martes, 12 de agosto de 2014

¿Podría ser buena la piratería para los autores?

Cuando los ingresos de la industria de la música cayeron en picado debido a la introducción de los MP3, muchos escritores empezaron a preocuparse. Mientras que los músicos disponen de fuentes de ingresos alternativas, como las giras y el merchandising, los escritores en general solo tienen una: sus palabras. Ni siquiera Stephen King o J.K. Rowling llenarían un estadio para una lectura, y tanto la mayoría de los autores que ocupan un lugar intermedio en las listas de éxitos como los escritores noveles ya pueden considerarse afortunados si el número de asistentes a un acto gratuito en una librería es mínimamente aceptable.
Las medidas de la industria editorial para combatir la piratería no han servido más que para ahuyentar a los clientes dispuestos a pagar. Si bien no apruebo la piratería, sí creo que los autores necesitan replantearse sus creencias sobre esta cuestión.

La piratería: un tributo al éxito
En primer lugar la piratería casi puede considerarse un tributo al éxito. A los escritores que no venden más que un puñado de libros al mes en general no los piratean. ¿Por qué los hackers habrían de tomarse la molestia? Son los autores de los libros populares  los que salen en las listas de éxitos de ventas— los que están en el punto de la mira.
Mark Coker, fundador de Smashwords, insiste en que todas las obras vendidas en su página están libres de DRM. La mayor amenaza a la que se enfrenta un escritor no es la piratería, sino la oscuridad. Cualquier cosa que haga que una obra sea menos accesible y menos placentera la vuelve oscura.
Coker identifica a dos clases de piratas: los «sinvergüenzas y agarrados que nunca pagarán por nada… [Y] no representan una pérdida en ventas»,  y quienes se sienten justificados cuando piratean obras porque solo están disponibles en determinados formatos, el precio es demasiado elevado o no se venden en su territorio. Este segundo grupo sí representa algunas pérdidas en ventas.
Con el primer grupo no hay nada que hacer, pero los escritores necesitan plantearse cómo hacer frente al segundo. Mark Coker señala que «la piratería es un indicio de que existe una demanda de tu obra»: demanda que sólo satisfacen los piratas porque tú no has sabido conseguir que la compra fuera preferible a la piratería.
La manera de combatir la piratería es ofreciendo comodidad y buen precio. Tu obra debe estar disponible en todos los formatos, para que pueda leerse en cualquier libro electrónico y debe venderla el mayor número de minoristas; debe estar libre de DMR, sin restricciones territoriales, y el precio debe ser justo a fin de que los clientes tengan menos incentivos para robarlas.

Neil Gaiman, Joe Konrath y la piratería
El autor de éxito internacional Neil Gaiman antes se oponía radicalmente a la piratería, pero ha cambiado de opinión desde que se dio cuenta de dos cosas. En los países donde se pirateaba su obra, sus ventas subían. Convenció a su editor para que le permitiera colgar su novela American Gods, que seguía vendiéndose bien, en su página web para que cualquiera pudiera descargarla y compartirla. Las ventas de todos sus libros aumentaron un 300 por ciento.
Gaiman sostiene asimismo que los autores ya no pierden ventas a través de la piratería. Al final de cada una de sus lecturas pregunta a los asistentes cómo descubrieron a sus escritores preferidos. Según sus cálculos, solo entre un cinco y un diez por ciento compró realmente el libro; el resto accedió a él porque se los prestaron o se lo regalaron. Llegó, pues, a la conclusión de que la piratería en realidad es «gente que presta libros» y equivale a publicidad gratuita.
Joe Konrath tiene opiniones parecidas pero entiende por qué muchos escritores temen a la piratería. Para poner a prueba sus teorías, Konrath decidió llevar a cabo un experimento. Colgó un libro gratuito en su página web el mismo que se vendía en Amazon por 1,99 dólares— e invitó a los piratas a descargarlo en un post de su blog llamado «Roba este libro electrónico». A continuación les pidió que lo colgaran en todas las páginas web que comparten archivos. No solo aumentaron sus ventas en general, sino también las de ese libro, ¡incluso a pesar de que Konrath subió el precio de la edición de Amazon en un dólar en medio de todo el proceso!

Lo que acaban de leer arriba es copia fiel del libro ahora traducido al español Digitalízate- Cómo autoeditar y por  qué de David Gaughran, un exitoso escritor irlandés que autoedita sus libros y los publica en todas las plataformas digitales.
Escucho con frecuencia que algunos escritores que se autoeditan se quejan de la piratería. Exponen como trofeos los lugares y publican las miles de descargas piratas de sus libros. Creo que en el fondo lo hacen por la satisfacción de saber que sus libros interesan. Estoy de acuerdo con David Gaughran. Lo peor que le puede suceder a un escritor es ser ignorado, así que si son pirateados, un mal necesario e imposible de combatir, ¡alégrense! Es la mejor manera de esparcir el boca-oreja, y si tu libro gustó, con seguridad se regará la noticia.
Yo nunca me he preocupado de visitar los sitios de piratas. Ni siquiera sé cuánto me piratean, en todo caso, me hacen un gran favor, pues mis libros se venden.
¡Hasta la próxima, amigos!

Blanca Miosi

Fuente: http://www.amazon.com/dp/B00M3CELNA/?tag=lesgedi-20 "Digitalízate - Cómo autoeditar y por qué", uno de los mejores libros acerca de la autoedición que he leído.

13 comentarios:

  1. Cuánta razón en lo que dices, Blanca. En España los vanidosos y los que no lo son tanto suelen decir "que hablen de uno aunque sea para bien". Al parecer y en otra dimensión debe ocurrir lo mismo con los escritores: "que nos conozcan y nos lean aunque sea por el método pirata". "Lo que no se publicita no existe" dicen los entendidos en el marketing y cabría añadir: "el autor que no se lee, tampoco". Excelente reflexión.

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    1. Creo, José Luis, que básicamente los que nos dedicamos a escribir lo hacemos con la intención de que nos lean. Existe la piratería en todos los ámbitos; la gente se descarga desde libros hasta programas informáticos, y lo hacen como cosa natural, sin remordimiento. Estoy segura de que muchos de los que se quejan de que piratean sus libros tienen más de un programa pirateado. Y tienes razón: escritor que no se lee, está en la oscuridad.

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  2. ¿Podría ser buena la piratería para los autores? La respuesta obvia podría parecer que es la negativa, mientras que en esta tu interesantísima reflexión muestras argumentos que indican lo contrario.

    ¿Podría ser buena la piratería para los lectores? La respuesta obvia también podría parecer que es la afirmativa, aunque seguro que podemos aportar argumentos para desmentirlo.

    Intuyo que vas a tener comentarios como para escribir mucho más sobre este tema.

    Sin ánimo de extenderme, quisiera aportar solo algunos ingredientes más, hasta donde llega mi experiencia como lector y curioso en el tema de los nuevos modelos de pago de toda la industria digital.

    Me produce auténtico desasosiego las solicitudes de fondos por parte de Jimmy Wales para mantener la wikipedia libre. Me apasiona la wikipedia, pero mi percepción es que no ha sabido encontrar el modelo de negocio adecuado y me angustia pensar que cambie de filosofía o que pierda valor. Ojalá encuentre un modelo robusto de subsistencia. Me produce la misma sensación a cuando cierran un restaurante que me fascinaba pero que no resultaba rentable, pese a ofrecer un menú variado, suculento y de gran calidad, y me temo que esto suele pasar a menudo.

    Llevamos ya muchos años con el debate de la piratería, mezclándolo con los conceptos de consumo gratuito de contenidos, pero también en los demás negocios de bienes digitales, sobre todo en los programas informáticos, mercado también muy apetitoso para la piratería. El mismo mercado de aplicaciones móviles confirma que la tendencia es a empujarnos a instalarnos sus programas sin coste, para cobrarnos después en función de no sé qué prestaciones extra.

    En el caso de los libros desconozco hacia dónde vamos. Quizás las pistas vengan del mercado de la música o del cine, aunque aún los escritores no se lancen a llenar estadios con sus presentaciones, pero sí a hacer book trailers... ;)

    Lo que me fascina es la revolución en los métodos de pago, y recomiendo echarle un vistazo a ese concepto de FairPay, que desconocía hasta hace poco (ya solo el nombre me encanta): "E-Books Are Reading You" -- How That Enables a New and Far Better Economics (http://www.fairpayzone.com/2014/01/e-books-are-reading-you-how-that.html)

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    1. Gracias por tu valioso aporte, Zoquete. Sé que muchos no estarán de acuerdo con este planteamiento, que recalco, no es el mío, pero me parece inteligente. Si no puedes luchar contra algo, sácale el mejor provecho.
      No sabía lo de Wikipedia, un lugar que se ha convertido en referencia para todos. Ojalá detrás de la descarga pirata de libros existiera alguna otra prestación de servicio, aunque yo creo que sí: cada libro pirateado lleva información del autor, sus sitios web, blog, etc. Es una manera de hacer público un nombre desconocido. Porque muchos de los libros que se ofrecen en descarga gratis son de autoeditados.

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  3. Interesante artículo. Me gusta tu página. ¡Me quedo!

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  4. Yo también me he cansado de decir a los autores independientes que su mayor enemigo no es la piratería sino el anonimato. Y también suelo decir que yo prefiero concentrar mis energías en trabajar para mis lectores-clientes en lugar de perder el tiempo quejándome o pensando en quienes sólo buscan obras gratuitas.

    PEEEEERO:

    1) Sí me molesta que las webs piratas tomen mi obra sin permiso y la distribuyan como les da la gana, sobre todo cuando encima cuelan malware o troyanos o se enriquecen con la publicidad sin pagarme un céntimo. Vamos, si me pidieran permiso, yo mismo les suministraría material gratuito sin problemas. Es una cuestión de educación.

    2) También me molesta que la gente que distribuye un contenido que no les pertenece CASI NUNCA pone enlaces a los sitios de compra de los libros. Digo, te gusta un autor, compartes su obra, pero vamos, al menos INFORMA a la gente de que ese autor espera que le paguen por su trabajo en algún momento (por suerte, y como pusiste arriba, los autores independientes podemos usar los libros pirateados como vehículo/catálogo, al poner nosotros mismos los enlaces de compra de los demás libros; quien piratea uno y llega a leerlo y le gusta, quizás compre algún otro).

    3) Y por último, ojalá hubiera un poco más de respeto hacia la labor del escritor. Piratear un libro es como afanarle una consulta gratis a un médico. El médico no pierde nada... pero vamos, queda feo cuando lo haces muy a menudo :-D

    En todo caso, otra cosa que digo es que si alguien quiere un libro mío y no puede acceder a él por la razón que sea, que me lo pida directamente antes de recurrir a una web pirata. Son mejores modales :-P

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    1. Como no se puede luchar en contra de ellos, lo único que se me ocurre es felicitarte por ser objeto de la piratería. Eso quiere decir que tus libros tienen mucho éxito, que vendes mucho y que los que piratean tus libros se cuentan por miles. A mí no creo que me lean tanto, debe ser por eso que estoy tranquila al respecto. :)

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    2. A estas alturas no creo que un libro sea usurpado por las webs piratas según su éxito. Las webs piratas están pirateando CUALQUIER LIBRO al que pueden echar mano, para hacer su catálogo. Que los lectores que piratean los busquen/pidan o no, es otra cosa. En todo caso, mi lucha contra la piratería no corre por el lado de las leyes ni de cerrar webs piratas, porque concuerdo en que ESO es imposible. Lo que sí estoy tratando de hacer es ganarme a mis lectores, haciéndoles saber que trabajo para ellos y que al mismo tiempo necesito que ellos me paguen si pretenden que siga escribiendo, porque tengo que pagar las cuentas como todo el mundo y no puedo trabajar gratis todo el tiempo.

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  5. Pues yo, si no cobro por mi trabajo, cambio de trabajo, sinceramente. Ya sé que en realidad me estoy llevando el 20% de lo que produzco merced a la piratería, pero yo no quiero ser famoso ni leído, sino pagado, porque no puedo piratear a las compañías que me suministran el gas, la luz, el agua y los alimentos que sí que tengo que pagar. Últimamente (y de hecho estoy en ello) he tomado la determinación de dar un paso que reconduzca y recoloque mis obras dentro del mercado. Es lamentable que el 70% de mis beneficios provengan de correcciones de estilo o conferencias. Para regalar libros mi ego no da, sinceramente (los puedo colgar gratis en mi web y ya está si lo que busco es que me adulen. Por lo menos no le doy de comer a otro por un trabajo -el mío- que no ha hecho). Y saber que cada ingreso que me hacen las plataformas es 5 veces inferior al que debiera por culpa de las descargas ilegales no me gusta. Para eso retiro mis libros y santas pascuas. Me niego. Espero que la legislación cambie y se carguen a los piratas, sinceramente. En España tenemos una cultura del pirateo que ve con muy buenos ojos este tema. Tengo un amigo que diseña camisetas y que se mofaba de la piratería de los libros hasta que un día me presenté en su casa con una camiseta que plasmaba un diseño suyo copiado por mí. Ahí se le pasó la tontuna y se dio cuenta de que ha tenido que volver a vivir con su madre porque lo que ingresa no le da para ser independiente. No hay derecho. Es nuestro pan.

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    1. Haces bien en cambiar de estrategia si la que tienes no te funciona, Francisco. A mí me funciona, no me puedo quejar. Con o sin piratería mis libros se venden bastante bien.
      Si voy a retirar mis libros de Amazon o cualquier plataforma para esperar a que cambien las leyes, perderé dinero. No doy conferencias ni hago correcciones, no puedo darme ese lujo.

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  6. No sé si los autores obtenemos algún beneficio por el pirateo de nuestros libros, Blanca. Lo que sí sé es que, como autora a la que han pirateado dos novelas, Una mansión en Praga y Ellas y el sexo, he sentido impotencia y rabia, sobre todo porque ambas se vendían en Amazon a menos se dos euros. Por ese precio cualquiera podía comprarlas. No entiendo que se roben productos que cuestan tan poco dinero. Además de un comportamiento insolidario y deleznable, supone una estafa para sus creadores.
    Respecto a la idea que sostienes en el artículo de que el pirateo contribuye a difundir un libro y a aumentar el número de lectores, tampoco considero que ello implique una subida en las ventas. Puedo contar el caso de mi segunda novela, Ellas y el sexo, que empecé a vender en Amazon a 1,03€ y se encaramó enseguida al número 2 entre los más vendidos de ficción erótica. A los pocos días empezaron a caer las ventas y la obra bajó en el ranking. Como no había ningún motivo para ello -un comentario malo, por ejemplo- pensé en los piratas y acerté. Escribí en Google "descargar gratis Ellas y el sexo" y encontré la respuesta: un enlace a una web de descargas de libros gratis ofrecía la obra como novedad destacada en ficción erótica. La web tenía, además, una página de fans en Facebook con más de 20.000 seguidores, que anunciaba Ellas y el sexo como "la novela erótica que triunfa en Amazon" y ofrecía el enlace para descargarla gratis. Denuncié a Facebook que se estaba produciendo una usurpación de mis derechos de propiedad intelectual y retiraron la entrada de esa novela, pero no cerraron la página. También denuncié los hechos en comisaría. Hace dos días tuve que volver a comisaría a ampliar la denuncia por el pirateo de Una mansión en Praga. Este libro sigue a la venta en Amazon para todo el mundo por 1,89€, un precio asequible a cualquier bolsillo. Ellas y el sexo, sin embargo, ya no existe en versión ebook. Solo se puede comprar como libro impreso (también en Amazon) por 19-20€. El contrato editorial me exigía la retirada de la venta en formato digital durante el primer año de vida del libro. Hice cálculos y acepté, porque las ganancias que obtuve por comercializarlo en Amazon a 1,03€ fueron irrisorias desde que la novela podía obtenerse gratis. Cuando pase el año de plazo y pueda volver a vender el ebook, no lo pondré a 1 euro, sino a 3. Lo piratearán otra vez pero, al menos, ganaré más dinero con las descargas legales.
    Los escritores no somos entes ficticios ni estamos fabricados de plástico. Somos personas con necesidades vitales, como cualquiera: tenemos que comer, nosotros y nuestros hijos, y también nos llegan facturas que debemos pagar todos los meses. La usurpación de los derechos de propiedad intelectual (piratería) es un delito tipificado en las legislaciones penales de todo el mundo y los infractores deberían ser condenados a pagar para reparar el daño causado. Por mi parte, seguiré denunciando cada vez que descubra que alguien está lucrándose con mi trabajo sin mi permiso expreso. Creo que si los autores pirateados nos uniéramos para promover denuncias conjuntas, otro gallo cantaría a los piratas.

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    1. Rocío cada escritor tiene su propia experiencia al respecto. La mía es diferente a la tuya, en mi caso, todas mis novelas están a US$ 1.99 excepto la que está en inglés 2.99 y en francés 3.99. También tengo dos que se venden a través de la editorial a US 0.99. Pero casi todas están en el top 100 general de Amazon, de manera que vendo bastante bien regularmente a pesar de la piratería.
      Dices que tu novela fue más pirateada que vendida. Algo incomprensible, lo acepto, las razones no las sé, la verdad, pero no quiero decir con mi artículo que yo apoye o acepte la piratería.
      Digo que ya que no puedes combatirla, al menos le veamos la parte positiva. Como dije, mi experiencia es diferente a la tuya y a mí no me ha afectado, es probable que mis obras las hayan descargado por montones, no sabría decirlo, pero también he vendido más de 40.000 descargas en Amazon, en este caso podría decir que tengo suerte de que mis novelas se vendan, con esto de ninguna manera quiero dar a entender que son mejores que las tuyas, simplemente que están mejor posicionadas y a la vista de los piratas, pero aun así siguen vendiéndose.

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