jueves, 4 de septiembre de 2008

ALBERTO VÁZQUEZ FIGUEROA

Compruebo una vez más que en toda situación existe una parte negativa y otra positiva. De los sucesos ocurridos días atrás respecto al asunto del plagio, me ha quedado una agradable experiencia, muy positiva desde luego, y fue tener la oportunidad de entablar contacto con el escritor Alberto Vázquez Figueroa. Confieso que de él no sabía mucho excepto alguna que otra noticia leída en Internet, ya que aquí en Venezuela sus obras son poco difundidas, o por lo menos no con la eficacia que conceden a otros autores, también hispanos.

Tratando de comunicarme con él al ver el vídeo donde promocionaba a Bubok, di con su correo electrónico y le escribí con la agradable sorpresa de recibir su respuesta rápida y oportuna pese a encontrarse para esos momentos en un horario tan diferente del mío. En la ciudad donde él se hallaba en ese momento eran las dos de la madrugada, pero comprendía la urgencia de mi llamado. Fue una contestación contundente, amable, y creo que definitiva en cuanto al feliz desenlace que tuvo el asunto del que no quiero volver a tratar.
Mi curiosidad por saber más de él me llevó a descargar su novela «Por mil millones de dólares», publicada por Editorial El Andén, y puesta a disposición del público en su página web oficial: http://www.vazquezfigueroa.es/ de manera gratuita.
Ayer empecé a leerla y la verdad, me ha sido difícil detenerme. Es una novela que tiene un comienzo de esos que tienen la virtud de atrapar en el primer párrafo:

Salka Embarek se convirtió en mujer la noche que comenzaron a caer bombas sobre Bagdad.

Una línea que tiene varios significados, sin embargo, es el que menos se imaginaría el lector. La novela empieza obviamente en Irak, ocupada por los americanos, una guerra que según la teoría que expone en la trama es «fabricada» por motivos que nada tiene que ver con el asunto de las armas de destrucción masivas ni con la liberación del pueblo iraquí de la dictadura de Sadam Husseim. Una tesis tan alucinante que uno se pregunta por momentos si Alberto Vázquez Figueroa en realidad tiene, además de un altruismo poco común al permitir la descarga gratuita de su novela, algún motivo soterrado, algo como para «cubrirse las espaldas» por lo que le pudiese ocurrir, haciendo de esa manera conocida una historia tan tenebrosa que pone los pelos de punta.

En una de las entrevistas que se le hizo dijo que no quería que quedasen personas que por no tener acceso económico se quedasen sin leerla. Eso dice mucho en pocas palabras. Creo que voy comprendiendo a qué se refería, y me parece que la verdad supera la fantasía.

Por otro lado, estoy gratamente sorprendida al leer por primera vez una obra suya; su estilo es comparable al de por ejemplo, Frederik Forsyth en Odessa, o al de Irwin Wallace en El séptimo secreto, dos novelas trepidantes, y no peco al decir que las supera, pues tiene en adición una calidad literaria con trozos excepcionales, como:

«Guerra» era desaparecer de la faz de la tierra a los veintidós años.
«Guerra» era no ver llegar a la muerte en forma de un anciano achacoso.
«Guerra» era perder la esperanza de tener hijos y nietos y dar origen a una estirpe que llevara sus propios genes hasta el fin de los siglos.
«Guerra» era la palabra que habían pronunciado una aciaga noche unos hombres que sabían que aquel era el camino más corto a la hora de saciar su avaricia.

O también:

Pero su familia había muerto, y con ella los olores y las voces, al igual que había muerto el lugar en que habitaron, puesto que un edificio al que han abandonado sus habitantes no es más que un conjunto de paredes y techos que no tardan en convertirse en ruinas, del mismo modo que un ser humano al que le ha abandonado el alma no es más que un montón de carne y huesos que no tardan en convertirse en polvo.

Pero no todo es dramático, hay partes realmente hilarantes.

No quiero desvelar toda la trama, pero creo que es altamente recomendable, y creo que después de que termine de leerla, enviaré al autor mis impresiones, no porque me considere una experta en crítica literaria, es porque creo que a todo autor le interesa saber la opinión de sus lectores.

Blanca Miosi

12 comentarios:

  1. Ay, los plagios Blanca, qué tema tan espinoso. En España, el Planeta de Camilo José Cela, La cruz de San Andrés, por lo visto tenía fragmentos copiados de otro libro escrito por otra persona...
    Un saludo desde Madrid.

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  2. Ah, aquí en España es conocidísimo. Siempre aconsejan leer "Tuareg". Yo sólo le he leído "Ébano", sin contar con el final... está bastante bien. Veremos si el de Tuareg es tan bueno como dicen...
    Yo, me sigo quedando con Mendoza, Eduardo.

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  3. Es impresionante lo que dices, Eldeme, ¿qué Camilo José de Cela copió fragmentos de un libro escrito por otro?
    Me dejaste sin habla.

    Pasé por tu blog, me encantan las fotos de Brasil.

    Un saludo desde Venezuela!

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  4. Anónimo: El primer libro de Vázquez-Figueroa que leo es este y casi lo termino y me está gustando mucho.
    Eduardo Mendoza es muy bueno, pero cada autor tiene su estilo, por fortuna, porque hay dónde escoger a la hora de una buena lectura.
    Muchas gracias por visitarme y dejar tu comentario,
    BM

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  5. Hola, Blanca.

    si te gusta lo que has leído de Vazquez Figueroa, no te pierdas LEÓN BOCANEGRA. Uno de los libros que más me han impactado por el estilo con el que está escrito. Sencillo y contundente... una maravilla, en serio.

    un abrazo.

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  6. Ciertamente, dice mucho de un autor consagrado como él el que actuase como dices.

    De él he leído varias cosas y, matiz arriba o abajo sobre las historias, este hombre tiene un oficio de campeonato: engancha y sabe contar aventuras al viejo estilo, como Salgari y Sabatini, de forma magistral. Especialmente recomendable la ya mencionada "Ébano".

    Habrá que echarle un ojo a esa novela que mencionas. Tiene muy buena pinta.

    Un abrazo!

    PD: si terminas cogiendo confianza con él, por favor, de mi parte pregúntale porqué se cargó una novela como "Piratas" con ese final tan cutre. Simple indignación de lector.

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  7. Blanca: La Cruz de San Andrés de Cela, que ganó el Planeta en el 94 fue acusada de ser una copia de Carmen, Carmiña, Carmela, de Carmen Formoso, la cosa fue a juicio y fue un triste episodio en la vida del escritor.
    Anacardos es lo que en Brasil llaman "castaña de cajú" y centollos serían los "cangrejos de mar". Saludos.

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  8. Hola Teo, terminé "Por mil millones de dólares", realmente espeluznante. Me gustó mucho, buscaré León Bocanegra, gracias por el dato,

    Dejaré un artículo acerca del libro en los próximos días.

    Saludos,

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  9. Ja, ja! Vitolink, qué cosas tienes, no es que termine cogiendo confianza con él, yo creo que él responde todos los e-mails que recibe, en su web oficial puedes escribirle y decirle tú mismo lo que quieras, de todos modos lo tendré en cuenta y le preguntaré. Justo acabo de enviarle mis impresiones de la novela, (como si de veras las pudiera tomar en cuenta), pero visto que se lo había prometido, la palabra es ley.

    Me gusta Salgari, y por lo que he leído, noto que es un escritor de oficio, ¡sesenta novelas no son juego! Leeré "Ébano".
    Gracias por tu visita, Vito,
    Un abrazo,
    Blanca

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  10. A Eldeme:
    Cuanto más vivo, más me asombro.
    Buscaré información al respecto, yo admiro a Cela, (bueno a su escritura, pues él ya no está) y lo que cuentas es sencillamente alucinante.

    ¿No será que se les ocurrió la misma cosa? Digo yo.

    Un abrazo,

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  11. Hola Blanca,

    Antes de nada, muchas gracias por tu comentario en mi blog. Me ha hecho mucha ilusión, y más todavía viniendo de una colega. De verdad, muchas gracias.

    Tu comentario me ha dado pie a visitar tu blog, el cual debo decir que me ha parecido muy bueno. Muy sereno.

    Lamento el tema del plagio. Es increíble que todavía haya gente tan miserable como para apropiarse de las ideas ajenas con total impunidad. Una cosa es robar material y consumirlo sin pagar, que no me parece bien, pero beneficiarse del ingenio ajeno es de una calidad humana muy miserable. Allá cada cual con lo suyo.

    No sé en Venezuela que tal de dificultades tendrás para acceder a la bolsa literaria, pero en Dominicana te aseguro que es toda una odisea conseguir un libro. Sólo en la capital se pueden visitar un par de librerías con cierta calidad, pero en la zona en que yo vivo en la actualidad es como vivir en la Caverna de Platón, sólo que sin encender ni siquiera la hoguera para ver sombras.

    Ahora que se ha establecido un pequeño enlace miraré de no perderlo y seguiré tu blog con atención.

    Muchas gracias y mucha suerte en tu carrera,

    Jordi.

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  12. "...pero en la zona en que yo vivo en la actualidad es como vivir en la Caverna de Platón, sólo que sin encender ni siquiera la hoguera para ver sombras."

    Tienes magia en los dedos, Jordi, vives en un lugar donde ni las sombras hacen sombras, jaja, pues te diré que Venezuela es un país donde últimamente se le ha dado mucha atención a la cultura. Los teatros están siempre repletos, las presentaciones de libros se hacen por montones, hay muchas editoriales internacionales, Están Alfaguara, Ediciones B, Planeta, Editorial Norma, además de las locales, y las distribuidoras como Urano, Ramdom House, en fin, de que se mueve el mundo literario, se mueve. El problema lo tenemos con algunos libros que deben importarse, debido a la restricción de divisas. Se consiguen best sellers, también novelas de "monstruos" como Vargas Llosa, y otros, pero hay escritores que son muy conocidos en España, por decir algo, que casi no los traen aquí. Tal es el caso de Alberto Vázquez Figueroa, a quien yo no conocía sino porque en algún foro vi su retrato, creo que fue en El Recreo.
    Dime ¿Cómo te va con tu novela
    La virgen del Sol? ¿La trajeron a Venezuela? Si es así saldré a buscarla, me interesa leer del tema. Yo escribí hace años "El cóndor de la pluma dorada" o la historia del imperio incaico.
    Fue un placer tenerte de visita, espero que no perdamos el contacto.
    También te deseo mucho éxito con tu próxima novela.
    Blanca

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