Prosófagos Parte final

Turkesa... quise expresamente dejar para mi última sección a esta infatigable compañera sobrina de Mauro. Porque mi deseo secreto es conocer a su tío, digo yo que si un tío es capaz de servir de inspiración para sus cuentos, en definitiva el tío se las trae. Me interesó desde que supe que fue capaz de llegar vivo a tierra saltando con un paracaídas cerrado. Y fue un hecho de la vida real, como mi novela.
Leer a Turkesa es gozar con su familia, con sus bodas y por supuesto con su tío Mauro. En un estilo único, coloquial y con ironía argentina, sabe contar unas tragedias que harían palidecer a Shakespeare de pura envidia, sólo que sus muertos son de risa. La fiesta de la boda debe tener una continuación. Lo exijo, pues no me quedo tranquila hasta saber si el fotógrafo fue el causante del divorcio. Leer un cuento de ella es frotarse las manos y esperar qué se trae, con su lenguaje fresco, sus modismos, y su tremendo sentido del humor, una gozada, como dicen en España.

Pablo, creo que es el más joven de los foros, y uno de los pocos exponentes del género fantástico, del que confieso no ser muy afín. Sus crónicas de Salitrea me llevaron a un mundo dentro de una feria de diversiones que por momentos parecía el mundo de Alicia en el país de las maravillas, donde todo era posible, por imposible que fuese. Algo así como esos juegos de video que tanto gustan a mi sobrino Leonardo y donde los malos quieren matar a los buenos pero son los buenos los que ganan. Pero también he leído cuentos diferentes, recuerdo un post con varios microcuentos en los que pude apreciar su evolución en las letras. Él siempre tendrá una palabra de aliento, un saludo de bienvenida, un comentario benévolo, la verdad es que un cuento sin un comentario de Pablo se debe sentir muy solitario. Tengo muy buena imagen de él, y a pesar de nunca haber visto su rostro, me imagino a un chico agradable, sonriente y buena onda. Un chico con sangre de linaje real, pues clase es lo que destila.

Alma, emigró de Bibliotecas Virtuales a Letras Escondidas y fue allá donde la encontré. Y la invité a Prosófagos aunque yo no frecuente mucho ese foro. Una escritora que es fiel a sí misma, escribe lo que le sale del alma y se funde en los albores del Gólgota con la misma facilidad con la que nosotros tratamos de entender el catecismo cuando niños, pues todo lo que ella dibuja con su pluma tiene vientos de enigma, que sólo unos glíficos mayas son capaces de descifrar. Sus cuentos mágicos reúnen a las momias con los vivos, a la madre tierra con los ángeles que buscan el cielo bajo las aguas del océano. Toda una experiencia leer a Alma, que escribe para un público que busca más allá del significado de las letras.

Angel of Music, un nick que mezcla lo divino con la música, como muchos de sus cuentos, también la conocí en Bibliotecas, y después de mucha andadura ahora la veo en Prosófagos, ¡cómo se nota que los foros literarios son tan pocos! Nos alejamos y por fortuna nos volvemos a encontrar. La prosa de Angel es una mezcla de pensamientos poéticos, siempre que leo un cuento suyo tengo la impresión de leer belleza, a la par que reflexiones; después de pensar en sus ventanas me quedé con la sensación de que un día no muy lejano también trataré de mirar a través de una, cubierta con una losa. O me enredaré en la trampa de una tela de araña para que me lleve por caminos inconclusos...


Los participantes de este foro se han ido incrementando, hay muchos nuevos, con los que no he tratado y por tanto sería poco honesta dirigirme a ellos, tal vez algún día regrese por esos lares y tenga la oportunidad de leer sus cuentos y comentarlos, hacerlo ahora sería muy superficial, pues para dejar una semblanza se debe primero tener el contacto.

Comentarios

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  2. Hola Blanca, mira, andaba paseando por tu blog, leyendo de todo un poco, que no es la primera vez que ando, y resulta que recién ahora caigo en esta sección donde me encuentro con tu opinión sobre mi tío y yo, y la verdad... me he quedado sorprendida, EMOCIONADÍSIMA, y compungida por ¡no haberlo visto antes!

    Es todo un honor que una escritora de tu talla me dedique las palabras que desgranas, las que te agradezco muchísimo: Me disculpo por mi despiste involuntario e imperdonable; ha sido una gratísima sorpresa leer esto, amiga; me has animado a seguir con la saga... cuyo próximo capítulo ¡te lo dedicaré! FALTABA MAS.
    Un abrazo enorme, agradecido y emocionado.

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