación, o tan simple como probarse a sí mismo. Si fulano lo pudo hacer, ¿por qué no yo?
Publicar entonces se convierte en una obsesión, se empieza a perder el rumbo, los deseos iniciales de escribir y sentir placer al hacerlo, y la obra escrita se lee y relee, corrige recorta, alarga, hasta el punto en el que ya no se sabe bien si lo que se desea es publicar para que el mundo disfrute con la obra, o si lo que se quiere es competir.
Pero la competencia en un mundo tan complejo y reducido, debido justamente a la Internet, las redes sociales, los avances informáticos, hace que existan enormes cantidades de escritores tras las mismas editoriales, los mismos agentes literarios y cuando vienen a ver, todos reducidos a un mismo punto geográfico.
Surge entonces el estudio de mercado.
¿Quién lo iba a decir cuando frente a la pantalla en blanco nació la primera historia que parecía tan perfecta, tan única, tan sofisticada, tan…?
Resulta que para ser un escritor publicable no basta con ser un buen escritor, que ya es bastante difícil: se debe estar al día con las tendencias. Sí, señor. Las tendencias. Y no es algo que se haya implantado ahora, han existido desde que el hombre empezó a escribir para deleitar al público. Sucede que hoy todo es más rápido, violento, y como dicen: «global».
Por tanto, para poder llegar a la mesa del editor, o siquiera a que el manuscrito sea tomado en cuenta para su lectura, se requieren dos cosas: Una sinopsis breve (para que tengan tiempo de leerla) y un tema que cumpla con las tendencias. ¡Ah, me olvidaba!, debe, en lo posible, estar bien escrito.
¿Y cuales son las tendencias actuales?
En primer lugar:
Acción: La época del Ulises de Joyce quedó atrás, y aun creo que Joyce está reservado para unos pocos, con o sin acción.
Diálogos: Si un lector hojea el libro y ve partes extensas de descripción o narrativa, con seguridad lo dejará de lado. Ya no es tiempo para regodearse en supremos momentos de creación literaria.
Trama: Debe ser complicada y enredada, pero ojo: contada de tal manera que sea fácil seguirla.
Gancho: Una de las principales características es lograr atrapar al lector desde el primer párrafo de la primera línea. Hay algunos que en la primera línea describen una matanza: «Todos estaban muertos. El cielo se había oscurecido y aquello se alejaba a gran velocidad. Solo un niño de oscura mirada fue el sobreviviente: El elegido». Algo así.
Tema: Si es de oscuros secretos religiosos, tanto mejor, pero también se vale partes históricas desconocidas, confabulaciones de sectas para acabar con el orden mundial, vampirismo, (eso todavía rinde) magia envuelta en una pátina de realidad, y sería bueno contar con lo que llaman ahora novela negra. Un poco de romance no estaría mal (solo un poquito) y algo de sexo, preferiblemente no explícito, porque aunque parezca mentira, la gente que acostumbra leer prefiere otros métodos más gráficos, cuando se trata de calentarse.
Título: Es importantísimo. Puede ser tan disparatado como cualquiera de los títulos de Stieg Larsson, pero no lo recomiendo, a no ser de que tengan un nombre y apellido parecido al de él.
Creo que he cubierto todos los frentes. Si alguien logra cumplir los requisitos, comprenderá que para ser escritor hoy en día, es necesario empezar por el mercadeo.
B. Miosi
El asunto se complica cuando la persona siente el deseo íntimo de plasmar en palabras escritas lo que desearía que leyera todo el mundo, porque vamos a estar claros, se parte de la premisa de que se desea ser leído. Surgen entonces las complicaciones, porque no se trata simplemente de escribir, contratar una editorial y publicar. No. Una vez que se ha logrado autopublicar, la mayoría de los escritores desean pasar a otro estadio, empiezan a ser conscientes de que no es suficiente, es una cuestión de amor propio, orgullo personal, superación, o tan simple como probarse a sí mismo. Si fulano lo pudo hacer, ¿por qué no yo?
Publicar entonces se convierte en una obsesión, se empieza a perder el rumbo, los deseos iniciales de escribir y sentir placer al hacerlo, y la obra escrita se lee y relee, corrige recorta, alarga, hasta el punto en el que ya no se sabe bien si lo que se desea es publicar para que el mundo disfrute con la obra, o si lo que se quiere es competir.
Pero la competencia en un mundo tan complejo y reducido, debido justamente a la Internet, las redes sociales, los avances informáticos, hace que existan enormes cantidades de escritores tras las mismas editoriales, los mismos agentes literarios y cuando vienen a ver, todos reducidos a un mismo punto geográfico.
Surge entonces el estudio de mercado.
¿Quién lo iba a decir cuando frente a la pantalla en blanco nació la primera historia que parecía tan perfecta, tan única, tan sofisticada, tan…?
Resulta que para ser un escritor publicable no basta con ser un buen escritor, que ya es bastante difícil: se debe estar al día con las tendencias. Sí, señor. Las tendencias. Y no es algo que se haya implantado ahora, han existido desde que el hombre empezó a escribir para deleitar al público. Sucede que hoy todo es más rápido, violento, y como dicen: «global».
Por tanto, para poder llegar a la mesa del editor, o siquiera a que el manuscrito sea tomado en cuenta para su lectura, se requieren dos cosas: Una sinopsis breve (para que tengan tiempo de leerla) y un tema que cumpla con las tendencias. ¡Ah, me olvidaba!, debe, en lo posible, estar bien escrito.
¿Y cuales son las tendencias actuales?
En primer lugar:
Acción: La época del Ulises de Joyce quedó atrás, y aun creo que Joyce está reservado para unos pocos, con o sin acción.
Diálogos: Si un lector hojea el libro y ve partes extensas de descripción o narrativa, con seguridad lo dejará de lado. Ya no es tiempo para regodearse en supremos momentos de creación literaria.
Trama: Debe ser complicada y enredada, pero ojo: contada de tal manera que sea fácil seguirla.
Gancho: Una de las principales características es lograr atrapar al lector desde el primer párrafo de la primera línea. Hay algunos que en la primera línea describen una matanza: «Todos estaban muertos. El cielo se había oscurecido y aquello se alejaba a gran velocidad. Solo un niño de oscura mirada fue el sobreviviente: El elegido». Algo así.
Tema: Si es de oscuros secretos religiosos, tanto mejor, pero también se vale partes históricas desconocidas, confabulaciones de sectas para acabar con el orden mundial, vampirismo, (eso todavía rinde) magia envuelta en una pátina de realidad, y sería bueno contar con lo que llaman ahora novela negra. Un poco de romance no estaría mal (solo un poquito) y algo de sexo, preferiblemente no explícito, porque aunque parezca mentira, la gente que acostumbra leer prefiere otros métodos más gráficos, cuando se trata de calentarse.
Título: Es importantísimo. Puede ser tan disparatado como cualquiera de los títulos de Stieg Larsson, pero no lo recomiendo, a no ser de que tengan un nombre y apellido parecido al de él.
Creo que he cubierto todos los frentes. Si alguien logra cumplir los requisitos, comprenderá que para ser escritor hoy en día, es necesario empezar por el mercadeo.
B. Miosi
Esta entrada me ha deprimido un poco, pero está realmente acertada.
ResponderEliminarOlvidamos tantas cosas cuando escribimos. Por qué queremos hacerlo. Qué perseguimos. Qué encontramos.
¿Y hacia dónde nos conduce la marea de modas, tendencias, o lo que se lleva en literatura?
¿Dónde dejamos la originalidad? Ahogada bajo el comercialismo.
¿El ingenio? Ahorcado por la cuerda de la moda pasajera.
Me parece muy triste hacia dónde nos encaminamos, arrastrados por una vorágine que devora la inventiva, la intuición, la gracia y sal que poseen los autores, que tienen algo que contar y se ponen a ello con el alma.
Y como es cierto que todos queremos ver nuestra palabras publicadas, hacemos de tripas corazón y vendemos nuestros sueños, no siempre al mejor postor.
Muy buena entrada Blanca, gracias por compartirla.
Blanca, muy buena esta entrada, realista, que nos pone alerta sobre lo que ocurre a nuestro alrededor en el mundo literario.
ResponderEliminarEs evidente que hoy en día hay que seguir las tendencia literarias, (Como las Modas) para no quedar atrás. Cuando paseamos por los estantes de librerías podemos comprobar lo que dices. Los libros que están en mayoría y que mas se venden son los que presentan estas características. En conclusión, si queremos publicar, que creo que es sueño de todo el que escribe, nos veremos obligados a hacer algunos ajustes a nuestra obra, de lo contrario seguiremos intentando e intentado hasta que nos alcance un golpe suerte.
Por suerte las tendencias como aparecen, también suelen pasar, y quien sabe si alguien de esta 'blogosfera' lanzará un tema que se convierta en una nueva tendencia???
Un beso grande
¿sabes lo que me has hecho pensar? En cuando el escritor se encuentra con una idea, en un momento, sin papel y sin boli y pide un lápiz y coge una servilleta de papel o una vieja hoja porque la idea quiere salir por sus dedos...... No sé por qué me has hecho pensar en los tiempos de boli y papel....sin ordenadores ni contadores de palabras....Besos
ResponderEliminarAsí es, Arlette, el que reconozcamos que existen ciertas tendencias no nos hace peores escritores, pero nos aleja un poco de nuestros pensamientos iniciales.
ResponderEliminarUn besote, amiga!!
Blanca
Justamente paseando por las librerías se me ocurrió escribir esta entrada, Vicsabelle. ¡Hay tanto de lo mismo! y sin embargo, se vende porque indudablemente es lo que el público lector desea leer. No creo en aquello de que haya que inducirlo a hacerlo.
ResponderEliminarEl mundo ha cambiado mucho desde que "Mujercitas" nos satisfacía.
Y con el mundo, los escritores.
Besos!
Hola Blanca,
ResponderEliminarQuería saludarte y decirte que hace unos años coincidimos en otra página literaria. Creo que se llamaba escritores.com o algo así. Allí publiqué algunos cuentos. Seguro que te acuerdas de "Salir del armario" o "La vida vegetal".
Lo que comentas es lo que hay. Un duro panorama, sobre todo para el que empieza, como es mi caso.
Yo creo que hay que empezar por ser exigente con uno mismo: escribir bien y contar una buena historia.
Un abrazo.
¿Un lápiz y una servilleta? ja, ja, qué tiempos aquellos, ¿no? ahora disponemos de móviles que son miniordenadores. ¡no te digo que los tiempos cambian?
ResponderEliminarBesos, querida Winnie!
Blanca
Hola José Antonio, sí creo recordarte, aunque hace años que he dejado de visitar la página que mencionas, muchas gracias por tu visita.
ResponderEliminarYo también sigo pensando que la mejor manera es tener una buena historia que contar y que esté bien escrita. Otra cosa es lo que piensen las editoriales...
Abrazos
Bien, es cierto lo que cuentas: Una historia que "esté de moda" tiene más posibilidades de venderse que otra que no lo esté.
ResponderEliminarLa cuestión que, en mi opinión, debe hacerse el escritor, es: ¿sería vender "mi alma" intentar escribir una novela que se ajuste a ciertos parámetros para que las editoriales pudieran verla rentable? ¿O, por el contrario, puedo divertirme y disdrutar tanto como con cualquier otro de mis textos si trabajo teniendo en cuenta esos mismos parámetros?
Si sé lo que a la gente le gusta leer, si quiero que me lean, si soy capaz de escribir bien una historia que quieran leer, ¿por qué no hacerlo?
Hace unas semanas, leí que Ken Follet hablaba con un amigo suyo, también escritor. Este amigo decía que él, cuando escribe, no piensa en la gente que lee, a lo que Follet contestó: por eso tu eres un buen escrtor, y yo soy un escritor rico.
¿Hasta qué punto es malo dar a la gente, a las editoriales, lo que piden? No veo que ese debate exista en el cine ni en la música, que son otras expresiones artísticas y culturales, pero sí en torno a la literatura. ¿No será que hemos perdido de vista lo que de verdad somos, un pasatiempo para la gente? ¿No será que creemos, o queremos, que los escritores deben ser un paradigma cultural?
¿prostituir la escritura? ¿ofrecer lo que sabes que se va a leer o vender?
ResponderEliminarno sigo la moda en lo que a vestir se refiere, sino que me pongo lo que me queda mejor a mí. Con la escritura me pasa lo mismo, si no el tema no se adapta a ti y se nota; no transmites, no entretienes, o escribes forzadamente y todo el mundo sobre el mismo tema.
La originalidad cuesta y a veces no se entiende, y quizás no se venda... pero el escritor -escribiente o junta letras- disfruta escribiendo.
Tú sabes que yo lo estoy pasando mal con la espera de las editoriales, pero también estoy aprendiendo mucho; viendo errores o aciertos de otros escritores, e intentando centrarme sólo en los ratos buenos que me da la escritura.
De tu post me quedó con dos cosas a tener en cuenta por todo escritor: el titulo, y el empezar de la novela, sobre todo la primera frase.
Del estudio de mercado me preocupo cuando la acabo, y así me va ;)
pero si un escritor/comunicador no tiene nada propio que decir, malo.
creo yo.
un beso
Blanca
ResponderEliminarSupongo que el acertado (y algo catastrofista) planteamiento que nos haces se refiere a "si queremos vivir de la escritura".
Aunque Goehte escribió Fausto con 23 años, ahora la cultura general nos aleja mucho de esas calidades tanto a los que escribimos como a los que leen.
No obstante he de puntualizar que hay editoriales que sí que apuestan por la calidad y que tienen sus lectores que también lo hacen.
Como bien sabes, una importante editorial se ha interesado por uno de mis manuscritos. Me han pedido cambios, correcciones... normal. Pero no que cambie el estilo ni la trama.
Yo creo que lo mejor (en mi caso, siempre en mi caso) es escribir lo que a uno le apetece. Porque me gusta, porque me relaja, porque me hace sentir bien conmigo mismo. Siempre habrá un editor interesado. Y como la calidad (para escribir y para apreciar lo que se lee) es algo que se adquiere con los años y la perseverancia... pues a tener paciencia.
¿Quién no quiere ser rico y vivir de lo que le gusta hacer? Pero cualquiera de los que ya hemos publicado hemos tenido ofertas para trabajar de "negros". MAnera fácil y sencilla de ganar una generosa cantidad y doblegarse a los requisitos del mercado básico editorial sin vender uno su creatividad. Yo lo he hecho y lo hicieron muchos grandes escritores del siglo XX en España.
Es otra solución.
Besos
Añado sobre éste último punto que ya está en las librerías una novela de un conocido autor que en realidad ni ha repasado el manuscrito.
ResponderEliminarSe pusieron en contacto conmigo a través de un amigo común, me dieron las pautas, el tema, la trama, lo que debía salir, las claves estilísticas... y en un par de meses tuvieron su novela. Yo cobré y firmé un contrato por el cual no podía ni registrar la obra ni decir que era mía. Y como yo tantos otros. ASí uno va tirando holgadamente hasta que saca adelante lo que es suyo.
Lo que vengo a decir es que las editoriales sí que aprecian la calidad, pero aquí todo gira en torno al dinero: son empresas que hacen inversiones y quieren tener beneficios. Mediante este recurso le pagan menos al autor "original" - puesto que no ha dado palo al agua -, van conociéndole a uno y confiando en él (de hecho te encargan más cosas posteriormente) y al final... pues te publican.
Así comenzaron algunos escritores actuales de menos de 40 años.
Opino de todos modos que un escritor tiene que ser empresario de sí mismo y echarle imaginación también a su negocio - no sólo a sus obras -. ¡Y moverse!
Y para ello, la globalización mundial está lejos de ser precisamente un handicap.
Salud, Teo!
ResponderEliminarParticularmente, Teo, yo creo que eso de rasgarse las vestiduras por tener que ajustarse a los parámetros que prefieren las tendencias editoriales, es una gran exageración de los escritores que no pueden publicar, no porque su obra no se ajuste, sino porque no cumplen con los requisitos mínimos publicables.
He leído obras publicadas por editoriales pequeñas, y la verdad, dejan mucho que desear, no es cierto que las editoriales publiquen cualquier cosa que esté de moda. No lo es. Hablo de las tendencias refiriéndome a lo que se debe tener en cuenta si lo que se desea fervientemente es publicar.
Como dices, no es necesario que sea un sacrificio, un escritor debe ser tan profesional que debe estar preparado para escribir hasta por encargo, creo que es el verdadero oficio del escritor: escribir. Y si te diviertes haciéndolo, puede resultar una magnífica novela aunque el tema no sea tan profundo como por ejemplo “Así habló Zaratustra”.
El asunto es que pocos desean admitir que desean ser ricos escribiendo. Lo que dijo Ken Follet es muy cierto, y no creo que las obras de él sean malas, de hecho, he leído algunas de sus novelas y están muy por encima de los que se mesan los cabellos por la “alta literatura” pero no consiguen publicar.
Gracias por participar, amigo.
María Narro:
ResponderEliminarQuerida amiga, no hay por qué decir que seguir las tendencias es prostituir la literatura, yo no lo veo así. Puedo estar o no de acuerdo con las modas, pero no me parece justo para los que escriben adaptándose a los tiempos.
Es muy simple:
Hace años, cuando leí el Conde de Montecristo de Alejandro dumas, recuerdo que quedé fascinada por su forma detallada, omnisciente y descriptiva de escribir. Y ojo, considero esta obra una gran novela. Hace un par de años la volví a leer porque en el Club de Lectura del foro El Recreo la propusieron. El tema estaba allí, obviamente no había cambiado, pero su lectura me resultó muy pesada. ¿Motivos? Dumas escribía como se estilaba en aquel tiempo: no solo narraba, también opinaba y se dirigía al lector. Estoy segura de que si él viviera hoy en día, hubiera escrito la misma novela desde otros parámetros.
Las tendencias literarias cambian como todo en la vida, La divina comedia podrá ser un hito cultural, pero la verdad, dudo mucho que la gente disfrute realmente o se distraiga leyéndola. Es cuestión de evolución, que no es otra cosa que adaptación a las circunstancias, y los seres humanos más que otras especies, nos distinguimos por nuestra rapidez en ajustarnos a las necesidades.
Sé que estás presentando una nueva novela a las editoriales, y por lo que leí por ahí, el tema del que trata o en el que se desenvuelve, la Guerra Civil Española, está muy de moda, así que espero sinceramente que tengas la oportunidad de deleitarnos con tu obra.
Gracias por tu participación María,
Besos
Francisco:
ResponderEliminarQué bien que tocaste el tema de los negros literarios.
Si hay algo que admiro son esos escritores que lo hacen para otros. Me parece una verdadera prueba de ingenio y capacidad, supongo que el "autor" da algunos datos de lo que quiere que trate su obra y es cuestión de la inteligencia y la capacidad del "ghostwriter" (para no decir negro que suena esclavista), para que surga un nuevo best seller. Bien por el verdadero escritor y mal por el "autor".
No tiene nada de malo seguir tendencias, creo que es inteligente hacerlo si se desea publicar, y no tiene que ser necesariamente una mala novela por estar a la moda. Por el contrario, la competencia es tal, que es cuando se pone a prueba la originalidad, para sobresalir entre miles de temas parecidos.
¿Vivir de la venta de libros? ¡Qué más quisiera! Pero ese día aún está lejos para mí, empezando que estoy a miles de kilómetros de donde "se cuece la salsa", me refiero obviamente a que no tengo modo de promocionar absolutamente nada desde aquí. Sería un verdadero milagro si mis libros empezaran a venderse en cantidad.
Abrazos,
No sé, Blanca. Me parece que las tendencias van y vienen, y escribir puede ser algo más importante que una tendencia.
ResponderEliminarAl igual que la mayoría de los escritores, sueño con vivir de mis libros, pero de alguna forma necesito serme fiel cuando escribo. Cuanto más me olvido de la mirada (o la lectura) de los otros, siento que mejor alcanzo lo que me urge decir.
Después el tiempo dirá si lo que hice ha valido o no la pena. Buscaré que me publiquen, o en última instancia me publicaré yo mismo, y el libro se venderá o no. Pero continuaré sintiendo que me fui fiel, aunque mis gustos no coincidan con lo que el mercado pide.
Un abrazo,
Ale.
Hola de nuevo
ResponderEliminarTienes toda la razón. No sé por qué suena esclavista pero es así. La verdad es que es un trabajo que está bien pagado. Una puntualización: el autor ni siquiera sabe de qué va el libro que le estás escribiendo (te lo encarga su agente o la editorial). Cuando lo terminas, ellos lo repasan y le explican a él (o ella - tachán tachán) todo lo que tiene que saber sobre la obra. Se la lee, se lee la documentación que el "negro" le ha preparado para mejor defender su trabajo... ¡y hala! ¡ya está! ¡a conferenciar y a hacer entrevistas!
Pero en España está bien pagado, de hecho se gana bastante más que publicando uno la propia - los que cobren, yo por mi experiencia de eso no puedo hablar - (y te ahorras promocionarla y estar pendiente de si la información que te dan de las ventas es veraz o no - si es que te la dan).
HE recibido tu mail. Me ha encantado lo que he leído. ¡Uyyy! Como dice una amiga mía "qué bien huele!!"
Enhorabuena y suerte
Yo creo que hay un matiz que debe hacerse, Blanca. Y es el final: "para ser escritor..."
ResponderEliminarPara ser escritor no hace falta eso, sino escribir BIEN. Lo otro es "para ser un escritor... publicable o publicado"
Pero, claro, todo esto es muy enreversado porque, luego, cuando uno escribe en función de las tendencias por las tendencias en sí, lo que escribe suele quedar impostado y algo falso a no ser que sea lo que REALMENTE quiere escribir, ¿no crees?
Lo bueno es que, de pronto, lo que hayas escrito porque te haya apetecido y porque sí, se adapte a una tendencia.
Con eso, el éxito aumenta en probabilidades...
Y, de todos modos, a pesar de lo dicho ahí arriba, estoy completamente de acuerdo con Teo.
ResponderEliminarAlejandro,
ResponderEliminarTu eres un poeta, y pienso que sientes la escritura con el corazón. Son opiniones, por supuesto, lo que aquí se dice no tiene que ser estrictamente verdad, pero es en parte la realidad que empiezan a aceptar algunos escritores.
Haces bien en serte fiel, después de todo, lo único que nos queda somos nosotros mismos.
Besos,
Francisco, lo que cuentas es increíble. Un "autor famoso" que no sabe de qué va su libro hasta que lo tiene escrito suena surrealista. No me imagino quién puede aceptar un trato así. Bien por el escritor fantasma, que se merece toda la gloria, pero comprendo que es un trato y que muchos deben tomarlo como un trabajo como cualquier otro.
ResponderEliminarBien remunerado, además.
¡tachán!
Claro, para ser escritor publicable, que de eso se trata el artículo, Fernando.
ResponderEliminarSi estás de acuerdo con lo que Teo dice, entonces estamos de acuerdo, ja, ja, lo ideal sería que las tendencias fuesen de nuestro agrado, en mi caso, creo que fue así. Escribí primero y después me fijé en las tendencias, pues no las conocía.
El mercado, Blanca, tú lo has dicho. El libro es un producto y a veces olvidamos que nace del intelecto humano. Para la industria es mercancía, y la mercancía interesante es la rentable. A mí me cuesta mucho adaptarme a las tendencias, me gusta ser libre escribiendo, porque aunque sea muy difícil triunfar con algo distinto, tu producto será único. Novelas clonadas nos encontraremos cientos, leída una leídas todas, pero un libro singular tiene un gran valor. ¿Es menos publicable? Posiblemente. Además, son malos tiempos para los autores.
ResponderEliminarMuy interesante la entrada.
Un abrazo.
Te siento muy introspectiva, Blanca. Me gusta.
ResponderEliminarBueno, bueno, y después de todo lo que he leído, incluyendo los comentarios de autores que me merecen mucho respeto, creo que poco se puede añadir.
El caso, y resumiendo. Preguntas si perderíamos las perspectivas llevadas por las nuevas tendencias a cambio de publicar. Vender tu alma al diablo o morir, algo así, no? Ahora entiendo entonces por qué llevo muerto unos pocos de años... je je. Desde mi parte más humilde seguiré siendo yo, soy fiel a mi servidor de sueños. Siempre vivo abrazado a un NO, quizá algún día amanezca junto a mí un SI. Pero no tengo prisa, nunca la tuve, puesto que esto de escribir es un placer que yo solito me he buscado, no para ganar dinero, aunque no puedo negar que me gustaría vivir de ello como he leído por ahí; pero sigo pensando que el placer esta por encima del dinero... al menos para mí.
Besos, querida amiga.
Mián Ros
Un tema muy interesante del que ya hemos hablado alguna vez, querida Blanca. Y del que podemos seguir tratando horas y horas...
ResponderEliminarYo escribo porque me llena, me gusta y doy rienda suelta a lo que llevo dentro. La primera novela la escribí desde el corazón, y aunque la tengo mucho cariño, sé que debería retomarla algún día para ajustarla a esos cánones que comentas, lo que realmente buscan las editoriales. Quizás el género de aventuras y enigmas por resolver estaba más de moda cuando la empecé a escribir, pero eso no me desanima.
La segunda me decidí por el género negro pero en formato thriller. Primero porque me gusta como lector y quería ver si era capaz de sacar adelante el proyecto y segundo, no voy a negarlo, porque es un género que puede interesar a agentes y editoriales. Ahora estoy en un compás de espera con esa obra y marcho fuera de Madrid durante unos días por temas familiares, pero a mi vuelta empezaré de nuevo a atacar a agencias y editoriales, ya que creo que es un buen material después de las diversas correcciones realizadas.
Pero tampoco voy a vender mi alma al diablo (o editor). Por ejemplo, he parado por un tiempo la escritura de mi tercera novela, después de 40.000 palabras, para acometer un proyecto muy personal. Quizás no esté de moda, o no sea muy vendible, pero me está resultando una experiencia catártica y quiero ver hasta dónde puedo llegar con él.
Y por cierto, para el amigo Francisco Gijón o cualquiera que me lea. Si necesitan ayuda como "ghostwriter" yo también me ofrezco, que eso de estar en el paro es muy malo para la salud, je, je. Acabo de ver la película de Polanski y la verdad es que no está mal remunerado dicho empleo, aunque espero que los "negros literarios" patrios no tengan los quebraderos de cabeza que el protagonista de dicha trama.
Perdón por la parrafada. Muchas gracias por tan magnífica entrada, Blanca.
Un abrazo.
¡Oh casualidades, Armando!
ResponderEliminarMe acababa de conectar a internet y me ha llegado por mail tu entrada, así que me he metido a leerla al completo.
Por alusiones. Sinceramente de negro (insisto en emplear el término porque me hace mucha gracia las connotaciones de la expresión) se gana mucho más. Acepté sin dudarlo y por sentido común:
1. Es una manera de ganar dinero fácil, seguro y rápido y las condiciones son buenas.
2. No te calientas la cabeza con representaciones ni dudas sobre las ventas o largas esperas para cobrar los royalties (si los cobras, que yo los de 2009 no los he visto aún y me los tenían que haber abonado el 31 de marzo y ya no creo que los cobre - menos de 350 euros, imagínate que fuese un cero más, para tirarse de los pelos).
3. Cuando te metes en eso, si quedan satisfechos contigo, te vuelven a llamar.
Por suerte o por desgracia - porque yo no tengo especial inquietud por convertirme en un escritor afamado ni nada que se le parezca - gracias a ese trabajo puedo vivir por fin como siempre quise, dedicarme a lo mío - la Historia - y, por extensión, conocer personas que me enseñan algo todos los días. Eso sí: para mí no deja de ser una cosa eventual, una ayuda, un apoyo.
Seguramente después del verano me encargarán otro ¡y a seguir viviendo!. Además (aunque suene mal lo que voy a decir), los "negros" también tienen un caché y cada obra nueva que escriben está mejor pagada que la anterior - y te dan más margen de tiempo, etc...
Evidentemente a mí me contrataron para una novela histórica. Pero ¡ojo! no fue por tener un libro publicado, que ni siquiera lo conocían.
Y como esto no es un pastel por cuyos pedazos hayamos de pelear te diré que hay editoriales que tienen el descaro en sus propias páginas web de ofrecer este tipo de trabajos. Busca, que encontrarás. A mí me localizaron sencillamente al rechazarme un manuscrito que envié el año pasado en primavera: me llegó un mail que decía "... no obstante le rogamos se ponga en contacto con nosotros para tratar otras cuestiones profesionales".
Abrazos y ánimo
Frankie
Hola Blanca.
ResponderEliminarTu entrada es muy buena, verdaderamente así de cruda es la realidad.
¿Crees que en la poesía ocurre lo mismo?
Un beso amiga.
Hola Blanca:
ResponderEliminarGracias por compartir esta entrada, yo desconocia las tendencias del mercado, despues de leerlo parece bastante crudo para los que intentamos publicar un primer libro.
Estoy escribiendo un libro, ilusiones no me faltan, veremos cuando este terminado y tenga que recorrer las editorial, ya te contare.
Aparte escribo poesia, la cual ya me ha dado algunas satisfaciones.
Besos
Tessa
Maribel, El mundo editorial es más que nada una empresa. No dudo de que aún queden restos de romanticismo y algún editor desee publicar obras realmente valiosas aunque no sean comerciales, pero creo que 1. Habría que tener mucha suerte. 2. La obra en cuestión además de estar bien escrita, debe ser realmente admirable.
ResponderEliminarAhora, yo he publicado dos novelas, es probable que publique otra próximamente, ya hablaré de ello, pero eso no quiere decir que los temas de mis novelas hayan sido escritos por mí siguiendo tendencias. Coincidencialmente son dos temas que tienen mucho que ver con mi vida directamente, de manera que no siempre lo que se escribe es por seguir la moda.
Para mí sería muy difícil escribir literatura fantástica, por ejemplo, o por no ir más lejos, escribir una novela romántica lo veo bien cuesta arriba. Un escritor tiene ciertas limitaciones, pero de la lista de tendencias creo que se puede escoger y alguna entrará en sus parámetros.
Besos y suerte con tu publicación, querida amiga, que tienes entre manos una novela maravillosa.
Blanca
Armando, me parece una nuena solución en esta época de crisis de toda índole que desees ser un negro literario, pienso que se puede aprender mucho de esa tarea, y al mismo tiempo tantear el mundo editorial desde dentro.
ResponderEliminarY hasta te puede servir de inspiración.
Besos!
Blanca
Querida Printova:
ResponderEliminarAsí es, y en esta época que espero pase pronto, peor aún.
No podría hablarte mucho de poesía, pero sé que a nivel comercial no es muy bienvenida. Para publicar poesía es mejor hablar con entidades culturales, universidades, o empresas que tengan fundaciones. La gran mayoría de escreitores y lectores alaban la poesía, pero en realidad, creo que no la disfrutan.
Por otro lado, la verdadera poesía, aquella que se rige por cánones estrictos de metrología, me refiero a la que está hecha en endecasílabos, por ejemplo, (que no necesariamente tiene que ser rimada, por supuesto) son muy pocos los escritores que la pueden hacer. La poesía se ha desvirtuado un poco, y un conjunto de palabras que expresen una idea poética se llama ahora poesía.
Besitos, amiga,
lanca
Querida Tessa,
ResponderEliminarEstoy segura de que tendrás éxito con tu obra, debes ir con la mente positiva, y cuando lo termines presentarlo, que este artículo no te reste ilusiones, al fin y al cabo son solo palabras.
De la poesía hablé en mi respuesta anterior, y te felicito por tus triunfos en ella!!
Besos,
Blanca
Excelente entrada querida amiga.
ResponderEliminarLas tendencias literarias surgen como patrón al éxito de una novela que marca el rumbo a seguir en la industria. El problema en un escritor que pudiera desvelarse por saber y copiar estas tendencias, es la posibilidad de perder el rumbo original de su intención creativa.
Los escritores sufren cuando no consiguen la respuesta a la pregunta: ¿Cuál es el secreto para crear una novela extraordinaria?
No existe un ingrediente mágico que convierta una novela en mega-ventas, pero debemos recordar el proceso de ayuda intencional a la temática en la trama—fuerza que conduce todas las decisiones creativas. El resultado: una profunda simbiosis entre el desarrollo de la historia y la transformación interna de los personajes.
Un beso,
Daniel DC
Daniel!
ResponderEliminarTu respuesta es digna de una clase magistral, amigo. En entrevistas que hicimos recientemente para la revista Prosofagia, había un denominador en las respuestas: "Si supiéramos cuál es el secreto para que un libro tuviera éxito, con toda seguridad lo aplicaríamos".
Y lo dicen tanto agentes literarios como editoriales.
La lista que hice no es sino una manera sarcástica de tomar con cierto humor los rechazos literarios.
Besos!
Blanca
Has tocado hoy un punto clave, amiga Blanca.
ResponderEliminarDebemos movernos en consonancia con las modas, aquello que vende, pues una editorial es una empresa, no hay que olvidarlo.
Una vez comprendemos esto nos quedan dos opciones, o bien aceptarlo o seguir por nuestras vías, no preocuparnos por publicar y escribir lo que queremos y cuando queremos.
Personalmente considero que lo ideal sería conseguir algo intermedio, dar nuestro popio toque, algo que lo diferencie del resto, a un tema que esté de moda.
Muy buena entrada, Blanca, gracias.
Claro, Jesús, algo intermedio estaría bien, creo que debemos ser un poco conscientes y no pensar en que publicar algo que esté de moda es vender el alma al diablo o prostituirse.
ResponderEliminarPor mi parte seguiré experimentando.
Besos,