sábado, 30 de enero de 2016

La Hora 25, C. Virgil Gheorghiu - Reseña

Para las personas que han leído mis libros o las que me conocen no es un secreto que una de las etapas de la historia que me interesa, tanto por motivos personales, como por los literarios, es la Segunda Guerra Mundial. Encontré este libro en una librería de viejo hace ya algunos años y no lo había leído por la cantidad de tareas que desde hace algún tiempo rodea mi vida. De pronto vi el lomo rojo y negro sobresaliendo entre la multitud de libros de la estantería y lo recordé.

Trata de un joven campesino y jornalero rumano de  pobreza extrema que se ganaba la vida haciendo trabajos extra para el sacerdote del pueblo donde vivía. Tenía todas las intenciones de viajar a América, no porque supiera que existía las posibilidades de una guerra, pues él vivía ajeno a todo; Johann Moritz era un hombre de una inocencia exasperante, como supongo deben serlo quienes viven sus vidas ajenos a cuanto ocurre fuera de su entorno. Sus planes para marcharse a América al día siguiente se ven interrumpidos la víspera, cuando esa noche, al despedirse de su novia, el padre se entera de que ella no está en casa. Johann se hace cargo de la situación y a partir de allí empieza su tragedia.

Después del matrimonio él olvida sus planes de viaje y procura una vida decente para su familia, y hasta cierto punto lleva una vida feliz con su mujer Suzanne y sus dos hijos, pero un gendarme interesado en ella lo denuncia ante las autoridades como judío. Corre el año 1938, Johann no es judío, sin embargo nadie hace caso de sus reclamos y es encerrado con unos razonamientos dignos de un hospital psiquiátrico. Y es así como se ve la historia: un enorme campo de locos en los que cada cual toma decisiones sin pies ni cabeza con el afán de salvar su pellejo de algún mal mayor, o por la respuesta poco creativa: "estoy cumpliendo órdenes". Así pues, Johann pasa por muchos campos de concentración hasta que un día de manera fortuita se topa con un especialista nazi en reconocer a simple vista los rasgos insuperables de la tan renombrada raza pura aria. Con argumentos igualmente patéticos como todo lo que transcurre en la novela logra convencerlos de que se encuentran ante un ejemplar absolutamente ario y Johann deja de ser un prisionero judío para transformarse en un soldado nazi encargado de vigilar a los prisioneros en un campo de concentración, con tan mala suerte que cuando al final de la guerra llegan los rusos lo toman por nazi y lo encarcelan de nuevo. Su vida se sucede en prisión sin haber tenido culpa de nada durante trece años. Demasiados, si tomamos en cuenta que la II Guerra duró cuatro años.

La historia que contiene datos autobiográficos del autor, Virgil Gheorghiu, probablemente por la experiencia adquirida como secretario del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rumania, cobra mayor valor si se quiere, desde esa perspectiva. Vio cómo la vida era difícil en una época donde era fácil caer en manos de cualquier enemigo, sean estos bolcheviques, aliados o neutrales. En situaciones así las diferencias de clase no existen, simplemente se es un ser humano desnudo ante cualquier tipo de injusticia. El libro tiene una parte retórica sobresaliente que se aleja de los pensamientos elementales de su protagonista, y es la que va transcribiendo otro de los personajes, uno que desea ser escritor: transforma los pensamientos de Johann Moritz en palabras sublimes, pues todo lo que separa a un inculto campesino de un pensador es la manera de expresarse.

El argumento es tan brillante que mereció ser llevado a la pantalla por Carlo Ponti. Antony Queen encarnó al campesino Johann Moritz.  Virgil Gheorghiu, el autor, en la vida real, fue detenido por las tropas americanas al final de la guerra y se radicó finalmente en Francia, en donde surgió un escándalo al salir a la luz un libro publicado por él con anterioridad: "Ard malurile Nistrului", en el que atacaba a los judíos y alababa a las tropas de Hitler.

Para cualquiera que haya pasado por la tragedia de aquella época y sea judío, la obra de Gheorghiu es inverosímil. Un judío nunca tuvo posibilidades de sobrevivir durante tanto tiempo en las condiciones que se cuenta en la novela. Eso lo sé por fuentes fidedignas. Es verdad que hubo muchos sobrevivientes, pero ninguno de la manera como se describe en La hora 25. Con todo, y dada la capacidad imaginativa del autor, vale la pena leer el libro, en el que lo más sobresaliente son los pensamientos del escritor vertidos a través de los escritos de Traian, el hijo del sacerdote Koruga.

¡Hasta la próxima, amigos!


viernes, 29 de enero de 2016

¿Cómo promocionar el interior de tu libro publicado en Amazon?

¡Una nueva aplicación de Amazon!

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¡Hasta la próxima, amigos!

martes, 26 de enero de 2016

¿Existe un secreto para ser un bestseller?

Algunos amigos me escriben para preguntarme cómo hago para que los libros que publico lleguen al top 100 de Amazon.
Les diré que no soy la única. Hay muchos escritores que logran situarse más rápido que yo en las listas de los más vendidos. Un ejemplo de ello es Mario Escobar, Kristel Raltson, Enrique Laso, Sophie Saint Rose, Pilar Lepe, Mercedes Pinto, José Vicente Alfaro, (siempre quedarán por fuera muchos, pero no tengo capacidad para recordar a todos) entre los que más conocemos, sin dejar por fuera a otros autores que permanecen largo tiempo en las listas como Antonia Corrales, Marcos Chicot o Fernando Gamboa, solo por poner unos ejemplos.
Si hay algo que sobresale entre los que he nombrado es la cantidad de libros que han escrito. Casi todos tienen más de cuatro libros publicados y la mayoría de ellos exitosos, salvo alguna excepción. Pero ustedes dirán: Lo que vale es la calidad, no la cantidad. Y estoy de acuerdo. Pero viéndolo desde el punto de vista de mercadeo, y de eso se trata este tema porque si están interesados en llegar al top 100 es porque deben vender muchos libros, lo básico es, en primer lugar, tener un público cautivo y eso se logra teniendo varios libros publicados.
Esto también tiene sus bemoles. Para lograr un público cautivo en principio se debe tener al menos una buena novela. Una que haya sido leída tanto como para que los lectores se pasen la voz y la recomienden. ¿Y cómo se logra esto?
Ya ven ustedes que no solo se trata de llegar al top 100 con relativa facilidad, que también se puede lograr de manera efímera con el Kindle Flash. Se trata de escribir un buen libro. Habrá muchos que digan: “Blanca Miosi es una escritora light. Sus novelas no tienen mayor profundidad, no sé cómo pueden comprar unos libros tan simples”.

(Me pongo como ejemplo para no herir susceptibilidades).  Y es posible que tengan razón, hasta podría decir que estoy de acuerdo. No pretendo con mis libros cambiar el mundo, ni la manera de pensar o de leer. Simplemente escribo lo que me gusta y elijo los temas que me parecen podrían interesar a las personas. Trato en lo posible de no verter en las líneas de mis novelas partes autobiográficas ni mis íntimos pensamientos porque sé que a nadie le podría interesar. Prefiero que cada personaje tenga sus propias peculiaridades. Y ante todo, trato de no aburrir.

Cuando veo que una parte es repetitiva o estoy tratando un tema haciéndolo demasiado largo y confuso, lo elimino. Generalmente una novela que podría terminar en unas 300 páginas, la recorto hasta dejarla en 250. Digo muchas cosas en pocas palabras porque respeto el tiempo y la paciencia de los lectores y trato de dar menos importancia a las largas descripciones paisajísticas porque generalmente no aportan nada a la trama. Claro que es importante situar en escena a los personajes, pero solo lo necesario, al menos hasta ahora nadie se ha quejado en los comentarios de no saber en dónde se encuentran.



A veces empiezo una novela con toda la voluntad de leerla, pero al cabo de cuatro páginas llenas de descripciones la dejo de lado porque me aburre. Por eso procuro no cometer ese error. Creo que la finalidad del escritor que desea ser leído es agarrar al lector y no soltarlo hasta la última página, y es algo que generalmente no se aprende, es innato. Un buen conversador es generalmente un buen escritor.  Si una persona es aburrida es más probable que lo que escriba también lo sea.
También hay lectores para todo tipo de escritura, hay que decirlo. Hay quienes buscan historias con finales felices (son las que más se venden), y hay quienes prefieren novelas de terror o misterio. Yo escribo de todo, no por una cuestión de marketing, lo hago porque también leo de todo y me gusta escribir un amplio espectro de temas, en ese sentido reconozco que en la variedad está el gusto y no critico a los lectores que no leen lo que escribo; yo misma soy lectora y elijo lo que más me gusta.
Así que para los escritores que constantemente preguntan ¿qué hago para vender mis libros? O ¿Cómo puedo llegar al top 100? Ya lo saben: Escriban una buena historia y procuren no aburrir a sus lectores. Eviten rellenar páginas sin más sentido que la autocomplacencia. Y escriban, sobre todo eso, cuanto más lo hagan, más aprenderán y más libros tendrán para ofrecer. Por último les recuerdo: ¿Cuál es la finalidad de una novela?
Entretener. Así de simple.


Ahora me despido para no aburrirlos, ¡hasta la próxima, amigos!

domingo, 10 de enero de 2016

¿Por qué escribí EL PACTO?


La verdad, no creo que a alguien le interese qué motivos tuve para escribir esta o cualquiera de mis novelas. Cada cual sabrá sus motivos y a los lectores no tiene por qué importarles, pero viéndolo desde el punto de vista promocional, tal vez sea bueno hacer lo que muchos escritores acostumbran: dar sus razones o explicar qué los llevó a tratar un tema.

Mi última novela "El pacto" es romántica. No es una novela romántica al uso, me refiero a que la heroína no es de las que se muerden constantemente los labios o lloran a lágrima tendida porque  su vida no es un mar de felicidad. No. He querido distanciarme de ese tipo de heroína, de esa mujer débil pero hermosa, a la que los hombres rinden pleitesía.

Margaret es una mujer madura. Tuvo una infancia difícil pero ella lo toma como un mundo que le enseñó a vivir, no apela a la lástima de los demás ni se queja de su suerte. Se prostituyó para obtener lo que necesitaba y después se casó. Pero en su vida de meretriz aprendió mucho. Secretos que los pondrá en uso en su trato con los hombres.

Ella no es una mujer que se arrepienta de su pasado, se siente orgullosa de él, y de lo que ha logrado. Tampoco es una intelectual o hace gala de inteligencia, simplemente se dedica a vivir la vida como viene hasta que un día descubre que no todo es tan sencillo como ella creía.

El erotismo en la novela es suave, procuro no ser explícita cuando escribo de sexo, porque creo que el lector atento sabrá ir más allá de lo que se insinúa. Pero también, más allá de lo que está escrito en la novela, la pregunta que planteo es: ¿acaso todo en la vida tiene un precio? ¿No se puede vivir plenamente sin cargos de conciencia? ¿Por qué pensamos que todo en la vida se paga?

Tal vez este libro dé algunas respuestas. Tal vez no. Habría que leerlo para saberlo.


¿Con Dios o con el diablo? EL PACTO http://relinks.me/B019YUI60M  Margaret, una mujer con suerte.