lunes, 15 de junio de 2009

Gustave Flaubert, ejemplo de tenacidad

“Como director de un club de novelas, nunca me he cansado de recomendar la lectura de Madame Bovary a los jóvenes que aspiran algún día a llegar a ser buenos novelistas, no para que la imiten, que toda imitación es mala, sino para que aprendan mirándose en tan limpio espejo. En este sentido, no hay en el mundo nada mejor que Madame Bovary, precisamente por ser la menos ‘genial’ de las grandes novelas. No existen escuelas de ‘formación de genios’ ni es imaginable su posibilidad; geniales fueron Dante, Shakespeare, Cervantes y Dostoievski, y el genio se tiene, no se aprende. En cambio, es perfectamente posible aprender a escribir bien, con claridad, con precisión, con orden, con sentido común; aprender a trabajar con paciencia, humildemente, enmendando una y cien veces la cuartilla escrita hasta lograr que diga lo más simple y claramente posible aquello que uno quiere decir; hasta dar a las palabras de la tribu un sentido más puro.

Para lograr aquellas frases de naturalidad perfecta, de claridad y precisión sin par, Flaubert corregía sus cuartillas hasta la tortura: dormía con el Diccionario de la Academia y con la Gramática, confesaba él mismo a una amiga en 1862. Si llegó a ser un mago del estilo no fue por don gratuito, sino mediante rudo aprendizaje, escuchando humildemente los consejos de amigos bien escogidos —Teóphile Gautier, Sainte-Beuve, Bouilhet, du Camp— y poniéndolos en práctica aun a costa de dolorosos sacrificios de amor propio. De todas las cualidades del gran escritor, ésta es la menos natural, la menos espontánea.

Gustave Flaubert tenía veintiocho años cuando en 1849 acabó su primera versión de La tentación de San Antonio. Reunió en su finca de Croisset a sus dos mejores amigos, habituales confidentes y consejeros literarios, Louis Bouilhet y el propio Maxime du Camp, para leérsela. La impresión fue desastrosa, dice éste; ambos le aconsejaron que renunciara a publicarla.

Madame Bovary se debe, pues, a la férrea disposición de Flaubert de convertirse en un buen escritor y a la humildad con que éste supo escuchar a sus amigos. Tratándose de una de las obras maestras de la novela de todos los tiempos, ello constituye una gran lección para todos y especialmente para los jóvenes que empiezan su carrera literaria y se sienten con arrestos para llegar a la perfección en este oficio. La humildad no es sólo una virtud moral; es también una insigne virtud intelectual.”

Son extractos de una introducción de veintitrés páginas escrita por Joan Sales, que es a la vez traductor de una de las mejores ediciones de Madame Bovary, publicada por Editorial Planeta.

Gustave Flaubert empezó a escribir su novela en octubre de 1851, y no concluiría hasta el 30 de abril de 1856: cerca de cinco años de trabajo incesante.

Un ejemplo que deberíamos seguir todos los que empezamos en la escritura.

23 comentarios:

  1. Bueno, parece que lo conseguiste....

    Un abrazote,

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  2. Hola blanca Miosi, gracias por este "post", conocía la historia y lo he leído intensamente hará unos cuantos años. Estoy totalmente de acuerdo.
    Como siempre un placer visitarte.


    P.D. Te leo.

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  3. No, digas, Tito, Ahora es que me falta... !

    Gracias por pasar!

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  4. Ya somos dos. Muchas gracias por tu visita, amigo,

    Blanca

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  5. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  6. Hola Morgan, qué lástima que hayas eliminado la entrada, de todos modos dejé un comentario en tu blog.

    Gracias por tu visita,

    Saludos,
    Blanca

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  7. Perdona, es que usé el teclado que tengo sin pilas y preferí poner una entrada sin saltos en las letras.
    Lo que decía es que Madame bovary , uno de mis libros preferidos, me hizo meterme en la piel de aquella maquiavélica mujer que se deja arrastrar por un capricho sabiendo que la lleva a la autodestrucción.
    Me impactó el final tan horrible y el gran sentimiento de culpa que lo impregna.
    A fin de cuentas ella sólo hizo lo que en el fondo todos deberíamos hacer:
    Vivir intensamente...sin arrepentirnos de lo que hicimos sino de lo que no llegamos a hacer.
    Otro libro que adoro es ana karenina.
    vi tu entrada Blanca. me alegra que te guste el blog y te parezca interesante.
    un abrazo.
    Verónica Butler

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  8. Pues no sabía que habia sido un trabajo tan arduo.
    La verdad es que cuando lees un buen libro parece que ha sido muy fácil escribirlo, no nos imaginamos el trabajo que puede haber detras.
    Un beso, guapa.

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  9. Interesante entrada, Blanca. Y que nos hace reflexionar a todos los que comenzamos en este difícil mundo.

    Sabemos que el trabajo duro nos hará mejores, y que siempre podremos aprender y mejorar nuestra escritura. Es un magnífico ejemplo para todos.

    Gracias por tus palabras. Saludos.

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  10. Así es, Lola, el trabajo que hay detrás de cada libro no se nota, y es en los libros que corren con facilidad al leerlos que parece que hubiera sido fácil escribirlos

    Besos,
    Blanca

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  11. Yo también soy de la idea de que nunca dejaremos de aprender.

    Celebro que te haya gustado el post.

    Besos

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  12. Uno de los grandes novelistas de todos los tiempos, y un ideal al que aspirar para cualquier escritor. Flauvert es, quizás, la más firme demostración de que el tesón es el mejor aliado para el creador.
    Hay además otros que, haciendo tirabuzones increíbles con las palabras, consiguen crear obras absolutamente geniales con una naturalidad asombrosa. Stendhal era uno de ellos -consiguió escribir "La Cartuja de Parma" en cincuenta días; Thommas Mann, Dumas o Cervantes, fueron otros. Todos ellos son un ejemplo. Quizás entre los asiduos a tu blog haya otro genio en ciernes ¿Quién sabe?.
    Un saludo.

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  13. Un post maravilloso para todos los que empezamos. En estos días me siento muy identificado con el mensaje del post. Ya sabes a qué me refiero ;) Los que empezamos tendemos a dejarnos llevar por la impaciencia. Pero es el trabajo el que enseña. Leer, escribir mucho, y revisar todavía más, esa creo yo que es la fórmula. Pero sobre, saber cómo hacer las tres cosas, conocer las pautas. ¡Y paciencia!

    Un beso, Blanca, me voy a leer más de El Legado.

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  14. G. Quién sabe? es verdad, la genialidad puede estar tras cualquiera de nuestros amigos bloggeros, el futuro dirá.

    Saludos

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  15. Blanca, me ha encantado tu entrada.
    Es cierto que uno jamás deja de formarse; corrigiendo los trabajos realizados o escuchando los consejos de personas con experiencia. Pero sobre todo leyendo, leyendo mucho, no importa que sea bueno o regular, creo que de cada lectura se aprende algo.
    Un beso

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  16. Así es, MJesus, la lectura es una gran fuente de información, creo que todos los que escribimos hemos cultivado la lectura desde siempre.

    Besos,

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  17. Javier, no sólo los que empiezan a esribir, creo que todos debemos regirnos por la excelencia.

    Y muchas gracias por leer El legado, ya me comentarás!

    Besos,
    Blanca

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  18. Blanca, el trabajo minucioso, amoroso y pegajoso es el oso a dominar.
    Me gusta mucho ese sentido de serena humildad de decirnos a todos los que venimos a tu mundo que despacito y buena letra consigue más que arranques ególatras.
    Un abrazo:madame Miosi.
    Sergio Astorga

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  19. Gracias por tus palabras, Sergio,

    un beso de

    Madame Miosi

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  20. Hola, Blanca,

    me ha gustado muchísimo este post, y me ha alentado mucho. Cuando me veo corrigiendo por quinta vez una novela, y aún le encuentro fallos y torpezas de novata, a veces me desanimo... Saber que los "grandes" también tuvieron que sudar tinta, y que lograron esas obras maestras a base de tanto trabajo minucioso, es una auténtica lección. Porque nadie decide "ser un genio", pero todos podemos ser tenaces y ponernos a trabajar duro, dejándonos enseñar y corregir. Yo también creo en la humildad y en la perseverancia como columnas del éxito. Gracias por colgar estos fragmentos.

    Un abrazo, y reitero mis felicitaciones por tu Legado...

    Eli

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  21. Gracias Eli por pasar por mi blog, realmente te extrañaba.

    Está más que comprobado que la tenacidad y el trabajo duro es la fórmula para lograr la excelencia, no importa si publicas o no, eso se dará solo.

    Otro abrazo cariñoso para ti, compañera,
    Blanca

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