martes, 3 de marzo de 2020

Lo bueno y lo malo del blog y el Facebook

Hace un tiempo hice una entrada similar, pero apenas empezaba mi experiencia “bloggera”.  Hoy algunas de esas ideas persisten, otras han cambiado de manera radical y puedo decir que tener un blog más que un sitio para autopromocionarme, como en un comienzo me pareció que debería ser, es hoy por hoy un agradable lugar de encuentro entre amigos que a lo largo de estos años se han convertido en visitantes frecuentes.  También es cierto que a muchos me los vuelvo a encontrar en Facebook, y no les queda más remedio que leer mi última entrada al blog a través de ese portal. 

¿Cuál es la diferencia entre un blog y Facebook?

Creo que la inmediatez.  Esto como primer punto; cuando estás escribiendo un comentario en Facebook salta una ventanilla emergente diciéndote: «Fulano ha dejado un comentario en tu muro». Muro es el lugar donde aparece nuestra foto, (generalmente la mejor que encontramos en el archivo para que los demás mueran de envidia) y algunos datos personales, aunque hay quienes gustan colocar hasta de qué murió su último cachorro.  O también puede que mientras estás leyendo un comentario en el muro de otra persona vuelva a salir la susodicha ventanilla y te diga: «A fulano le gusta lo que pusiste y tal…»

También tiene algunos inconvenientes: Que puedan dejar vídeos o enlaces que no tienen nada que ver con la línea que acostumbras tratar, en mi caso el de la literatura.  ¿Qué me podría importar cómo se cocinó el sancocho de Pepa la gorda?  Y más cuando te inundan de fotos de gente que ni conoces ni quisieras conocer.  Claro que hay excepciones, hay amigos cuyos muros son deliciosos porque siempre encuentras un buen chiste, de esos que te alegran el día.  O un vídeo de una ópera que hacía tiempo no escuchabas, o alguna noticia relacionada con algo que te interese.

El blog, por otro lado, podría decir que es más personal.  Es como más intimista. Claro que según la RAE significa: 2. adj. Dicho de un escritor: Que expresa literariamente rasgos, emociones, situaciones, etc., de la vida íntima o familiar. U. t. c. s. No es de esas intimidades de con quién pasaste la noche del último sábado, o en qué pensabas mientras hacías el amor con tu mujer. No, no, no NO.  Cuando hablo de intimidad me refiero a íntimo. Aunque en Cuba, según la RAE signifique en su quinta acepción: compresa higiénica; estos de la Real Academia le quitan la inspiración a cualquiera, sinceramente.

Y los blogs que me agradan son los que cuentan algo interesante, los que no son repetitivos, los que me enseñan, me informan, y no se limitan al autobombo.  Claro que siendo un lugar de promoción es lógico que de vez en cuando aparezca una gran noticia de algún logro,  pero básicamente va mezclada con un tema que acompaña, que compagina perfectamente con la noticia.  Un ejemplo: me gusta el blog de Blas Malo, no sé cómo lo hace, pero siempre sus entradas son aleccionadoras, aunque al final se trate de que terminó un nuevo capítulo de la reciente novela que está escribiendo.

También me gustan los blogs que cuentan experiencias literarias, los que me hablan de libros sin catalogarlos para dejarme la opción de opinar por mí misma si es bueno o es malo.  Los blogs en los que de vez en cuando pueda leer algo que escribió el autor, es decir, el propietario del blog, para hacerme una idea de quién es, cuál es su estilo…

Los que menos me gustan son los que son de fondo negro.  ¡Y las letras son rojas o moradas!  No puedo leer nada.  Será muy misterioso, tendrá el ambiente de ultratumba que se le quiere dar, pero en la práctica es sumamente cansado leer sobre negro.  ¿Y qué me dicen de aquellos donde la entrada dura cuatro o cinco semanas?  ¡Así no se puede!  ¿O los que tienen tantas en un día que no hay tiempo suficiente para leer todo?  «Ni tan calvo ni con dos pelucas», como dicen por aquí.
Hay ciertos blogs especializados.  Me refiero a los que hablan de Historia.  Son mis preferidos.  ¡De las cosas que una se entera! Son inspiradores y algunas de mis novelas surgieron de estos blogs que se dan a la tarea de culturizarnos, de meternos en  los momentos vividos por los antiguos habitantes del Mundo.

Con respecto a los comentarios,  hay de todo.  Unos cuyo valor es tal que hasta se podrían enmarcar y colgarlos como recordatorio.  Otros que son por cumplir, como decir: «ya pasé, espero tu visita».  En esto soy sincera, no acostumbro pasar de visita.  Si el tema me interesa de verdad, dejo un mensaje acorde a lo que espera de mí el autor de la entrada.  Reconozco que de vez en cuando paso por amistad, por no dejar, y mando un saludo, ¡qué se va hacer, una no es perfecta!, pero prefiero dejar un comentario adecuado al tema.

Y bueno, creo que es todo por hoy.  Que también iba a decir que las entradas largas en extremo, cansan. Y es lo que menos pretendo hacer.

B. Miosi