domingo, 7 de septiembre de 2014

"Ahora sí me siento escritor" ¿Firmaste con una editorial?

Los escritores estamos viviendo una época que será recordada en los próximos años como el boom de los independientes, o el de la Generación Kindle, si prefieren identificarla con la marca que fue la pionera.  Recuerdo que hace un par de años se dio una discusión acerca de quién había inventado el nombre. Que yo recuerde surgió de una conversación que tuvimos por Twitter varios escritores, y fue Esteban Navarro quien acuñó el nombre. Esteban es un exitoso escritor con varias novelas publicadas. Empezó autoeditando en Amazon y fue seleccionado por una editorial, así como viene ocurriendo desde que esta plataforma se convirtió en terreno fértil para los cazatalentos.

Al principio el reclutamiento de los autores que figuraban en las listas de los más vendidos fue copioso. Algunos de ellos siguieron destacando y otros desaparecieron de Amazon pero al menos tuvieron el privilegio de haber sido fichados por una editorial.  Después las editoriales se volvieron más selectivas; solo fichaban a los que consideraban podrían convertirse en unos verdaderos bestsellers.

No sé si todos estarán satisfechos del paso que dieron, me consta que algunos escritores no obtuvieron lo que deseaban o lo que esperaban, es decir, dejar de promocionar sus libros para dedicarse en exclusiva a escribir, pero en el fondo creo que firmar con una editorial les supuso una reafirmación como escritores.

Pero los tiempos en esta época tecnológica son cortos, al menos es la sensación que tengo. Todo ocurre demasiado rápido y cuando menos lo esperamos ya las cosas han cambiado. ¿Por qué lo digo? Porque hoy en día decir que si no se firma con una editorial no se es un escritor “de los de verdad” podría oírse petulante. Hay buenos escritores que por motivos de mercadeo no son captados por las editoriales, que en su mayoría trabajan más como una empresa que como un apoyo al escritor. Sé de muchos autores que no tienen un ápice de talento y publican bajo sellos editoriales, pero escriben historietas que le gusta leer a la masa.  Y otros que escriben como los dioses y sus libros no son tomados en cuenta porque precisamente son demasiado buenos. Y ya sabemos cómo es el lector promedio, de otra forma no se explicaría cómo es posible que por ejemplo, en una feria de libros, los clientes (no voy a llamarlos lectores) hagan filas interminables para obtener una firma de un personaje de farándula.

Escribo este artículo porque leí con tristeza cómo un autor se autocalificada “ahora sí” como escritor después de haber firmado contrato con una editorial.  No es la mejor manera de empezar, pero no voy a echar por tierra sus expectativas, cada quién tiene el derecho de pasar por sus propias experiencias así como lo hicimos todos. Y conste que no lo digo porque no publico por editorial, que sí lo hago. Es más, empecé publicando por editoriales. Hoy me encuentro cómoda tal como estoy, en ambos mundos, y me siento orgullosa de ser autoeditada. Sé que nadie moverá mis libros mejor que yo. Si algo hemos aprendido los escritores es que nuestro trabajo no termina al poner la última letra en un manuscrito, y eso nos ha hecho fuertes, hemos aprendido mucho y comprendemos mejor a los lectores y el mercado.

Así que aquellos que no han obtenido un contrato editorial no se desanimen, ¡son libres! No siempre perder la libertad es la mejor opción.

¡Hasta la próxima, amigos!
Blanca Miosi



14 comentarios:

  1. Siempre y con certeza sabes poner el dedo en la llaga y el punto sobre la i, querida Blanca. Te felicito por el contenido de un post cargado de razón.

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    1. Gracias, José Luis, tú mejor que nadie sabes a qué me refiero.

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  2. Pues yo veo las cosas en forma muy simple: me sentí escritora desde que a la gente empezó a gustarle lo que escribo (y me refiero a gente con cultura literaria), y me sentí escritora profesional desde que logré vender algo de lo que escribo. Y punto. Lo demás es accesorio :-)

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    1. Tienes razón, cada persona tiene la percepción de cuándo debe llamarse escritora. Es la realidad.

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    2. No hay mejor respuesta que esa.

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  3. Menuda tontería eso de creerse escritor por firmar un contrato con una editorial, Blanca. Desde mi punto de vista, solo debería considerarse escritor quien se dedique a ello de modo profesional, es decir, que vida del dinero que gana por vender sus libros. El soporte y el modo de comercializarlos es lo de menos; lo importante es que consideres la escritura tu trabajo y, como tal, ese trabajo te reporte beneficios económicos para sostener tu vida. En mi caso, con dos novelas publicadas por editorial y una obra de teatro recién finalizada, no me considero escritora, sino periodista. Sencillamente, porque estudié Periodismo y pago mis facturas con el dinero obtenido de escribir y/o corregir textos variopintos, desde artículos periodísticos a manuales y memorias de empresa. Mis novelas, de momento, solo han servido para ayudarme un poco en este tiempo de crisis, pero no para vivir. Ya me gustaría, sinceramente. Iluso el que se crea que porque una editorial le publique, ya es escritor. Lo pienso y me entra un ataque de risa. Mucho menos, en estos tiempos. Como supongo sabrás, las editoriales de auto y coedición se han multiplicado como hongos. La gente paga por ver unos ejemplares impresos de su libro y hacer una presentación "social". Al día siguiente, nadie se acuerda porque el libro no existe. El presunto autor, frustrado; y el supuesto editor, con los bolsillos llenos y a por el siguiente incauto. Siento si ofendo a alguien con estas palabras, pero la realidad es así aunque moleste. Con todos mis respetos, nunca he pagado ni pagaré para que me publiquen. Escribo porque me gusta, sé que lo hago bien y trabajo mucho mis textos de ficción con el deseo de que, algún día, pueda vivir de ellos. Nunca he pretendido quemarme en la hoguera de las vanidades. Ni siquiera, acercarme a ella.
    Felicidades por el artículo y gracias por compartir tu experiencia, Blanca.

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    1. Bueno, Rocío no me refería en este caso a los que publican con editoriales de co-edición o auto-edición, Pero tienes razón, sentirse escritor por haber firmado con una editorial no hace a nadie más escritor que los que escriben y publican de manera independiente.
      Lo que dices de vivir de los libros para sentirse escritora, lo acepto, aunque no necesariamente. Conozco personas que escriben muy bien y no viven de lo que escriben. Y los considero escritores, más que algunos que viven de sus libros.
      Muchas gracias a ti por participar, Rocío, siempre es un placer leer tus pensamientos.

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  4. Lo mejor de todo esta genial idea de Amazon, es que le dio oportunidad a muchos escritores y no escritores, como yo, de formar parte de esta generación Kindle y hacer realidad el sueño de escribir un libro y que como dice Gissel Escudero si conseguimos que algunos lo compren y que alguien lo comente es más que suficiente para considerarse un escritor, yo simplemente me considero afortunado.

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    1. Así es, Enrique, somos parte de esta generación pionera de escritores independientes, que se lanzaron al ruedo y la verdad, ¡yo también me considero afortunada!

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  5. Hace tiempo que sigo este blog y esta es la primera vez que me animo a hacer un comentario. Creo que la decisión o la posibilidad de publicar con una editorial no sólo depende de esa vanidad que todos los que escribimos tenemos en el fondo. En mi caso pasé años en busca de una editorial que al final encontré. Una editorial modesta que sólo me cobró las tasas que por lo visto ahora piden para registros y demás. La edición, por supuesto, es en digital y en papel bajo pedido. El hecho de haber firmado finalmente un contrato editorial no me produce ninguna sensación especial. En realidad a lo largo de los años siempre consideré la posibilidad de publicar en Amazon, sin embargo, al menos a mí, el mundo de internet me parecía inmanejable. Un escritor "indie", no sólo es escritor sino que asume en soledad todas las funciones que corresponden a una editorial. Es corrector de sí mismo, maquetador, debe componer una portada atractiva y luego, una vez puesta su novela en internet debe ser publicista, agente literario de sí mismo, experto en redes sociales, conocer y estar al día en cuanto a las novedades de la red, etc. En definitiva el "indie", no deja de ser una editorial, peculiar porque sólo trabaja para sí mismo, pero una editorial, en definitiva. Todo eso, requiere además de conocimiento, supongo yo, una dedicación absoluta, una entrega total, no sólo al oficio de escribir, también a las demás actividades que exige la publicación y venta de novela. La autora de este blog, es una buena escritora, escribe historias interesantes y las escribe bien, pero es además una especie de empresa editorial de sí misma, y eso me parece a mí que no está al alcance de todos. Al menos a mí todo este asunto de internet se me hace cuesta arriba. Es ahí, donde creo que tienen cabida estas nuevas editoriales que apuestan por el mundo digital.

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    1. Hola José Ramón,
      Me alegra que te hayas animado a escribir tu opinión. Estoy de acuerdo con lo que dices, excepto por un par de puntos:
      El escritor que se autoedita NO DEBE ser el corrector de su obra. Sería un grave error pues somos incapaces de ver nuestras propias fallas, y no solo hablo de las ortográficas y gramaticales; hablo de la estructura, del planteamiento, de la sensación general que deja una obra. Es importante contar con un corrector que no esté "contaminado" con el contenido de la obra.
      Lo otro es que no se requiere ser un experto en redes para subir la obra a Amazon. Es seguir una secuencia de indicaciones que Amazon te va dando, casi igual como registrarse en cualquier sitio Web.
      Hoy en día se puede hacer sin ayuda, pero si eres de los que prefiere que otros hagan el trabajo, ya hay muchas editoriales que se encargan de hacerlo, como dices, por suerte. Suben tu libro a Amazon y a otras plataformas y cobran una regalía por lo que vendas, aparte de la que cobra Amazon.
      Justamente en mi próximo post voy a tocar ese tema.
      Muchas gracias por tu intervención.

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  6. Estuve tentada a escribir algo también sobre el tema, tal vez lo haga. Creo que es un fenómeno complicado. Lo quiero bautizar como "el complejo aristocrático del autor". Algo parecido a cuando la burguesía tenía el poder económico, pero le faltaba linaje.
    En resumen, creo que fue una frase desafortunada, que refleja la complejidad de los tiempos que vivimos.

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    1. "El complejo aristocrático del escritor!, podría ser un buen título, porque justamente en eso se resume el firmar o no con una editorial. ¡Espero tu artículo, Marlene!

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  7. Yo publiqué mi libro con una editorial, exquisito trato personal, pero la crisis hizo que su estructura se tambaleara. Me ofrecieron recuperar mis derechos de autor y accedí de inmediato a pesar de una alternativa a largo plazo sobre la mesa. Hoy como bien dices, me siento libre y satisfecho de recuperar mi obra.

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