lunes, 30 de diciembre de 2019

PUNTA CANA 7 NOCHES de Jordi Díez ¡La recomiendo!

PUNTA CANA 7 NOCHES de Jordi Díez
Venta: http://mybook.to/puntacana

Soy de las personas que consideran muy difícil comentar los libros escritos por los amigos, en especial si son cercanos, porque la amistad nubla la objetividad, pero no es el caso con mi querido amigo y colega Jordi Díez. Sé que al leer uno de sus libros me encontraré con una historia bien escrita, bien hilvanada y sobre todo muy interesante. De él he leído La virgen del sol, El péndulo de Dios, Anacaona, y algunos cuentos que tuve la suerte de bajarlos de Amazon cuando estuvieron a la venta, y nunca me ha defraudado. Ahora como última entrada del año dedicaré unas líneas a su más reciente novela: Punta Cana 7 noches, una novela de acción en la que Jordi Díez hace gala no solo de su buen hacer literario; también de un humor elegante e irónico.
He pasado un par de días sumergida en el thriller del inspector Guarionex. Un nombre estrafalario pero muy atrayente, también muy de acuerdo con el papel del personaje que encarna, el de un inspector de policía pobre pero honrado, un antihéroe repleto de defectos pero también con la inconmovible terquedad del hombre que persigue la justicia.

Me ha gustado la trama. El comienzo es estupendo, una pareja de españoles (“gringos”, como dicen en estas latitudes para todo el que sea blanco y no hable igual que ellos) y la mano de un muerto sobresaliendo de la arena después de haberle dado chancletazos sobre la toalla, qué bueno estuvo eso. La mano que sobresale lleva un anillo en uno de sus dedos, el cual dará una de las pistas más importantes.
A partir de la paliza dada por el guachimán del puticlub a Guarionex la cosa empieza a perfilarse como toda una artillería: pistas falsas, hebillas que conducen a un premio mayor, el sujeto muerto resulta que es un cura que tiene una hija a la que desea legar una fortuna; una proxeneta italiana quiere hacerse del resto de las joyas y un sacerdote con aspiraciones de Sherlock Holmes que aparece en los momentos más inesperados. La novela es ágil, por momentos me reí a carcajadas con descripciones como estas: “el mundo desapareció para el inspector hasta que expulsó la bocanada gastada de oxígeno”, o “picado por la viruela y flaco como la tenia de un perro callejero” y otras perlas como esas, y también interesante por la información que hace del bajo mundo, de la polución creada por la industria turística acompañada de toda clase de depravaciones, en un mundo dividido en dos: la de los turistas y la normal. La de los inmensamente ricos y la de los inmensamente pobres.
Una buena novela de acción, en la que un policía se enreda en una aventura que empieza con la mano del muerto (podría ser un buen título) “Punta Cana y la mano del muerto” y termina siendo una historia de acción que no da respiro, no a mí al menos.
Puesta en los zapatos de Guarionex, he recibido más palizas que piñata de pobre, pero él incólume, sigue sus instintos, lo que da lugar a la solución del misterio.
En resumen la novela es muy buena, engancha, y deja un buen sabor. Una delicia para estos  días festivos.

¡Deseo a todos mis seguidores y lectores del blog un maravilloso fin de año y un enriquecedor Año 2020 en todos los sentidos!
¡Hasta el próximo año!

martes, 10 de diciembre de 2019

"La casa de la mezquita", Kader Abdolah



"La casa de la mezquita", Kader Abdolah

La casa de la mezquita (Spanish Edition) de [Abdolah, Kader]Por recomendación de mis amigos Krina Ber y Heberto Gamero empecé a leer “La casa de la mezquita”. Al comienzo lo hice con cierto escepticismo porque las historias de Medio Oriente no me atraen, en especial porque sus ideas respecto del fanatismo que impregnan sus religiones no he logrado entenderlas. Sin embargo, esta novela me cautivó.

Supongo que la traducción tiene gran influencia, y asumo que es lo más cercana posible a la obra original, porque se lee en sus líneas el hacer y sentir de la gente de esas latitudes, su manera de ver la vida, de amar, sus costumbres, y en especial su odio.

En “La casa de la mezquita” cada personaje tiene un papel que jugar. Unos son buenos, otros extremadamente crueles, otros absolutamente ignorantes y algunos tan indiferentes y absurdos como ese ser deforme llamado Lagartija. A medida que pasaba las páginas me vi sumergida en un mundo diametralmente opuesto al mío y al mismo tiempo fue como si viera por una rendija la vida privada de “Las mil y una noches”. 
Cada persona tiene una historia tras de sí, y cada historia tiene su motivo. Las abuelas, Lagartija, Jaljal, la historia de las hormigas, que es como empieza el libro, la llegada de los saltamontes, el siempre respetado Aga Yan, que permanece incólume a pesar de los cambios por los que atravesó Irán; para algunos positivos y para otros nefasto. 

Las costumbres milenarias son imposibles de cambiar, al menos para las personas ignorantes, sencillas y creyentes como las que se reflejan en el libro. El mismo autor de origen iraní después de décadas de vivir en Holanda y recorrer mundo no ha dejado atrás ese mundo mitad mágico y mitad tenebroso que se desprende de sus palabras. Al mismo tiempo da a conocer los intríngulis que llevaron a la caída del Sha -espero yo- sin ningún matiz político, y me hizo reflexionar acerca de los países que rodean al que está en desgracia: no hay imperio que lo salve sino sus propias gentes, siempre y cuando dejen la profunda ignorancia de lado. Mientras existan adoradores que se inclinen al paso de la incultura, ignorancia y poder, siempre habrá países subyugados por los ambiciosos, no importa la religión que tengan. 
Un libro que enseña, entretiene y deja una profunda reflexión sin tratar de inducir al lector a inclinarse a un lado o al otro con un lenguaje que deja reminiscencias del pasado del autor.

¡Hasta la vista, amigos!

lunes, 9 de diciembre de 2019

¿Eres de los que dicen que no vendes tus libros porque son pirateados?


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Muchos lectores, más de los que uno cree que existen, no tienen conciencia real de lo que es el pirateo de libros. Lo digo porque en algunas ocasiones recibo correos de lectores que me felicitan por mis libros, comentan, o hacen preguntan relacionadas con la trama y me dicen sin ambages que han leído todos mis libros descargados de algún sitio de Internet. Una de ellas fue una reseñadora o youtuber que leyó "La búsqueda" y me señaló un error. Al yo buscarlo en el libro que había subido a Amazon dicho error no figuraba, lo que me hizo suponer que lo había descargado de manera ilegal en alguna plataforma de esas que abundan. Efectivamente, me dijo que así había sido. Entonces le envié el archivo original que fue el que leyó y comentó en youtube.

¿Qué me dice esto? Que las personas que descargan libros no lo hacen por mortificar, denigrar, empobrecer ni burlarse del autor, y no sienten vergüenza o cargo de conciencia al hacerlo. Hasta me he encontrado con amigas en alguna reunión que me dicen que se han descargado tal o cual libro, no precisamente de Amazon, y les ha encantado.

Simplemente lo hacen porque es un hábito que les parece normal. Como casi todo en Internet se puede descargar gratis, desde programas, imágenes, música y hasta series y películas que se pueden ver a través de Youtube, piensan que también los libros pueden ser descargados sin perjuicio para nadie.

Digo todo esto porque leo con frecuencia que hay autores que se quejan de que sus libros son descargados por "cientos de miles", y tienen la certeza de que si no fuera por eso habrían vendido esos cientos de miles. La verdad es que TODOS LOS AUTORES famosos o desconocidos padecemos de lo mismo, la diferencia está en que unos lo pregonan y otros no. Yo la verdad, no sé si mi libro es pirateado por cientos de miles, no acostumbro a visitar las páginas piratas, y si así fuera, creo que me sentiría agradecida de que tanta gente estuviera interesada en mis libros. Así y todo mis libros se siguen vendiendo en Amazon, y pienso que los que acostumbran bajarlos gratis nunca me hubieran leído si no los hubieran descargado de esa forma.

Por otro lado, hay países en donde una tarjeta de crédito internacional es muy difícil de obtener, no hay manera de que compren en Amazon. Y esta empresa no acepta el pago por Paypal. Por eso existen páginas piratas que ganan dinero vendiendo libros pirateados que pueden comprar por ese método de pago o cualquier otro. Pero ese ya es otro cantar.

Lo que no creo es que un libro deje de vender en Amazon porque sea pirateado por millones. Es mi manera personal y realista de ver el asunto.

¡Hasta la próxima, amigos!

jueves, 7 de noviembre de 2019

Las mujeres que no salen en los libros, de Mercedes Gallego Moro

Las mujeres que no salen en los libros de [Gallego Moro, Mercedes]

Situada en los años de la dictadura franquista, Mercedes Gallego relata la lucha de una mujer, Consuelo, hija de una madre de familia adinerada y de un padre de profesión abogado, acomplejado por sus orígenes humildes, con ideas arcaicas respecto al papel que deberían tener las mujeres en la sociedad, en este caso específico la española. 
Laura, por otro lado, es la hija de una mujer que pasó las peores penalidades durante la Guerra Civil Española; recorría las calles destrozadas por las bombas alemanas e italianas que caían sobre Madrid, al lado de su madre mientras su padre luchaba en esa guerra.
La novela nos muestra dos caras de una moneda: la de una mujer de posición privilegiada que lo arriesgó absolutamente todo por seguir sus convicciones y la de otra, menos consciente de su importancia como mujer, que fue aprendiendo a valorarse, pero sin ánimo de protagonismo, sin peroratas que aglutinan multitudes sino con una actitud mesurada e inteligente que ayudaba a las mujeres que requerían sus servicios. 
El punto focal de la historia se centra en el manejo que se hacían en los hospitales a los que llegaban a dar a luz mujeres descarriadas, prostitutas o indigentes cuyo neonatos se daban por muertos e iban a manos de familias que carecían de hijos. No se habla de robo de órganos ni comercio de niños, es la cuestión moral; probablemente muchas de esas madres a las que arrebataban sus niños hubieran preferido que sus hijos tuvieran un mejor futuro del que ellas podían darles, otras no lo aceptarían, pero Consuelo se convirtió en la abanderada de la causa y luchó hasta el final exponiendo su seguridad, su vida y la de los suyos en pos de un ideal contra un gobierno totalitario y una Iglesia complaciente que amparaba el que los niños fuesen arrebatados a sus madres. No solo eso: Los niños que por una u  otra razón durante la guerra fratricida perdieron a sus padres iban a parar a hospicios católicos en donde no solo no recibían los cuidados necesarios, sino que se abusaba de ellos.
Lo interesante de la novela es que nos da dos visiones: la de la mujer adinerada que se afilia al Partido Comunista para reivindicar los derechos de la mujer y la de la que crece y se desarrolla como una mujer “normal” sometida a las costumbres de la época, años 50-60 de una España en la que la legislación le impide comportarse como una ciudadana libre, una situación que las mujeres en su mayoría veían con normalidad, pues así habían sido criadas. No importaba si trabajaban para mantener el hogar, seguían siendo personas de segunda categoría. Lo que para unas era inadmisible, para otras era hasta beneficioso, porque no tenían que perturbar sus ánimos. Sin embargo el comunismo no fue la solución en el caso de Consuelo. El comunismo luchaba por sus propios intereses y utilizaban la valentía y entrega de las mujeres sin darles la importancia que merecían.
A la muerte de un esposo que siempre la trató como una igual, Laura, en cambio, y en contra de todo pronóstico, tuvo que enfrentarse no solo a la burocracia machista para poder continuar con el negocio de su marido, sino a la habladuría de las demás mujeres, quienes preferían ver a un hombre al frente de un comercio.
Es imposible no tomar partido por una de ellas, inclusive por la madre de Consuelo, Leonor, quien se convierte en un personaje clave en el transcurso de la historia. ¿Por qué Consuelo lo arriesgó todo por una lucha en la que ni siquiera las mujeres a las que ayudaba eran conscientes de lo que sucedía? Al comienzo uno puede decir: “Porque era rica, culta, profesional y no tenía nada que perder”. Pero en una España dictatorial si podía perder, y se arriesgó. Esta obra me ha hecho reflexionar acerca del ser humano. No hablo de clases ni de géneros. Hablo del ser humano per se: cada uno nace para jugar un determinado papel en la historia de la humanidad. Unos lo arriesgan todo por una causa mientras otros ven la causa y se solidarizan, pero desde su trinchera. Unos van a la guerra voluntariamente y otros prefieren resguardarse. La verdadera libertad consiste en hacer lo que uno desea, pero cuando es obligado por las circunstancias se convierte en esclavitud aunque goce de libertad. Es utópico, pero lo veo así, y la realidad es que todos somos esclavos. Vivimos para que otros lo hagan. Trabajamos para que otros sobrevivan. Y como lo hacemos de manera voluntaria, pensamos que somos libres. La verdadera libertad no existe. Estamos obligados a seguir las normas que la misma sociedad ha impuesto a través de las religiones o la política.
La dictadura de Franco fue totalitaria, como todas, impuso su manera de pensar y propició la crueldad con impunidad. El comunismo que lo combatía actuó igualmente con la misma crueldad. En eso no había diferencias, como se resalta en la novela en una discusión entre Consuelo y Laura.
No me gusta el comunismo. Tampoco la dictadura, prefiero vivir una democracia que con sus defectos, al menos me da la falsa percepción de libertad. ¿Vivimos en un permanente engaño? Esa es la cuestión.



domingo, 3 de noviembre de 2019

¿Qué clase de lector eres?


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Durante estos años he aprendido que existen muchos tipos de lectores:

1. Los lectores amigables, (que no amigos) a los que les agrada dejar un comentario agradable aunque el libro no haya sido completamente de su agrado.

2. Los lectores amigos (generalmente escritores), ellos siempre dejarán comentarios positivos y generalmente de 5 estrellas porque piensan que todo en este asunto de la escritura es recíproco.

3. Los lectores que son escritores y dejan comentarios como condición de que también se les deje comentarios positivos.

4. Los lectores casuales, son los que no te conocen de nada y se topan con tu libro de casualidad, suelen ser muy honestos en sus comentarios.

5. Los lectores insatisfechos a los que les disgusta un personaje y desean que el escritor le cambie el carácter, cambie el final o le da consejos para mejorar la obra. (Yo diría que tendrían que ponerse a escribir, así leerían lo que a ellos les gusta).

6. Los lectores que se creen críticos literarios y opinan con rotundidad, generalmente de manera negativa, y desaniman a cualquier novato en estas lides.

7. Los lectores por compromiso. Son esas personas que conocemos y que se sienten obligadas a leer nuestros libros. (Confieso que nunca he dado a leer un libro mío a nadie si no me lo ha pedido).

8. Los lectores infelices. Son los que sienten placer en dejar comentarios hirientes, insultantes, y en ocasiones dirigidos no al libro que acaban de leer sino al escritor. Es lo que los hace felices y generalmente operan desde el anonimato.

9. Los lectores eruditos. Son los que van leyendo con Wikipedia a la mano y cuando encuentran algún error histórico, callejero, o licencia literaria corren a informar a Amazon para que nos llegue el aviso por correo para solucionar esos problemas. (Yo hago mucho caso de ellos, son los que llamo mis asesores históricos).

10. Los lectores analíticos, son pocos y hacen un trabajo brillante. A mí me encantan porque se nota que leen el libro con atención.

11. Los lectores didácticos, los que anotan los errores y te los pasan por privado. Es la ventaja de esta época en la que todos estamos interconectados.

12. Los lectores cultos, son los que solo leen a autores consagrados porque piensan que entre los autopublicados no hay nada bueno.

13. Los lectores antipáticos, son personas que te conocen en las redes sociales y les caes mal y se desquitan contigo poniendo pésimos comentarios en tus libros.

14. Los lectores insatisfechos, son aquellos que escribas lo que escribas siempre te pondrán una estrella porque nunca estarás a la altura de sus expectativas.

15. Los lectores fans, que leen todos los libros que publicas, que ya te conocen, dejan comentarios y con los que puedes contar siempre.

16. Los lectores fantasmas. Aquellos que dicen que leyeron tu libro pero que nunca comentan.

17. Creo que he mencionado a todos, si tienen alguno más sería magnífico que los recordasen.

¡Hasta la próxima, amigos!

domingo, 8 de septiembre de 2019

Escritor y lector: una simbiosis.


Escribir es un acto íntimo. Cuando escribo pierdo el pudor natural que tengo de exhibir en público mis emociones porque traslado mis sentimientos a los personajes de mis novelas. Son ellos los que hablan, balbucean, dudan, sienten, aman, ríen u odian a través de mí. Por eso al terminar de escribir una novela, por un tiempo me siento desamparada. Como si me hubieran dejado sola, ya no tengo más personajes para proyectar mi manera de ver el mundo de presentarse ante mí una circunstancia determinada.
No sé si sucede igual con otros escritores. Me preguntaba yo en estos días si uno es capaz de
enamorarse del protagonista de su obra. Y creo que sí. Sucedió cuando escribía mi primera novela La búsqueda. Narraba la vida de mi marido, y al hacerlo volví a enamorarme de él. Lo conocí en la vida real cuando él rebasaba los cuarenta, y fue a través de esa novela como descubrí su juventud, su manera de ser, de pensar y de enfrentar la vida. Entonces amé la parte que no había vivido a su lado.
Al escribir El legado sucedió algo diferente. A medida que conocía al protagonista, Erik Hanussen —porque el autor va conociendo a sus personajes poco a poco a medida que transcurre la novela—, empecé a sentir por él admiración mezclada con un sentimiento fraternal. Tal vez como el padre que me hubiera gustado tener. Y ese sentimiento duró hasta el final.
Con El cóndor de la pluma dorada, desarrollé una empatía profunda por Túpac Yupanqui, a quien considero el personaje que da un peso fundamental a esa novela y a la historia del imperio incaico. Amé el rostro que le di, su pequeña sonrisa, su gallardía y valor, el amor reprimido que sintió toda la vida por Sumaq, quizá un reflejo de lo que sentí alguna vez por un amor no correspondido. Sufrí y reí con él durante la novela y esas emociones fueron perdurables a pesar de que falleció relativamente joven, pero en el libro se siente su impronta a lo largo de la historia.
El rastreador fue para mí un nuevo tipo de personaje. Un héroe invencible, en el que deposité mi confianza desde un comienzo y supe que no me defraudaría. Es curiosa la manera como el escritor vive sus novelas. Al empezar ve a los personajes a través de una especie de niebla; a medida que la historia avanza y delega en ellos más y más responsabilidades, los llega a conocer nítidamente, hasta el punto de saber cómo van a reaccionar ante diferentes circunstancias o con otros personajes. Escribir es vivir en un mundo paralelo en el que uno se sumerge durante varias horas al día. A veces de una manera tan intensa que por momentos no puede separar la realidad de la fantasía.
Uno de mis personajes inolvidables fue Toni Montero, en La lista. Desesperación, impotencia e indignación
las viví junto a él. A su lado sentí mi rostro desfigurado y también renacer como el Ave Fénix. ¡Cuántas emociones se absorben al escribir! Por eso pienso que la escritura me ha hecho una persona más humana. Aprendí a ponerme en los zapatos del otro antes de juzgarlo o de pensar si su decisión es correcta o no.
Al escribir El sustituto me desdoblé en dos jóvenes. Uno más parecido a mí. Un poco retraído, obsesionado por el orden y el colocar todo siempre exactamente en el mismo lugar, uno que huye de las fiestas o aglomeraciones humanas, del ruido y de las conversaciones insustanciales, y otro absolutamente opuesto, alguien a quien tal vez me hubiera gustado parecerme más: encantador, exquisito, muy alegre, despreocupado y seguro de su atractivo. Reconozco que fue una novela que me llevó más meses de trabajo de lo acostumbrado, pero me siento satisfecha con el resultado.
Y en Hijo del pasado no me proyecté en el personaje principal, Daniel Kozlowski. Por algún motivo, a medida que escribía lo veía muy parecido a mi fallecido marido. Sus dos mujeres, Yvanna y Viveka me fueron un poco esquivas, pero logré entrar en sus mentes y definitivamente me quedé con Yvanna. Porque un escritor también tiene sus preferidos, ¿eh?,  algunas veces también sentimos antipatía por algunos.
No he mencionado aún a los personajes de mi trilogía El manuscrito. Y no lo hice porque daría para un artículo completo. La trama complicada y la diversidad de participantes hacen que sea difícil hacer un resumen, solo diré que Nicholas Blohm, Dante Contini-Massera y Richard Raising, vivirán para siempre conmigo. Fueron los que me impulsaron a escribir novelas de acción y aventura y entrar en el mundo misterioso de lo que podría suceder si un buen día encontrase un Manuscrito.
He escrito más novelas, pero creo que en las que he mencionado arriba se comprende de manera bastante cercana los sentimientos que me unen a mis libros. No los considero “mis hijos”. Son simplemente mi obra, una que un día cualquiera empecé a imaginar y que al escribirla dio vida a personajes que vivirán siempre conmigo y, espero, tendrán espacio en algún lugar en la memoria de mis lectores. No de todos, sería pedir demasiado. Pero sé de algunos que han leído mis libros más de una vez y los comprendo, porque yo también he leído varias veces una novela cuando me ha encantado, o he visto una serie o una película muchas veces.
Entonces, ¿qué es la lectura? ¿Es acaso una droga? Tal vez sea algo parecido, y puedo decir lo mismo de la escritura. La necesidad de perderme en una nueva historia, encontrar a otros personajes, llevar a cabo un nuevo drama, es una adicción. Y la tendré mientras sigan vagando en mi mente historias y personajes que necesiten ser escuchados.
¡Hasta la próxima, amigos!

viernes, 23 de agosto de 2019

Mi relación con Amazon


Después de diecisiete años de haber empezado a escribir, es ahora cuando puedo ver los resultados con cierta lejanía, pues cuando uno empieza está atiborrado, primero de ideas, luego de la necesidad
Blanca Miosi
de aprender o perfeccionarse, después del deseo de encontrar lugares en donde pueda codearse, conocer o escribirse con otros escritores en una situación parecida a la de uno, como participar en foros literarios, y por último en pensar cómo y dónde publicar, y no da tiempo de autoexaminarse ni pararse a ver unos resultados que todavía están lejanos.
Creo que todos o casi todos hemos pasado por lo mismo, algunos hemos tenido la suerte de encontrar a la persona idónea que nos puso los puntos sobre la íes y nos bajó de la nube para hacernos pisar tierra. Es lo que sucedió conmigo y fue cuando caí en la cuenta que de escribir solo sabía el abecedario, pero no me amilané y traté de aprender y captar todo lo que me enseñaba esa persona como si fuera una esponja. Creo que el tiempo y el trabajo que puse en ello me dieron la razón y también creo que es el motivo principal por el que mis libros se leen.
Ya al tercer año de haber publicado por primera vez en una editorial, y a un año de haberlo hecho en Amazon las cosas empezaron a cambiar. Recuerdo que estando en Twitter se comunicó conmigo una editora que trabajaba para el grupo Beyaz Balina para comprar los derechos de traducción al turco de mi novela El manuscrito. Igualmente en el 2013, siete años después de haber publicado La búsqueda, una editora francesa de la casa  2 Encres me escribió un correo para comprar los derechos de traducción al francés de esa novela. A partir de allí todas mis novelas son traducidas al francés, y Maud Hillard se ha convertido no solo en la traductora de mis libros sino en mi agente y en una gran amiga.
No he sido una persona que vaya detrás de las editoriales, he tenido la suerte de publicar con facilidad e inclusive que dos de las grandes se
Maud Hillard
interesaran en mis libros, pero después de publicar en Amazon no le veo sentido a perder mis derechos por muchos años a cambio de una edición que llegará a las librerías, sí, pero a la que no le darán el impulso que busca un escritor y que en poco tiempo se perderá en las estanterías. No puedo decir lo mismo de la editorial de Amazon, Amazon Publishing, Inc., la única con la que actualmente publico mis libros y me consta que apoya con constantes campañas a sus escritores. Igualmente, puedo decir de Amazon KDP (autopublicación) ha resultado una poderosa aliada; de vez en cuando promocionan mis libros, fui invitada por ellos a España y por tercer año consecutivo solicitaron mi opinión como jurado del Premio Literario Amazon.
Pero ¿cuál fue el detonante que significó un cambio en mi incipiente carrera como escritora? Es indudable que fue Amazon. Y no tengo reparos en decirlo, porque la considero mi mejor aliada. Fue a través de Amazon como la editorial de Turquía supo de mis libros, al igual que la que actualmente es mi agente para Francia, Maud Hillard. Maud compró La búsqueda y se la leía a su esposo día a día, traduciéndola simultáneamente al francés. Le gustó tanto la novela que decidió hablar conmigo. Fue en Amazon donde me encontró Ediciones B, y también fue en Amazon donde dio conmigo Mauricio Navas Talero, productor y guionista colombiano; leyó La lista y me escribió un correo para que hablásemos por teléfono acerca de la posibilidad de llevarla a la
Mauricio Navas Talero
pantalla chica. Consiguió firmar con la cadena RCN y será convertida en audiovisual. Y actualmente escribo una novela que puedo decir es “a pedido” de un importante agente español, para presentarla a una gran editorial, y que conste que si la oferta no me interesa, con seguridad la publicaré en Amazon, que es donde me encontró.
También la firma Audible se acercó a mí para comprar los derechos de todos mis libros para pasarlos a audiobook, y creo que de no haber estado en Amazon no hubiera sucedido. Prácticamente todo se lo debo a esa plataforma a la que muchos escritores le deben tanto, entre ellos personas que conozco. También hay otros que hablan muy mal de Amazon, tal vez tengan sus motivos, pero a mí me ha ido muy bien, me ha servido de trampolín para proyectos que jamás se hubieran llevado a cabo si no hubiera publicado allí.
¿Pero acaso todo se lo debo achacar a la suerte? Me parece que estaría siendo injusta conmigo misma si lo hago. Todas las oportunidades que tocaron a mi puerta se las debo a que publiqué mis libros. Y lo hice en la plataforma más conocida, pero si los libros hubieran sido malos, con seguridad nada hubiera sucedido. Por tanto me debo un autoreconocimiento y dejar de lado la falsa modestia con la que uno suele envolverse por pudor, por educación o por inseguridad. Es claro que la inseguridad nunca me abandonará, pues gracias a ella me esfuerzo en escribir cada vez mejor, pero admito que he escrito algunas novelas muy buenas y estoy orgullosa de ellas. No todas lo son, vamos a estar claros; también sé reconocer cuando las cosas no salen como me habría gustado, pero no será por falta de interés o de empeño. A todos los escritores les debe suceder algo parecido.
Es obvio, no me voy a comparar con escritores de la calidad de los grandes como Leon Uris, por mencionar un gran nombre, cada uno sabe qué lugar ocupa y sé que me encuentro en un término medio, me encanta que mis novelas se lean y que lectores entusiastas me escriban diciéndome que disfrutaron mis libros. Es el mejor apoyo que puedo recibir, entonces sé que mi trabajo valió la pena.
¡Hasta la próxima, amigos!

jueves, 11 de julio de 2019

¿No te convence promocionar en Twitter?


Twitter es una red social que si se sabe utilizar resulta sumamente útil para difundir noticias, promover nuestros libros, enterarnos de los que ocurre en el mundo o con nuestros actores, series o  
películas favoritas, por no hablar de las noticias de la política nacional e internacional antes de que salgan en los diarios y la televisión. Al menos yo me entero de todo en Twitter, es una especie de diario simultáneo, más ahora que Putin, Trump, Guaidó o cualquier personaje de la realeza lo utilizan para lanzar amenazas, promesas, adelanto de leyes o invasiones extranjeras. Por estos y otros motivos me parece que tener una cuenta en Twitter hoy en día es indispensable. Pero ¿qué hace que tengamos acceso a determinadas noticias? Debemos SEGUIR a las personas que nos interesan. Así como deseamos que otros se enteren de lo que nosotros publicamos allí, a los demás también les interesa que nosotros sepamos qué piensan, qué venden o qué escriben, de manera que en este aspecto Twitter es extremadamente recíproco. Tus noticias se expandirán más a cuantos más sigas y cuantos más te sigan, de lo contrario quedarán reducidas a un pequeño círculo de personas que se aburrirán de ver siempre tus mismas noticias.
Esta plataforma amplió el número de caracteres que podían escribirse de 140 a 280, lo que facilita la explicación o el enunciado de cualquier noticia que deseemos dar a conocer.
¿Qué le funciona mejor a los escritores? Obviamente las imágenes. Como en todo sitio, las imágenes atraen poderosamente la atención y, por supuesto, no olvidarse del enlace. De lo contrario lo que deseamos publicitar quedará allí como algo que se vio y se olvidó. Ahora todo se centra en la accesibilidad. Cuantas más facilidades para encontrar el sitio, mejor.
En Twitter también se pueden formar grupos, en el caso de escritores, se ponen de acuerdo para tuitear los avisos de los demás, de manera que cada uno de esos avisos saldrá en Twitter no una, ni dos, ni tres veces, sino todas las veces que los demás del grupo hagan RT.  Yo prefiero publicar mis tweets personalmente. He comprobado que los libros que pertenecen a esos grupos raramente ocupan los primeros lugares en ventas, pese a que algunos tienen más de 20 o 30 RTs diarios. Mis Tweets no son tan retuiteados como otros (tal vez porque piensan que no lo necesito, o quién sabe por qué otros motivos) pero mis libros se venden y se leen, lo que es más importante. Eso sí, en mi mercado natural, que es el de amazon.com, un mercado que abarca los Estados Unidos y los países de Sudamérica, excepto Brasil, que tiene su propia Amazon y el idioma es el portugués.

A veces me encuentro a lectores desconocidos que me dejan Mensajes Directos (MD) que es como se llama a los mensajes privados en Twitter, diciéndome que leyeron mis novelas, otras veces me dejan comentarios recomendando mis libros, la verdad, es muy satisfactorio encontrarse con estas sorpresas. En ocasiones veo imágenes o fanarts publicadas en mi time line (imágenes de mis libros creadas por lectores u otros escritores) que son una verdadera pasada.
Los que se quejan de no comprender Twitter es porque no se han dado a la tarea de seguir a otros, de promocionar a otros, de elaborar imágenes para otros para que de esta manera los tengan presentes y los seguidores de estos otros vean también sus libros. Una buena idea es seguir a los superventas, porque ellos tienen muchos seguidores que son lectores, que se convertirán en potenciales lectores de nuestros libros. Repito: Si nos limitamos a seguir a nuestro círculo de amigos, también reduciremos nuestro potencial de ventas.
Dejar un comentario acerca de cualquier tema, hacer un RT o dar un clic sobre el pequeño corazón que allí significa “Me gusta” hace la diferencia. Las personas tienden a agradecer los gestos amables, y generalmente son recíprocos. Claro, como en todas partes, también hay quienes solo se limitan a dejarse promocionar. Cuando esto ocurre y veo que no hay interés de parte del autor del libro que ayudo a promocionar, simplemente dejo de hacerlo, porque no veo por qué gastar mi tiempo en algo que no le interesa al propio autor.

Gran parte de mis seguidores son de Estados Unidos. Los norteamericanos son bastante más recíprocos que los latinos, y son inmediatos. Empecé a seguirlos y a promover sus libros mucho antes de publicar mi primer libro en inglés, “Waldek” (La búsqueda), de manera que cuando lo lancé ya tenía seguidores que me ayudaron a promocionarlo, y me consta que muchos de ellos lo compraron. Así mi novela logró llegar a 99 comentarios, algo muy difícil de conseguir en el mercado angloparlante. Eran más comentarios, pero Amazon borró unos tantos, no sé a cuenta de qué.

Cuando otros escritores me piden que ayude a promocionar sus libros yo lo hago encantada, siempre y cuando vea que el autor también está involucrado en el trabajo de promoción, de lo contrario dejo de hacerlo. La mayoría de las veces actúo por reciprocidad, y no me limito a hacer RT sino a copiar íntegro el aviso, incluyendo la imagen y tuitear por mi cuenta.

Algo que se debe tener presente son los horarios. Por aquí en América, cuando en España es mediodía, nosotros apenas estamos abriendo los ojos; son seis horas de diferencia. De manera que los de España raramente me verán a las 9 o 10 de la mañana. Yo empezaré a estar presente a partir del mediodía, esto cuando tengo tiempo, claro. Mi mejor hora es por las tardes, a partir de las 4 o 5 y de ahí en adelante, aunque no siempre puedo estar en Twitter, debe ser el motivo de que mis libros se vendan más en América. Por eso promociono libros de autores españoles por la mañana (para mí) y libros de angloparlantes por las tardes.

Eso sí, mis libros que están en Alemania, Francia y Reino Unido necesariamente los publicito primero, (en la mañana para mí, mediodía para ellos) porque raramente están en Twitter demasiado tarde, no así los españoles, que me consta que están presentes hasta altas horas de la noche.

Como ven, hay muchos aspectos a tomar en cuenta, pero una vez que se adquiere el hábito resulta muy fácil. Y, créanme, cuando dejo de estar presente en Twitter por varios días, se nota en las ventas.

¡Hasta la próxima, amigos!

lunes, 8 de julio de 2019

Aviso para los concursantes al Premio Literario Amazon 2019



Como miembro del jurado me veo en la necesidad de aclarar ciertos puntos a los escritores que me escriben para saber cómo se seleccionan las obras finalistas.
Según he dicho en entrevistas que he respondido al respecto, los cinco miembros del jurado no seleccionamos las obras finalistas. Es el patrocinador, en este caso, Amazon, el que hace la selección. ¿Basándose en qué parámetros? No lo sé, e ignoro si algún otro miembro del jurado lo sabe. Al igual que en todos los concursos, esa selección es secreta e inapelable (según bases de premios Planeta y Alfaguara) y supongo que el patrocinador está en su derecho de no aclarar en qué consiste la selección y cuáles son los parámetros para llevarla a cabo. En cambio, a favor de Amazon, debo decir que al menos ellos son honestos cuando ponen en las Bases: “El Patrocinador evaluará cada Libro en función de su viabilidad comercial, a su absoluta discreción, y elegirá a cinco finalistas”. Algo que los demás concursos no aclaran.
¿Qué haría yo si tuviera que elegir a los finalistas?
1. Me fijaría en el título.
2. Leería la sinopsis.
3. Las primeras páginas del libro me darán una idea de su calidad.
4. Creo que también me fijaría en el género para que cada año tenga oportunidad uno diferente.

Lo extraordinario de este año es que cualquiera de los finalistas tendrá la oportunidad de competir con los finalistas tanto de este concurso como del resto de concursos de KDP de otros idiomas y serán valorados por un panel ejecutivo de Amazon Prime Video sobre su potencial para ser adaptados a una producción audiovisual basándose en diversos criterios como: creatividad, originalidad, singularidad narrativa y público potencial. (Creo que estos mismos criterios son los que se aplican a las obras escritas).
Los miembros del jurado no nos ponemos en contacto entre nosotros para dilucidar o elegir al ganador. Al menos no es mi caso. Por naturaleza soy discreta y prefiero no verme involucrada en dimes y diretes, de manera que mi opinión de los cinco libros finalistas que leo, solo la sabrá Amazon. Algún que otro escritor me escribirá (siempre hay quienes intentan enterarse cómo va el asunto) preguntándome al respecto, y mi respuesta puede ser complaciente, diplomática o alentadora, pero eso no garantiza que esté diciendo lo que realmente pienso, por eso, por favor, les suplico: no lo hagan.
¿Pienso que hay otras novelas que debieron ser seleccionadas como finalistas? Obvio que sí. Creo que hay muchas novelas que quedan fuera, pero cuando los participantes suman miles es inevitable que suceda.
¿Por qué Amazon decidió que mi nombre figurase entre los miembros del jurado? No lo sé exactamente. Así como tampoco sé el motivo por el que eligió a los demás. Solo puedo suponer que lo hizo porque tal vez consideren que soy buena lectora debido a la cantidad y género de novelas que leo. (Ellos deben llevar un récord de todo).
Amigos, deseo lo mejor para los participantes y tengan la seguridad, eso sí, de que la opinión que emitiré de las novelas finalistas será sincera. No me dejo llevar por amiguismos o por presiones.
Blanca Miosi

jueves, 27 de junio de 2019

¿Qué es Ebrolis y por qué es importante para lectores y escritores?


Hace cuatro años recibí un correo de una página llamada Ebrolis. El aviso despertó mi curiosidad porque se hablaba de libros y cuando entré a la web me di con la sorpresa de que se trataba de recomendaciones de libros escogidos según el género que yo eligiera a unos precios tentadores.
Desde entonces recibo la newsletter  sin falta todas las semanas y en ocasiones he visto libros míos ofertados, lo cual me produce una gran alegría. Tengo varios grupos en Facebook, uno de ellos es de ebooks legales gratis, y suelo postear los libros que Ebrolis ofrece de manera gratuita, así como también otros libros que puedan ser de interés para mis seguidores a precios rebajados.


Creo que Ebrolis tiene una forma de negocio novedosa y atractiva, porque solo sugiere la lectura del género que me agrada, lo cual es un alivio como lectora, y como escritora encuentro la página como una gran ayuda y complemento promocional más allá del que Amazon o yo misma puedo ofrecer.  Por ahora los libros que ofrecen son de Amazon, Tagus, Apple, Google Play, Books, Barnes & Noble, Nook, Kobo, Smashwords, pero tengo entendido que están ampliando su oferta a Ibooks y tal vez a otras tiendas populares.
Con cuatro años de vida y 65.000 suscriptores veo a este grupo de jóvenes emprendedores mucho futuro, porque, además, cada cierto tiempo ofrecen un pack de libros que son toda una tentación por la forma en que se pueden comprar: “Descarga gratis o paga lo que quieras por este pack de 18 libros” que pueden ser de misterio, ciencia-ficción, thrillers, fantasía, histórica, o romántica, según sea el caso. ¿Quién puede resistirse a eso?
A los lectores les fascina, y a los escritores les conviene que sus libros sean leídos aunque sea a un bajo costo, porque lector ganado es lector que recomienda y que se puede volver un fan potencial.
Puedes darte de alta para recibir las recomendaciones de Ebrolis AQUÍ y para autores/editoriales, tienen la página www.ebrolis.com/autores.
¡Hasta la próxima, amigos!


lunes, 10 de junio de 2019

¡Finalmente! La presentación de la Trilogía EL MANUSCRITO



Finalmente tuve mi primera presentación de libros. ¡Y vaya que la disfruté!
Sentada frente a un numeroso público formado en su mayoría por personas dedicadas al mundo literario, me refiero a profesores de literatura, ensayistas, poetas, dramaturgos, expertos en historia universal y gente relacionada con la cultura, debo confesar que me sentí intimidada. Me consolé pensando que muchos de los presentes eran amigos y dejarían pasar cualquier tontería que yo dijese en relación con mis libros o el oficio de escribir, algo que para mí es natural, aunque vine a descubrirlo con relativa tardanza. Pero como dicen: “el tiempo de Dios es perfecto”. Es probable que si hubiera empezado antes habría estado condenada al fracaso.
Yioyana Ahumada, la periodista y ahora amiga, se sentó a mi izquierda en el pequeño sofá estilo Luis VI en donde antes había reposado mi antecesor, Álvaro Pérez Capiello, un reconocido escritor venezolano autor de la novela “Los dieciséis escalones”, porque fue una presentación por partida doble.  La seguridad de Yoyiana era incuestionable, es profesora de periodismo en la Universidad Central de Venezuela y reconocida en el ámbito cultural caraqueño; Lidia salas, la promotora del evento, a quien estaré eternamente agradecida, fue la que propició el que Ahumada fuera la encargada de la presentación de mi trilogía. Como decía, Yoyiana se sentó a mi lado y su presencia imponente me dio cierta seguridad, pues sentía que a su lado yo adquiría jerarquía. Sus palabras, inesperadas para mí, fueron un baño a mi ego. Y cuando digo esto lo digo en serio. Sé que en las presentaciones se suele poner en un alto sitial la obra del autor, pero Yioyana habló de mí, de cómo ella me percibía después de la entrevista que me hizo días antes. Luego habló de mi obra y es la parte que más disfruté, pues escuchar a alguien de su talla decir que mis libros no se podían dejar de leer, es el sueño de todo escritor. Se refirió a mí como un “fenómeno”, en el buen sentido, obviamente, y que yo tomé como halago. ¿Por qué un fenómeno? Tal vez porque no provengo del mundo literario y pese a ello mis libros se venden y se leen en todo el mundo, algo impensable para cualquier escritor que cumpla con todos los requisitos. Alabó mi condición de autopublicada y de cómo llevaba esa insignia con orgullo y promocionaba mis obras y las de otros escritores sin tapujos ni reticencias. Eso es cierto.
Maravillosa presentación, Yoyiana, fue toda una sorpresa. Después hablé yo, y lo que llevaba preparado por escrito ya en ese momento no cumplía con lo que deseaba expresar. Preferí improvisar tomando en cuenta sus palabras y me lancé al ruedo. Supongo que dije algunas tonterías que espero perdonen, pero eran las que el momento indicaba.

También agradezco de corazón a Mariela Mata Grossi, profesora de la Universidad Católica Andrés Bello quien leyó la trilogía y tuvo unas palabras de elogio para mi obra, y a Mireya Guerrero, auditora de profesión y experta petrolera así como una aguda lectora. Habló de la trilogía El manuscrito de una manera apasionada. Mi más profundo agradecimiento, sé que ambas leyeron mis libros porque lo desearon, no tuve que imponerles nada, y eso es muy valioso para mí. Como dije en la presentación: prefiero que otros hablen de mí y de mis libros, hacerlo yo sería absurdo.
Desde aquí agradezco a Edgar Vidaurre Miranda, presidente del Círculo de Escritores de Venezuela, a Carmen Cristina Wolf y muy especialmente a Lidia Salas, y a todos los asistentes a un evento que siempre guardaré en mi memoria.

¿Deseas ver la presentación? Aquí: https://youtu.be/76uAsIvJjNo

La trilogía EL MANUSCRITO:

EL SECRETO http://viewbook.at/ElSecreto   
EL COLECCIONISTA  http://viewbook.at/Coleccionista   
EL RETORNO http://viewbook.at/Elretorno   

martes, 28 de mayo de 2019

¿Te preocupan los comentarios negativos?

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J. D. Salinger, ante su obra "El guardián entre el centeno", uno de los escritores más enigmáticos del siglo XX. Le bastó una sola obra para ser idolatrado.
Ser escritor es someterse al escrutinio público. No solo de los lectores sino de las personas a las que un escritor no les cae bien aunque no hayan leído una página de algún libro de su autoría. Antes no existían las redes sociales y no enterarse de la opinión de los lectores concedía cierta tranquilidad a cualquier escritor publicado. Ignorar qué pensaban los lectores hacía la vida más sencilla de cualquier escritor, quienes temían, eso sí, la opinión de los críticos literarios, capaces de situar un libro en las estrellas o hundirlo en el olvido. Hoy en día con el advenimiento de Internet y el acceso a las redes sociales es posible que la opinión de los lectores llegue directamente al autor, antes un ser inaccesible, impenetrable y en nuestra imaginación de lectores situado en algún lugar mágico en el que se encerraba a crear sus obras, los imaginábamos como seres tortuosos, con un cigarrillo entre los dedos o varias botellas de algún líquido espirituoso vacías a su alrededor escribiendo día y noche. Se tejían en su entorno una serie de leyendas que aupaban el misterio ya de por sí endilgado a la dama en cuestión, como fue el caso de Agatha Christie o Amandine Aurore Lucile Dupin, de seudónimo George Sands, la escritora francesa amante de Chopin, o las leyendas misteriosas que se crearon alrededor de Edgar Allan Poe y la vida de Oscar Wilde.

En la actualidad la idea que se tiene de un escritor es absolutamente diferente. Son personas accesibles, en muchos casos bastante normales, aunque también existen los que se crean un aura de relativo misterio o de viajeros empedernidos o los que prefieren permanecer ocultos al público y no tienen cuenta en ninguna red social, o escriben bajo seudónimos —en algunos casos varios—, porque prefieren su intimidad o porque temen que lo que escriben pueda marcarlos de alguna manera nefasta en su vida cotidiana.

El asunto es que cualquier novela que se publique o autopublique terminará vendiéndose en alguna plataforma digital en donde se alienta al lector a dejar comentarios. Igual sucede en sitios como Twitter, Instagram, Linkedin y en especial en Facebook, en los grupos de lectores y escritores en donde gente que lee y también la que no lee opina públicamente de la obra de cualquier escritor, trátese de García Márquez, Faulkner, Hemingway, Proust, Cervantes, Coelho como también de cualquier escritor autopublicado.

Estoy segura de que a un Dan Brown le importa menos una crítica negativa que a cualquier escritor independiente por la sencilla razón de que los últimos están más expuestos y son más frágiles. Pero no debe ser razón para rechazar cualquier crítica negativa. Cada persona es un mundo, y acabo de ver en un hilo en Facebook con más de trescientos comentarios que a unos les encantaba El Quijote, La divina comedia, Cien años de soledad y Las Uvas de la ira mientras otros denostaban enérgicamente de ellas. Tenemos la suerte de que exista tanta diversidad; unos dicen que Rayuela es una maravilla y otros que no llegaron a la tercera página, mientras que El hombre de la rosa era odiado y amado con igual intensidad por casi la misma cantidad de lectores. No se puede complacer a todo el mundo. Así como existen diversidad de escritores la hay de lectores. No podemos desanimarnos porque un lector deja un comentario negativo, claro, los escritores preferiríamos que si es negativo fuese lo más delicado y educado posible, pero los lectores simplemente escriben lo que piensan o lo que sintieron al leer un libro así como nosotros pensamos y sentimos al escribirlo.

Cada escritor especulará que su obra es mejor que la de cualquier otro, y se sentirá ofendido si alguien se atreve a decir que su obra es un bodrio. Pero esa misma obra para otro lector puede ser sublime. Comprobado en el debate al que me referí líneas arriba en el que escritores famosos sufrieron el escarnio público de sus obras más galardonadas. Así como hay escritores incultos, necios, soeces, ignorantes, cretinos, tercos, obtusos, fanáticos religiosos, ateos, sabios, científicos, brillantes, genios, aventureros, misteriosos…, también hay lectores incultos, necios, soeces, ignorantes, cretinos, tercos, obtusos, fanáticos religiosos, ateos, sabios, científicos, brillantes, genios, aventureros, misteriosos… No debería preocuparnos la diversidad en los comentarios sino el contenido de nuestro libro. Contra la opinión pública no podemos hacer nada. Está fuera de nuestro alcance, enfoquémonos en lo que sí podemos cambiar.

¡Hasta la próxima, amigos!

miércoles, 15 de mayo de 2019

Atila, el azote de Dios, de William Dietrich - Reseña

Resultado de imagen para atila el azote de diosAtila, el azote de Dios, de William Dietrich, un escritor norteamericano, historiador, periodista, y ganador del Premio Pulitzer.

Me llamó la atención el título: Atila. ¿Quién no ha escuchado: «Cuando las hordas de Atila pasaban, nunca más volvía a crecer la yerba», o algunos refranes refiriéndose al aludido, la mayoría de las veces de manera despectiva, o en el mejor de los casos como ejemplo de destrucción? La curiosidad que este personaje me despertaba me llevó a tomar el libro de la estantería, y ahora, después de llegar a la última página sé que no me ha defraudado.
La época del rey de los hunos, Atila, se establece en 449 d. C., en las postrimerías del Imperio romano, dividido en el Imperio romano de Occidente, gobernado por Valentiniano III, y en el Imperio romano de Oriente, cuya cabeza principal era Teodocio II, quien gobernaba desde la ciudad de Constantinopla.

Atila poseía el ejército más numeroso para su época; no todos eran hunos: estaba conformado por sus aliados bárbaros: ostrogodos, gépidos, rugianos, escirios, turingios, vándalos (pueblos bárbaros procedentes de Escandinavia), refugiados bagaudas de la Galia, y guerreros de más allá del Báltico. Arrasaban con todo lo que encontraran a su paso. Pero Atila quería apoderarse de Roma. Ustedes saben que en la historia de Roma siempre existieron las componendas, las luchas intestinas por el poder, y ese fue uno de los motivos que desencadenaron esta parte de la historia. La hermana del emperador Valentiniano, Honoria, envió un emisario a Atila para que la rescatase de la prisión a la que la había sometido su hermano. El rey de los hunos sería emperador de Roma si acababa con el ejército romano y se casaba con ella. ¿Cómo resistirse ante semejante oferta? Así pues, las hordas de Atila empezaban a acercarse a Occidente cuando el general Aecio, considerado por algunos historiadores como el «Último de los Romanos», logra reunir a los pueblos bárbaros (que también los había del otro lado) y convence a Teodorico, el rey de los visigodos, para unírsele, sabiendo que si lo hacía, las demás tribus que permanecían neutrales, también lo harían.

El ejército conformado por los romanos resultó pues, en una pléyade de aliados de toda índole, casi tan parecida a las que formaban las hordas de Atila, con la diferencia de cierta disciplina remanente, inculcada a través de los siglos. Se libra entonces una de las batallas más impresionantes de la historia: la del Pueblo del Alba, como llamaba Atila a su ejército, contra las legiones de Roma, reforzadas por los alanos, francos, borgoñones, olibriones (veteranos romanos), astrogodos, francos sálicos, sajones del norte, armoricanos , arqueros sármatas, honderos sirios y africanos, y los visigodos, unos de los combatientes más rudos y temibles, en una confrontación bélica que se llamó «La batalla de las naciones».

El que Atila lograra cohesionar a los aliados de Roma resulta paradójico, pues el ejército disciplinado e invencible; las famosas legiones romanas, se encontraban en franca decadencia, y por sí solas hubiesen sido incapaces de contener las ansias de poder del rey de los hunos. En el 451 d. C., en la Batalla de las Naciones, o la batalla de los Campos Cataláunicos como se la recuerda hoy en día, que, según los historiadores se cree, ocurrió en las inmediaciones de la actual Troyes, en el nordeste de Francia, finalmente salieron vencedores los romanos. Sin embargo, otro hecho paradójico como resultado de esta victoria, es que el general Aecio, fue acusado por su emperador de dejar escapar a Atila. 

¿Cuáles serían sus motivos? Sin Atila, el ejército romano no tendría razón de seguir existiendo, ya que cada vez era más costoso su mantenimiento en un decadente Imperio romano. Valentiniano III asesinó al Último de los Romanos, como agradecimiento de haber salvado Roma de los hunos.

Atila se retiró con sus huestes a Oriente, para al año siguiente invadir el norte de Italia con un diezmado ejército, en un intento de recuperar su maltrecha reputación, sin embargo, fue vencido por la peste y las hambrunas que asolaban la región. Muere un año después, en el 453 a. C., según la leyenda: ahogado en su propia sangre, debido a una hemorragia nasal mientras dormía en estado de embriaguez, la noche de bodas con su nueva esposa. Pero esto forma parte del anecdotario popular, pues al no poseer escritura, son muchos los detalles perdidos.

La historia que ha llegado hasta nosotros es la que cuenta la parte romana. Y es lo más relevante de la novela, pues William Dietrich ha sabido recrear los momentos históricos de los verdaderos protagonistas, cubriendo los grandes huecos con escenas lógicas, que bien pudieron suceder en los escenarios reales.

Atila, el azote de Dios, no es un libro de historia, es una novela con datos verídicos, con una trama interesante que se desenvuelve en un argumento apasionante.

William Dietrich es autor de El muro de Adriano, otra gran obra que pienso leer apenas la encuentre. Otras obras: El Reich de hielo, Las pirámides de Napoléon.