Existen muchos lectores y
escritores confundidos cuando en alguna conversación se menciona a Amazon, sobre
todo en una sociedad tan limitada en alcances tecnológicos como la
venezolana pues tenemos más de una década de restricciones en el uso de divisas
extranjeras, lo que hace imposible la compra por Internet, que es en la que se
basan los métodos de lectura y publicación digitales.
La gente aquí conoce Amazon,
claro que sí. Pero la conoce porque compraba todo tipo de mercancía; libros,
incluso. Pero la mayoría de escritores no sabe que en esa plataforma puede publicar sus libros gratis a través del sistema Kindle Direct Puiblishing o KDP
como se lo conoce en el argot de escritores. Algunos tienen una vaga idea de
qué se trata, pero la información que les llega es sesgada, dando como
resultado que nos miren como una “subespecie”: escritores que al no tener otra
opción para ser publicados recurrieron a Amazon. Y no es así. Al menos no en mi
caso. Fui publicada sin ningún contratiempo por editoriales de prestigio pero decidí
hacerlo por Amazon por mi cuenta.
¿Fue porque mis libros no
tuvieron acogida? ¿Por qué eran muy malos? ¿Por qué no se vendían? No.
Si así hubiese sido mis libros La
búsqueda y El legado todavía podrían encontrarse en las librerías y la realidad
es que están agotados. Me consta que se vendían a través de cadenas de
librerías en Argentina, Uruguay, México, Colombia, Perú… pero una vez agotados
los ejemplares no había reposición. Y si se buscaban en España, el país donde
fueron editados, ocurría igual. No tuvieron la oportunidad de una segunda
edición, no porque fuesen muy malos, es porque las editoriales están saturadas
de nuevos lanzamientos y no se dan el tiempo necesario para promocionar los
libros y esperar los resultados. Si un libro no se convierte en la primera
semana de lanzamiento en un boom corren a buscar a otro que sí parece tener las
cualidades de convertirse en el próximo gran bestseller.
Cuando los publiqué en Amazon
empezaron a venderse por miles, tanto en formato digital como en papel. Aquí
debo aclarar algo: Los autores que publicamos a través de KDP podemos vender
nuestros libros en formato digital y también en papel, como cualquier escritor
publicado por editorial. Y también en audible, como la mayoría de mis libros.
Lo aclaro para quienes piensan que solo publicamos libros digitales.
¿Cuánto cuesta publicar en
Amazon?
La publicación es gratis. Sea en
papel o digital. Amazon cobra por la venta de cada libro como lo haría
cualquier editorial, la diferencia consiste en los porcentajes:
Una editorial paga al autor entre
un 8% a un 12% (en el mejor de los casos) por la venta de cada libro.
Amazon paga el 70% si el libro es
digital y está arriba de US$ 2.99 como precio de venta al público, y el 30% si
el libro digital está por debajo de ese precio. En cualquier caso la ganancia
que se lleva el autor es mucho mejor comparada con la publicación a través de
editoriales.
Por eso me asombra saber que
todavía existen “editoriales” de autopublicación y me asombra más saber que hay
escritores que pagan para ser publicados. Creo que los motivos son engañosos,
pues piensan que la editorial de autopublicación correrá con todos los gastos
de presentación, promoción y demás ofertas que hacen para captar al escritor y
a la larga eso se diluye en nada; promoción cero y lo más importante: la
edición absolutamente nula. He leído libros con fallas ortográficas y de
estructura que dan vergüenza.
Cuando voy a reuniones de
escritores aquí en Caracas que es donde resido y se enteran de que publico en
Amazon, capto miradas de conmiseración. Y si se enteran de que soy una de las
escritoras que más vende en Amazon muestran un gesto de amable comprensión. “Ah,
claro, en Amazon”, sin saber que mis libros se leen en todo el mundo en varios
idiomas y no solo en digital; también en papel y en audible.
¿Por qué el rechazo a los escritores
que, como yo, son independientes? Por ignorancia. Para el mundo intelectual ser
independiente es sinónimo de fracasado. Es no haber sido aceptado por ninguna
editorial y tomar el camino de la autopublicación como último recurso porque no
queda otro camino. ¡Qué equivocados están! Y me encanta bajarlos de su pedestal
cuando les digo que he publicado y, de hecho, sigo haciéndolo a través de
prestigiosas editoriales, porque ser independiente es eso: poder escoger con
quién publicar y en qué términos, pues somos nuestros propios agentes
literarios y elegimos lo que más nos conviene.
Autopublicar en Amazon no es
motivo de vergüenza. Si se hace por las razones correctas es motivo de orgullo;
nuestros libros llegan a rincones de la Tierra a los que jamás los llevaría una editorial y ganamos mucho más que con ellas, eso está clarísimo, sin
embargo hay críticos de esta forma de publicación y sus razones son valederas:
al tener la facilidad de publicar se lanzan al mercado libros sin corregir y en
muchos casos mucha basura. Y tienen razón. Pero todo tiene su público. El
lector acostumbrado a buenos libros desechará los malos, así de simple. En esto
rara vez hay segundas oportunidades. Si un escritor por el apuro de ver su obra
publicada pasó por alto la corrección ortotipográfica y de estilo tan necesaria
para el estándar al que están acostumbrados los consumidores de libros, tendrá
como consecuencia el ser borrado de la preferencia de los lectores aunque ponga
en letras grandes: “Edición corregida”. Nadie lee un libro por segunda vez para
verificar las correcciones, a menos que tenga alguna afinidad directa con el
escritor.
El escritor independiente es
libre de escoger en qué plataforma desea publicar. Hoy en día hay muchas además
de Amazon, que es la más importante:
¡Hasta la próxima, amigos!